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Sicarios 01: 'Olmito' una aventura en cinemascope. |
Los que llevamos tiempo leyendo cómics vivimos enfáticamente
la época de los crossover de superhéroes, en la que los personajes salían de su zona de
confort y se liaban a puñetazos unos con otros o, mejor aún, unían fuerzas
contra un enemigo poderosísimo. Era la hora de las tortas
como apuntaba Benjamin Ben Grimm.
Sicarios es algo nuevo; recupera ese espíritu de la aventura bizarre a estilo pulp y ofrece un crossover de géneros de
lectura apasionante por los giros inesperados y muy medidos con los que
sorprende y secuestra la atención en cada una de las cuatro entregas publicadas hasta ahora.
Los protagonistas, Phil Anselmo, grandote trozo de pan, divertido y valiente y Riot Girl, menuda, desconfiada y malhumorada capaz de interpretar rápidamente las situaciones y actuar instintivamente, son unos
sicarios. Unos asesinos a sueldo a los que no les mueve ni el placer de la
violencia ni el dinero sino aplicar su concepto de justicia a quien esté
necesitado de ella.
Un aspecto relevante que humaniza su oficio de
sicarios y lo acerca al de justicieros.
Roberto
Corroto tiene una historia en la cabeza y la va desgranando con
el guión de cada entrega; un guión que es igual a acción. Marca el tempo de los
acontecimientos mediante diálogos que permiten ir conociendo la personalidad de
los dos protagonistas principales e ir conociendo la intención del argumento.
No hay descripciones superfluas, ni subtramas que
compliquen el hilo conductor de la historia. Un trabajo de apariencia
minimalista pero muy complejo y lleno de referencias y guiños culturales de procedencia
multidisciplinar (que seguro que todos, todos, solo los pillan los autores).
Ertito
Montana dibuja con un estilo que, aunque a simple vista puede
parecer apresurado, muestra el afinamiento de quien borra y rehace buscando
siempre el mejor efecto ajustado a la narración. No se corta en emplear
viñetas, algo cada vez menos habitual, y a modo de fotogramas llena las páginas
encadenando imagen con imagen para crear la atmósfera adecuada en cada escena y
los movimientos anatómicos precisos a cada momento de acción.
KoH
aplica el color tomado de la realidad; no pretende suplir ni al dibujo ni al
texto, no hay exageración ni protagonismo más allá de iluminar correctamente lo
que ayuda a visualizar el cómic como si fuera una película en cinemascope.
Sicarios
01: Olmito
Phil y Riot se dirigen a Olmito, en Texas cerca de la
frontera con México, para cumplir un encargo. En el pueblo, en medio de la
nada, la suspicacia del sheriff les obliga a reajustar sus planes para poder
cumplirlo a satisfacción. Serie negra y western en cinemascope.
Esta primera entrega ya da muestras del elenco de
referencias que va a mostrar la obra, por ejemplo: se evoca a Acorralado, el
lugar de encuentro Elmore’s lleva el
nombre del gran escritor de novela negra, que la matricula del Cadillac sea KILL, que el tono de móvil de Phil sea
la acelerada canción Cowboys from hell
en las estrofas en las que cuenta como todos se esconden cuando ellos llegan a
la ciudad y como de rápido disparan y ganan siempre y que la cerveza que se
consuma sea Mahou.
Sicarios
02: Colgados en el desierto
Saliendo de Olmito con destino Austin, el Cadillac se
queda sin combustible y Phil y Riot siguen a pie hasta una gasolinera cercana.
El local parece abandonado pero alguien, una rareza, un fenómeno inexplicable y
ominosamente hospitalario está decidido a seducirlos para que se queden.
Asociado a los géneros de road movie y terror inexplicable. Aquí el homenaje es para Lovercraft, para el comic Powers
y escenas de Alien 2 y en especial la travesía de Moria de El señor de los
anillos.
Sicarios
03: Saint Rose
En su peculiar viaje a ritmo de road movie hacia Austin, Phil se permite
la licencia de interpelar directamente al lector, mientras su compañera echa una cabezadita y aprovecha para explicar cómo
y donde conoció a Riot y porqué están en lo que están. Escenas de represión, exaltación del sentido de la amistad y lucimeinto de superpoderes en un homenaje al género carcelario y al nombre propio de Tyler
Cross y si vemos a los personajes como mutantes, también a la Patrulla X.
Sicarios
04: Lo maté por el yogurt
La llegada a Austin les enfrenta a un nuevo encargo donde
la misión, si es que deciden aceptarla (ese guiño a Misión imposible), les ha
de permitir desmantelar un laboratorio y centro de distribución de droga que
emplea a niños (ese Templo Maldito ,-) dirigido por la Yakuza (con esa lucha a
muerte que recuerda que antes hubo el enfrentamiento con los 88 maníacos de
Kill Bill) que homenajea al cine oriental de acción de los '70. La planificación del asalto se muestra con otro estilo de dibujo (Darwin Cooke)
y la pelea de Phil es un agradecimiento a los videojuegos arcade de lucha.
Un cómic de lectura gratificante y del que ya deseamos saber con qué nos sorprenderá el próximo número. Ansiosos, estamos.
Más información y compra en la web de Zona 00 Sicarios también se publica en la prestigiosa Aces Weekly
De Roberto Corroto ya se reseñó su novela 'Mi novia es un zombi'. Recuérdenla aquí