Los muertos viajan deprisa con permiso de Bram Stoker |
A su sofisticado universo
propio, que corría el riesgo de fagocitarse a si mismo, le han añadido, con
gran habilidad, unas extensiones que conectan con una realidad más cotidiana y
pausible y por tanto acercan el argumento a lo coloquial con lo que ganan en veracidad
y cercanía social.
Los muertos viajan deprisa es un clamoroso reconocimiento, no exento de
ironía y sutil crítica, al mundo de la novela negra, aunque haya amores que
matan, que incluye a toda la comunidad noir: lector, groupie, escritor,
negro, librero, editor, crítico literario, blogger, periodista de
sucesos, policia, profiler, detective privado, comisario de semanas
negras, talleres literarios, incluso Pagina 2 de RTVE.
Hay humor en sus párrafos
que sorprende al no estar presente en sus novelas anteriores y que se
agradece ya que demuestra que los autores están saliendo del encorsetamiento
autoimpuesto por el que se regían y no temen salir de su zona de confort como
lo demuestra que con Los muertos viajan deprisa los autores,
reales y ficticios, ajusten cuentas con sus inicios y su entorno, cerrando
temas de anteriores novelas y dejando retratado al oropel del mundo noir.
El sueño eterno puede presentarse, sin previo aviso, a bordo del Tren Negro |
Con un inicio muy potente
de dos tramas simultaneas, una ubicada en el entorno carcelario donde reside El
Peluquero al que detuviera hace tiempo Valentina Negro, y otra con un peculiar
y violento asesinato a bordo del Tren Negro lleno de escritores con rumbo a la
Semana Negra de Gijón, ¿guiño policial a la gran
dama del crimen?, la novela anticipa que el argumento va a jugar en varios
frentes y que el ritmo frenético está garantizado.
Un nuevo buceo a las
oscuras perturbaciones del alma humana para revelarnos que para alimentar sus debilidades
las personas son capaces de fortalecer sus aspectos más malvados. Así consuman
actos delictivos que justifican como acciones de autodefensa; todo un alarde de
mente retorcida.
Y es que en la novela la
psicología de cada personaje es clave para entender sus movimientos, sus actos
y su modo de relacionarse. Los personajes de Nieves Abarca y Vicente Garrido
son siempre tan complejos como lo son las personas de verdad que a menudo
esconden más que lo que muestran y de lo que muestran la mitad es mentira.
Los autores han compuesto
su novela más ligera en la que han sabido sintetizar el relato manteniendo lo
esencial con sus protagonistas habituales, consiguiendo una lectura más ágil y más absorbente, si cabe, de lo que
nos tienen acostumbrados y todo sin perder ni un ápice de calidad literaria ni
renunciar a su estilo detallista y de descripciones eclécticas y abriéndose a
experimentar con distintos niveles de lectura al introducir narraciones dentro
de la novela como elementos de metaliteratura.
El Tenedor del Hereje: una muestra más de la inventiva creativa de la inquisición |
Los lectores no solo van
a encontrar una novela con un argumento noir potente, marca de la casa,
sino que esta vez además van a disfrutar de una crítica, contenida pero
manifiesta del amistoso mundillo
literario donde los apretones de manos, alabanzas y felicitaciones son el
reflejo, al otro lado del espejo, de envidias, rencores y puñaladas traperas y que
viéndolo en el mundo del asesinato en papel resulta aún más regocijante que en
otras profesiones.
Una única duda persiste
después de la lectura: ¿a quienes habrán matado en realidad Nieves y Vicente?
La banda sonora de la
novela la ponen The Smiths con Cemetery Gates, The Beatles
con Eleanor Rigby y The fool on the hill y
concluye con I can’t help falling in love interpretada por Elvis Presley sonando en una boda ¿de
quién?.
Las reseñas de sus anteriores
novelas pinchando sobre el título: