En el país de las sombras el claroscuro es el rey |
En el país de las sombras
existen dudas, confusión y desapego de la realidad. En el país de las sombras
el claroscuro es el rey.
¿Cómo superas el suicidio
de tu mujer en vuestra propia casa con tu arma reglamentaria? ¿Cómo lo supera
tu hija de doce años?
La ingesta de alcohol
hasta perder el sentido cada día no te ayuda a superar nada pero consigue inhibir
los sensores que activan los recuerdos y los sentimientos. Pero tu hija no bebe
y a su sufrimiento de orfandad no deseada y terriblemente temprana se le une el de verte hundirte cada
día un poco más.
Te mueves entre las
sombras mentales que te provoca el alcohol con recuerdos de tiempos felices y
de proyectos de futuro enterrados. Sentimientos de frustración y de rabia por
no haber detectado nada, tú que eres tan buen policía, por no saber, por no poderlo evitar.
Eres Vincent Brémont y estás con tu hija Julia de vacaciones. Lo
suficientemente lejos de París como para ganar con la distancia física lo que
no se puede ganar con la distancia emocional. Pero no lo suficientemente lejos
como para que alguien no pueda turbar esa incipiente paz y remueva todo el
pasado.
Todo el pasado. El pasado
reciente y uno anterior, tan anterior como para no pertenecer más que a quien
lo vivió o mejor lo padeció. Tan ausente que su presencia es notoria.
Eres Vincent Brémont, capitán de la policía judicial de París, un buen policía
que fuiste investigado y absuelto por la muerte de tu mujer y vuelves a estar
ahora en el punto de mira policial porque el hallazgo del cuerpo sin vida de un
hombre cerca de tu casa de vacaciones te vincula de nuevo a ese caso cerrado
policialmente pero abierto aún en carne viva. En tu carne y en la de tu hija.
En el país de las sombras
todo es confuso e interpretable. Mientras tú lo interpretas desde el
conocimiento de tu inocencia, la policía, tus compañeros, lo interpretan desde
el procedimiento de causa y efecto y acción y reacción y por eso no les basta
que les digas que no tienes, que no tuviste, nada que ver: quieren pruebas. Y
se las vas a tener que entregar.
Intuyes una maquinación
en todo lo que vas descubriendo pero no obtienes luz sino más y más sombras.
Tienes una semana antes
que te acusen formalmente y te encierren. Una semana y serás libre o juzgado y
condenado. ¿Qué va a ser de tu hija, sin madre y con un padre entre rejas?
No puedes permitirle pasar
por esa experiencia. Debes dejar la bebida y despejar la mente. Debes alejarte
del país de las sombras y entrar en el de la luz para poder ver claro y actuar.
Ahora más que nunca tienes una razón para seguir viviendo.
Gilbert Gallerne |
Gilbert Gallerne ha escogido
para el argumento de su novela el vía crucis que le supone a un policía y padre
revivir la muerte de su esposa, el lacerante dolor que supone ver vilipendiada
su memoria y la lucha personal por resurgir de una hibernación alcohólica. Ha
empleado para ello una trama facilona y convencional y por ese motivo
previsible pero que ha tratado con solvencia al limitarse a una redacción sin
complejidad y a incidir en el componente humano.
Con esta novela ganó en
París el prestigioso Premio Quai des Orfèvres 2010 como mejor novela policíaca
del año. Pero con los premios ya se sabe: son como los vinos, hay buenas añadas
y otras no tan buenas.
La lectura de En el
país de las sombras hay que agradecerla a la Librería SomNegra que me la mandó gratis por haberla ganado en uno de
sus periódicos sorteos. Síganla en blog y twitter.