Pensar en Finlandia y notar un estremecimiento debido al frío es todo uno. Aunque sea verano, Finlandia siempre se nos representa como un lugar donde el sol es esquivo, el frío omnipresente, la nieve sustituye al verde de los campos y al gris de las aceras siendo el gorro preferido por los tejados.
Por eso tal vez los asesinatos
sean fríos y por eso se asocien a los entrantes: después habrá más.
La inspectora Jessica Niemi
del Departamento de Homicidios de Helsinki, la capital, está en el lugar
adecuado a la hora precisa para ser la primera en llegar a la escena de un
crimen, lo que supone asumir la responsabilidad de su investigación.
Escena nunca mejor dicho, ya
que la víctima ni por ubicación ni por pose responde a una situación común:
alguien se ha tomado su tiempo para ofrecer un espectáculo con algún sentido
oculto y que va a llevar de cabeza a la policía.
Una policía que siempre va a tener
la sensación de estar vigilada y direccionada por otra voluntad distinta de la
propia. Un grupo de homicidios donde todos escapan de la normalidad y por eso,
por ese recurrente tópico, resultan atractivos al lector.
Como también resulta atractiva
la trama ya que está especialmente pensada para ello. El lector fiel es un thriller de los que juegan con baraja trucada.
De los que muestran una cara y en cuanto te despistas ya la han cambiado por
otra. De los que propician giros aunque sea con calzador. De los que, como
trileros, engañan mostrando una amplia sonrisa. De los que triunfan porque son
fáciles y adictivos. De los que mezclan ingredientes que interesan a todo lector.
El lector fiel son los macarrones
del thriller: combinan con todo y gustan a todo el mundo.
Max Seeck ha escrito un thriller que es éxito internacional y alcanzar esa cota solo se consigue dando al público lo que este demanda.
Es novela que sin duda alguna
atrapa el interés, la curiosidad ya está cautiva, y con su doble hilo narrativo:
la investigación criminal y la biografía de la inspectora responsable,
satisface distintas tipologías y niveles de lectura. Un best-seller en toda
regla que una vez empezado es imposible soltarlo. Leerlo es como ver una serie
de televisión en plan maratón.
Y, después de los macarrones
¿hay algo más?