Hay secretos más profundos que el océano. |
Recién estrenada en Netflix, Alta Mar es una serie de corte
policiaco con enredos, robos y asesinatos que transcurre en un transatlántico y por todo ello y por su nivel de suspense pocos
dudan en asimilar su argumento a los de la Gran Dama del Crimen Agatha
Christie.
Sin entrar al trapo, baste decir que Alta Mar es resultona
y cumple muy por encima de la media, además de que cada capítulo acaba con un sorpresivo
y revelador cliffhanger que incita, sin dejar opción, al visionado del siguiente
episodio. Pretende enganchar a la audiencia y lo logra sin generar falsas expectativas.
Como toda obra coral y Alta Mar lo es sobradamente: hasta
15 personajes relevantes entre principales y secundarios pero todos
protagonistas, tiene sus altibajos en el aspecto interpretativo; unos lo hacen
la mar de bien otros la mar de mal y los más nadan y guardan la ropa; pero que
se le va a hacer estando en alta mar es normal que el buque se balancee.
El argumento es rebuscado, laboriosamente
trabajado y primorosamente vestido y ambientado. Verosímil, que ya es mucho;
con trasfondo, con antecedentes, con raíces, con giros laberínticos para que
nadie de nada por sentado, para que la duda sea compañera de viaje, para que la
sorpresa lo sea de verdad, y salte no una, ni dos, sino más veces.
Las hermanas Eva y Carolina Villanueva embarcan, junto con
dos criadas a su servicio, en un transatlántico propiedad del novio de Caro y
cuya boda se va a celebrar a bordo rumbo a Rio de Janeiro. Por motivo del
enlace, en el barco están también su tío y amigos de la familia. Durante una
noche una mujer cae al agua y la investigación por conocer su identidad y el
motivo de su deceso irá sacando a la luz nuevas y desconocidas informaciones e
identidades que traerán nuevas víctimas generando aún más misterio y suspense.
La serie busca la complicidad del policial clásico inglés con
elegidos sospechosos y ambiente restringido; le añade ritmo de thriller trufado
de acción, peleas y disparos, colaboracionismo, recién ha terminado la II
Guerra Mundial, y rencillas familiares; y referencias, esas escenas sobre todo
en el vestuario y diseño de interiores, al cine negro americano de los ’40,
época en la que está ambientada. En cuanto a vestuario cabe destacar lo
maravillosamente bien escogido y adecuado para cada clase social y para cada momento y lugar del día o de la noche.
La serie tiene su dosis de amor, varias relaciones
simultáneas, y tal vez sea lo menos creíble por eso quien quiera verla por esa
faceta tiene muchas otras series mejores. En esta el amor es un complemento que
no entorpece, un relleno que ayuda a lucir y que justifica las alianzas y las
complicidades.
Trailer oficial de la 1ª Temporada
Peca de reparto irregular, a más de uno habría que haberlo
echado por la borda en el proceso de casting, de faltarle confianza en su propia capacidad y de acercarse más a la telenovela que a una serie con
entidad propia y cede temperamento, aspereza y sexo, del
todo imprescindibles, en beneficio de ser guilty
pleasure.
Pero entonces sería perfecta y eso es imposible. Tómensela
con cava, tinto, té, café o combinados, varios, en función de la hora en que
decidan verla. Cualquier bebida casa bien con las imágenes y el ambiente a
bordo, lástima que a veces la música vaya por libre y se empeñe en ser
protagonista.
En fin, 8 episodios para esta primera temporada que con su
final, cliffhanger como no podía ser de otra manera, no deja duda alguna de que habrá que ver los 8 de la segunda, aún sin
fecha de emisión anunciada, pero a punto de embarcar.