¿Es que después de once años y cuatro aventuras publicadas, puede haber alguien amante del género interrobang y/o de los cómics que no conozca a Blacksad y su estética retro?
Blacksad nace en el 2000 y desde el primer album arrasa en premios, en número de ediciones y favorecedoras críticas. Y no por ello se precipita por la pendiente del oportunismo fácil y prueba de ello es que el cuarto álbum ha aparecido hace tres meses, cinco años después del terecero, para desespero de todo el mundo.
Lo malo de tardar tanto es que se generan tantas expectativas que el resultado final, aún siendo bueno, pueda parecer insuficiente para algunos. El tiempo de espera presume que lo que venga ha de ser mucho mejor y a veces solo se necesita que sea igual. Sea como fuere hay que leer y sobre todo ver, a Blacksad.
John Blacksad es duro como el granito por fuera pero con un corazón que no le cabe en el cuerpo por dentro. Un perdedor que luce con dignidad su recuerdo de gloria pasada. Un sabueso en cuerpo de gato.
Efectivamente Blacksad es un gato detective, un minino ronroneante si recibe amor y una pantera desenfrenada si le va la vida en ello (nunca ha querido probar aquello de que los gatos tienen siete vidas, por si acaso), y lo es literalmente porque todos los personajes de esta serie son animales con roles humanos. Antropomorfos.
Y la elección no es gratuita, casual o aleatoria. Así los camellos son equinos (camellos y
caballos), hay pingüinos camareros, hay gorilas boxeadores, hay perros policía, hay reptiles viscosos nada fiables, hay comadrejas periodistas, sexis zorritas y leonas devora hombres. Búhos científicos, gallos músicos, gacelas profesoras, tigres millonarios, cerdos fascistas, rinocerontes guardaespaldas, caimanes asesinos a sueldo y ardillas, conejitos y ratoncitos que juegan a la comba o con la pelota.
Un zoo humano a la disponibilidad de las necesidades de unos guiones ambientados en la fragmentada América de la post guerra, en plena gestación de la Guerra Fría y viendole las orejas al MacCarthismo.
Los guiones, de Juan Díaz Canales, son complejos, con gran profusión de personajes secundarios que pueblan las páginas con multitud de posibles historias paralelas que se ponen al servicio de la trama principal para alimentarla y complicarla como toda historia negra debe ser.
Se le nota que le falta espacio, páginas, para volcar todo lo que tiene dentro y que queda encorsetado en elipses y mutis que el lector debe interpretar y desplegar. No es que los guiones sean cortos, fáciles o tópicos (como a menudo se han etiquetado) es que normas editoriales, no permiten más páginas. Tal vez el guionista debería plantearse una historia continuará donde tenga más recorrido para dar rienda suelta a su ingenio reprimido.
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Juanjo Guarnido , Blacksad y Juan Díaz Canales |
Juanjo Guarnido, el dibujante, no tiene la restricción del espacio, pues ocupa sin pudor el pedazo de página que necesita para cada viñeta, pero si tiene la dificultad de ofrecer con el dibujo lo que Juan no puede expresar en los diálogos. Y que bien lo hace. Cada viñeta, trabajada hasta el mínimo detalle sin anacronismos, es un regalo para la vista. Sus picados dan vértigo y en las sombras se nota el frescor en la piel al cortarse el haz infrarrojo del sol. Y ante todo y sobre todo el color.
El color es sin duda alguna el elemento vertebrador en cada historia. Cada tono está adecuado perfectamente para mostrar sentimientos, para generar atmósferas, para explicar ambientes y para traducir emociones. Y pintado a la acuarela.
Empezando ya por la cubierta.
1. Un lugar entre las sombras
Cubierta negra.
Historia negra de implicación emocional, de corrupción y de venganza.
"Hay mañanas en las que cuesta más trabajo digerir el desayuno. Sobre todo si amaneces frente al cadáver de un viejo amor. Los despojos de un bello sueño..."
2. Artic-Nation
Cubierta blanca.
Historia de racismo, de instrumentación interesada del poder y de prevaricación.
"Algún día escribiré mis memorias. He visto y vivido tantas situaciones fuertes que la gente, cuando las lea, pensará que son una sarta de mentiras. Que no cabe tanta maldad en el mundo..."
3. Alma roja
Cubierta roja.
Historia de espionaje, de MacArthismo y de energía atómica.
"¿Alguien es capaz de definir lo que es tener buena o mala suerte?. Yo no. Muchas veces no basta con ser afortunado, además hay que tener buenas piernas..."
4. El infierno, el silencio
Historia de jazz, de silencio y de droga
"Sartre afirma que el silencio son los otros. La frase es brillante, pero creo que refleja más un estado de ánimo que una verdad universal..."
Lean cualquier número o mejor todos. Les garantizo que cuando vean las páginas interiores ya no podrán soltar el álbum.
Hipnotizados y serviles ya no tendrán escapatoria.
Y no se sorprendan si la lectura les dura más de lo habitual; es normal quedarse dentro de una viñeta y salir con la sensación de despertar de un sueño.
No pierdan detalle en las páginas ya que además de sucederse la aventura principal, hay aventuras mudas de personajes secundarios que no se resignan a su condición de extras.
¡Ah! y no se olviden de las guardas de salida, de los números 2 y 3, son el digno colofón final de la aventura. Pequeños detalles como estos ayudan a hacer grandes las obras y hablan del cariño con el que los autores se entregan.
Se está fraguando la quinta aventura. Y próximamente versionado en los mejores cines, como no podía ser de otra manera. La duda es ¿con animales o con personas?.