Una novela negra buen ejemplo de scandi noir. |
Seres insignificantes buscan su notoriedad aliándose con
otros más poderosos, como hacen los pluviales, esos pajarillos limpiadientes de
los cocodrilos, cuya misión consiste en ejecutar tartrectomías,
alimentándose con lo que extraen, y avisar con su canto de cualquier peligro.
Ese mutualismo animal confiere ventajas a ambas especies y
son tan necesarios que la desaparición de una pondría en riesgo la otra, de ahí
que el pequeño se sienta confiado en su indispensabilidad aunque no esté nunca
del todo seguro de no que sea sustituible.
En la especie humana también se da esa relación aunque se
manifieste de múltiples y complejas formas. Hay quienes viviendo a la sombra
viven también de ella.
Esther de Laurenti tiene huéspedes en su casa familiar de
Copenhague y procura que la relación no sea solo de casero inquilino sino que
tenga más proximidad, un cierto mutualismo equilibrador de estados de ánimo y
compensador de soledades.
Por eso cuando una de sus inquilinas aparece en su
habitación brutalmente asesinada, en un ataque con cierto contenido ritual y
que, sin saberlo ni desearlo, ella puede haber inspirado, le duele tanto como
si el daño se lo hubiesen infringido a ella y cuando, a medida que avance la
investigación, disponga de más datos no duda en involucrarse más allá de lo
recomendable.
El inspector Jeppe Korner comanda el equipo de
investigación con Anette Werner, su compañera habitual, en una relación que
para nada se ajusta al concepto que se tiene de una pareja policial y sí mucho
a la de una pareja de ancianos, cuando en cambio su edad evidencia lo contrario.
El hecho de que estemos ante una novela nórdica, nordic noir o scandi noir, ya nos tiene que poner sobre aviso sobre lo que va a
ofrecer, como y a qué ritmo.
Unos personajes que de tan contenidos pareciera que carecen
de aristas y no es así. Si acaso Jeppe ofrece más ángulos con sus problemas
sentimentales que afectan a su autoestima pero con la distancia que interpone
en sus gestos y sus relaciones, incluso las íntimas donde solo hay urgencia y
búsqueda terapéutica, no hay riesgo de que invada ningún espacio vital.
La trama se despliega a ritmo secuencial; no hay giros, si
acaso nuevas vías de investigación que explorar. Y es que la novela es eso y
sobre todo eso: una novela de investigación policial. Un paso detrás de otro,
nada sin comprobar, nada sin remover.
Katrine Engberg |
En La estrategia del
cocodrilo los personajes son los objetos y sujetos de una investigación que
va desgranándose con detalle quirúrgico y parsimonia forense, analizando sus
comportamientos, inclinaciones y sensibilidades para ir descartando sospechosos.
Katrine
Engberg ha escrito un buen ejemplo de scandi noir. Habrá que esperar a las nuevas entregas (ya hay tres novelas
más publicadas y aún no traducidas) para conocer el nivel de consolidación y
grado de avance de esta escritora ya que muestra potencial para ser optimista.
Mientras tanto pueden verla y escucharla este viernes 31 de
enero a las 17:15 en la Mesa Redonda titulada “Aeropuerto T-2” en la Biblioteca
Jaume Fuster, dentro de los actos de la BCNegra 2020.