El mundo de las seis ruedas es un thriller criminal de ciencia ficción con fuerte carga de crítica social.
Evidencia el nulo entendimiento, que, a lo largo de la historia, demuestran los poderes fácticos cuando no hay una dictadura en el gobierno que los aglutina todos. Por separado, cada cual ve la vida según sus gafas y actúa en función de interés propio y no del interés común.
Militares, políticos y científicos, no se ponen
de acuerdo en cómo gestionar una crisis de proporciones dantescas y como
siempre la ley del más fuerte es la que se impone.
La ciencia ficción sirve para constatar que
cambia el hábitat, de callejones urbanos a naves espaciales; cambia la
vestimenta, de gabardinas, sombreros o medias y vestidos ceñidos, a trajes
espaciales autorregulables; pero no cambian las ansias de poder y el asesinato
como método para eliminar indeseables y hacer desaparecer pruebas que
comprometen a diversas personas de diversos estamentos, aunque todas de alto
rango.
La novela evoluciona desde una tercera guerra
mundial que ha diezmado la humanidad y devastado el planeta, y enfrenta a los
habitantes a un futuro incierto en permanente desequilibrio de poderes e
intereses.
Unos pocos jóvenes elegidos se forman como
cadetes espaciales, en una nave ciudad, una construcción formada por anillos,
ruedas giratorias que se disponen alrededor de un eje con distintas funciones y
utilidades.
Démian Truelong, Dem, es uno de esos jóvenes
que vive su iniciación espacial mientras avanza hacia la adultez. Por ser hijo de quien es y por su carácter
indómito la estancia le supone problemas de integración, pero nada comparado con lo que le
espera y que nunca hubiera imaginado.
Inevitablemente el inicio de la lectura evoca a
esa maravilla que fue, es y será El Juego de Ender, y también esa saga protagonizada por Harry
Potter, obras que tantas alegrías han supuesto para tantas generaciones.
Julio Salvatierra ha escrito una novela apta tanto para público juvenil como adulto, y la documentación científica y pseudocientífica de ficción, consiguen plasmar una realidad que resulta aterradora por su verosimilitud, a la par que maravillosa por su sentimiento de aventura y libertad.
Su lectura es absorbente por ansiosa y
desesperada, pues el autor complica las situaciones hasta casi no dejar
resquicio para una solución, lo que resulta agobiante y asfixiante.
Bloqueen su agenda cuando empiecen la lectura, podría ser que tengan que dedicarle mucho más tiempo del que preveían. Tal es la exigencia que les va a imponer la novela, nada que no puedan asumir y mucho menos de lo que les va a dar.


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