Agatha Raisin y los paseantes de Dembley o el peligro de las excursiones campestres. |
En el campo existen aún las servidumbres de paso que
consisten en el derecho que tienen las personas para poder cruzar grandes
fincas; así los propietarios están obligados a mantener accesibles esos espacios,
generalmente senderos, para evitar que la parcelación aísle zonas.
Un grupo de excursionistas, los paseantes de Dembley,
encabezado por Jessica Tartinck. una joven beligerante en la recuperación del
uso del derecho de paso, planifican sus salidas campestres arrogándose ese
derecho como algo propio e innegociable lo que no solo provoca conflictos con
los propietarios de los terrenos sino que genera tensiones dentro del mismo
grupo al comprobar como los placenteros paseos se ven enturbiados por agrias
reivindicaciones y como unas alegres excursiones devienen marchas de protesta.
Estos enfrentamientos tienen mal fin y podrían ser la
causa que ha dado como resultado el asesinato de uno de los excursionistas lo
que pone inmediatamente al resto de los componentes del grupo y a los
propietarios agraviados, todos desconcertados, en la lista de sospechosos.
Cuando se produce el asesinato Agatha Raisin, que ya ha
vuelto a su querido Carsely después de cumplir una obligada penitencia laboral
en Londres, es requerida por una conocida para que investigue el caso a tenor
de sus habilidades demostradas y contrastadas en la solución de este tipo de crímenes.
Y viendo en ello una nueva oportunidad de acercamiento a
su atractivo e interesante vecino James Lacey, a quien ha tenido olvidado
durante su ostracismo, no duda en implicarse e implicarlo a fondo en la
investigación yendo arriba y abajo en un intento por encontrar pistas y razones
de tal asesinato.
Agatha Raisin y los paseantes de Dembley sigue la tónica de las anteriores de la serie y
al atractivo que supone el suspense por el caso policiaco, siempre ajustado a
las reglas de la novela policiaca inglesa de la Edad de Oro, se añade el interés
por la forma de vida rural inglesa, y por las peculiares relaciones que
mantienen entre si los habitantes del pueblo.
Sin olvidar claro está la tremenda personalidad de Agatha
Raisin que la convierten en un protagonista con salidas siempre sorprendentes,
divertidas e inesperadas.
M.
C. Beaton con esta cuarta novela de la serie demuestra ser toda
una especialista en ese subgénero de novela policiaca conocido como Cozy Mistery que se apoya en argumentos criminales
ligeros, pero para nada simples, en donde prima igualmente el costumbrismo y el
localismo todo tratado con enormes dosis de ironía y humor.
El libro cuenta además con un relato corto que a modo de
precuela explica los inicios profesionales de Agatha Raisin en el mundo de las
relaciones públicas y como la gestión con un cliente le permitió su lanzamiento
profesional y descubrir sus aptitudes detectivescas que hoy le son tan útiles y
por las que nos ha permitido conocerla en esta serie de novelas que en versión
original ya cuenta con 27 publicadas.
Anteriores novelas de Agatha Raisin reseñadas en el blog:
No sé cómo estará el interior, pero la portada ya me lo vende.
ResponderEliminar¡Un placer leerte como siempre, Jordi!
Son novelas ligeras que se leen con sonrisa floja alternada con carcajadas. Ideal para desengrasar entre lecturas densas que requieran concentración máxima.
EliminarUn abrazo!
A mí me gusta esta serie, me parece muy entretenida.
ResponderEliminarBesos
Y a mi también; me divierte mucho, tiene el localismo justo para no empachar.
EliminarUn beso!
Leí las dos primeras novelas (y tengo las dos siguientes en lista de espera). Comedia-policíaca y British, muy de mi gusto, aunque no sean grandes novelas detectivescas.
ResponderEliminarEfectivamente Ana no tienen profundidad pero no hay que negar que se leen a gusto.
EliminarSaludos!