domingo, 6 de abril de 2014

Más rápido que la vista de Claude Cueni

Más rápido que la vista es un axioma del lenguaje empleado en el mundo de la magia y sirve también para dar título a una novela que combina hábilmente el ilusionismo y el género de intriga.

El ilusionismo porque su protagonista Ben Kruger, conocido en los escenarios como Mc Syme, se gana la vida con sus habilidades en ese arte actuando allí donde le contraten.

Sus alardes con todo tipo de trucos encandilan a los profanos por su aparente imposibilidad.

Y con él, convive y comparte una vida nómada su hermana Ingrid Kruger, que por presentar un comportamiento sometido a alteraciones nerviosas, tiene gran dependencia de su hermano y éste una gran responsabilidad para con ella.

Y combina con el género de intriga porqué precisamente esa actitud enfermiza de Ingrid va a propiciar una situación inesperada y altamente compleja para cuya resolución Ben Kruger, el gran Mc Syme, deberá emplear todas sus habilidades mostradas a media luz, también fuera del escenario.

Mc Syme es un mago que no utiliza las palabras en sus actuaciones, su interpretación cuenta con las manos y se resuelve con gestos y expresiones faciales de mimo, lo que le faculta para actuar en cualquier país y continente, pues no tiene el idioma como obstáculo.

Sus juegos de manos son meras danzas aéreas de hábiles dedos. Su arte merecería lucirse en grandes escenarios con resonancia mediatica y con público acorde y en cambio malvive representado sus números en tugurios de mala muerte. Debería brillar bajo luminosas luces y ha de conformarse con dejarse entrever entre el humo de cigarros y cigarrillos y la palidez de luces mortecinas.

Y a lo largo de la trama se irán viendo las razones de dicha penuria y se daran a conocer explicaciones de este proceder. Una vida arrastrada bajo peso, sin otra esperanza de que el mañana pueda ser mejor que el presente.

Más rápido que la vista es un thriller ligero de lectura rápida, perfecta para entretener y que solo desmerece un poco en su final que hubiera podido ser más estimulante.

Claude Cueni, escritor suizo de largo recorrido, en diversos géneros, pero poco renombrado compone en este thriller el paralelismo de mostrar una situación en la vida real análoga a la que puedan interpretar los ilusionistas en los escenarios.

Lo que vemos puede ser verdad o simplemente una ilusión. La diferencia o no, solo puede estar en el desenlace: en el teatro todo es ficción bajo control, en la calle todo es real sujeto a la ordenación del caos.

Esta reseña se publica simultaneamente en los blogs Interrobang y Magicatessen, en virtud de una colaboración cross over por su ambivalencia temática entre lo policial y la magia de escenario. Disfruten de la lectura, disfruten del espectáculo.


lunes, 31 de marzo de 2014

Heavy rain de David Cage

Carátula del juego Heavy rain
Heavy rain es un videojuego de David Cage para PS3 tremendamente adictivo. Hay que liberar a la víctima de un asesino en serie, del que no se conoce su identidad y poco se sabe para descubrirlo, y todo en un tiempo limitado para ello.

El inicio es lento y doméstico, con entorno familiar feliz de matrimonio y dos hijos, que no hace presagiar hacia donde evolucionará hasta que se produce un doloso suceso que rompe la paz como un martillo rompe al cristal: con ruido, con violencia, asustando e hiriendo a todos los que se encuentren en su radio de explosión.

Aún conmocionados e intentando recuperar una normalidad imposible, el azar, esta vez no fortuito sino inducido, produce un nuevo y definitivo mazazo. Ya no hay vuelta atrás, ya no hay donde agarrarse para no perder la cordura, ha llegado el momento de actuar y además contra reloj.

Escena de Heavy rain: siempre bajo la lluvia
Heavy rain es un juego en el que la lluvia juega un papel determinante. Lluvia que no cesa de caer acomodando pensamientos deprimentes. Lluvia que moja ilusiones y diluye esperanzas, a medida que pasan las horas y los días, como se diluyen los círculos concentricos en los charcos.

Lluvia que va creando una atmósfera de tristeza, frustación y desesperación.

El asesino del origami es un serial killer de niños en el umbral de la adolescencia.Se le imputan 8 asesinatos. Su modus operandi es siempre el mismo: secuestra a sus víctimas a plena luz y sus cadaveres se descubrem en lugares públicos entre el 3º y 5º día después. Siempre ahogados por agua de lluvia.

Sobre su menudo cuerpo a medio formar se encuentra una orquidea y un origami como ofrenda. Un homenaje a la belleza y a la inocencia, un macabro uso de una bellísima flor y de un arte de gran belleza y complicada sencillez.

La persecución del asesino del origami se realiza a partir de cuatro protagonistas: Ethan Mars, un arquitecto infeliz por los avatares del destino. Madison Page, una periodista con insomnio rebelde. Norman Jayden, agente especial del FBI con una tecnología especial y adicitva y Scott Shelby, un detective privado asmático.

Protagonistas principales y jugables del juego Heavy rain

Cada uno implicado por distintos motivos e impelido por distintas razones, que se van alternando dentro del juego sucesivamente.

Heavy Rain es un juego que evoluciona interactivamente respondiendo a las elecciones del jugador, que decide que hacer o decir en cada momento. Y de como se manejen las distintas opciones de diálogo y de como afrontar y superar las pruebas se condicionan los siguientes pasos y se determina el final.

Final que dispone de ¡16 variantes distintas! no solo en su resolución última, sinó también en quien queda con vida. Por este motivo el juego permite revisitarlo muchas veces, hasta diecisesis, teniendo la certeza de que nunca será igual.

Meredith, periodista en Heavy rain
Los rasgos de thriller psicológico se notan en cada gesto y en cada acción a lo largo de cada una de las fases del juego y al ser estas determinadas por las decisiones del jugador aún se consigue una atmósfera de mayor claustrofobia derivada de la desazón de ser el último responsable de lo que les pase a cada uno de los protagonistas.

Es un juego adulto y maduro en su argumento, el perfil psicológico de sus personajes, sus evoluciones y su gran calidad de gráficos, animación y música, aparte de estar dotado de una amable y sosegada jugabilidad.

Este juego, esta aventura gráfica, data del 2010 y ya lleva vendidas más de 2 millones de copias, por suerte ha trascendido su período de novedad y hoy se encuentra por una cuarta parte de su precio de salida. Una buena RCP. Y en castellano.

Escrito y dirigido por David Cage con Quantic Dream para Sony en su consola Play Station 3. Consíganlo y jueguen. No se arrepentirán. Ideal para días de lluvia.

jueves, 27 de marzo de 2014

Verano en rojo de Berna González Harbour

Sotanas y futbol: las primeras esconden vicios ocultos,  el segundo exalta sentimientos mundanos al tiempo que anestesia realidades.

La roja es como se denomina en España a la selección nacional de fútbol: la roja! si Franco levantara la cabeza.

Verano en rojo toma el color del calor del sol, del calor del fuego, de la sangre de las víctimas, de la camiseta de los jugadores de fútbol, de la pasión.

Todo coincide y se da cita en ese verano del 2010, aunque sea en lugares distintos y dispares por latitudes medibles y aunque sea por motivos distintos e intenciones dispares por medibles escalas de valores humanos y divinos.

A la comisaria María Ruiz la concertada comida familiar y la expectativa de sentarse ante un televisor para seguir las evoluciones de los jugadores de fútbol en un partido del mundial de Suráfrica (Waka-Waka) que se anticipa de resultado incierto aunque apasionante, se ve truncada ante una situación igual de incierta y más desesperante: la aparición de un cadáver en el estanque del parque Juan Carlos I.

El cadáver de un chico joven siempre es algo que se atraganta y que induce a dedicar el 150% a encontrar el culpable.

María Ruiz empezó como psicóloga en el cuerpo y ahora, desde hace un año, es comisaria. Aunque tenga que recordarlo constantemente a paisanos y compañeros y es que su aspecto de modelo: largas piernas, cuerpo de gimnasio, larga melena negra, atractiva, no cuadra con la imagen agria de gesto torcido que las series de televisión se empeñan en utilizar para describir al poder policial.

El personaje de María es el de esas mujeres, como tantas otras, que tienen que luchar y luchar para demostrar lo que ya se sabe pero no se reconoce: que su condición de mujer solo la resaltan los compañeros de trabajo masculinos envidiosos y pusilánimes. Los únicos que se sienten amenazados si se evidencia su incapacidad.

Por suerte cuenta con compañeros de investigación bien calzados y muy bien caracterizados por la autora: Tomás, Luna, Esteban,  Carlos... que enriquecen el componente humano de la trama policial con sus puntos de vista distintos y sus conocimientos especializados.

Berna González Harbour describe y desgrana con más estilo periodístico que literario una trama muy de actualidad en el momento en que se escribe y se publica.  Aunque ni las sotanas ni los trapos sucios que esconden debajo ni el futbol y las económicas corrupciones que esconden en despachos pasaran, lamentablemente, nunca de moda.

Es una novela que muestra lo que hay debajo de esa piel de toro a la que va a parar todo lo barrido y de la que nadie se atreve a tirar. Triste destino en lo universal de una España que parece empeñada en mirar siempre para el otro lado.

Y utiliza como metáfora el modo como la Iglesia dirige, bajo la sombra del palio, a los que gobiernan y como estos enaltecen una victoria en el fútbol para disimular sus ineptitudes, para describir lo lejos que estamos de la madurez europea.

Cuando Bruno Bauer escribió y Carlos Marx publicitó que la religión era el opio del pueblo, el fútbol aún no había hecho su irrupción mediatica. Éste y no aquella es el verdadero paraíso en la tierra y si no que lo pregunten por la calle.

Berna González Harbour ha escrito una novela negra de la España negra, se atreve con el poder religioso y su manto de santidad manchado de semen, ofrece un retrato de eclesiásticos cuyos pecados no se absuelven con cuatro Ave Marías y dos Salves al amparo de un confesionario.

La Comisaria Ruiz ya tiene su segundo caso publicado: Margen de error, próximamente reseñado en este blog.

Y si quieren pueden desayunar como ella y comer Corbatas de Cantabria, tierra por donde le lleva la investigación, recién hechas de un modo fácil y rápido:

Corbatas 

Ingredientes 

1 lámina de hojaldre
Almendra molida 
1 clara de huevo
150 grs de azúcar glaseado
aceite para freír 


Preparación 

Se alisa la masa de hojaldre con un rodillo y se corta en rectángulos de aproximadamente 15 centímetros de largo por 7 de ancho. Hay que retorcerlos por el medio un par o tres de veces.

Se pintan las puntas con la mezcla de la clara y el azúcar y se finaliza espolvoreando encima la almendra molida. 

Meter en el hormo precalentado a 200º y dejar cocer hasta que el hojaldre tome color dorado, aproximadamente 15 minutos.

domingo, 23 de marzo de 2014

El Club Gastronómico de Saskia Noort

Karen, la protagonista principal de la novela El Club Gastronómico, su marido Michel y sus dos hijas dejan Ámsterdam para trasladarse a un ambiente más rural sin saber que con ello cambian la libertad anónima de transitar por las calles y establecimientos de una ciudad, por el escaparate que supone moverse por un universo tan reducido como una localidad campestre y también sin pensar que la soledad pretendida puede llegar a ser más opresiva que el bullicio de la muchedumbre.

Si a todo eso le sumamos la pérdida progresiva del contacto con sus amistades de siempre, en el primer año se suceden las visitas, pero ya en el segundo las ocupaciones diarias, la pereza de los desplazamientos y la falta de temas de conversación comunes perfilan el aislamiento, acabarán enfermos de salud.

Karen se siente prisionera en su libertad y necesita desesperadamente establecer nuevas relaciones que llenen sus vacíos. Y por eso cuando conoce a Hanneke y sus amigas vuelve a sentirse viva. Como su primer encuentro planificado es con una comida, no sin roces ya que cada una marca territorio, deciden convertir en asiduas estas ocasiones bajo el eufemismo de Club Gastronómico.

Pero en la novela para nada se fomenta este placer que es la gastronomía y menuda dificultad tendrían para ello habida cuenta de su ignorancia al combinar alimentos y al cocinarlos. Se podrían haber bautizado tranquilamente el Club de las Tardes y sería igual de inexpresivo y soso.

Karen y Michel son los nuevos. Los recién llegados a un clan cerrado formado por estas nuevas amigas de Karen y por sus maridos e hijos y con relaciones complejas entre todos que ocultan más de lo que se percibe. Cinco parejas de edades parecidas, con cierto poder adquisitivo y con percepción de triunfo profesional. Jóvenes con ambiciones materiales y emocionalmente insatisfechos.

Cuando un incendio en uno de los hogares acaba con la vida de uno de los miembros y hay que acoger a los sobrevivientes, algo empieza a torcerse en el ambiente general del grupo.

Una segunda muerte posterior ¿coincidencia? viene a confirmar que la alegría y el buen compañerismo escondían celos, dependencias y adulterios y que ahora que todo se está resquebrajando, incluidas las máscaras de la hipocresía, empiezan a aflorar los verdaderos yoes cargados de odio y recriminaciones.

La novela ahonda en estas interelaciones y en los comportamientos sometidos a ellas, de unas personas que en sus actos demuestran un gran masoquismo intelectual en su flagelación constante en busca de una autocompasión que no consigue satisfacer sus más mínimas y elementales necesidades.

Saskia Noort, su holandesa autora, se ha dejado vencer por el enfoque psicológico de la narración y no ha sabido parar a tiempo, restándole fuerza a la temática criminal.

El Club Gastronómico de Sakia Noort fue presentada como una revolución en la novela negra de su país y si les gusta la disección  insatisfacción cotidiana, van a disfrutar.

Club, tal vez, gastronómico para nada, novela negra depende.

El regusto final acaba siendo como su gastronomía, precocinada y de marca blanca.

domingo, 16 de marzo de 2014

Mob City

Mob City es una serie de televisión de Frank Darabont (The Walking Dead) que recrea la vida en Los Ángeles a finales de los 40, basandose libremente en la novela L.A. Noir: TheStruggle For The Soul Of America’s Most Seductive City de John Buntin.

La serie se centra en una década en la que parte de la política, de la justicia, de la economía e incluso de la misma policía están en manos de gangsters; cuando la corrupción es tan normal como respirar y cuando las desavenencias se solucionan con ejecuciones sin pestañear.

John Teague (encarnado por el actor Jon Bernthal) es un duro sargento excombatiente de la Segunda Guerra Mundial ahora detective de policía. Fuma, bebe, habla poco y arrastra ese pasado que deja marcas indelebles en el carácter y en la cara.

Se siente la víctima de un matrimonio fracasado que no consigue superar. Apuesta por la honestidad pero no siempre gana. Y cuando es requerido para un pluriempleo puntual y acepta, acaba de meterse en la boca del lobo. Y el lobo no es ni más ni menos que Bugsy Siegel (Edward Burns).

Jasmine Fontaine (Alexa Davalos) es la chica. Trabaja en uno de los clubs controlados por el crimen organizado como fotógrafa. No es la mujer fatal, es la chica. La ex-esposa del detective Teague, de quien éste está perdidamente enamorado. Es pués su talón de aquiles.

Mob City no engaña. Desde el principio deja claro cuales van a ser sus bazas: enésima repetición de clichés empapados de tópicos, por tanto ver el primer episodio y seguir con el resto es una opción personal de asumción de que todo lo que se va a ver es absolutamente previsible: el conflicto que durante décadas mantuvo el peligro en las calles entre elementos criminales organizados y el Departamento de Policia de Los Ángeles.

Así pues aceptada la premisa entraremos en callejones oscuros con la única iluminación de los neones de letreros luminosos reflejados en charcos que salpicarán al ser pisados por lustrosos zapatos, veremos y oiremos músicos negros de jazz tocando para el deleite de blancos, veremos asesinar descerranjando montones de disparos sin que a los asesinos les preocupe nada que no sea evitar salpicar sus trajes, veremos traiciones, puñetazos, preciosas corbatas que hoy no se pondría ni un payaso y veremos venganzas. Pero a quien no veremos y lo lamentamos, es a la encarnación de la mujer fatal.

Por tanto nada que no hayamos visto ya en cuanto a contenido. Pero si que es cuando menos sorprendente lo bien tratada que está toda la producción y sobre todo su iluminación, y sobre todo la nocturna.

La imagen está mimadísima, lo mejor de la serie, y la banda sonora es preciosa, precisa y rica en matices. Todo es un deleite para la vista, incluso las matanzas cuidan el ángulo para dar la mejor cara a la violencia y todos los ambientes están cuidados al detalle para dar credibilidad a la época y también para resaltar la escenas.

Mob City es un preciosismo visual que cojea. Tiene un guión bien estructurado pero carente de originalidad y sin los cambios de ritmo que electrifiquen al espectador para evitar que caiga en la modorra. Intepretación demasiado hierática y austera que devuelve rostros petreos carentes de emociones salidas de las tripas. Realización que se pierde en creativos encuadres y movimientos lentos de cámara pero que es incapaz de generar tensión creciente. No renueva el género.

Y sin embargo todo está en su sitio, correctamente plasmado y a pesar de esto y por esto da gusto verla.

Esta primera temporada ofrece en sus 6 episodios un único argumento líneal, no son pues episodios autoconclusivos. Y la trama se concluye al final del último episodio cerrando el primer capítulo de una historia que, si tiene audiencia, puede tener largo recorrido.