La Ciudad de Cristal se antoja transparente con todo a la vista, La Ventana Indiscreta es la consecuencia de la anterior, de ahí que La Ciudad Esmerilada posibilite que pase la luz a la estancia, pero aplica una reserva respecto a mostrar lo que en ella sucede.
Hay ahí un evidente
homenaje a ambos títulos, a ambos autores Auster i Woolrich, éste eclipsado por
la adaptación de Hitchcock, por eso la trama es deliberadamente meticulosa,
inteligente y angustiante.
La desaparición de un niño
actúa de pseudo McGuffin, por esa sombra alargada del cineasta rey del
suspense. La trama se muestra como un gran mapa que va abriendo un pliegue
detrás de otro para mostrar distintas subtramas, a cuál más interesante, que van conformando una sola imagen.
Una desaparición infantil,
el hallazgo de una mujer muerta, claramente asesinada, la presencia de una
jueza sustituta, la investigación para una tesis doctoral, la recepción de
correos electrónicos crípticos e inquietantes, y más hechos, van a ir
encontrando su lugar en una trama precisa, una historia policiaca que va
volviéndose ominosa a partir de un segundo asesinato.
Pero lo que hace que una
historia policial sea grandiosa es su escala humana. No solo es su
verosimilitud o su argumento sin fisuras, ambos factores imprescindibles, sino
sus protagonistas.
Y La Ciudad Esmerilada es una gran novela de personajes; y esto es así porqué su autora, Mar Aísa Poderoso, es una escritora de tramas y personajes nada planos y si muy coloquiales que actúan con naturalidad.
Eso que parece una
perogrullada es en cambio algo cada vez más difícil de encontrar y esta novela
es generosa en su tratamiento. Se conoce más a la gente por los actos que por
las palabras y la autora, que lo sabe, deja que sus personajes sean todo lo
tridimensionalmente humanos que permite el papel, para que sus acciones se
correspondan con su idiosincrasia.
No menos de 17 personajes,
entre principales y secundarios con participación activa, forman el elenco de
esta novela. lo que permite a la autora ofrecer un amplio abanico de
caracteres, hábitos y rutinas, y permite al lector trasplantarlos a la vida
real e incluso asemejarlos a vistos o conocidos al resultar próximos y nada estereotipados.
La novela, en un rasgo identificativo de su autora Mar Aísa Poderoso y habitual en sus obras y que se agradece enormemente, contiene referencias literarias y artísticas que siempre tienen su razón de ser, pues tanto ayudan a comprender a una persona como sirven para deshacer un nudo de la trama; a la vez que alimentan culturalmente y estimulan intelectualmente.
Si la novela es un agradecido y merecido reconocimiento al, gran, escritor Paul Auster y a su obra, el reciente fallecimiento de este le aporta un plus de complicidad que la hace aún más entrañable.
De esta autora, en este
blog, ya se han reseñado sus dos obras anteriores tan recomendables como esta
tercera: