lunes, 31 de agosto de 2015

Soy Pilgrim de Terry Hayes

'Soy Pilgrim' es de esas novelas que
hay que leer por mucho que nos las
recomienden. Y a pesar de ello.
Soy Pilgrim es una absorbente novela de espías que empieza siendo una apasionante novela negra y que se estructura a modo de trepidante thriller donde conviven y confluyen, aquí la verdadera gracia del asunto, variopintas historias de una forma tan lógica y natural, nada forzada, que casi resulta inusual encontrar algo tan magníficamente bien hilvanado y en donde todo lo que se cuenta tenga su razón de ser. Hasta el más mínimo flash back está justificado.

El inicio con la investigación de un asesinato muy particular en un hotel de mala muerte, nunca mejor dicho, es de por si demoledor de cuantas defensas hayan podido levantarse recelosos de acercarse a una novela best seller.

La trama que subsigue es tanto o más seductora que su inicio y los personajes van a juego encajando como botones en ojales. Cada uno perfectamente diseñado para su papel y no se confundan por su aparente estereotipaje: el mal no va gritando por ahí como un loco para ser descubierto; el mal se recubre de normalidad para mezclarse entre la muchedumbre y pasar inadvertido.

Y son tantas las cosas que en ella se cuentan que intentar un resumen sería destriparla, baste pues con que les diga que es una magnífica novela de tensión, de lógica y suspense como corresponde a una temática de espionaje y mensajes criptográficos; que es una trepidante novela de contundente acción y hábil estrategia como corresponde a un thriller con terrorismo convencional y bioterrorismo; que es una apasionante novela policial tan llena de inventiva detectivesca como precisa para hacer frente a la resolución de asesinatos complejos con la más absoluta falta de pistas o aparentemente imposibles.

Y todo escrito y contado de forma minuciosa pero sin aburrir, con un crescendo medido para que, aún con tantas páginas, las distintas tramas vayan avanzando y vayan ganando en emoción e interés para ir encajando con milimétrica precisión y mantener la atención hasta el mismo punto y final.

Soy Pilgrim es de esas novelas que una vez empezada no se despega de las manos ni con agua caliente. Sus 864 páginas se leen como un suspiro y ojalá hubieran sido 2.000

Vehículo mortal
Pilgrim, uno de los tantos nombres usado por el protagonista, es un agente muy especial de una tan secreta organización gubernamental que casi no existe. Un agente que tiene en su capacidad para el análisis, la investigación y la deducción sus verdaderas armas. Su posición no le permite tener amigos ni tampoco mujer. Su exclusión social ha sido muy exigente desde que fuera reclutado y ahora ansía dejarlo todo atrás para empezar a ser normal.

Pilgrim es un agente del siglo XXI con hechuras de finales del XIX hasta mediados del XX. Su figura sitúa al espía clásico en la época actual. Es un hombre educado, instruido en diversas materias y sobre todo en arte, hábil conversador y con una capacidad analítica que le permite empatizar incluso con su peor enemigo y entenderlo y por ello adelantársele si se requiere. También es un solitario infeliz.

La BSO de la novela podría ser Exile on Main Street el álbum de los Rolling Stones que suscita animadas discusiones sobre si es o no el mejor de la banda.

Terry Hayes el autor de 'Soy Pilgrim'
Terry Hayes ha recogido el testigo de los clásicos, su esencia y la ha puesto al servicio de una trama actual que ya no es exclusiva de un solo género, de ahí que se haya atrevido con esta mezcolanza de novela negra, policial, espionaje y thriller y cuyo resultado no rechine en absoluto.

Y aunque es nuevo en eso de la novela no lo es en eso de la escritura y lo que se lee en su biografía permite entender que Soy Pilgrim tenga ese enganche tan notorio y esa trama tan bien temporizada: es el autor de los guiones cinematográficos de Calma total, de la 2 y la 3 de Mad Max, Payback o Límite vertical sin ir más lejos. No estamos ante films para la posteridad pero si ante tramas llenas de tensión, ingenio y suspense, aunque ya tengan sus añitos.

Tampoco es de extrañar pues que esté trabajando como guionista de Soy Pilgrim de la que la MGM ha adquirido los derechos cinematográficos para llevarla al cine. ¿Quién será Pilgrim?

Es de esas novelas que hay que leerlas por mucho que nos las recomienden; y a pesar de ello; y precisamente por ello.

lunes, 24 de agosto de 2015

Castle 7ª temporada

Castle desaparece en el último episodio
de la sexta temporada, ¿donde está?
La serie de tv Castle sigue sumando años, capítulos y manteniendo audiencia. La fórmula de escritor exitoso, atractivo, rico y capaz de travesuras de niño mezclada con exitosa inspectora de policía, guapa e inteligente sigue mostrándose un acierto y parece no tener fin.

Además cuenta con el añadido de tener secundarios en la comisaría y en el hogar por lo que el juego es a cuatro bandas y eso da mucho juego.

Si algo diferencia esta serie del resto de competidoras es la capacidad inventiva que demuestran sus guionistas para mantener alto en todo momento el nivel de entretenimiento que es lo único que persigue.

Es un serie para todos los públicos y eso se resiente en dejar de lado cualquier atisbo de denuncia social o cualquier análisis crítico sobre los temas que inducen al delito, es decir los elementos que deberían estar presentes en una serie policial al uso se convierte en meros satélites para el lucimiento del sol: Richard Castle (o sea Nathan Fillon).

Incluso se reservan cualquier manifestación sexual entre la pareja protagonista que sería de lo más lógico y natural o exhiben imágenes blancas que no inciten a la imaginación.

Dicho esto y teniendo claro lo que pretende la serie, es innegable constatar que seguimos estando ante un éxito categórico. Si se acercan a ella buscando una serie fresca, amable, divertida, con ciertas dosis de suspense y con la resolución de un asesinato habrán acertado plenamente.

Para tratamientos más trascendentales o enfoques más realistas o más escabrosos del mundo delictivo hay otras series. Cada cual en su medida da distintos niveles de satisfacción según sea el momento y el dia.

En esta séptima temporada el reencuentro con la serie arranca donde terminara la anterior y presenta un episodio lleno de tensión pero tan poco creíble en su interpretación, tan insistente en la incredulidad y desconfianza que representan todos los protagonistas y realizado con tan poco pulso que resulta aburrido. Nadie en el episodio, excepto los televidentes, parecen creer a Castle y el planteamiento casi llega al absurdo.

Suerte que superado este inicio titubeante la serie vuelve a coger el rumbo habitual y de nuevo disfrutamos de guiones que siguen buscando el giro divertido en las espontáneas cuando no infantiles salidas de Castle como contrapunto a la tragedia que supone la investigación de un caso de asesinato y algunos de ellos con los habituales guiños al mundo de la cultura y del espectáculo.

Por ejemplo en el 7.4 es innegable evocar a Poli de Guardería

Los niños de una escuela son capaces de dejar incluso a Castle con la boca abierta
El 7.6 explora el concepto del universo paralelo, a través de magia de pueblos sudamericanos pre hispanos,  adentrándose en el terreno de la ciencia ficción combinado con la novela policial.

En el 7.7 revivimos el salvaje oeste con guiño a la entradilla de Bonanza incluido (hay que tener una edad para captarlo) y con un diálogo delirante con un jefe indio fuera de cualquier tópico que se pudiera esperar. Un nuevo estrujamiento de meninges de los guionistas con resultado sobresaliente.

El Far West mantiene intacto su poder de atracción cinematográfica
7.10 Interesantes relaciones con la mafia conforman un final insospechado para las aspiraciones de Castle en sus tareas como asesor adscrito al Departamento.

7.11 Nuevo giro sobresaliente de los guionistas: Rick Castle adopta un nuevo rol en la serie que le da una salida profesional y enriquece la trama.

7.14 y 7.15 Arco argumental de alta tensión, de lo más fuerte que tal vez haya ofrecido la serie en toda su historia que supone el fin de la aventura de Castle como autónomo.

7.16 ¿Se imaginan resolver un asesinato en Marte?

7.20 Castle resuelve el enigma de su propia desaparición el día de su boda y que duró dos meses y con ello se cierra una puerta por la que se colaba corriente de aire que podría haberla resfriado.

7.21 Un asesinato cometido en un avión puede ser un fin en sí mismo o un daño colateral de una intención más aviesa y trascendente como un atentado terrorista.

Lo dicho: la serie Castle sigue siendo garantía de puro entretenimiento. No le den más vueltas.

Para los que quieran recordar las cuatro primeras temporadas pinchen aquí.
Para la 5ª y ver las fotos del loft de Castle pinchen aquí.
Para la reseña de la 6ª temporada pinchen  aquí

Y si quieren leer sobre sus novelas y cómics es aquí.

lunes, 17 de agosto de 2015

El filo azul de la medianoche de Jonathon King

El filo azul de la medianoche
tiene una luz muy especial en
Los Everglades
Por mucho que nos alejemos de la zona donde se generó el conflicto que nos reconcome, si éste lo llevamos en nuestro interior no solo no conseguimos deshacernos de él sino que por el contrario se enraíza tan profundamente que su superación se torna cada vez más difícil. Y al arrancarlo, inevitablemente se llevará un trozo de nosotros. Y cuanto más tardemos más doloroso y mayor será el estropicio.

Los Everglades, en Florida, esa zona de vida animal salvaje y esa zona de vida humana discontinuada. Donde las relaciones son escasas, hurañas y casi huérfanas de sentimientos. Donde la supervivencia es la única verdad; para todas las especies que los habitan ya sean seres racionales e irracionales, pequeños o grandes.

A todas horas la luz escasea filtrada y retenida por las hojas y las ramas de una vegetación exuberante y dominadora que provoca un ambiente sombrío; lúgubre en muchos sitios y tenebroso y aterrador en otros.

En el interior de ese micro cosmos el aire es pura humedad y los mosquitos unos de sus más felices habitantes. Los caimanes también pero por otras razones.

En los Everglades se vive aislado del resto del mundo, e incluso de los propios vecinos. Sus precarios residentes malviven en cabañas de maderas viejas y estriadas. Higiene, comodidad y placer son palabras que cobran muy distinto significado al convencional.

Max Freeman metro noventa, noventa kilos de peso ex jugador de fútbol americano y ex sparring de boxeo, es ahora también un ex policía que lleva una vida ascética en ese escondrijo.

Canoa Voyager en una zona abierta de Los Everglades
Con el aislamiento busca reencontrarse a si mismo y con el ejercicio en su canoa Voyager, el cansancio físico que le ayude a aquietar sus pensamientos e impida a su mente recordar porque está aquí: un homicidio en defensa propia. La víctima: un niño.

Huyó de la zona de conflicto y el conflicto lo lleva en su interior.

Pero cuando en una de sus sesiones de remo descubre el cuerpo de una niña muerta en un brazo de río, su instinto policial aflora a la superficie como ese cuerpo inocente y participa de una investigación cuyas pautas le son conocidas.

Y por si tuviera dudas de haber elegido participar o le faltaran razones algo sucede que le supone el empujón definitivo a caer en el horror.

La trama de la novela es angustiosa y asfixiante más por mérito del particular habitat donde transcurre que por su propio argumento que no deja de ser recurrente en el género y arquetípico en sus protagonistas y situaciones.

La trama se nutre de esa humedad y de ese hosco entorno para presentar unos personajes duros, desconfiados y hostiles y avanza, desaprovechando mimetizarse con la sinuosidad del terreno donde transcurre, de forma demasiado lineal lo que hace previsible su evolución.

Jonathon King ha escrito una novela negra que se lee en formato thriller; consigue que veamos los Everglades como un ser vivo, un protagonista más. De hecho, el protagonista principal que se come el protagonismo tanto de Max Freeman como de su abogado Billy Manchester, un secundario de lujo poco aprovechado (habrá que ver su continuidad en la serie).

Con esta novela ganó el premio Edgar.

Como guiño, nótese que a Max Freeman le gusta el pintor flamenco llamado El Bosco.

domingo, 9 de agosto de 2015

Stalker serie tv

Stalker serie televisiva
Stalker (Acosador) es una serie de tv americana de corte policial en la que la diferencia es que los casos a resolver son de acoso, aunque algunos puedan acabar o no en delito más grave.

No se trata de resolver un hecho consumado como un robo o un asesinato, como hacen la mayoría de las otras serie policiales, sino en interpretar los signos de acoso y evitar que algo malo suceda. Que el acosador se convierta en violador o asesino.

Aunque, claro, sin asesinatos bajaría la audiencia, por lo que muchos de los casos así acaban.

Hay desde voyeurs a amantes no correspondidos, el acoso es en persona o a través de tecnología. Todo es empleado y válido para intimidar a la víctima. Es en el miedo, el pánico y el sufrimiento de quien se siente bajo ominosa vigilancia con lo que el acosador se crece. Con lo que el acosador disfruta.

Con este planteamiento novedoso (hay que inventar para distinguirse del resto de la oferta televisiva) que pretende incidir más en el aspecto psicológico y estudio del comportamiento de las víctimas para llegar a perfilar a su acosador, la serie muestra suficiente interés que fracasa estrepitosamente más y más a cada episodio y ya descarrila del todo en los episodios finales.

En general presenta falta de profundidad en los guiones y sobre todo en la personalidad de los protagonistas, completamente planos aunque con preocupaciones que se dramatizan en exceso. Tanto profile de acosadores y se olvidan del de los protagonistas!

Lo guiones pretenden solemnidad a base de explotar la complejidad de la de los acosadores, lo más interesante, pero los mata la rígida interpretación y el no ser tratados con suficiente enfoque científico, como se merecería, para aportar valor añadido.

La teniente Beth Davis (protagonizada por Maggie Q) es una joven adusta, poco asertiva y con un (no podía ser de otra manera) turbulento pasado que esconde en lo más oculto de sí misma; Jack Larsen (Dylan McDermott) es el detective recién llegado a la sección. Proviene de New York y en su pasado también alberga irregularidades y en su presente sombras: su mujer y su hijo.

De pie y de izquierda a derecha: Jack Larsen y Beth Davis
Sentados y en el mismo sentido: Ben Caldwell y Janice Lawrence

Janice Lawrence (Mariana Klaveno) profiler y Ben Caldwell (Víctor Rasuk) analista de datos, completan el cuarteto protagonista.

Sin prejuicio alguno, pero evidente al máximo destaca la extrema delgadez, casi enfermiza que presentan tanto Beth como Janice, las dos protagonistas femeninas principales.

Y en el terreno argumental destaca negativamente lo increíble que resulta que Beth Davis, la Jefa de esta unidad policial de investigación al acoso, viva angustiada, traumatizada literalmente, por ser también una víctima y no sea capaz de resolverlo.

Es una serie a la que hay que ir dándole cuerda para que el episodio vaya avanzando y desear que se aleje de las argucias de susto fácil que siendo inevitables cuando te sorprende alguien que se cuela en tu casa, podrían tratarse con menos recurrencia de tópicos. Por ejemplo evitar el encuadre subjetivo de cámara en movimiento hacia la víctima que supone siempre una aproximación y del que se llega a abusar.

A vista de acosador
Un intento más de conseguir un lugar destacado en la parrilla televisiva donde se asan buenas chuletas y que se ha quedado chamuscado por no haber tenido en cuenta que una buena barbacoa precisa de mucho mimo y cuidado y que no basta con brasa ardiendo y algo cocinable encima.

La visión subjetiva les ha impedido objetivar.

Se supone que no tendrá segunda temporada o sea segunda oportunidad. Tampoco se la merece. Y lo sabe.

martes, 4 de agosto de 2015

El juego de Ripper de Isabel Allende

Para un autor, por muy consagrado que sea, tocar un género distinto al habitual es entrar siempre en terreno desconocido y hostil. No es lo mismo tocar el saxo barítono que la trompeta aunque ambos sean instrumentos musicales y de viento metal para más añadidura.

Como también es distinto tocar en un cuarteto de jazz que en una orquesta sinfónica. Aunque el instrumento, el piano pongamos por caso, sea el mismo.

La capacidad creativa y el arte de la narración suelen envejecer junto al autor y, como todo en la vida, hay quien envejece bien y hay quien solo regular.

Tal vez mal aconsejada, tal vez para reírse de unas pautas de redacción, quizás en un arrebato de demostración particular de que si se puede o simplemente para engrosar ingresos, Isabel Allende ha abandonado su umbral de confort para intentar una aventura cuyo resultado no ha obtenido, para los lectores avezados en el género, más que un simple aprobado.

Ya el descansar el peso de la investigación en jóvenes adolescentes resta tensión a la trama o la equipara a la que podría ofrecernos una aventura de Los Cinco. Unos cinco modernizados ya que ahora hay ordenadores e internet por medio.

El juego de Ripper hace honor al famoso asesino que encumbró Whitechapel y lo puso en el mapa del interrobang. Aunque solo es el juego al que juegan los adolescentes por ordenador y que acabaran saliendo de lo imaginativo y entraran en el mundo del asesinato real.

Hay algo en esa novela de aquella Isabel Allende de La casa de los espíritus, hay resquicios de ingenio pero hay que buscarlos agazapados entre cortinas de insustancial verborrea que llena páginas sin saber muy bien para que o para quien.

Isabel Allende ha escrito una de sus novelas, más de sus últimas que de sus primeras, para público más juvenil y menos adulto. Ha empezado como una novela costumbrista que gira a novela negra y que gira a thriller y entre tantas tramas subordinadas se pierde el norte.

Como novela negra y por sí sola, la trama policial podría haber dado juego pero queda tan enmascarada por el entorno que se diluye y apenas sabe a nada. Como diluir una aspirina en el Océano Pacífico y tomar luego quince gotas esperando que haga efecto.

Terrible esta moda de apuntarse a escribir novela negra. Deja en evidencia las puntadas de quien no sirve para un roto igual que para un descosido. A Isabel Allende la recordaremos siempre por sus primeras obras y aquí paz y después gloria.