Las razones que conducen a la escritura de una novela policiaca son inherentes a cada persona y todas válidas. Otra cosa es el resultado. Así Agatha Christie empezó retada por su hermana y el resto es historia; o Sue Grafton que decidió que matar en la ficción le ahorraría problemas y cárcel a raíz de un penoso divorcio y ahí está su alfabeto del crimen.
Por eso el hecho de Nina Simon haya escrito Asesinatos
en familia, un domestic noir en el que el caso policial va de la mano de dramas
familiares, proyectando en la novela su propia situación de desesperación y
amor, es una razón como cualquier otra para iniciarse como escritora de misterio,
y quien sabe si el tiempo dirá que de las buenas.
Así, Asesinatos en familia, es el resultado de una
catarsis familiar que a su vez es una catarsis familiar. La primera a cargo de
la autora y su madre y la segunda de las protagonistas, las mujeres de la
familia Rubicon.
Protagonistas femeninas, en la más pura esencia del
domestic noir, que representan tres generaciones y tres formas de afrontar la
vida. Abuela, madre e hija, o madre, hija y nieta, como prefieran enfocarlo.
Lana, la mayor, residente en Los Ángeles, se muda temporalmente por razones de salud a casa de su hija Beth en Elkhorn Slough, un estuario donde las ciénagas están habitadas por numerosas especies de aves y mamíferos. Jack, la hija de Beth y nieta de Lana, combina sus estudios trabajando a tiempo parcial como guía de kayak para turistas ansiosos de turismo fluvial y ecológico.
En una de las excursiones, Jack, diminutivo de Jacqueline, se
encuentra con un cadáver y acaba siendo sospechosa. Esta absurdidad se
convertirá en un magnífico motivo para que su abuela recupere la energía e
inicie una investigación que no solo exculpe a su nieta, sino que le permita
descubrir al verdadero asesino y reafirmarse como alguien que todavía tiene
mucho que decir en la vida.
El caso, como el estuario donde trascurre, tiene sus
meandros, sus corrientes y sus cambios de nivel de agua sujetos a mareas influenciadas
por la Luna. Así la investigación y por ende también la novela es la suma de
una maraña de conflictos sentimentales y heridas no curadas que se alían con
intereses económicos e ideales de superación personal.
Las redenciones familiares se apoderan de la trama que, vehiculada
por las investigaciones policial, oficial, y la detectivesca, amateur, desnuda
los sentimientos de las familias al irse despojando de los reproches que
llevaron a separarse e incomunicarse hasta este momento.
Un domestic noir que tiene mucho de domestic y menos de noir,
y que resulta una lectura tan ligera y fácil, como deslizarse con un kayak por
una marisma plácida sin nada de viento.