Próximamente
dedicaré varios fascículos de El Mussol Maltès a informar sobre la oferta
literaria, cinematográfica y televisiva para su deleite.
En
esta ocasión la reseña es un pequeño aperitivo, servido en forma de relato
escrito por el maestro del género de terror, cuando no horror, Stephen King.
Steven
Davis llega a casa del trabajo y encuentra una nota de su mujer Diane, Diane Coslaw,
en la que se despide, le pide el divorcio y le comunica que pronto tendrá
noticias de su abogado.
Al
asombro por parte de Steven le sigue el desconcierto y van aflorando otros
sentimientos, aunque se fija un objetivo y es recuperar a su mujer como sea.
Mal
momento para dejar de fumar. Y más si se es un fumador empedernido.
De
repente, entre los nubarrones, un rayo de sol: una invitación a un almuerzo el
jueves al mediodía con Diane y su abogado. Una encerrona pensará alguien, una
oportunidad de tenerla cara a cara y recuperarla, piensa Steven.
Y ese es el principio de todo. O el principio del final. No les diré más, si desean saber que ocurrió en ese almuerzo tendrán que ir al Café Gotham.
Stephen
King hace alarde de su humor negro y echa mano a sus existencias gore para
derrocharlas sin recato y ofrecer un relato criminal hijo de sus particulares
pesadillas terroríficas con las que se ha hecho famoso al pasarlas a papel y aún
más a cine.
Almuerzo en el Café Gotham es una lectura con ilustraciones que ponen la tilde en aquellos aspectos relevantes y conforman un conjunto sencillo pero satisfactorio.