La serie de
televisión Elementary sigue jugando a reinventar a Sherlock Homes. Destruye los
tópicos holmesianos por excelencia para reconstruirlos con nuevos criterios.
De todas las versiones en pantalla del mito Sherlock Holmes es, sin duda, la más iconoclasta.
Por si no hubiera
sido suficiente en la primera temporada ubicar la serie en tiempo actual y a Sherlock
en New York en lugar de Londres, cambiar el sexo y la etnia de Watson y
sorprendernos con la identidad de Moriarty, en esta segunda temporada nos
presenta la verdadera personalidad de Lestrade, quien fuera su brazo oficial en
Scotland Yard, conocemos más detalles de la vida de Moriarty y nos seduce con
un Mycroft Holmes, el hermanísimo, de oficio inesperado y enigmáticas y
peligrosas relaciones comerciales. Aderezado con unos episodios donde las
relaciones sexuales de Sherlock y de Watson aportan aún más excentricismo a la
serie.
La época
victoriana de remilgadas maneras ha cedido al empuje de la época contemporánea
pero Sherlock Holmes (interpretado por Johnny Lee Miller) mantiene impertérrito
todas sus habilidades de genio y todas sus debilidades de humano; como Joan
Watson (Lucy Liu) demuestra las suyas médicas y su tolerancia y su empatía.
Por todo ello Elementary sigue
siendo una serie muy apetitosa e interesante y sobre todo distinta a la oferta habitual de
series de procedimiento policial .
Una serie donde
los guionistas trabajan duro para reinventar a Sherlock, Watson, Mycroft y todo
su universo, con sus relaciones y vivencias de modo que la esencia siga siendo
perfectamente reconocible para no perder el origen, pero sin despejar para nada
el destino.
Fascinan las actitudes y comportamientos del detective, imprevistos y sorpresivos como cuando Sherlock arrastra a Watson hasta los calabozos de la policía un
viernes por la noche, especialmente llenos, para que ésta pueda estudiar en
vivo a los más variados especímenes humanos que los ocupan. Desde el padre de
familia intachable detenido por haberse saltado un semáforo y dar positivo en
la tasa de alcohol, al herido con la cabeza abierta que no recuerda como ha
llegado allí hasta el ladrón de bolsos con rostro indiferente por ser asiduo a
ese lugar y sin la angustia del nuevo que no sabe lo que le espera.
Inquietante retrato de Watson, no por la pintura en sí, sino por quien la ha pintado y la intención con la que lo ha hecho. |
Las habilidades
deductivas de Sherlock siguen siendo el eje por el que se mueve la investigación
de cada caso que siguen siendo auto conclusivos por capítulo si bien en esta
temporada hay varios arcos argumentales cuyo desarrollo y desenlace ocupan más
de un episodio.
El carisma del
detective brilla por encima de cualquier trama y no solo por su capacidad
investigadora sino por su fuerza para superar su adicción y sus miedos e
inseguridades, algunas aparecidas a raíz de la presencia de su hermano.
Y a medida que
avanzan los episodios vamos conociendo más de la naturaleza humana de cada uno
de los protagonistas, no solo de los dos socios detectives sino también de sus
compañeros policías lo que reafirma el aspecto psicológico de los casos a los
que se enfrentan.
Igual que las
grandes óperas y obras teatrales son reinterpretadas constantemente, adaptándolas a tiempos y lugares que nada tienen que ver con el libreto original, el
personaje que creara Sir Arthur Conan Doyle ostenta también este honor y la
adaptación que de él se muestra en Elementary es del todo meritoria y loable.
No deberían
perdérsela.
Recuerden aquí la reseña de Elementary 1a Temporada
Post scriptum: lean aquí la reseña de Elementary 3 temporada
Post scriptum: lean aquí la reseña de Elementary 3 temporada