miércoles, 24 de agosto de 2011

Día Internacional de Leer Cómics en Público

Por segunda vez en su historia este 28 de agosto se celebra el Día Internacional de Leer Cómics en Público.

De lo que se trata es de leer un cómic, un tebeo, una novela gráfica, en un lugar público a la vista de todo el que pase.

Cualquier lugar es válido mientras sea visible por los demás: sala de embarque de un aeropuerto, hall de un hotel, autobús, metro, playa, piscina, restaurante, bar, escaleras de un edificio reconocido, banco de un parque o jardín...

Lo importante es que la gente vea que lo que está leyendo es una obra de arte secuencial. Y que lo está haciendo en pleno uso de sus facultades mentales y que lo está disfrutando.


Todo el mundo está acostumbrado a ver gente leyendo libros, revistas y periódicos de forma habitual ¿pero cuantas veces se ve a alguien leyendo un cómic?

¿Seguimos con la vieja idea de que los cómics o son para niños o son para frikis que leen en la intimidad de su habitación? ¡Vamos a darle un empujón al cambio de mentalidad!.

Salgan a pasear con un cómic bajo el brazo. O mejor lleven dos, quien sabe, igual hacen una nueva amistad. También pueden llevarse ese que ya no quieren y regalarlo.

Tómense una foto mientras lo leen y exhíbanla con satisfacción en su facebook, o manden un tweet o súbanla a su álbum Picassa o flick-r o mándela a sus amigos por correo electrónico. Servirá para demostrar que usted ese día fue militante de una buena causa cultural.

Desde este blog interrobang les proponemos sacar a luz del día y exponer a la opinión pública un cómic de serie negra, serie policial, de detectives, en fin ya saben: serie interrobang

Anoten en su agenda interanual el 28 de agosto como el Día Internacional de Leer Cómics en Público para que el próximo año no les coja desprevenidos.

Coincide, y no por casualidad, con el aniversario de Jack Kirby (28.08.1917–06.02.1994), para los que no lo conozcan decirles que su influencia en el mundo del cómic es como la de Spielberg en el cine.

El 28 es también el aniversario de mi hijo Nil. Cumplirá 12 y dibuja cómics. Que quieren, es pasión de padre.

jueves, 11 de agosto de 2011

Invitación a un asesinato

En la novela Invitación a un asesinato la autora, Carmen Posadas, hace gala de su cultura con algunas citas literarias y cinematográficas; a mi me viene al pelo una de la película Gilda para posicionar esta novela dentro del género interrobang: es aquella en la que a Johnny Farrell (Glenn Ford) se le etiqueta como patán en lugar de caballero.

Cierto que hay una muerte, en un yate en alta mar, o sea, espacio cerrado con unos pocos invitados que a la fuerza son sospechosos. Pero es que no he sabido encontrar nada más. En un brillante ejercicio minimalista la autora nos vende una novela donde por primera vez en el género interrobang lo importante no es el asesino, ni el asesinato, ni el detective, ni el motivo, ni el entorno...

Lo siento no tengo respuesta a la pregunta que se están formulando.

Una vez nos han presentado los actores del drama, la trama ya no avanza, se repite una y otra vez dando vueltas a lo mismo. Se explican las mismas biografías sin añadir nada relevante. No hay una investigación; es una situación desesperadamente circular. A la novela le sobran palabras, que acumulan líneas que se agrupan en párrafos que conforman páginas de las que sobran un montón.

Me acerqué a esta novela pensando que efectivamente, así se ha repetido en todos los medios e incluso por la misma autora, era un homenaje a Agatha Christie. Una vuelta de tuerca más al asesinato en espacio cerrado y reducido número de sospechosos del que la autora británica ha hecho maestría, y a la que tengo un especial cariño.

Y no tiene nada de eso, excepto que la autora destripa por tres veces, por si con la primera no hubiese habido bastante, lo remata, el argumento de El asesinato de Roger Ackroyd.

Contar el secreto de esta magnífica novela que revolucionó conceptualmente el arte narrativo de la novela enigma o es una frivolidad o es un signo de presunción que en cualquier caso no tiene justificación alguna.

Y nombrarla cada vez La muerte de Roger Ackroyd cuando el libro es comúnmente conocido como El asesinato de Roger Ackroyd, se antoja un esnobismo british totalmente gratuito.

Y ya puestos, ¿por qué titular un capítulo Diez Negritos, cuando ni son diez los invitados ni diez los asesinados?, ni hay isla de por medio?; por no hablar del nombre del yate... esplendida novela otra vez de la maestra Christie y triste elección para bautizar un barco, pero en fin capricho del dueño, que para eso lo es sin que eso implique tener buen gusto.

Cuando se pretende homenajear a un autor o a su obra, la fina línea que separa la copia del pastiche es tan delgada, pero tanto, que hay que ser muy buen equilibrista para cruzarla y llegar al final sin caer en ninguno de los lados. Oscuros ambos. Cuando se pretende homenajear a alguien hay que conocerlo como si se le hubiera parido. Y así puede uno acercarse con gratitud y con respeto.

Y me temo que la escritora no lo ha conseguido, denota una agradable devoción por lo artificial. Confío en que su incursión en el mundo interrobang haya sido fruto de esta moda que nos envuelve y una vez satisfecho el antojo siga su camino por otros cauces literarios, sin olvidar el respeto y la conservación del secreto de las obras de sus colegas.

Si ya la han leído, o a pesar de este post del blog interrobang o gracias a el, deciden hacerlo, comenten por favor. No olviden que cuantos más puntos de vista más cosas se ven. Y que la opinión es libre y no es patrimonio de nadie.

lunes, 1 de agosto de 2011

Venganza en Marruecos


Venganza en Marruecos no es un cómic como los que venimos posteando habitualmente en el blog interrobang, sino más bien una novela punteada de ilustraciones de múltiples tamaños y formas que son como distintas notas musicales de un grupo con varios instrumentos.

Una novela escrita a partir de un guión seco, austero y con desapego, ideal para describir una venganza, del polifacético artista Tito Topin (este hombre hace de todo: no se pierdan su web). Y unas ilustraciones que son el contrapunto de luz y de musicalidad al texto, obra del particular ilustrador y dibujante Loustal.

Si en un post anterior elogiábamos la perfecta armonía entre el tandem Vargas-Baudoin, ahora nos encontramos con algo igual pero por su contenido narrativo y su estilo de dibujo y color, completamente distinto, completamente opuesto y sin embargo ambos verdaderamente buenos.

Loustal va explicando la misma historia que la novela de Topin pero a su aire, con una serie de instantáneas, como las fotografías que tomaría cualquier viajero interesado por captar esos mágicos momentos con los que se atraviesa en cualquier momento, en cualquier país.

Estas instantáneas parecen fotogramas elegidos al azar. Loustal las acota con unas breves frases al margen, como notas colgadas al lado de los cuadros de una exposición, y poco a poco, en saltos temporales más o menos secuenciados va componiendo el puzzle al que nos ha ido conduciendo desde el principio aunque nos parecieran imágenes inconexas por no saber andar a su ritmo narrativo.

Sus dibujos son momentos robados a la realidad. Son pasiones extirpadas del contexto. Son sensaciones y son sentimientos expuestos a la luz.

Cualquiera de nosotros podemos, a través de ellos, recuperar nuestros propios momentos, nuestros propios recuerdos porque la emotividad la tenemos todos y esto es lo que hace que el dibujo de Loustal sea especial. Porque lo vivimos visceralmente. Porque lo sentimos dentro y directamente sobre la piel.

Una cámara capta la imagen que estamos viendo, Loustal dibuja la imagen que estamos sintiendo.

Estamos ante un artista que dibuja cómics, si, pero sus cómics juegan en otra división. Verán que sus colores son siempre calidos, no solo porque iluminen escenarios, situaciones y protagonistas en un país mediterráneo sino por que es así siempre aunque pinte complejos dramas de incierto desenlace como en este cómic, Venganza en Marruecos que hoy les recomienda este blog interrobang.

Si la venganza hay que servirla fría, desde luego bajo el sol de Marruecos no es el mejor lugar, pero quien sabe. Léanlo y comenten para que todos conozcamos sus impresiones.


Enlaces de interés para ampliar la información sobre los autores


Tito Topin en wikipedia

Su propia Web





Su propia Web
http://www.loustal.net/ (pinchen sobre los dibujos)

Una entrevista http://www.entrecomics.com/?p=56914

jueves, 21 de julio de 2011

Uno de los muertos

Uno de los muertos es una novela de fácil lectura, con algún quiebro en calle equivocada que hacen que el avance titubee en algún momento pero que para nada llega a penalizarlo.

La trama de Uno de los muertos se inicia con muy buen pie y aunque decae un poquito no frustra al lector que una vez entiende que mantener el nivel inicial era tarea de titanes se deja llevar en este viaje cabeceante de un lugar a otro, de una situación a otra en una suerte de ruta de los elefantes literaria.

Tiene un argumento claro que se nutre de una galería de personajes de todos los estratos sociales, de un amplio muestrario de paisajes urbanos, interiores y exteriores, de una experta elección de vinos y comidas en locales ad hoc y con una buena recreación de sueños realizados... pero, ¡otra vez el pero!, a la novela le falta una pizca de literatura para rellenar el guión. Demasiada estructura y poca forma, demasiado esqueleto y poca carne.

Había que rectificarla de sal antes de emplatar y darle más cuerpo a las existentes descripciones de calles, bares y restaurantes; darle más alma a los personajes además de los magníficos diálogos que tiene, acertados y ocurrentes, propios de sitcom televisiva. No en vano es como se gana la vida el autor.

Retorciéndola para conseguir exprimirle a la trama unas gotas argumentales menos previsibles y estaríamos ante una novela casi perfecta, porque de redonda ya lo es. Y ágil y divertida. Y es una buena novela negra nuestra, de Carlos Luria, periodista, guionista y un autor que a poco que se ponga en ello puede darnos muchas alegrías.
Bartolomé es uno de los personajes que cuando aparece por la novela la engrandece con ese corazón que tiene y llena las páginas de una humanidad envidiable. Y los Cuentos Cortos de Carbonell merecerían figurar completos en un apéndice al final: me los pido si se editan por separado.

Pueden leerla con la tranquilidad de saber que están ante algo muy digno. Este verano puede ser el momento adecuado, no dejen para mañana lo que puedan leer hoy. Y en la vida elijan ser uno de los vivos, ya que ser Uno de los Muertos no les daría ninguna opción de preguntar por los burdeles de Boston y se quedarían sin saber que significa.

Estén o no estén de acuerdo demuéstrenlo aportando su comentario. Es gratis.

viernes, 15 de julio de 2011

Restaurant Can Solé

Restaurant Can Solé

C/ de Sant Carles, 4, Barcelona
Tel. 932 215 012

http://www.cansole.cat/

El restaurante Can Solé está en la Barceloneta, ese pueblo marinero edificado sobre mar y arena que configura el sea line de Barcelona, y lo está desde 1903 por méritos propios. Ocupa la base de un edificio en segunda línea del paseo, donde hay que ir sabiendo donde se va (lo que no es difícil si nos atenemos a que aparece en todas las guías, y cuando decimos todas, es porque son todas).

Nada más entrar sentimos la familiaridad del entorno porque es como si entráramos en casa. La disposición de las mesas, las fotos con dedicatoria que llenan las paredes (“y las que tengo que ya no se donde ponerlas”) y la cocina al fondo, al descubierto sin trampa ni cartón.

Josep María se desvive por los amigos, conocidos y habituales y se esfuerza en conocer a los nuevos, a los transeúntes. Tiene un momento para cada mesa y repite para recabar impresiones sobre las recomendaciones efectuadas. Está en todo, con todos y en todas partes.

Josep María define a Can Solé como un restaurante de cocina catalana, mediterránea y de mercado y se enorgullece de no servir nada que el no comería, por ejemplo hace cerca de seis meses que no tiene merluza por que no le satisface la materia prima que encuentra, y es uno de los pocos restaurantes que tiene habitualmente dátiles, uno de los bivalvos más exquisitos que existen y que solo se dan en unos pocos kilómetros del litoral tarragonés.

El restaurante Can Solé es uno de los que, agrupados como Barceloneta Cuina, mantiene su apuesta por la calidad y la tradición y uno de los que se prestó con entusiasmo a ofrecer la cobertura gastronómica de la Semana Negra de Barcelona. No en vano mantuvo toda la vida una estrecha relación con nuestro maestro del género negro Manuel Vázquez Montalbán que, siendo un exquisito paladar andante, no podía evitar la recurrencia a sus mesas.

El menú negro y criminal de la Semana Negra de Barcelona fue:

· Croquetas de jamón y foie
· Sepia al horno con tomate al estilo Can Solé
· Arroz caldoso con espardenyes (cohombros de mar)
· Praliné
· Helado de la casa


Y para acompañarlo eligieron (¡ahí es nada!) el albariño Frore de Carme.

Y de este menú, como no podía faltar una receta, Josep María ha elegido:

Sepia al horno con tomate al estilo “Can Solé”

Ingredientes para 4 personas:

4 sepias medianas total (+/- 800 grs.)
350 gr. de salsa tomate
Ajo picado                                                           
Perejil picado
Sal                                                                       
2 hojas laurel
Aceite oliva virgen



Preparación:

Se escaldan las sepias en agua hirviendo con sal y laurel durante 5 minutos.
Luego las enfriamos, limpiamos y cortamos a trozos no muy grandes, las colocamos en una bandeja con el ajo, el perejil, la salsa de tomate y el aceite.
Ponemos la bandeja al fuego sofriendo y mezclándolo todo durante 2 ó 3 minutos. Después pasamos la bandeja al horno precalentado a 180º C durante 15/20 minutos aproximadamente. Pasado este tiempo pinchamos la sepia para comprobar si está lo suficiente tierna para servir y emplatamos.


¿A que tiene buena pinta?, pues el mercado les espera y su ansia de cocina pide satisfacción. Ya nos contarán la experiencia.