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jueves, 18 de diciembre de 2014

El sabor de Venecia de Donna Leon y Roberta Pianaro

A la mesa con Brunetti
El sabor de Venecia es un libro de recetas de cocina veneciana, que aunque esté en Italia no de se debe confundir con un libro de recetas de cocina italiana, elaboradas por Roberta Biba Pianaro (cocinera y joyera a partes iguales y mejor amiga de la escritora) acompañadas de los recuerdos y vivencias de la escritora Donna León por su Venecia y por los pasajes de las novelas protagonizadas por su comisario Guido Brunetti en donde aparecen algunos de los platos que tanto la autora como su personaje degustan habitualmente.

Donna Leon introduce cada capítulo dedicado a un tipo de comida con textos íntimos de su día a día por la ciudad aguada que dotan al libro de una particular forma de entender la comida y su elaboración como algo que ha de ser compartido y disfrutado desde el pensamiento del plato, a la compra de los ingredientes, a su elaboración y finalmente a su degustación.

Cocinar para comer es una forma de materializar cultura. Comer es un placer que no hay que enturbiar bajo ningún concepto. Como lo es también la lectura. De ahí que a cada cosa se le asigne un tiempo y un momento.

Biba e Donna
Donna Leon ha tomado prestado de Paola Brunetti, la mujer del comisario, las recetas que a lo largo de las novelas protagonizadas por su marido ha ido elaborando día a día tanto para la comida como para la cena y le ha pedido a su amiga Biba que las transcriba y complemente con otras de igual interés para que todos los lectores puedan disfrutarlas.

En este recetario, como todo libro de cocina que se precie de ser usable, encontramos los platos clasificados por categorías:
  • ·         Antipasti (Entremeses)
  • ·         Primi piatti (Primeros platos)
  • ·         Verdure (Verdura)
  • ·         Pesci e frutti di mare (Pescados y mariscos)
  • ·         Carni (Carnes)
  • ·         Dolci (Postres)

Y entre las recetas, como tropezones en una sopa, las referencias, si las hay, a las novelas en las que aparecen, con los párrafos enteros para rememorar la ocasión:
  • ·         Antipasto di mare (Muerte en la Fenice)
  • ·         Huevas de sepia (Un mar de problemas)
  • ·         Fusilli con aceitunas (La chica de sus sueños)
  • ·         Penne rigate (Vestido para la muerte) el plato preferido de Brunetti
  • ·    Tallarines con porcini (El peor remedio)
  • ·         Lasaña (Veneno de cristal) la receta de la madre de Brunetti
  • ·         Ravioli con funghi (Nobleza obliga) la receta de Chiara
  • ·         Rissotto de calabaza (Muerte en un país extraño)
  • ·         Risotto con apio y puerros (Líbranos del mal)
  • ·         Arroz con guisantes (Amigos en las altas esferas)
  • ·         Pasta con alubias (Muerte y juicio)
  • ·         Sopa de lentejas con panceta (Justicia uniforme)
  • ·         Calabacines condimentados (Amigos en las altas esferas)
  • ·         Alcachofas rellenas de jamón (Líbranos del mal)
  • ·         Radicchi ahogados (Piedras ensangrentadas)
  • ·         Rape con tomate (Veneno de cristal)
  • ·         Lenguados con alcachofa y rúcula (Piedras ensangrentadas)
  • ·         Lubina al horno (Malas artes)
  • ·         Calamares rellenos (La chica de sus sueños)
  • ·         Camarones con verduras (La chica de sus sueños)
  • ·         Chuletas de cordero (Piedras ensangrentadas)
  • ·         Filete de ternera con romero y panceta (Justicia uniforme)
  • ·         Higado con polenta (Muerte en un país extraño)
  • ·         Estofado de buey (Un mar de problemas)
  • ·         Cerdo con setas (Mientras dormían)
  • ·         Lomo de cerdo con champiñones (La chica de sus sueños)
  • ·         Conejo con aceitunas y nueces (Malas artes)
  • ·         Tarta de manzana (Un mar de problemas) la receta de Paola
  • ·         Pastel de peras con crema (Malas artes)
(Impriman y recorten este subíndice de recetas aparecidas en las novelas de la serie ya que en el libro no aparecen agrupadas)

Cocinen en Navidad la comida del comisario Brunetti y conviértanlo en un homenaje negrocriminal en la Venecia de su casa.

Y ya puestos haremos caso de las órdenes de la mamma que se nos hace la boca agua: "A tavola, tutti a tavola. Mangiamo"

viernes, 13 de junio de 2014

Gran Hotel Babylon por Enoch Arnold Bennett

La presencia de unos clientes millonarios neoyorkinos, Theodore Racksole y su hija Helen Nella, en el comedor de un lujoso hotel inglés tiene como resultado un inicio absolutamente demoledor de una trama repleta de ironía, humor e intriga policial en un contexto de choque cultural.

¿Cómo es posible, se pregunta el mundano y decidido Theodore, al que sólo le falta el sombrero de cow boy, que en un hotel de tanta categoría no le puedan servir un Beso de Ángel?

La aristocracia británica y europea frente a la riqueza americana: un duelo que siempre genera disparatadas y cómicas situaciones (recuerden sino las relaciones de Jeeves con los americanos).

El Gran Hotel Babylon, situado en el Embankment, ofrece sus exclusivos servicios a privilegiados clientes, entre los que se cuentan los representantes de la realeza mundial, o sea a la crème de la crème, desde que fuera fundado en 1869 por Félix Babylon, un suizo que gestiona su hotel con la precisión de un reloj, suizo, y la discreción de un banco, suizo.

Conocido, por reyes y princesas, como "donde Félix" el hotel tiene puerta para la realeza y puerta corriente. Tiene al mejor chef, Rocco; al mejor maître, Jules; y a la mejor secretaria, la señorita Spéncer, para ofrecer lo mejor y garantizar el correcto, silencioso y tranquilo funcionamiento en cada ámbito.

Pero este remanso de paz, este pedazo de paraíso en la tierra, ve rota su armonía por la aparición de un cadáver y unos sucesos que tienden al embrollo y al mal gusto de implicar en la trama las dependencias del hotel con los detestables barrios portuarios y las timbas de juego con señoritas de tuteo fácil.

Intrigas políticas, derechos sucesorios, secuestros, desapariciones, y la muerte, ingredientes comunes que generan una combinación improbable pero que se resuelve con ingenio convincente.

Enoch Arnold Bennett
Enoch Arnold Bennett presenta una trama ágil y muy dinámica gracias a una buena dosificación de los distintos efectos tragicómicos. Con medida precisión, suiza.

Escrita en 1902 hay que, como sucede con los vinos añejos, abrirla con condescendencia para poder apreciar convenientemente sus sutilezas y su ingeniosa trama que hace hincapié en los tics sociales de la época.

Por ese motivo es probable que el argumento pueda parecer un poco simplista para los gustos contemporáneos muy distintos a los existentes en el momento de su publicación, pero no desmerece.

Son de esas novelas que hoy son tratadas con ligereza por su evocación a folletín. La fuerte presencia de la novela negra, cada vez más tortuosa, ha ido relegando a un segundo plano estos clásicos de novela policial, que sin embargo resultan muy entretenidos y descongestivos de empachos psicóticos y serial killers.

Estamos ante una lectura ligera y desengrasante pero no por ello obra menor.

Coctail Beso de Ángel
Y por si Theodore se les presenta en casa aqui tienen una receta para preparar un delicioso Beso de Ángel, de las tantas como tipos de beso hay:

Verter una taza de café en el fondo de una copa, encima añadir la mezcla de de 3 onzas de crema de cacao con 1 onza de brandy, coronar con 2 onzas de crema de leche dulce o condensada o chantilly i espolvoree canela por encima.



jueves, 27 de marzo de 2014

Verano en rojo de Berna González Harbour

Sotanas y futbol: las primeras esconden vicios ocultos,  el segundo exalta sentimientos mundanos al tiempo que anestesia realidades.

La roja es como se denomina en España a la selección nacional de fútbol: la roja! si Franco levantara la cabeza.

Verano en rojo toma el color del calor del sol, del calor del fuego, de la sangre de las víctimas, de la camiseta de los jugadores de fútbol, de la pasión.

Todo coincide y se da cita en ese verano del 2010, aunque sea en lugares distintos y dispares por latitudes medibles y aunque sea por motivos distintos e intenciones dispares por medibles escalas de valores humanos y divinos.

A la comisaria María Ruiz la concertada comida familiar y la expectativa de sentarse ante un televisor para seguir las evoluciones de los jugadores de fútbol en un partido del mundial de Suráfrica (Waka-Waka) que se anticipa de resultado incierto aunque apasionante, se ve truncada ante una situación igual de incierta y más desesperante: la aparición de un cadáver en el estanque del parque Juan Carlos I.

El cadáver de un chico joven siempre es algo que se atraganta y que induce a dedicar el 150% a encontrar el culpable.

María Ruiz empezó como psicóloga en el cuerpo y ahora, desde hace un año, es comisaria. Aunque tenga que recordarlo constantemente a paisanos y compañeros y es que su aspecto de modelo: largas piernas, cuerpo de gimnasio, larga melena negra, atractiva, no cuadra con la imagen agria de gesto torcido que las series de televisión se empeñan en utilizar para describir al poder policial.

El personaje de María es el de esas mujeres, como tantas otras, que tienen que luchar y luchar para demostrar lo que ya se sabe pero no se reconoce: que su condición de mujer solo la resaltan los compañeros de trabajo masculinos envidiosos y pusilánimes. Los únicos que se sienten amenazados si se evidencia su incapacidad.

Por suerte cuenta con compañeros de investigación bien calzados y muy bien caracterizados por la autora: Tomás, Luna, Esteban,  Carlos... que enriquecen el componente humano de la trama policial con sus puntos de vista distintos y sus conocimientos especializados.

Berna González Harbour describe y desgrana con más estilo periodístico que literario una trama muy de actualidad en el momento en que se escribe y se publica.  Aunque ni las sotanas ni los trapos sucios que esconden debajo ni el futbol y las económicas corrupciones que esconden en despachos pasaran, lamentablemente, nunca de moda.

Es una novela que muestra lo que hay debajo de esa piel de toro a la que va a parar todo lo barrido y de la que nadie se atreve a tirar. Triste destino en lo universal de una España que parece empeñada en mirar siempre para el otro lado.

Y utiliza como metáfora el modo como la Iglesia dirige, bajo la sombra del palio, a los que gobiernan y como estos enaltecen una victoria en el fútbol para disimular sus ineptitudes, para describir lo lejos que estamos de la madurez europea.

Cuando Bruno Bauer escribió y Carlos Marx publicitó que la religión era el opio del pueblo, el fútbol aún no había hecho su irrupción mediatica. Éste y no aquella es el verdadero paraíso en la tierra y si no que lo pregunten por la calle.

Berna González Harbour ha escrito una novela negra de la España negra, se atreve con el poder religioso y su manto de santidad manchado de semen, ofrece un retrato de eclesiásticos cuyos pecados no se absuelven con cuatro Ave Marías y dos Salves al amparo de un confesionario.

La Comisaria Ruiz ya tiene su segundo caso publicado: Margen de error, próximamente reseñado en este blog.

Y si quieren pueden desayunar como ella y comer Corbatas de Cantabria, tierra por donde le lleva la investigación, recién hechas de un modo fácil y rápido:

Corbatas 

Ingredientes 

1 lámina de hojaldre
Almendra molida 
1 clara de huevo
150 grs de azúcar glaseado
aceite para freír 


Preparación 

Se alisa la masa de hojaldre con un rodillo y se corta en rectángulos de aproximadamente 15 centímetros de largo por 7 de ancho. Hay que retorcerlos por el medio un par o tres de veces.

Se pintan las puntas con la mezcla de la clara y el azúcar y se finaliza espolvoreando encima la almendra molida. 

Meter en el hormo precalentado a 200º y dejar cocer hasta que el hojaldre tome color dorado, aproximadamente 15 minutos.

domingo, 9 de marzo de 2014

Las raíces del mal de Roberto Costantini

Las raíces del mal
de Roberto Costantini
El árbol del mal no da frutos a poco de plantarse, se toma su tiempo para asentarse y enraizarse, y cuanto más profundas sean sus raíces más consistentes pareceran sus razones para ofrecer sus dolorosos e indeseados frutos.

Las raíces del mal es la segunda novela de la trilogía que el autor Roberto Costantini dedica al comisario Michele Mike Balistreri, y que a modo de flash back, para convertirse en precuela de Tú eres el mal, sitúa al protagonista en Libia cuando tenía doce años y le acompaña en su crecimiento adulto en Italia.

Explica las relaciones de familiares y amigos de los que van a ser protagonistas así como las evoluciones de un grupo de adolescentes que entretejen ilusiones con realidades y exaltaciones idealistas con efluvios hormonales. Cuatro de ellos sellan una amistad con un juramento de sangre y arena que les ha de unir aún en las peores circunstancias: Mike, el protagonista; Nico, otro joven italiano empleado en una gasolinera y que alimenta sueños cinematográficos y Ahmed y Karim, dos hermanos árabes hijos de Mohamed, factotum del padre de Mike, Michele Balistreri.

Salto al agua desde un acantilado
Tantas vivencias, buenas y malas, les hacen crecer deprisa y desatan toda clase de reacciones que al contextualizarse con los acontecimientos históricos les generan dubitativas interpretaciones de las bases de su juramentada relación, fomentada en la amistad sin límites y en conseguir materializar sus sueños y aspiraciones, aúnque para cada cual estos sean distintos a los de los otros tres.

El autor, Roberto Costantini, fabula una historia negra en un contexto histórico real de Libia, donde una notoria colonia italiana ha ayudado a levantar el país, según ellos, o donde se han dedicado a explotar nativos y expoliar riquezas, según los árabes. Y en donde está próximo un golpe de estado que desbanque la monarquía en beneficio de una apuesta democrática.

El argumento discurre lentamente de 1960 a 1982. Con dos partes bien diferenciadas: la primera en Libia, donde se enraiza el mal; la segunda en Italia, donde se recogen sus frutos. La primera a rtimo lento, perezosa como resulta moverse bajo el sol africano en pleno verano en medio de un campo de olivos: tierra yerma y seca y árboles con poca y caprichosa sombra. La segunda acelerada como resulta moverse en un entorno urbano y hostil.

Olivar
En la primera se suceden unas muertes muy próximas a Mike que hacen tambalear su equilibrio emotivo; en la segunda se procederá a su aclaración, aúnque lo que lo ponga en el disparadero  sean otros crímenes en principio no relacionados.

Mike se ha convertido en un comisario de policía que no deja que nada ni nadie lo distraigan de su misión de hacer justicia. Un Mike con unos antecedentes punibles y un comportamiento impropio del que hay que excavar sus raíces para entender el porqué de sus actos. El porqué de sus frutos.

La novela es compleja por su dominante enfoque social que supera en más ocasiones de lo deseable a los propios protagonistas, a veces puros peleles de la situación y otras amos y señores de su destino.

Es una novela negra de amplio abasto que da satisfacción a todos los adictos: favorece el abrazo del costumbrismo con el colorido histórico, el del thriller político de altos vuelos con la investigación policial barriobajera, el del suministro de chicas jóvenes y cocaína a dirigentes mediáticos con el mundial de fútbol en Barcelona.

Y en medio está la familia y sus lazos y su constatación de que a los miembros no se les elige. Y está la tradición, el sufrimiento, el orgullo y el pragmatismo. Y está la amistad, esta si elegida, y el honor, la traición y la venganza.

Todo en un ambiente de culpabilización externa y de derrota social característico de la actual novela negra del Mediterráneo Oriental.

Roberto Costantini
Hay poca comida manifiesta en la novela de Roberto Costantini, pero son inevitables los espagueti a la Norma, plato emblemático de Sicilia que guarda relación con la ópera Norma del compositor siciliano Roberto Bellini.

Mientras cocinan dejen sobre el marmol cualquier novela que tengan de Nietzsche, cuanto más manoseada mejor, para darle ambiente. 

Y empiecen a seleccionar los ingredientes escuchando a Frank Sinatra cantando My Way (también Mike va a su manera), para seguir con cualquier canción de Songs from a room de Leonard Cohen (transmite el yo más íntimo de Mike), en especial Bird on a wire, y si en la cocina están en pareja pueden bailar A Whiter Shade of Pale de Procol Harum (la pieza que bailan Mike y Laura).

Y con la comida humeante en la mesa y mientras brindan con un blanco bien frío regalénse los oídos con la banda sonora por excelencia de la novela: Nel blu dipinto di blu de Domenico Modugno. 

Espagueti a la Norma

Ingredientes para 4 personas

300 grs de pasta, mejor fresca
4 tomates maduros
2 berenjenas grandes
1 cebolla pequeña
4 dientes de ajo
100 grs de queso Ricotta preferiblemente su versión salata y si no, el común.
Un puñado abundante de hojas frescas de albahaca
Sal, azúcar, pimienta y aceite de oliva virgen

Preparación

Se pelan las berenjenas y se cortan en rodajas finas y se dejan en remojo en agual y sal unos 15 minutos para que suelten el amargor.

Mientras pelamos la cebolla y la cortamos a rodajas delgadas, pelamos los ajos y los cortamos también a rodajitas finas y reservamos.

Espagueti a la Norma
Escurrimos la berenjena y la ponemos a freír y cuando esté hecha la ponemos sobre papel de cocina para absorver el aceite sobrante. En la misma paella ponemos a freír la cebolla y los ajos cortados y cuando tengan su punto dorado (que no se quemen!) rallamos encima el tomate y sofreímos corrigiendo con azúcar, sal y pimienta y añadimos las hojas de albahaca dejandolo a fuego medio entre 15 y 20 minutos.

Aprovechamos para poner  una olla de agua a hervir con un chorro de aceite y un puñado de sal y cocer la pasta al gusto.


El emplatar va a tendencias, hay quien lo mezcla todo; hay quien sirve una base de pasta, encima la salsa, encima la berenejena y por último el queso rallado al momento, hay quien mezcla pasta y salsa, ralla el queso encima y rodea el plato con las rodajas de berenjena... sean creativos, pero cománselo rápido antes de que se enfríe.

Volare, ooh ohvolare ooooh oh...

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Bangkok 8 de John Burdett y Ensalada de papaya pok pok

Bangkok 8 es la primera novela de un total, hasta ahora, de cinco de una serie que presentan al detective de policia Sonchai Jitpleecheep como protagonista.

La capital Bangkok, en especial su Barrio Rojo, y localidades de los alrededores son los lugares por donde transcurre la trama que tiene como eje central la investigación de la muerte de forma harto terrorífica de William Bradley un sargento de la marina estadounidense adscrito a la embajada; un negro alto y fuerte como una columna, a quien los detectives de la policia del distrito 8 de Bangkok, Sonchai Jitpleecheep y su compañero Pichai Apiradee, estaban siguiendo. De ahí que, para acabar el trabajo, Sonchai sea el encargado de esclarecer lo sucedido y ver que hay tras esa muerte.

Sonchai es un mestizo, hijo de un farang, probablemente militar estadounidense ya que no sabe nada de él, y de una tailandesa. Pero además de su condición racial que lo hace distinto, y por haber acompañado a su madre en diversos viajes ha adquirido una cultura y un conocimiento de idiomas que le hace destacar aún más entre los otros agentes. Y el adquirido modo occidental de ir al grano en los asuntos y no dar mil y un rodeos tampoco favorece su popularidad en el cuerpo.

Aúnque también es posible que influya su distinción étnica: su altura, muy superior a la media étnica local, su nariz aguileña y su pelo color paja.

Y también lo hace peculiar el hecho de practicar constantemente el arte de la meditación, visualizar reencarnaciones (la suya más anterior la ha ubicado en Egipto), ser integro y no aceptar sobornos, algo tan natural como respirar en su oficio (cada policia es un recolector que abastece el sistema financiero estructurado como una industria moderna), lo que lo acerca a un ser arhat: alguien que trasciende para realizarse espiritualmente.

La novela adereza la investigación con reflexiones conceptuales sobre las diferencias de pensamiento y obra entre occidente y oriente. Sobre como el dharma explica que todo es transitorio y por tanto no tiene sentido aferrarse a nada material, ni tan solo la a propia vida. Y sobre como el karma tiene su razón y su evolución en las reencarnaciones.

Sobre como conciben los tailandeses la vida y la muerte, su espiritualidad, sus creencias religiosas, sus prácticas de meditación, sus reencarnaciones, su sentido del humor y sobretodo su sentido del placer. Son ante todo hedonistas. Y como no podía ser de otra manera, el placer se capta por los sentidos, y por supuesto el cuerpo y el sexo son medios aptos para conseguirlo, así su percepción de la prostitución es como de un oficio cualquiera y para el que no todos son aptos.

La práctica lucrativa del sexo se ve como un empleo bien remunerado que requiere poco esfuerzo y que no solo beneficia económicamente a quien lo realiza sino también a la comunidad por redundar en beneficios sociales y en la enorme cantidad de divisas que genera.

El sexo es algo agradable, natural, divertido, necesario y gratificante, y si encima se puede ganar dinero con ello ¿por qué renunciar?

Muchos de los visitantes, millones de turistas, que acuden cada año a Tailandia y a su capital Bangkok (Krung Thep en idioma nativo) acaban respondiendo a la llamada imperiosa del sexo de alguno de los modos en que se presenta.

El desorden del pensamiento occidental, su confusión sobre lo ético, su sentido religioso del pecado y la moralidad castradora de inclinaciones naturales, derivan a buscar placer con servicios inusuales, acciones sádicas o masoquistas, y sobre todo sodomitas, es algo que se convierte en objeto de debate a lo largo de la novela. Los tailandeses consideran enfermiza esa forma de vida. Algunas de esas reflexiones son particularmente interesantes aunque en su mayoría no vengan al caso, al caso policial, y nunca mejor dicho.

Y así entre prostitutas y transexuales, sadomasoquismo y seducción, entre marchantes de arte, sobre todo de jade antiguo, y exportadores ilegales, entre corrupción y droga, y meditación, mucha meditación, el caso policial avanza sinuoso y lento como una serpiente adormecida, puesto que la presencia amenazante del karma negativo ayuda a calmar el ansia incontrolada.

La novela de este escritor, John Burdett, que vivió y trabajó en Hong Kong como abogado hasta que decidió centrarse como novelista, es como un compendio turístico y social de Tailandia ya que trata de caricaturismo localista, antropología, sociología (de como se elaboran, deciden y bendicen los apellidos por ejemplo), sexología y budismo. Incluso de la depresión de los cocodrilos y como tratarla.

Si precisan algún otro elemento además de la lectura para imbuirse de lleno en el país pueden acompañarse de la ingesta de un ensalada de papaya, como la que toman Sonchai y su jefe, el coronel Vikorn, en el Princess Club, y refrescarse la boca y el paladar con tragos de cerveza Kloster (un buen acompañamiento para los chiles) que hacen que cada trago después de un bocado, dicen, sea como ingerir lava fresca.

Ensalada de Papaya Pok Pokmezcla oriental de dulce, salado y picante y de aromas y sabores dispares; despierta el apetito y hace segregar suficiente jugo gástrico para anticipar los platos posteriores.

Ingredientes para 4 personas (los chiles van al gusto):

450 gr. de papaya que no esté muy madura
3 dientes de ajo picados
3 chiles tailandeses verdes (prik khee noo)
2 tomates, cortados en gajos
1/2 taza de judías verdes cocidas, cortadas en longitudes de 5 cm
2 cucharadas de salsa de anchoas o de camarones desecados.
1/2 cucharadita de salsa tailandesa de pescado
1 cucharada de cacahuetes tostados y picados
2 cucharadas de de jugo de limón
1 cucharada de azúcar moreno

Preparación:

1. Machacar el ajo, los chiles y la salsa de anchoas o los camarones secos con un mortero (el pok pok al golpear es el sobrenombre que recibe la ensalada, ya que se prepara al momento e incluso en chiringuitos de la calle y el sonido acompaña a los transeúntes en todo momento).

2. Pelar la papaya y enjuagar para eliminar su ácido natural. Abrirla por la mitad, extraer con una cuchara las semillas, y cortar el fruto en juliana fina.

Coloque la papaya en un recipiente y añada la mezcla de ajo, chile y camarones secos y mezcle. A continuación, añada el jugo de limón, el azúcar y la salsa de pescado y de nuevo mezcle bien.

3. Coloque los tomates, cacahuetes en un bol grande y agregue por encima la mezcla de papaya anterior y revuelva.

Fácil y rápida: ya puede disfrutar de su experiencia tailandesa: lectura y comida.

Sepan que esta ensalada es solo el entrante de una exuberante comida disfrutada por nuestros protagonistas que se completa con:  sopa tom-yun picante, pollo estofado con salsa de ostras, lubina frita son salsa de chiles y paté de pescado, sapo crudo con cebolletas y chiles y por último caracoles grandes cocinados en su jugo. Para todo acompañamiento arroz blanco, que tanto sirve como pan (haciendo bolitas para mojar en las salsas) como para dar reposo a las papilas gustativas que parecen fuego vivo que se intentara apagar rociando con gasolina encendida.

Waia


viernes, 8 de noviembre de 2013

Muerte entre los viñedos de Jean Pierre Alaux y Nöel Balen

Una mañana de diciembre Louis y Léonie Lacombe, matrimonio septuagenario, aparecen dormidos, juntos, en su cama, en ese particular sueño del que ya no se despierta. Y por los visibles signos de estrangulamiento en ambos queda claro que su paso al sueño eterno ha sido inducido.

En primavera habían celebrado sus bodas de oro (lo que explica el título original: Noces d’or a Yquem) y en el pueblo nadie entiende que les haya pasado algo así, ni sospechan quien ni por que puede haberlo hecho.

La estimada pareja solo tiene a Léa por todo familiar, su nieta, ahora mayor y alejada, que cuando tenía solo dos años le dejaron su hijo Pierre y su mujer Françoise el día que decidieron suicidarse por no poder afrontar su catástrofe financiera.

Treinta años trabajando para el señor conde. En Yquem. Treinta años doblando el espinazo en el Sauternais donde se vendimia recogiendo grano a grano: pepitas de oro en forma de uvas. 

Treinta años llenos de recuerdos que los identificaban como vendimiadores de élite.

Treinta cosechas de Château d’Yquem. Esa peculiar bodega cuyos vinos, sobre todo los que tienen antigüedad de varias generaciones, son considerados obras de arte y cuyos precios pueden alcanzar las nubes.

Benjamin Cooker, es un prestigioso enólogo británico que pasa más tiempo en Burdeos que en el nebuloso Londres, es el autor de la Guía Cooker de vinos, y usa, para sus anotaciones, una pluma estilográfica Parker (todo un guiño) regalo de su hija Margaux (otro más).

Tiene además del vino, la comida y los puros una morbosa afición por inmiscuirse en intrigas policiales de casos delictivos, por lo que al enterarse del suceso del matrimonio Lacombe y con la ayuda de su joven aprendiz y también enólogo Virgile Lanssien no pierde un instante en investigar el asunto.

Cuenta con el consentimiento tácito del comisario Barbaroux, amigo y contertuliano, y el caso lo lleva a regresar, con gran placer, a una de sus zonas vinícolas preferidas.

La novela habla del Sauternais y de como se alían la niebla y el sol para ir provocando esa sublime podredumbre tan imprescindible para que el milagro se produzca y de unos simples granos de uva, convenientemente mimados y algo de misterio, se acabe obteniendo un zumo denso de increíble y delicioso aroma. Oro liquido. Otrora clara respuesta a la búsqueda incesante de los alquimistas.

La novela habla de los procesos de transformación y crianza, de los graduales cambios perfectamente supervisados, de los aromas vegetales primero a los frutales después para acabar dando paso a unos ligeros especiados suaves. Y de como las añadas ofrecen sutiles variaciones en su sabor y en la presencia de mayor o menor contenido aromático incluso de maderas.

Lamentablemente la novela olvida rápidamente la trama policial que queda en un segundo plano y que va resolviéndose casi por si sola, relegada, ante esos pesos pesados, como si fuera un simple vino de mesa.

Se espera más de una primera novela policíaca de lo que ésta ofrece. A lo mejor es una cepa recién plantada y hay que esperar aún un tiempo a que evolucione y nos de frutos. En esta primera cepa, la poda se ha hecho mal, la recolección a destiempo, el despalillado sin pulcritud, la barrica demasiado usada y el tiempo en botella insuficiente. El resultado es un vino, perdón, una novela sin los aromas ni el sabor que hubiera tenido con un tratamiento más criminal.

Como sea que esta novela interesará más por su contenido enológico que policial (es una de esas novelas ideal para ser bebida más que leída), se recogen aquí la mayoría de referencias vinícolas citadas (no olviden que en Francia tiene más importancia la bodega y el terroir, que el propio nombre del vino, de ahí que cuando se hable de ellos se cite indistintamente uno u otro): Lillet, Château Rieussec, Cahors, Château de Rayne Vigneau, Saussignac, Châteu de France, Mas Amiel y por supuestísimo Château d’Yquem.

La novela es un canto al vino Sauternes. Páginas y páginas enteras elogiando y describiendo el paisaje de la región, sus colinas, su climatología, esos bancos de niebla tan pronto densa como deshilachada, sus cultivos, cuidados, recolección y proceso de fermentación y como no las notorias sensaciones en vista, nariz y boca y el proceso de cata para su degustación y disfrute.

Por lo que si son de la opinión, como yo, de que un buen Sauternes es uno de los mejores vinos que se puede y se debe beber, esta es su novela. Para leer policial hay que buscar en otras partes.

Para Benjamin Cooker, el enólogo detective protagonista de esta novela Muerte entre los viñedos, y de toda la serie: “la verdad está al fondo de la copa”. Es su opinión y la comparto, claro que siempre que sea yo quien la haya vaciado.

Más de veinte novelas escritas por Jean Pierre Alaux y Nöel Balen y protagonizadas por este cincuentón barrigudo y sus correspondientes adaptaciones televisivas ‘Le sang de la vigne’ lo han convertido en una suerte de nuevo Maigret para los franceses. Sus razones tendrán. Aquí les dejo un enlace para conocer más sobre ello. 

Que ustedes lo beban bien.


Tengo en el botellero la segunda novela de la serie esperando ser descorchada: La misteriosa botella de Petrus; ya les contaré a que sabe. El Petrus no, la novela. Mi presupuesto solo alcanza para el papel. El de la etiqueta quería decir.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El guardián invisible de Dolores Redondo y los txantxigorri

El guardián invisible es una novela que revela una vida rural, llena de leyendas y recuerdos infantiles donde la naturaleza es un juguete más con el jugar. Pero no todo lo vivido en esa época son nubes de algodón azucarado los hay también dolorosos y tremendos; y los exorcismos, para que funcionen, deben realizarse allí donde se fraguó el mal que los creo.

Por eso este retorno a la naturaleza, a su pueblo, a su hogar resulta para la inspectora Amaia Salazar algo más que la investigación de un caso de asesinato, es, para bien y para mal, el enfrentamiento a sus miedos y a su dolor.

Novela negra rural que transcurre en Elizondo y a orillas del Baztán y nos presenta sus ambos lados: el ecosistema forestal salvaje y agreste, habitado por peculiares inquilinos, como un basajaun huidizo; y el ecosistema rural civilizado y domestico habitado por envidiosos vecinos, como una comadre omnipresente.

Al primer asesinato le sucede otro y la secuencia tiene aspecto de no detenerse por voluntad propia sino media la voluntad policial y en eso están la inspectora Amaia Salazar, el subinspector Jonan Etxaide, el inspector Fermín Montes y el doctor Jorge San Martín, siempre con actitud docente, y otros policías adscritos al caso, dispuestos a detener a esa mano capaz de arrancar la vida a niñas que aún no han empezado a vivirla.

La intriga no abandona la lectura, pero la tensión no dispara pulsaciones ya que se presenta demasiado relajada para la temática que supone y pasa a segundo plano más veces de las que desearíamos ante la necesidad infructuosa de consolidar el personaje de Amaia.

El argumento se acompaña del misterio de lo sobrenatural y también tienen su presencia seres mitológicos que están para enseñar que no hay que temer a lo desconocido y si en cambio a los conocidos, a modo de fábula pero sin profundizar dándole un toque pueril en lugar de antropólogico.

En El guardián invisible se intenta ensamblar una investigación criminal con un ejercicio de superación personal y con mitología de gran calado y terminada la lectura tal vez la idea fuera buena pero el resultado podría haber sido aún mejor.

La redacción de Dolores Redondo presenta una prosa pausada, sensible en las descripciones tanto de los rincones boscosos como de las macabras sorpresas que encierran, pero concisa y rigurosa en los términos criminalísticos, aunque a veces emplee un tono conferenciante que distorsiona el ritmo narrativo o un registro de trascripción enciclopédica que chirría.

Veremos como ha evolucionado la autora y el Baztán en la segunda novela de esta trilogía, anunciada para mediados de este noviembre. Y veremos también si el aspecto mitológico va a más ya que ahí puede residir un hecho claramente diferencial con otros autores y la mezcla de fantasía y novela negra puede enganchar algunos lectores y alejar a otros.

Los txantxigorri (y no txatxingorri como erróneamente aparece escrito en la novela; y no es la única palabra) es un pastelito típico de Navarra que tiene gran relevancia en el transcurso de la novela. Por si se atreven a cocinarlo a continuación tienen la receta.

Ingredientes:

2 cucharadas de mantequilla
350 gr. de harina
2 huevos
125 gr. de azúcar
200 gr. de chicharrones
Levadura
Ralladura de medio limón

Elaboración:

Tamizar la harina sobre la superficie de trabajo y agruparla en forma de nido de volcán que contenga los huevos, el azúcar, la mantequilla, la ralladura del medio limón, la levadura y los chicharrones previamente picados finamente.

Trabajar la mezcla con las manos hasta conseguir una masa moldeable y dejarla reposar durante 5’ tapada con un paño de cocina limpio.

Coger bolas pequeñas y formar tortitas redondas y delgadas del diámetro de un vaso y ponerlas en una bandeja de horno previamente engrasada.

Introducir la bandeja en el horno dispuesto ya a una temperatura de 180º y hornear durante unos 25’ hasta que queden doradas.

Se sirven frías.


Como frío me he quedado, con el post ya a punto de subir, con lo descubierto en El blog asustado (con ese nombre que se podía esperar!), a propósito de unos párrafos de la redacción de esta novela. Esto no es bueno para nadie. Pinchen aquí, lean y juzguen.

El link anterior ha dejado de estar operativo, aquí hay otro, comprueben si estamos o no ante páginas plagiadas https://undialeiunlibro.blogspot.com/2015/03/dolores-redondo-el-guardian-invisible.html