Es Halloween cuando Ruth Galloway, arqueóloga forense, piensa en como de curioso es que, al día de los muertos, 31 de octubre, le siga el día de todos los santos, 1 de noviembre, mientras se dirige al Smith Museum, donde se ha convocado un acto mediático que debe dar testimonio de la apertura de un ataúd donde podrían encontrarse los restos del obispo Augustine que datan del siglo XIV i en el que Ruth va a tener un papel relevante por ser la arqueología forense su especialidad.
Pero a Ruth no solo le envuelven cadáveres antiguos,
inherente a su profesión y vocación, sino también modernos y recientes y lo que
debería haber sido un acto académico acaba de convertirse en el escenario de un
crimen.
Elly Griffith sigue evolucionando su personaje y los
secundarios de su entorno; les da más voz y los deja más libres para que tomen
sus propias decisiones y aprendan, o no, de sus errores.
Como autora se deja aconsejar por sus criaturas; como
escritora pule su lenguaje para hacerlo cada vez más poético si cabe. Sus
argumentos se sostienen sobre misterios no resueltos por la Historia, pero
presentes en todas sus edades, como la superstición, la magia y la hechicería.
Y en esta ocasión, incluye también una clara crítica hacia
los efectos de un colonialismo malsano, que desprecia a indígenas y costumbres
locales, y el expolio de bienes culturales asociado al de materias primas que
dejan a los países sin recursos ni futuro.
Y aborda una trama criminal relacionada con el tráfico de
drogas que ha desarrollado un sistema de mulas tan original como despreciable.
Ruth Galloway es la protagonista de una serie de novelas,
cuatro con esta, traducidas, que empezaron muy centradas en el aspecto
policiaco y están evolucionando hacia un aspecto más personal e intimista.
Ruth ha pasado de ser una joven entusiasta a una madre responsable
que aún pugna por conciliar la vida profesional y personal y salir indemne, mientras
sostiene una pugna para dilucidar su futuro entre lo que dicta el corazón y lo
que le dicta la razón.
La herencia de los huesos es
una novela policiaca donde las subtramas son meandros, con sus erosiones y sus
sedimentos, que enriquecen un único argumento.
Se requiere lectura reposada para poder experimentar las
vicisitudes y sentir las emociones de la protagonista.