martes, 15 de mayo de 2012

Eladio Monroy y Alexis Ravelo

Se necesitaría más de una vida, muchas más, para poder dar cuenta de toda la lectura de género a nuestro alcance. Y como que no hay garantía de que la rueda de reencarnaciones exista, jueguen sobre seguro y no se vayan de este mundo sin haber leído a Alexis Ravelo.

Es este un escritor de Las Palmas de Gran Canaria, población que parece no tener gentilicio propio lo que supone que sus habitantes se agrupen en tres facciones: para algunos es un insulto y para otros una seña de identidad por omisión. Y Eladio Monroy, el protagonista de sus novelas, parece pertenecer al tercer grupo de opinión: yo soy porque existo y no por estar donde esté.

Alexis comparte con Eladio el que ambos lucen cabeza como bola de billar y Ravelo comparte conmigo un anagrama del mismo apellido. Ambas características son pura coincidencia y no contienen mensaje subliminal alguno: ni Alexis encaja puñetazos y cuchilladas todos los días ni yo escribo novelas y ya me gustaría tener su talento.

Y es que las novelas que protagoniza Eladio Monroy son de ese género negro, urbano y canalla que ahonda en los males de nuestra sociedad para extirpar pus y sangre podrida en un intento de librar de letales indeseables nuestra cotidianeidad.

Eladio es un ex-marinero que un accidente ha dejado en dique seco. Y aunque ahora ande sobre tierra firme el suelo no deja de moverse bajo sus pies. Complementa su pensión ayudando a conocidos con trabajos para la comunidad que consisten en buscar cosas y personas y acaba encontrando lo que no debería si alguien no lo encuentra antes a él: ambas situaciones acaban siendo comprometidas y peligrosas.

Su pundonor que no violencia gratuita, le permite afrontar cualquier ataque sin amedrentarse y tiene claro que en estos casos quien da primero da dos veces, por lo que no se para en códigos de honor más allá del que pueda garantizarle la supervivencia.

Es bravucón pero no pendenciero, cínico pero respetuoso, sarcástico pero de buen corazón y sobre todo es independiente como un gato salvaje que, no rechaza unos mimos pero prefiere mil veces la incomodidad de la intemperie bajo una noche estrellada a la confortabilidad de la rutina de ahí que su relación con Gloria, vecina fija, amante ocasional y aspirante a pareja estable, no acabe de definirse.

De ahí también que se sienta tan a gusto con la militancia anarquista de Manolo, el de la librería o con la mala leche de perro ladrador de Chapi, el del taller, o con la gran humanidad que destila en cada gesto y en cada palabra Dudú, el mecánico o con la habilidad para hilvanar frases enteras con un solo alzamiento de ceja de Casimiro, el del bar o con la integridad a pesar de ser madero o precisamente por eso de Déniz, el comisario o con la voz aterciopelada de melocotón de Paula...

Alexis Ravelo le da a cada personaje un hábitat, un ecosistema propio, para que allí desarrolle sus vicios y sus virtudes y casi se diría que son ellos los que le permiten al autor el que los visite, tal es su nivel de realismo y su sentimiento de propiedad que ha ido adquiriendo a lo largo de las novelas de la parcela que les fuera otorgada.

Solo un buen escritor es capaz de combinar la poesía y la filosofía con el reparto de puñetazos y el brillante volar de las navajas sin que parezca una boutarde y Alexis Ravelo lo consigue de pe a pa. Hace que escribir parezca fácil.

Tanto Tres funerales para Eladio Monroy, como Sólo los muertos como la última Los tipos duros no leen poesía, son historias que eligen al lector como saco de entrenamiento y golpean duro sin miramientos, sin concesiones; buscando el punto débil pero jugando limpio, ningún golpe por detrás ni más abajo de la cintura. Son realidades fabuladas, de esas con las que te puedes topar a la vuelta de la esquina, de ahí que su credibilidad esté garantizada y la facilidad con la que se explica sea tan auténtica.

Después de su lectura toca relajarse con la interpretación de las cubiertas: magistrales. Ojalá todas las editoriales, como ha hecho Anroart, tomaran ejemplo de como diseñar cubiertas, ojalá más contrataran a Fernando Martínez “Montecruz”. Un mago del pincel que con pocos colores y con economía figurativa consigue captar la esencia de la novela que protege y darle un toque personal al libro.

Recomendación con garantía de origen. Se leen de una tirada y se queda con ganas de más. Léanlas por orden cronológico y como los vinos que se sirven en una comida, verán como van de más a mejor. Ah! Y no salgan de casa sin bolígrafo nunca más. Da igual el diseño, el color de la tinta o la marca.

Alexis, http://alexisravelo.wordpress.com/ si lees esto y la decisión de continuar o no la serie con una cuarta novela, depende de algo, piensa que un póquer siempre gana a un trío.

Post scriptum:
Del mismo autor pueden consultar en este blog:

Morir despacio (la cuarta protagonizada por Eladio Monroy)
Las flores no sangran
La estrategia del pequinés

viernes, 11 de mayo de 2012

La Tabla de Flandes

Hace unos pocos meses, en un blog literario y a propósito del análisis de una obra actual de Arturo Pérez Reverte, comenté que los reparos a comulgar con un autor y con su obra provenientes del conocimiento que tenemos de él por sus apariciones públicas, son inherentes a nuestra percepción humana pero no deberían de ser el único motivo para acercarnos o alejarnos de su obra, aunque sea difícil la disociación.

Esto venía cuento de que había comentarios que descalificaban al autor por conocerlo solo en su faceta de tertuliano polémico y twitter exacerbante sin opinar sobre su obra que era de lo que trataba el post. Algo parecido a lo que sucede con, la ahora novelista negra, Maruja Torres, que despierta simpatía y animadversión a partes iguales.

Yo defendía su obra aludiendo que, aunque su carácter, su actitud para con la vida, pueda gustar o repeler, es un magnífico prosista y que nadie al que le guste la buena literatura debería dejar de leer alguna de sus novelas que me atrevía a clasificar en tres facetas:

•  el contador de ficción donde descubrimos su imaginación y su erudición cultural (p.e. La Tabla de Flandes)
•  el contador de realidades donde deja gotas biográficas e históricas de sangre y sudor ya sea en primera o en tercera persona (p.e. Territorio Comanche)
•  el crítico social de verbo rápido (p.e. sus artículos periodísticos agrupados en varios libros).

Y al hilo aprovecho para recomendar, a quien a pesar de todo aún no la conozca, la lectura de La Tabla de Flandes (la versión cinematográfica como si no existiera por favor).

Es esta una novela de 1990 que aunque tiene más de enigma que de negra, no es ni lo uno ni lo otro sino algo nuevo resultante de mezclar ambos géneros y añadirle una patina de Historia.
La parte de genio literario que tiene Pérez Reverte se muestra en su habilidad para flexibilizar los cánones que enmarcan los géneros pero sin romper esquemas para conseguir una trama en la que todo tenga razón de ser y pueda ser explicado.

El autor recoge la esencia de la novela enigma, detectivesca, léase la falsa sospecha, las pistas de interpretación analítica, la perspicacia del detective aficionado y la esencia de la novela negra representada en el determinismo de las clases sociales, el desarraigo, la corrupción y la ley, y con todo ello ofrece una alternativa que asegura que hay vida más allá de los clásicos.

Claro que esto que ahora resulta tan habitual e incluso pueda parecer pueril, veintidós años atrás, en este país, era novedad y casi atrevido.

En La Tabla de Flandes hay enigmas a resolver y asesinatos a investigar. Hay espacios cerrados (¡más cerrado que un cuadro!) y abiertos (¡más abierto que una ciudad!). Hay reposos deductivos y acciones dinamizadas. Hay bien y mal. Hay justicia legal y justicia arbitraria. Hay ley y hay honor.

Todo gira sobre un cuadro, La partida de ajedrez, de Pieter Van Huys y el trapicheo del submundo del arte, las subastas y el coleccionismo.

Perfiles, caracteres, actitudes conforman a cada personaje como si fueran las piezas de ajedrez de una partida empezada hace cientos de años.

Es una partida de ajedrez empezada que se juega para atrás (absolutamente recomendable y una gozada para quienes sepan jugar; inténtenlo) y que se juega para adelante (más difícil pero no menos estimulante; pruébenlo), en una clara alusión a que si alguien mató entonces nada impide que alguien lo haga ahora.

No se enroquen i acepten el envite. La partida está servida.

domingo, 6 de mayo de 2012

Tom Z Stone

Tom Z Stone es una novela negra de J. E. Álamo, con deje peliculero que supura desparpajo y amplio sentido del humor; es un cariñoso homenaje a la estela de Spade y Marlowe aunque ambientada en una época convulsionada por la aparición de un inexplicable fenómeno que hace regresar muertos a la vida.

“Z” de Zínico, de Zolitario, de Zeta, de Zombi, aunque esta palabra esté en desuso y ahora se emplee Reanimado, lo que no resulta tan peyorativo después que George A. Romero presentará a ese conglomerado de babosos descoyuntados y hambrientos harapos humanos.

Thomas es un zeta, hablando en plata alguien que murió y ha vuelto y vive, es un decir, en la costa mediterránea. Ejerce de detective de los de despacho cutre, secretaria quita hipo, cuando se suelta el pelo y se quita las gafas, bourbon Jack Daniel’s y casos que caen en cuentagotas y que no dejan dinero en el cajón. En la cuenta bancaria telarañas.

Tom ironiza constantemente, alcanza el sarcasmo, corrosivo y cáustico, con la facilidad que confiere el cinismo de quien lo ha perdido todo y aunque ahora consiga algo sabe que está condenado a volverlo a perder.
Habla más de lo que debiera y hay ocasiones en que en boca cerrada no solo no entran moscas sino que evita que salgan dientes. Bebe todo lo que se le ponga por delante Whisky, vodka, cerveza, orujo... y bebe más que habla. Y fuma, Camel, más que bebe. Y tiene un gato al que llama gato. Y pasa la vida esperando la muerte.

Y de repente, el bombón. Las curvas enfundadas en lycra de mujer. El sueño eterno del detective clásico de película clásica de cine negro clásico. La mujer fatal a la que el foco fija su luz sumiendo todo lo demás en penumbra (de ahí aquello de luces y sombras del cine negro). La mujer fatal que entra, fuma, llora, bebe, seduce, contrata y paga bien.

En la novela hay normales, también conocidos como borregos, reanimados, desgastados, terminales... todos viviendo juntos pero no revueltos. Y Tom debe vérselas con lo peor de lo peor. Resulta que el bombón estaba envenenado, pero ya se sabe que nadie contrata a un detective y menos la esposa del malo malísimo de la ciudad, si el caso es limpio y transparente como la ginebra.


Tiene momentos geniales y originales, momentos tensos de dureza y sangre y momentos en que roza la parodia, sin duda por las interrupciones publicitarias que explican como y porque se produjo el FR y sus consecuencias y que tienden a relajar la tensión que conlleva el argumento, por lo que hay que acelerar de nuevo a cada capítulo y puede resultar fatigoso.

Es, indudablemente, una revisión amable del género de novela negra hard boiled que parece haber pasado desapercibida de forma incomprensible en los círculos habituales. Denle una oportunidad y verán como no se arrepienten.

El 7 de agosto de 2012 está a la vuelta de la esquina. Es el día del FR. No se ustedes, pero yo, como ya la he leído, tal vez tome alguna medida de precaución.

Otros post de Serie Z con Serie Negra publicados:


Post scriptum: reseña de Let it be  segundo caso del detective Tom Z Stone también disponible en este blog.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Puentes y Sombras



Sevilla tiene un color especial,
Sevilla sigue teniendo su duende
Me sigue oliendo a azahar
Me gusta estar con su gente



Sevilla omnipresente en toda la novela, interactuando en todo momento como marco donde se desarrolla la acción y a la vez como personaje principal. Arte y parte.

Puentes y Sombras es una novela escrita por Fernando De Cea, con oficio, con cariño y con un tiempo narrativo muy medido. Diapasonado.

Es una novela de suspense con ganas de ser negra. Y es sobre todo una enorme novela coral que perfila y personaliza convenientemente a sus protagonistas confiriéndoles antecedentes, caracter e individualidad. El carácter conlleva el comportamiento y así nadie hace nada en desacuerdo con su forma de ser.

Con muertes y asesinatos levantados sobre una base de bajos fondos y  denuncia social, las relaciones entre los personajes se van estrechando para dar paso a múltiples situaciones cruzadas que configuran un día a día creíble en su devenir cotidiano.

La labor policial sigue una línea evolutiva, sin saltos ni trampas que permite ir descubriendo cada cosa en el mismo momento en que sucede. Si acaso se echa en falta la habitual sección gastronómica tan imprescindible últimamente en las novelas de género y que resulta muy agradecida ;-)

A pesar de predominar los protagonistas masculinos: Enrique, Roberto, el Gabacho, Jaime, Dani, Rodrigo, Vicente, el Moro, Cisco, Cesar, Jorge... sobre los de género femenino: Merche, Cecilia, Ana, Sam, Rocío, Isa, Lola, Milagros, Nancy... es indudablemente una novela de mujeres.

Mujeres que actúan con determinación, con energía, con amor, con valentía y con tanto arrojo que roza la inconsciencia de por donde puede llegar el peligro. Sam destaca por todo y tiene todo lo que hay que tener para que en un futuro sepamos más de ella y disfrutemos conociendo sus casos.

Protagonistas y no personajes porque se antoja una novela muy cinematográfica; las distintas situaciones y localizaciones que se van sucediendo son más bien planos de cámara que capítulos de novela.

Los desplazamientos en coche son travellings subjetivos; el porte de gitanos y policías son planos americanos; la vista de las calles y los barrios son picados. Y los estertores de la muerte se resaltan en close-up.

Puentes y Sombras.

Puentes; el del Quinto Centenario, el de La Barqueta, el de las Delicias, el del Alamillo, el de Hierro... que sirven para unir los barrios de Sevilla dándoles el justo y merecido protagonismo y que también sirven para tender relaciones entre personas de distinto rango, raza y condición social.

Sombras; las que proyectan los pilares de los puentes y las que proyectan la vanidad, la lujuria, el odio, la venganza, el temor, la desconfianza y la traición que es el lado oscuro que mueve a sus protagonistas.

Y homenajes a películas y frases míticas, con la personal manera que ha tenido de tratar su McGuffin, y ese emotivo guiño a una de las mejores novelas de Agatha Christie.

Sevilla tiene un color especial... y Fernando De Cea lo ha utilizado para escribir esta novela.

Fernando De Cea con un currículum lleno de oficios y actividades mantiene además un blog , El blog de Ethan, dedicado al mundo del cine que no deben perderse y en donde pueden leer los primeros capítulos de esta novela.

viernes, 27 de abril de 2012

Michael Connelly y los autores refugio

En la edad temprana, la ansiedad y la falta de experiencia propician abocarse a los brazos de la novedad literaria como una polilla a la luz.

Y cuando se establece un entendimiento con un autor se devora toda su obra con avidez lo que genera largas esperas hasta la nueva publicación, en las que la falta de contacto se torna insoportable y el síndrome de abstinencia tan brutal que nos arroja sobre cualquier novelucha de tres al cuarto que se nos ponga por delante. Es lo que se conoce como promiscuidad literaria.

Con la edad adulta se impone la paciencia y el goce anticipado de lo que vendrá. Ya no se persigue al autor como podenco a la liebre y se le da cuerda suficiente sabiendo que en cualquier momento se restablecerá la relación. Es así como un autor deviene un autor refugio.

Los autores refugio son como el piso franco que nos acoge cuando el ambiente es hostil o no lo suficientemente propicio. Cada piso franco, cada autor refugio, tiene su momento y su razón de ser y hay que utilizarlo mediando periodos de tiempo y en el momento adecuado para no quemarlo y para que su efecto recuperador sea efectivo.

Por eso a un autor refugio hay que dejarle siempre un libro de ventaja, mínimo; de lo contrario, yendo a su ritmo no hay capacidad de maniobra y perderlo equivale a suprimir uno de los puntos de apoyo que sustentan nuestro equilibrio mental de lector y con eso no se juega.

Pocos hay como para perderlos por un error de cálculo.

Los mejores autores refugio son los que se descubren cuando ya tienen producción suficiente. El primer contacto es de duda pero si se activa la química suspiramos aliviados sabiendo que tenemos por delante una relación longeva. Que podremos ir picoteando sin prisas sabiendo que a cada retomar el contacto no habrá más que la sensación cómoda del reencuentro deseado.

Tengo varios autores refugio, pero mi preferido es sin duda alguna Michael Connelly.

De Michael Connelly lo he leído desde que descubrí El Eco Negro en 1997 y tuve la impresión de que estaba ante algo distinto. Algo grande.

Si tuviera que postear sobre Hyeronimus Harry Bosch no sabría por donde empezar, veinte libros leídos, tantas bromas sobre su nombre, tanto jazz escuchado, tantas cervezas vaciadas, tantas miradas perdidas entre la bruma del Valle de San Fernando, tantos viajes intempestivos, tantos superiores a quienes aguantar y reportar, tantos desaires soportados, tantos disparos incorporando banda sonora, tantos compañeros codo a codo resolviendo tantos casos, tantos fantasmas que despejar, tantas pérdidas humanas de gente desconocida y de gente querida, tanto empeño por, a pesar de todo y de todos, seguir luchando para seguir adelante.

Tantos crossovers, con Terry McCaleb, con Michael Haller, con Rachel Walling, protagonistas de otras novelas tan enriquecedores de la obra de Michael como de la vida de Harry.

Es tanto que definitivamente no sabría por donde empezar. Solo les diré que quien ame la novela negra, el género interrobang en toda su extensión y no conozca a Harry Bosch se está perdiendo algo grande. Muy grande.

Sean prudentes y procúrense varios pisos francos, dispongan en cada uno de ellos una botella de su vino preferido y un autor refugio. Y deseen que llueva a cantaros para no tener que salir y poder beberse una buena aventura de un tirón. El vino a sorbos.

Hay tantos que han escrito ya tanto y tan bien sobre Michael Connelly y Harry Bosch que a ellos les remito para mayor detalle y amplitud de datos:

En el blog Mis Detectives Favoritos como siempre un cuidadoso estudio del personaje y del autor pinchando aquí.

En Elemental Querido Blog tienen este magnífico e imperdible alter ego donde encontrar todo sobre Harry Bosch http://woodrowwilsondrive.es/index.html

viernes, 20 de abril de 2012

El mensaje que llegó en una botella

Nada es casualidad, todo está escrito en el Génesis. Los caminos del señor son inescrutables. Dios escribe recto con renglones torcidos. A Dios rogando y con el mazo dando. Dios castiga y no da voces. Vivir a la sombra del señor tiene su precio.

Cienciología, Iglesia Madre, Testigos de Jehová, Iglesia de Glorificación, Casa de Cristo... la oferta de congregaciones religiosas, sectas, comunidades, es tan amplia como para surtir los estantes de la sección confesional de cualquier hipermercado.

Todas pugnan por atribuirse ser la confesión veraz, la única, el camino directo hacia la salvación eterna. Todas aseguran, como el mejor detergente, limpiar los pecados, incluso los más vergonzosos y dejar el alma inmaculada.

Los pequeños, los jóvenes, de mente despierta y aún no alienada son los más proclives a necesitar enderezamiento. La ropa sucia se lava en casa y no solo con jabón, también se usan las penitencias, los ayunos y los golpes con la mano, el puño y con cinturón. O se reconduce al cordero descarriado o se le repudia para siempre del rebaño.

Ese ensimismamiento corporativista no deja que salga al exterior lo que sucede en el interior de la congregación y así la criminalidad no se denuncia y esta novela tiene su razón de ser.

En El mensaje que llegó en una botella hay eso y más envuelto en novela negra. Hay evidencia de que una mente maleada o un cuerpo vejado siempre recuerdan y que el modo de exorcizar su sufrimiento, generalmente es en el sufrimiento de otros. Para sus protagonistas las apariencias pesan más que las verdades.

Nos adentramos de nuevo en esa Dinamarca que tiene poco de Sirenita de Copenhague y mucho de rural y cerrajón de mente. Su autor Jussi Adler-Olsen nos presenta un mundo alejado de los cuentos de Andersen; un mundo donde al mal no se le combate aludiendo a la bondad ya que esa palabra no existe en su vocabulario.

Todo empieza con un mensaje, escrito con sangre, encontrado en una botella. Un objeto recuperado del mar por la policía escocesa que tiene todas las trazas de contener un acto criminal relacionado con Dinamarca por lo que lo envían al Departamento Q de las fuerzas policiales de este país para que prosigan la investigación.

Descifrar el texto resulta un complejo rompecabezas que atrapa las mentes inquietas de los componentes del Departamento, iconoclastas donde los haya, y entre el trabajo acumulado en otros casos encuentran el tiempo suficiente para dedicarle su atención.

La novela transcurre como agua de fiordos con remansos que cuando ve los rápidos al fondo empieza a coger velocidad y ya no hay quien la pare. Resulta imprevisible saber cuando cambiará la corriente del mismo modo que no sabemos hacia donde nos conducirá el argumento.

Es una novela que ofrece al lector ir siempre un paso por delante de la investigación de la mano del asesino con lo que resulta una lectura taquicardica y apasionante: hay que bailarla a ritmo de thriller.

El autor, con un dominio absoluto de la colocación de la cámara, nos ofrece el privilegio de ponernos en el punto de vista criminal, en el de víctima y en el de investigador lo que psicológicamente resulta muy estimulante para entender el modo de pensar y el comportamiento de cada cual.

Es la tercera novela; el tercer caso con el mismo equipo. Carl, Assad y Rose y a ratos Yrsa son el equipo perfecto para no aburrirse. Tres caracteres, tres formas de vida, tres comportamientos tan dispares trabajando juntos, pero teniendo clara su función en el cuerpo de policía al que se entregan en cuerpo y alma.

Sus puyas, su humor, su ironía, presentes en todos sus casos por espeluznantes que sean, resaltan ante la insensibilidad del asesino como una mancha amarilla sobre alquitrán. Como la luz al final de un túnel, negro como el alma del perseguido.

viernes, 13 de abril de 2012

Fricandó de Can Lluís y Vázquez Montalbán

El Raval es un barrio de Barcelona proclive, por sus estrechas y serpenteantes calles, donde el sol entra a cuchilladas entre resquicios, a ser escenario de novelas y películas de cine negro. Sombras y luces en ropa tendida, en fachadas decadentes y en adoquines con mucha historia.


Durante años ser considerado el barrio chino, por méritos nada orientales, ha acentuado su atmósfera y su leyenda. Hoy es un crisol de razas y culturas. Vive gente de más de 130 países, se hablan más de 46 lenguas y están representadas 15 religiones con sus centros de culto.

Entre tanta mezcolanza, hay que ir con cuidado para no pasarse la pequeña y estrecha Calle Botella ya que en la fachada del número 11 se encuentra una placa conmemorativa señalando la casa que fuera lugar de nacimiento de Manuel Vázquez Montalbán.

Estas calles son las que Pepe Carvalho recorre una y otra vez en sus correrías. Como las recorría el pequeño Manuel en sus juegos y por las que transitaba de mayor en busca de sus lugares amigos donde compartir una buena comida con buena compañía.

La comida y la compañía estaban en el Restaurant Can Lluís, a un tiro de piedra, en el 49 de la Calle de la Cera. Donde mantienen un menú con su nombre y nos facilitan la receta de uno de sus platos preferidos.

Fricandó con setas

Ingredientes (para 6 personas)
1 Kg de ternera cortada a filetes pequeños
250 gr de gírgolas o níscalos
2 cebollas
2 tomates
1 copa de vino blanco
1 copita de brandy
harina
una rama de canela
aceite
sal



Para la picada:

2 dientes de ajo
puñado de almendras




Elaboración:

Salpimentada y enharinada la carne se marca en una cazuela con aceite y se reserva fuera.
En el mismo aceite se hace un sofrito concentrado con la cebolla finamente picada a mano y el tomate rallado.


Cuando este a punto se añade la carne y se flamea con el brandy para a continuación regarlo todo con el vino blanco y esperar a que reduzca. Cubrirlo todo con agua, ya caliente, y dejarlo cocer a fuego suave hasta que la carne esté blanda.

Momento de añadir las setas que previamente habremos lavado y escurrido y paseado por una paella. Se deja cocer todo junto el tiempo de hacer la picada y una vez añadida esta hay que dejar unos diez minutos más hasta emplatar y disfrutar en la mesa.

Vean en este enlace
http://maddogtvdinners.wordpress.com/2011/12/12/can-lluis/ como Can Lluís merece admiración también allende de nuestras fronteras.

Otros post de Gastronomía de este blog

Recuerden el post sobre el restaurante en este mismo blog: Restaurant Can Lluís y Vázquez Montalbán
 

domingo, 8 de abril de 2012

El chef ha muerto

Sentado en una terraza y mientras sostengo indolente mi White Horse me fijo en la morena de pelo ondulado y blanca piel que charla con la amiga rubia de cabello planchado. Leo sus labios, que preferiría mordisquear suavemente, y como su conversación no me interesa dejo que la mirada resbale por la suave curva de la barbilla y se deslice por el estilizado cuello penetrando en el pecoso canalillo por el que me gustaría poner algo más que una mirada. Soy Ven, Ven Cabreira y estoy en este bar haciendo tiempo hasta que abran la zapatería de enfrente donde calzan con ancho especial.

En la novela El Chef ha muerto sale el mismo whisky, la misma morena y el mismo Ven, pero mejor descrito porque Yanet Acosta, la autora, es buena como escritora. Se la adivina entusiasta, concienzuda, irónica, próxima, canalla, extrovertida y con dotes de tertuliana de a mi ustedes no me acaban las pilas.

El Chef, ha muerto y Ven Cabreira, ex- de empleos y cometidos que le sirven ahora en su faceta de investigador, recibe el encargo de la aseguradora para despejar dudas sobre la causa del óbito y saber si deben soltar la mosca o se la pueden ahorrar. Solo la muerte natural está cubierta por la póliza; el suicidio y el asesinato excluidos y dinero que me ahorro.

Ven entra en el mundo de las cocinas, que no le es del todo desconocido: tuvo su momento de gloria con una salsa verde de por medio, y entra en el mundo en el que si el cliente afirma que un vino es oval y no redondo ni cuadrado, se le da la razón aunque sepa tanto de vinos como las mariposas de natación, a pesar del estilo bautizado con su nombre. Ven, entra en un mundo en el que un inspector Michelin es todo y un inspector Maigret no existe, a no ser que sea con salsa de arándanos.

Al paso de la investigación no solo se irán despejando incógnitas del caso sino que a modo de catarsis se despejarán otras que han hecho ser a Ven como es. La redención también puede empezar por el estomago.

La cocina levantó el circo de la gastronomía y le han crecido los enanos y Yanet Acosta nos los cuenta desde su privilegiada situación de maestra de ceremonias en medio de la pista. No muerde la mano que la alimenta pero da a entender que en este circo hay mucho oropel y humo de colores.


Yanet demuestra que sabe de lo que escribe pero no hace ostentación. Frivoliza inteligentemente con esa gastronomía que como diosa pagana solo acepta seguidores que besen traseros. Frivoliza con esas corrientes culinarias que rivalizan por los egos de quienes las impulsan. Con guiños busca la complicidad.

Y así consigue una novela ligera, liviana casi, nada presuntuosa, con frases y párrafos tan digeribles como un bocado de moshi de fresa, de prosa ágil con relleno de diálogos salpimentados de ironía y preguntas equívocas acompañadas de respuestas ingeniosas. No se olvida de dotar a los protagonistas de nombres ocurrentes llenos de intencionalidad, igual que los títulos que da a los platos de las cartas. Y a los del recetario azul.

La investigación detectivesca marca el tempo de una novela que hubiésemos preferido más negra como unos auténticos tagliatelle con tinta o como la estirada vestimenta del maître. De todas formas este es solo el primer plato, estamos a la espera de Yanet acabe de emplatar el segundo y nos lo sirvan enCrudo o en suPunto.


Frían un huevo rizando y tostando los bordes, con puntillas, la yema temblorosa como un flan y ya en el plato añádanle un chorrito de aceite de trufa bianca y habrán convertido una comida, exquisita, de siempre, en un plato para gourmet. O como pasar de un huevo frito a un huevo Fabergé.

A menudo lo más próximo resulta lo más sabroso. Solo se necesita producto de calidad e imaginación. Los mismos ingredientes que para hacer una buena novela. Como esta, que tanto da hambre de leer como de comer.

Léanla y buen provecho!

Yanet Acosta tiene su blog  http://elchefhamuerto.wordpress.com/about/

También edita en papel y en electrónico, el plural y atípico fanzine de gastronomía enCrudo http://www.fanzine-encrudo.blogspot.com.es/

martes, 3 de abril de 2012

Programa Saló del Còmic Barcelona 2012

Este 2012 se celebra el 30 Saló del Còmic de Barcelona, del 3 al 6 de mayo, con entrada gratis para los nacidos en 1982 que lo acrediten (30 es el número).

Este año el salón va de Robots. Robots en su tinta.

Si los asesinos fueran robots, como se las ingeniarían los de la policía científica, los de criminalistica sin huellas digitales? sin humores corpóreos? sin pelos? sin ADN? sin pedacitos de ropa? ni restos de piel en las uñas de la víctima?..., estudiantes de criminología temblad: el futuro se complica.

¿Y los profilers como analizarían el comportamiento y las motivaciones de una amalgama de chips capaces de auto generar sinapsis?

El cartel de esta treintava edición es de Paco Roca (si, el de Arrugas) www.pacoroca.com y muestra, a modo de figura de naipe de la baraja francesa, los dos componentes que insuflan vida a un cómic: por un lado el dibujante por el otro el lector, el uno sin el otro no son nada, juntos son todo. El salón es el punto de encuentro.

Por un lado la creatividad, por el otro la interpretación, y en ambos casos imaginación.

Lean en este enlace una completísima entrevista con este magnífico autor en el recién desaparecido blog La cárcel de papel http://www.lacarceldepapel.com/2012/01/23/paco-roca/#more-21710 y en este otro de Zona Negativa encontrarán una guía para conocer su obra http://www.zonanegativa.com/?p=40214

Presencia anunciada de numerosos autores de cómics (este año con predominio americano) con el gran Milo Manara como estrella; talleres de dibujo, de diseño y construcción de robots, exposiciones entre la que destaca una: los bocetos, story-boards e ilustraciones del proceso de creación de un mito del género negro, nuestro querido gato Blacksad (recuerden aquí el post).

Y mucho más al coincidir este año con otras sonoras efemérides.

Como la de los 50 años del nacimiento de Spiderman, el trepamuros más en forma que nunca, y los 40 de Mazinger-Z “puños fuera” con la presencia de su autor Go Nanai en el salón, y otra que nos toca más de cerca son los 50 años de la revista Cavall Fort dedicada a la divulgación de historietas autóctonas o traducidas al catalán.

Se cumplen también 35 años del inicio de la Guerra de las Galaxias y evidentemente el homenaje va a ser de órdago con todo tipo de merchandising y la presencia de actores participantes en algunas entregas de la saga amén de figurantes disfrazados ocultándose del lado oscuro.

Robots, humanoides, clones, droides, terminators, transformers, extensa variedad de tuercas con potente presencia en el género interrobang universalmente conocidos gracias al cine.

En el salón se va a proyectar “Almas de Metal” de cuando el escritor Michael Chrichton (más conocido por su novela Parque Jurásico) hacía sus pinitos cinematográficos en esta ocasión recreando un parque temático con un hierático Yul Brinner que pone los pelos de punta.


Pueden aprovechar para ir al videoclub de guardia y revisar cinematografía robótica interrobang como la siempre magnífica “Blade Runner” y sus inquietantes y desesperados replicantes y un detective inmerso en la duda; o “Yo robot” con un asesinato que cuestiona la validez de las leyes de la robótica; o “La Isla” donde los clones son más que recambios de desguace, o...

Todo el programa completo de las actividades de este Saló del Còmic 2012 y sus últimas actualizaciones aquí, en su web http://comic-30.ficomic.com/INFO/default.cfm

viernes, 30 de marzo de 2012

El verano de los juguetes muertos

El barco que conduce del puerto de la pubertad hacia la tierra de la juventud y la madurez, tiene que atravesar el mar de de la adolescencia cuya travesía suele ser difícil cuando no hacer zozobrar.

Hay que saber coger las olas para aprovechar su empuje a favor y no encararse a ellas. Pero claro, cada barco es distinto y cada travesía también. Nadie sabe que va a encontrarse y las experiencias de otros no suelen ser escuchadas o aplicables a los demás.

Difícil travesía en la que nos aferramos a lo que más nos gusta: una caricia, un abrazo, un peluche, una miniatura; aquello que nos hace sentir seguros y queridos antes de embarcarnos.

¿Es difícil hacerse mayor? ¿Y como se sabe que ya lo somos?

En la novela El verano de los juguetes muertos, su título lo dice todo. Se parte de un momento de la infancia en la se debería ser feliz y que no ha sido y se llega luego a donde se llega.

Héctor Salgado, inspector de policía en Barcelona y argentino de origen acaba de volver de unas vacaciones de desconexión y de golpe se reencuentra con la realidad.

Mientras intenta superar una investigación de asuntos internos, un recuerdo tenebroso del último caso que aún colea y una situación familiar complicada, se le viene encima una investigación con exigencias de discrección extrema: el suicidio de un joven de familia de buena posición. Y de añadido le asignan una nueva compañera que no conoce y con la que se siente extraño.

La novela presenta cada cara de este prisma de forma que la figura de Héctor Salgado sea el epicentro de los hechos que se van sucediendo y es de destacar lo bien estructurada y tan bien narrada como está.

La relación de Héctor con el entorno: sus compañeros, sus superiores, su familia, su vecina, los sospechosos, resulta verídica y cotidiana sin más. Simplemente fluye.

Es de esas novelas que no necesitan reinventar el género a base de exagerar a los clásicos; solo saber escoger de la realidad, del día a día, ciertos elementos que bien combinados resulta un texto compacto y sin fisuras; agradecido.

Toni Hill, el autor, ha compuesto unos personajes, unas situaciones y unos diálogos a los que no les sobra nada. Ha desarrollado una trama en una Barcelona que va desde la inmigración ilegal y la práctica de magia negra, hasta la gauche divine y su mundo de hipocresía y hermetismo sectario, Y sabe atrapar la atención y mantener el tono adecuado de ansiedad por la evolución y el desenlace. Que por cierto, aún advertido que su final era sorprendente, jamás me hubiese esperado que lo fuera tanto.

Facilmente el inspector Héctor Salgado se ha hecho un hueco en nuestro sofá y ya lo tratamos como si lo conociéramos de siempre. Un placer Toni, un placer Héctor, volved cuando queráis.

Post scriptum: la segunda novela de la serie, 'Los buenos suicidas' reseñada aquí y la tercera y cierre de la trilogía 'Los amantes de Hiroshima' reseñada aquí.

viernes, 23 de marzo de 2012

Crímenes exquisitos

Crímenes exquisitos es una novela escrita a cuatro manos, las del escritor, psicólogo, criminólogo y televisivo Vicente Garrido y las de la periodista, criminóloga, historiadora y con intereses artísticos Nieves Abarca.

Con padres con tan completo cv el hijo literario no podía desentonar. Y los genes  son claramente los suyos haciendo caso del axioma de que siempre se ha de escribir de lo que se conoce. Por lo que a verosimilitud no les gana nadie ni se les coge en renuncio.

La novela es contundente se mire por donde se mire: profusión de páginas, 800, profusión de personajes, de situaciones, de tramas y subtramas entrecruzadas, de temas y sorpresas para no caer en lo lineal e incitar al lector a ir a por un poco más ayudada por la brevedad de los capítulos que sorbo a sorbo te acabas bebiendo la botella sin darte cuenta. Dulzona en su espeluznante maldad.

Nada de lo que se cuenta por inverosímil que parezca es imposible, y de todo ello lo que mejor define a la novela son precisamente sus personajes. Todos perfilados con cincel. Los malos todos monstruos. Los buenos, no. Pero todos muy glamourosos: muchos son cultos, cuando no brillantes; todos son atractivos, hombres y mujeres, incluso los malos, cuando no guapos a rabiar; todos despiertan instintos básicos y los satisfacen; visten y calzan marca y cara; distinguen un Cohiba de un Montecristo por el olor, el mismo olfato con el que perciben sutiles perfumes y son capaces de saborear el sibaritísssimo Perrier Jouët con un conocimiento del producto que da envidia, sana.

La inspectora Valentina Negro es la protagonista, y que protagonista ¿hay algo que le falte a esa mujer? y Javier Sanjuán el criminólogo asesor, seductor y mediático ¿hay algo que no sepa este hombre? ambos colaboran en la investigación de un caso que como punta de negro iceberg a medida que va saliendo a flote muestra cada vez peor cara.

No es una novela negra al uso, ni policial al uso, para ser un thriller de suspense. Explora un universo lleno de mundos: arte, placer, poder, droga, trata de blancas, prostitución, tráfico de influencias, sexo, sado, bizarro, bondage...y picoteando de este y aquel despliega situaciones variopintas y coloristas donde cabe de todo sin temer a los extremismos, generosamente salpimentados con cocaína, lagrimas, semen y dolor, mucho dolor.

La narración presenta exceso de detalles, en la precisión quirúrgica con que se describe el procedimiento policial, en las clases de arte y el uso de la terminología artística, en las descripciones geográficas, en los tejidos con que se visten, en los entresijos del día a día de una redacción de periódico. Y eso es un pero. Tanta minuciosidad  descriptiva tiende a lastrar la novela en su parte creativa acercándola a un informe forense. A veces es mejor sugerir que mostrar y dejar algo más a la imaginación.

Crímenes exquisitos tiene un magnífico principio, presenta un argumento principal con giros y recovecos suficientes como para atraer con lectura fácil sin marear y concluye de forma interesante y prometedora.

La edición es de premio, el diseño, la imagen, los colores, la tipografía. Gracias Versatil por saber envolver con elegancia y sugerencia al regalo.

Lagrimas negras, como la canción: “... y lloro sin que sepas que el llanto mío tiene lágrimas negras”
Lágrima de tinta, como la canción: “... lágrimas de tinta para escribir/que sin ti no puedo vivir”
Lágrimas de sangre, como la canción: “...cuánto lamento verte/esa lágrima de sangre”


Es difícil escribir más sobre ella sin soltar algún spoiler, tantas páginas y tantas situaciones se prestan inevitablemente a polemizar por lo que resulta una novela adecuada para estudiantes de criminología, amantes de las modernas series americanas televisión y sobre todo para los clubes de lectura ya que obtendrá inmediatamente partidarios y detractores y dará mucho juego de tertulia y controversia.

Post scriptum:

Lean las reseñas de la segunda novela de la serie 'Martyrium' y de la tercera 'El hombre de la máscara de espejos' pinchando sobre el título.

sábado, 17 de marzo de 2012

FilmoTeca

La FilmoTeca de Catalunya ahora en la Plaça Salvador Seguí del Raval barcelonés: un nuevo espacio más grande y mejor acondicionado para seguir fomentando cultura y rescatando lo que el paladar fácil y el consumista de sensacionalismos relegan al desván.

La FilmoTeca ofrece la posibilidad del descubrimiento y ofrece en su cafetería una alternativa culinaria que titula sabiamente con nomenclatura cinematográfica con enorme dosis de humor, imaginación y creatividad.

¿Quien se puede resistir a probar una Warren Beatyssoise o una EscaliVader o un Rissoto Preminger de primero y continuar con una Quesadilla en Elm Street, una Quiche Peter Lorraine o un Steak McQueen de segundo?

Regado con una copa de Quentin Taranvino o una cerveza Estrella Van Damme.

Y los postres: ¿una Juliette Brioche o unos Profityrones Power?

Pueden ir a la FilmoTeca a ver su programación o a comer o a satisfacer ambos placeres a la vez.

O Film o Teca, o FilmoTeca






martes, 13 de marzo de 2012

El lamento de las sirenas

Un inicio de novela negra clásico nos va conduciendo, y nunca mejor dicho porque hay idas y venidas en coche como para pensar en una Street Movie, hacia un argumento que manteniéndose en lo previsible consigue atrapar al lector por el buen oficio con que está escrita, con sencillez, y por lo bien definidos que están los caracteres de los personajes aunque resulten un tanto estereotipados.

El lamento de las sirenas es una novela negra como las de antes con la dosis justa de infancia malograda, de sangre, de violencia, de corrupción, de especulación, de violación, de alcohol.... Sigue al pie de la letra la receta y obtiene el resultado esperado.

Dos amigos de la infancia; delgada linea que no se debe cruzar; caminos opuestos; decisiones incorrectas; familias desestructuradas; arribistas políticos; corrupción policial; y por encima de todo la necesidad de sobrevivir.

A Lincoln Perry, expolicía ahora reconvertido en inspector privado junto con su antiguo compañero en el cuerpo, Joe Pritchard, el pasado le visita con historias para no dormir para destorbarle el presente y luego cuando ya es demasiado tarde, cuando ya está metido hasta las cejas, tiene que correr a lavar los trapos sucios de su conciencia al precio que sea.

Aunque en algunos pasajes de su lectura se tiene la sensación de que la evolución del argumento está demasiado encorsetada y que no va a girar sin poner el intermitente , no va a transgredir, mantiene subyugada la atención e impele a la lectura compulsiva para saber que más va a pasar.
 
Michael Koryta, es el joven al que le debemos esta, su segunda, novela (la primera fue "Esta noche digo adiós"). Estamos ante un buen escritor si deja de parecerse a quien dicen que se parece para ser él mismo. Se le nota contenido, comedido y en cambio da la impresión de tener un volcán en su interior.

El ulular de las sirenas no suele presagiar nunca nada bueno, es el lamento de penalidades y desgracias. Pero lo peor de todo es que cuando se oyen ya es demasiado tarde.

Cuidado si juegan con fuego: se pueden quemar.

Otros blogs cómplices también han opinado:

sábado, 10 de marzo de 2012

Jean Giraud Moebius


Lo dicen las noticias Jean Giraud, Moebius, acaba de fallecer. 73 años y 10 meses. No reduzcan su visión sobre él como un dibujante de cómics. Sino como EL dibujante de cómics. Además de genio innovador.

La obra y presencia de Moebius ha significado para el mundo de la historieta una proyección nunca vista, una revolución en el amplio sentido de la palabra y no se ha quedado aquí sino que su influencia se ha extendido allí donde el arte tiene presencia.

Al mundo de la animación (autor de la película Les Maîtres du Temps), del cine como director artístico en Alien, El quinto elemento, Abyss y una inconclusa adaptación de Dune, de la creatividad publicitaria (con folletos publicitarios y una saga de cómics iniciada con Sobre la Estrella para el fabricante Citröen), de la moda, de los videojuegos e incluso del diseño arquitectónico.

Los cómics le deben, entre otras, las sagas del Teniente Blueberry (Oeste americano), y El Incal (aventuras del detective John Difool), como exponente de dos temáticas y estilos de dibujo completamente diferentes, la primera firmada con la abreviatura de su apellido Gir, dibujo más académico, y la segunda con su seudónimo Moebius como el rizado del rizo de la imaginación creativa.


Ridley Scott siempre ha reconocido que la estética de Blade Runner tiene su espejo en la obra de Moebius y en concreto en el cómic “The long tomorrow” dibujado en 1975 basado en un guión del californiano Dan O’Bannon que sitúa en el futuro una historia policíaca clásica. Son solo 16 páginas pero muy potentes.

Así es como empieza:

“Soy detective privado... Mi despacho está en el nivel 97. Me llamo Pete Club... Aquel día, uno de tantos...

Y así como acaba:

“... Y yo presenté mi informe a las autoridades... Una historia de tantas para el archivo. Nada más... Sólo una historia... Hay diez millones como esta en la Gran Ciudad perdida en el infinito...
Esta mezcla de novela negra con futuro apocalíptico que juega a ser parodia con sus tópicos se acaba convirtiendo en todo un referente para nuevas aproximaciones al género. De hecho él mismo la retoma años más tarde para la apasionante, onírica y cibernética aventura del detective John Difool en la saga de El Incal.

Adiós Moebius. Te releeré siempre.

lunes, 5 de marzo de 2012

Aguas heladas

Es esta una novela llena de soledad. Todo lo que en ella pasa responde a este sentimiento. Y el particular dolor y la honda insatisfacción que causa la soledad son el origen de males infinitamente peores.

En consecuencia es una novela triste y amarga en donde los personajes, todos sin excepción, actúan en permanente huida hacia adelante. Los que desaparecen y los que los buscan. Los que los aman y quieren su regreso sin afrontar el motivo de su ausencia y los que los odian y no quieren volver a verlos ni muertos.

Cuesta entrar en la novela y es fácil salir contagiado de sus miserias. El tratamiento de los casos es tan psicológico que cuesta sustraerse a su relato y el estado de ánimo queda a la altura de la bajeza moral que impregna las descripciones.

La novela trata dos casos en paralelo, uno en que se inmiscuye a título personal la inspectora jefe Judith Krieger y otro en el que investiga oficialmente su compañero detective Manni Korzilius. Ambos coinciden en investigar sendas desapariciones.

La primera corresponde a una amiga de Judith que podría haber desaparecido en Canadá y la segunda la de un joven adolescente con su perro, en Colonia.

Los dos detectives abordan por separado y sin conocimiento el uno del otro la investigación y por estar ambos convalecientes de un caso anterior no cuentan con la fortaleza mental idónea por lo que sus bajas defensas les jugaran la mala pasada de interiorizar los sucesos a nivel personal. Lo peor es no tomar distancias.

Los personajes viven su soledad como único modo de afrontar tantas decepciones acumuladas: padres ya fallecidos a quienes no se les dijo todo, padres que no actúan como tales, padres enfermos que pronto se irán; amigos que se han perdido en el devenir de los años; amantes que ya no están; amores no correspondidos; miedos no confesados; fieles animales de compañía como única compañía...

Y colimbos, aves acuáticas de lugares fríos que por su comportamiento y hábitat viven aisladas.

Soledad. Ostracismo. Silencio. SOS

 


La autora es la alemana Gisa Klönne y esta es la tercera novela con la inspectora Krieger a la que no deja acomodarse para recordarle constantemente que este es un mundo de hombres en el que la mujer no basta con que tenga un cargo sino que tiene que ganárselo día a día.

Aguas heladas es una novela que avanza despacio y fríamente. Va desgranando lentamente los sentimientos de los protagonistas mientras las investigaciones van avanzando entre meandros de auto culpabilidad. La confianza correspondida con traición hace aflorar nuevos sentimientos contra cuya debilidad no existe vacuna.

Es una novela lenta, sin concesiones a la galería, sin caer en tópicos ganadores de audiencia, en un estilo muy cerebral. Tal vez demasiado. No todos se sentirán cómodos con ella. No deja buen cuerpo.

Me enteré de su existencia por el blog cómplice Mis queridos sabuesos. Vean aquí el post que publicó en su día y habrán tenido dos opiniones de una tacada.

Luego deciden.

¿Quieren saber más sobre los colimbos? http://www.nationalgeographic.es/animales/pajaros/colimbo-grande