Progenie es una novela policíaca muy bien planificada. |
En Sevilla, en verano, el calor va dando puñetazos a quien
encuentra por la calle a horas que no son horas para estar en ella, pero por
otro lado puede llegar a ser tan fría como dinero se quiera gastar en sistemas
de aire acondicionado que son quienes establecen diferencias de clase y de
comodidad, como se palpa en el recorrido por distintos barrios de la capital, y eso
es casi un lujo.
Como lujo es un embarazo largamente anhelado y
porcentualmente improbable. Es para celebrarlo como si te hubiera tocado la
lotería. Eligiendo ser madre soltera o no. ¿Quién ha arrogado
a los hombres la autoridad de decidir lo que puede o no hacer una mujer con su
cuerpo y con su vida?
Así piensa Camino Vargas, la Jefa Accidental del Grupo de
Homicidios de Sevilla por ausencia de su titular a quien un coma le mantiene en un limbo estacionario en una cama de hospital. Cuarentona, liberada sin ningún reparo ni
ningún complejo, entregada a su trabajo pero también a su placer.
Camino no siente la llamada de la maternidad pero no se
mete, faltaría más, con quien si la sigue, entendiendo que nadie es nadie para
imponer ideas ni criterios y que no se es ni más mujer ni menos, ni más
completa por el hecho de ser o no ser madre.
Odia el machismo, incluso sus micro manifestaciones, sus
intenciones ocultas y sobretodo su violencia sin distinguir física de
psicológica: ambas parten de la premisa de dominar por la fuerza. Así que
cuando se encuentra el cuerpo de una mujer atropellada en un lugar aislado con
un chupete en la boca, la adrenalina se le dispara y su oficio se antepone a
toda renuencia por la hora intempestiva en que el aviso la obliga a saltar de la cama.
Camino Vargas tiene un buen equipo y sabe que puede
pedirles de todo pero también que su soledad no es compartida y quien más quien
menos tiene familia por lo que su exigencia ha de ser medida y compensatoria si
no quiere un motín.
La novela está muy bien escrita y esto, hoy en día, debería
bastar para considerar su lectura sin más. Presenta un lenguaje rico en
matices, versátil y verosímil que se va adecuando a las necesidades de cada momento
y de cada personaje con absoluta naturalidad, callejero si se tercia, policial
si así conviene y técnico científico, sin pasarse, cuando se requiere. Párrafos
cortos, capítulos cortos, sin dar opción al respiro. Ritmo de thriller cargado
de intriga.
Progenie
es
una novela policiaca muy bien planificada, intrincada y de solución
escurridiza. Mucha acción, mínima descripción; mucho comportamiento humano,
inteligentes diálogos y ninguna concesión a la divagación. Y aunque se cometa
un error garrafal en un no planteamiento de la investigación aguanta dignamente hasta el
final.
Susana Martín Gijón |
Susana
Martín Gijón ha ahondado en un buen tema comprometido, poco
tratado en el género, como es el de la maternidad de libre elección que conforma otros
tipos de familia distintos a los más comunes, y cuyo asentamiento social genera
opiniones dispares. Y lo ha enfocado buscando distintos puntos de vista para dar
máxima cobertura a todas las voces que a su vez se postulan sobre qué significa
el feminismo, desde el más conservador al más liberal.
El planteamiento tipográfico y el inicio de cada capítulo
también son originales y la cubierta con el patito negro y esas lágrimas de sangre
tienen claro significado y explicación adecuada.
Todo pensado para que la lectura les lleve en volandas
desde la primera línea hasta la última. Y lo consigue. Y de sus protagonistas
seguro que volveremos a tener noticia, y no es solo un presagio, es también un
deseo.