miércoles, 19 de abril de 2017

El santo al cielo de Carlos Ortega Vilas

El santo al cielo presenta una
cubierta más que elocuente.
- A propósito Jordi, ¿qué día es hoy? –me pregunta Aldo acercándose por encima del hombro.
- Eh…, diecinueve de abril, señor – contesto sin dejar de escribir la reseña de El santo al cielo y señalando con el dedo el ángulo inferior derecho del monitor.
- Diecinueve de abril. Día de san Expedito
- ¿Señor?
- Expedito. Un Comandante de una legión romana de principios del siglo IV que fue tocado por la gracia de Dios y aceptó su conversión de forma expedita por eso se le asocia con los temas urgentes y el no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy; es, a su vez, junto con Santa Rita y San Judas Tadeo, abogado de las causas imposibles.

Aldo Monteiro es así, Inspector Jefe de la Brigada de Homicidios y Desaparecidos de la Policía Nacional y también un martirologio andante.

Y tiene tan buen olfato e igual aptitud para un desempeño como para el otro; cuando sigue una pista, cuando su intuición se afina, no deja que nada lo despiste, no deja que se le vaya el santo al cielo ni que nadie le pise el fregao.

El caso que le ocupa no es de santos, o si pero de santos caídos. Tiene más de infierno que de cielo. Y además esconde secretos de un pasado para nada cerrado. Tan abierto estaba que de él han salido sus sombras a teñir el santoral y a velar el presente. Y a velar al difunto.

El cadáver de un hombre ha sido encontrado en su domicilio; el hedor es insoportable pero no inhabitual. El joven teniente Julio Mataró de la Guardia Civil va a ser su compañero en la investigación; dos cuerpos policiales heterogéneos para un único cuerpo descompuesto y para mayor misterio hallado en un piso cerrado por dentro.

Empieza el relato y una investigación que va a recorrer distintas localizaciones y va a tener suficientes ramificaciones como para deslizarse por las 557 páginas a ritmo de imparable thriller.

Carlos Ortega Vilas
Carlos Ortega Vilas sorprende con una novela que tiene tanto de negra como de policial y todo de buena; relata con una prosa relajada, acompasada y elegante una historia de gran contenido humano. Pero no de su contenido sacro sino más bien del sacrílego.

El autor compone una historia muy meticulosa, por lo que se refiere tanto al pasado como al presente y elige unos personajes para su representación muy sólidos y de marcadas identidad y carisma con los que no cuesta nada empatizar hasta sentir en carne propia sus preocupaciones, dolores y desvelos.

Presenta los hechos de forma clara y aun sabiendo casi desde el principio quien es el muerto y quien el asesino revela que el misterio sigue intacto y demuestra con gran maestría como es capaz de mantener la tensión en todo momento e incrementarla con subtramas y giros que tan pronto avanzan por libre como se entrecruzan como convergen para volver a separarse pero siempre encajando sin fisura alguna en el todo argumental.

La alternancia de capítulos con distinto protagonista permite al autor desarrollar dichas subtramas y al lector disfrutar de una posición privilegiada a vista de pájaro y aun así la novela no pierde ni un ápice de interés y eso se debe a un dominio del lenguaje y del tempo narrativo muy elogiable y a una rara habilidad para elaborar unos diálogos medidos y muy convincentes.

La investigación discurre desde el martes 5 de diciembre, día de San Sabas hasta el jueves 28 de diciembre día de los Santos Inocentes. La historia empezó mucho antes y aún no ha acabado.

Léanla sin dudarlo y cuanto antes, no sea que por una cosa u otra les suceda como a aquel cura que en plena misa hablando de las virtudes de un santo se olvidó lo que iba a decir. Se le había ido el santo al cielo.



viernes, 14 de abril de 2017

A dúo de Concha Román

Un thriller que empieza en Sevilla, en
Semana Santa y cuya investigación
avanza a ritmo de costalero.
Los casos de corrupción existen y han existido en España desde hace mucho pero ahora, cuando más se conocen, se divulgan y se persiguen, son perfecta carne de cañón para los escritores de thrillers y de novela negra.

La corrupción conlleva asociados muchos más delitos y es lícito que los escritores fabulen sobre esos hechos imaginando escenarios y tramas y quedándose cortos ante lo que ofrece la realidad.

Cada país adecua los argumentos de su novela negra y sus thrillers a su entorno social, a su nivel de criminalidad y a la tipología de esta para ser creíbles y favorecer así la complicidad de la comunidad lectora que a pesar de saber que lee ficción necesita que esta se sustente en aspectos comprobables.

El modus operandi ha de concordar con el modus vivendi.

El título A dúo era suficiente, deja con ganas de saber más; añadirle la coletilla: un thriller sobre la delincuencia de cuello blanco encorseta y etiqueta la novela que ofrece más de lo que anuncia. El afán de posicionar el libro frente a competidores nos desvela de qué va el argumento: un intrincado thriller de corrupción empresarial y urbanística.

Por suerte la trama, de gran complejidad y embrollo, con muchos protagonistas tanto en el bando investigador, que combina policías, como el comisario Juan Noceda, con la agencia de detectives privados Sierpes & Cool (una asociación tolerada que no concertada) como en el bando investigado da juego, giros y sorpresas propias de un thriller que se precie.

El entorno familiar, de amigos cercanos y empresarial de la víctima alberga las primeras sospechas. Habrá que profundizar en sus relaciones personales y profesionales para confirmarlas o descartarlas, aunque la mano de alguien profesional parece estar al acecho.

La trama transcurre en 2011 cuando los estragos de la crisis son motivo de conversación constante y de desesperación permanente. Un thriller que empieza en Sevilla, durante las fiestas religiosas de Semana Santa, con el asesinato de un alto directivo de un importante grupo empresarial y cuya investigación va avanzando lenta y pesadamente a ritmo de paso de costalero con visión limitada.

Los costaleros no tienen una visión global de la realidad
Los entresijos económicos fruto de la contabilidad creativa de las empresas con ánimo de delinquir son madejas entremezcladas por gatos juguetones y recomponerlas no es tarea fácil: a cada tirón de hilo puede obtenerse un nudo.

Concha Román, la autora, ha trasladado a literatura apuntes de periodista de investigación; el estilo es detallado pero conciso sin contemplar el adorno. El ritmo narrativo tiene algo de urgente y a veces provoca la sensación de estar leyendo notas extraídas de un bloc o de una agenda y otras veces de leer un memorándum lo que permite que la lectura se desarrolle como participante activo de la investigación.

A dúo consigue soliviantar, lo que para una novela es un lujo; consigue que los ciudadanos de a pie, buenos cumplidores de sus deberes sociales se indignen todavía un poco más ante la clara evidencia de que siendo malo se vive mejor.

domingo, 9 de abril de 2017

Los diez de Martin Beck de Maj Sjöwall y Per Wahlöö

'La habitación cerrada' tal vez la
mejor novela negra de las 10
protagonizadas por
Martin Beck
Maj Sjöwall y Per Wahlöö son la pareja, de escritores y pareja en la vida real, que escribiendo la serie de novela negra protagonizada por Martin Beck no solo renuevan, en su momento, el concepto de novela negra nórdica allanando el camino para los siguientes Henning Mankell, Åsa Larsson, Camilla Läckberg… sino que haciendo buen uso de ella se dedican a diseccionar con frialdad y eficiencia quirúrgica los principios que rigen la sociedad sueca y a su más clara evidencia vital que es la ciudadanía de Estocolmo.

Ante todo recuerden que las novelas transcurren entre los años 1965 y 1975 lo que conviene tener presente para contextualizar adecuadamente sus opiniones y ácidas críticas.

La pareja de escritores presentan a los holmienses (gentilicio de Estocolmo que desconocía) como unos seres egoístas y maleducados, cínicos y antihumanitarios, de trato excesivamente formal rozando la grosería.

A la clase dominante la presenta corrupta e incompetente; con una policía, excesivamente jerarquizada y burocratizada,  violenta en sus represión a manifestaciones (época de Vietnam) y con una población anciana que se alimenta de comida para perros malviviendo en inmuebles casi insalubres y en habitaciones minúsculas sin recursos para la calefacción.

Definen al sistema existente como algo perverso ya que con los elevados impuestos recaptados generan una expectativa de devolución en cantidad y calidad de servicios que luego no cumplen dejando las necesidades desatendidas; por lo que no extraña que sea el país con alto número de suicidas aunque las estadísticas oficiales lo conviertan, creativamente, en muertes por origen desconocido para no figurar en el top del ranquing mundial, que queda feo.

El Estocolmo de la época es una capital que sufre las consecuencias de un desequilibrio social y económico que eleva la tasa de robos, crímenes, alteraciones del orden por borracheras y exceso en el consumo de drogas hasta límites insospechados lo que no deja de ser una sorpresa para la imagen que de una capital nórdica tiene la Europa del sur que sigue teniendo a los países septentrionales como referencia en materia cultural, educación, formación y estado de bienestar.

El desagradecido clima tampoco ayuda y las pocas horas de luz y aún menos de sol tienden a fomentar caracteres taciturnos que se alimentan de estados de ansiedad y depresiones servidos con bebidas alcohólicas de cualquier graduación.

Per Wahlöö y Maj Sjöwall, la pareja autora
de la serie de Martin Beck fotografiados
en la época en la que transcurren las novelas
Maj Sjöwall y Per Wahlöö no se muerden la lengua para denunciar la hipocresía de su país y de sus conciudadanos y a través de sus novelas, de carácter eminentemente policial por el tratamiento y el argumento pero por su trasfondo claramente identificadas como novela negra, van soltando perlas de crítica social que ilustran el entorno donde se producen los crímenes que Martin Beck y su equipo investigan.

La escritura es muy accesible y las descripciones precisas y acertadas, no hay contenido vacío, y las tramas todas interesantes y para nada repetidas.

El peso de la obra recae sobre Maj Sjöwall que a la muerte de su marido, Per Wahlöö, decidió que su familia merecía toda su dedicación y que en la serie, tal vez, ya se había dicho todo lo que originó la necesidad de escribir.

El resultado diez novelas de género negro y de contenido diverso e interés creciente. Las sucesivas reediciones de sus novelas y las adaptaciones a los nuevos tiempos y lenguajes han traído nuevos criterios y así los títulos han sufrido diversas alteraciones por lo que pueden no coincidir con los reseñados. Para evitar confusiones se informa del título original.

Fácil que no tengan tiempo o medios para leer toda la serie, si así fuera lean como mínimo La habitación cerrada, probablemente la mejor. Pero si pueden leerlas todas y, eso sí, por orden van a disfrutar de una lectura interesante, entretenida e ilustrativa de lo que es novela negra sueca de verdad.

Las diez novelas negras protagonizadas por Martin Beck

01 – Roseanna (Roseanna) 1965
El cuerpo desnudo de una joven es encontrado dragando un lago; a la dificultad por conocer su identidad se une la de saber que le pasó y cuando. Las prácticas forenses descubren que sufrió violencia sexual inusualmente agresiva. Primer caso de Martin Beck, acompañado por Kellbrock y Melander, compañeros asiduos en las siguientes entregas, que ya perfila su forma de investigar y la relación entre ellos y sus características, por cierto muy complementarias.

02 - El hombre que se esfumó (Mannen som gick upp i rök) 1966
Un periodista, bebedor, grosero y desmesurado desaparece en Budapest yendo a cubrir un reportaje. No se tienen ni más pistas ni más noticias y la policía húngara no ve motivos para investigar al disponer el desaparecido de un visado vigente. Martin Beck debe desplazarse para intentar dar con su paradero.

03 - El hombre del balcón (Mannen på balkongen) 1967
El asesinato de una pequeña preadolescente en un parque de Estocolmo dispara el miedo entre padres y ciudadanos en general que llegan incluso a organizarse en patrullas para prevenir nuevos casos, algo que no pueden evitar. Una investigación basada en trabajar los pequeños detalles se revela como un método eficaz.

04 - El policía que ríe (Den skrattande polisen) 1968
Una matanza en un autobús abre una investigación sobre la que se va a ciegas y en la que cualquier hipótesis puede ser válida. Una novela donde el procedimiento policial, característico de esta serie de novelas, resulta fundamental para resolver el caso.

05 - El coche de los bomberos que desapareció (Brandbilen som försvann) 1969
Un incendio en un inmueble causa varias muertes, todo apunta a un accidente doméstico como el causante del fuego pero el hecho de que entre las víctimas se encuentre alguien que estaba siendo vigilado por la policía hace sospechar que pueda ser intencionado.

06 - Asesinato en el Savoy (Polis, Polis, potatismos!) 1970
Un rico empresario es disparado a la cabeza mientras daba un discurso a miembros de su empresa y en presencia de su joven esposa durante una comida en un renombrado restaurante por un desconocido que consigue darse a la fuga sin que nadie haya podido identificarlo. La investigación transcurre en Malmö y Estocolmo simultáneamente.

07 - Un ser abominable (Den vedervärdige mannen från Säffle) 1971
Un comisario de policía de baja por enfermedad es asesinado en el hospital; habrá que remontarse a su pasado y a sus actuaciones para intentar encontrar alguna razón que explique su muerte y alguna pista que oriente hacia su posible asesino.

08 - La habitación cerrada (Det slutna rummet) 1972
Un atraco a un banco y un anciano encontrado muerto en una habitación cerrada conforman dos ejes sobre los que evoluciona esta novela que ofrece un registro humorístico y un claro y crítico análisis social del comportamiento humano en la sociedad sueca como en ninguna otra anterior se había tratado.

09 - Muerte de un policía (Polismördaren) 1974
La desaparición de una joven lleva a Beck al sur del país para encargarse de la investigación, mientras tanto en la capital se sigue a un atracador con la esperanza de recuperar su botín; las tramas sirven para otra crítica feroz hacia el sistema que refleja sus miserias en la estratificación del tejido social cada vez más deteriorado.

10 - Los terroristas (Terroristema) 1975
La visita oficial de un senador norteamericano y la sospecha de un posible atentado obliga a preparar un dispositivo capaz de neutralizar a los terroristas y minimizar el impacto mediático de las previstas manifestaciones pacifistas que cuentan con activistas venidos de países vecinos. La novela es el colofón perfecto a la serie como si se supiera de antemano que iba a ser la última.

Afortunadamente están todas reeditadas y disponibles, incluso facilmente localizables en librerías de viejo o en tiendas de segunda mano y por supuesto en bibliotecas.

La revisión de esta serie tiene su origen en la picadura del mosquito Sangre en los estantes de Paco Camarasa, que no solo hace leer sino también releer, que le dedica un apartado en la letra S que titula: ‘Maj Sjöwall y Per Wahlöö, esos suecos imprescindibles de nombre impronunciable’ páginas de 376 a 381.

domingo, 2 de abril de 2017

Castle 8 temporada y última

Una de las más destacadas series familiares
de entretenimiento policial.
La 8 temporada y última de la serie televisiva Castle empieza con una trama principal que se asoma como compleja, interesante y a buen ritmo y que obliga a Kate a ser expeditiva con su vida familiar para minimizar riesgos. Una trama de fuerte componente, que no contenido, político que supera la línea policial clásica habitual para relanzarla como thriller.

Fascina la capacidad que tienen los guionistas de esta serie para reinventarse después de tantos episodios dotándola de nuevas líneas argumentales que le dan vigor.

Pero como si la muerte anunciada de la serie rebajara la tensión o redujera la imaginación a lo mínimo (guardándose ideas para mejor ocasión) la expectante trama pronto queda en un segundo plano y se van encadenando capítulos donde este hilo principal ni tan solo se menciona y se ve, una vez decidida la no continuidad de la serie, como, forzada, se retoma hacia el final para resolverse de forma precipitada y poco convincente por falta de episodios donde poder desarrollarla con holgura e incrementar la tensión.

En estos últimos episodios abunda la ñoñería y el relleno para aparentar algo que se tenía y que se ha perdido: esa magia, esa ironía, esa complicidad…que surgía con facilidad ahora se viste de artificio carente de espontaneidad. Será cierto lo que se apuntaba como motivo para echar el cierre y es que entre Stana Katic (Kate) y Nathan Fillion (Castle) hay más odio que amor.

Hate? or Love?
Volviendo a la serie, Kate no sabe actuar como Capitán, el traje le viene grande, por lo que nadie entiende como sigue funcionando la comisaría ya que la anteriormente inspectora se dedica más a patear la calle que al trabajo de gestión y organización, como hicieran todos los que la precedieron en el cargo. Cargo que es lo que tiene: despachos, diplomacia y relaciones públicas sin ensuciarse las manos salvo si rebosa el bolígrafo o la pluma o se atasca un papel en la impresora.

Claro que la acción y el lucimiento del actor están en la calle, en persecuciones, dando o recibiendo tiros, interrogando sospechosos y habiendo de cambiar de vestuario según la ocasión y poco o nada atractivo resulta la vida de despacho sin otras curvas que las del mobiliario.

En cambio, es como si el despacho equipado de gadgets de detective privado de Rick Castle, con más minutos en pantalla que su domicilio y que casi la comisaría, preparase una salida tangencial, un spin-off que siga contando con la familia, Alexis y Martha Rodgers, y la colaboración de Hayley Vargas (interpretada por Toks Olagundoye) una exagente que trabaja en Seguridad, para seguir resolviendo casos delictivos.

Pero también es cierto que el final emitido da carpetazo total a una serie que ha tenido de todo a lo largo de su emisión pero que pesa más el haber que el debe, siempre valorándola como serie familiar de entretenimiento noir: guiones inteligentes y con múltiples referencias a clásicos policiales, mucha referencia también a literatura y a mitos de fantasía, muchos guiños a películas y a personajes famosos del mundo Friki, chistes y bromas de humor, eso si, blanco y escenas de sexo de tono aún más blanco que no dejan resquicio ni a la imaginación.

Personajes de papel
Desde junio de 2009 hasta junio 2016 han sido 173 los episodios emitidos en 8 temporadas manteniendo ratios de audiencia exitosos , consiguiendo legión de fans, elogios de crítica y espectadores y suculentos beneficios económicos. El sueño de todo productor, realizador, guionista y actor.

Después de Jessica Fletcher, vino Richard Castle para mantener el cupo de escritores de novela negra con aptitudes de detective ¿quién tomará el relevo?

Recuerden la evolución a través de los diversos post publicados en este blog de una serie que probablemente no será recordada como una de las grandes pero si entre las más destacadas de las series familiares de entretenimiento policial de televisión: 

Para temporadas de 1ª a 4ª pinchen aquí.
Para la 5ª y ver las fotos del loft de Castle pinchen aquí.
Para la reseña de la 6ª temporada aquí.
Para la 7ª aquí.

Y si quieren leer sobre sus primeras novelas y cómics es aquí.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Habana réquiem de Vladimir Hernández

Novelaza de procedimiento policial
Habana réquiem es una novela negra de sentimientos confundidos. La facción más cerrada de la ideología revolucionaria se ve sacudida por los vientos del aperturismo político y económico y sus militantes, ya fueren por devoción u obligación, se sienten confundidos ante la incertidumbre de cómo comportarse. Sentimientos ambivalentes.

El aperturismo es un sarampión inevitable contra el que no hay vacunas; los gobiernos, las fuerzas sociales y los ciudadanos deben sobrellevarlo como se pueda; aferrarse a principios de solidaria convivencia y buena vecindad suele dar buen resultado; cualquier gesto es bueno para que la enfermedad no degenere en pandemia y en lugar de infectar a unos pocos devaste como una plaga.

La novela transcurre por las calles de La Habana Vieja; el pulso de sus calles, los latidos de sus habitantes marcan el ritmo de una particular forma de entender la vida y algunas de esas calles ocultan marginalidad y criminalidad a partes iguales; es lo que tiene el aperturismo, que cuando se abren puertas entran tornados y a nadie se le instruye sobre lo que va a pasar y cada cual arrambla con lo que puede. Incluida la policía. Incluidos mandatarios.

Los delitos son los daños colaterales y se presentan a ojos de la policía como platos de un self-service del crimen: ligeros, indigestos, amargos y ácidos.

Y los platos que se encuentran en la novela se han cocinado con persecución con resultado de muerte fortuita, suicidio, violaciones, asesinato, trapicheo de droga y corrupción policial.

Habana vieja, donde trascurre Habana réquiem

Eddy, Puyol, Batista, Ana Rosa, Manolito… tenientes y agentes cada cual con su caso, cada cual con su plato de self-service que no ha elegido y que probablemente no resulte apetecible pero es lo que hay.

Habana réquiem es una novelaza de procedimiento policial. Por contextualizar que no por comparar, sería como evocar lejanamente al Distrito 87 de Ed McBain. El paisaje aquí es La Habana, concretamente el entorno conocido como La Habana Vieja, y a la comisaría se la conoce coloquialmente como la Mazmorra.

Vladimir Hernández
Vladimir Hernández muestra los estragos de ese aperturismo sin recrearse; los cubanos saben que la vida hay que tomársela con humor, aunque este roce el cinismo y el sentimiento de pertenecer a un colectivo sigue siendo un lazo muy fuerte entre los isleños.

La novela da voz a distintas sensibilidades policiales y distintos tipos de delitos y de víctimas para ofrecer un reflejo lo más amplio posible de todas las caras del poliedro. Recrea los sucesos desde una perspectiva coral narrada con ritmo ágil y con interés creciente en cada investigación que impide despegar el libro de los dedos.

Vladimir Hernández escribe con un discurso musicado por la sonoridad de palabras autóctonas que, sin caer en el cursilismo, conforman verdadera poesía social. No dejen de leerlo o se arrepentirán.

La novela, comprada en SomNegra vino con un bonus muy especial y es una narración mecanografiada de nueve páginas, que aún no forma parte de ningún libro, titulada Felatio de parca (Una historia de la serie Habana réquiem) y que es un apetitoso bombón para tomar como postre después de la lectura de la novela.

En ella se cuenta como al capitán Luís Enrique Almanza, de la Mazmorra, se le cuestiona su virilidad algo muy ligado al honor y que no puede soportar el deshonor.

Una narración negra cargada de humor negro que estaría increíble dibujada como cómic. Yo lo veo. Ahí lo dejo.

La anterior novela de Vladimir Hernández, Indómito, ya se reseñó aquí en este mismo blog y fue merecida ganadora del Premio de Novela Negra L’H Confidencial 2016.






domingo, 26 de marzo de 2017

Los amigos del crimen perfecto de Andrés Trapiello

La novela ganó el Premio Nadal 2003.
Un escritor de bolsilibros policíacos, un grupo de aficionados al género que alrededor de una mesa de bar en un café de Madrid postulan sobre el crimen perfecto, un intento de golpe de estado fallido (23 de febrero de 1981) y una apología de la venganza es de lo que trata esta novela.

Paco Cortés, recién separado y con una hija, vive solo aunque intenta reconquistar a su esposa y sobrevive escribiendo novelas policíacas de kiosco para una editorial que lo explota y ningunea. Su suegro, Luís Álvarez, es un comisario de policía que añora el antiguo régimen y al que el intento del golpe de estado le hace soñar con un nuevo amanecer; ambos se detestan.

Sus amigos, tertulianos de método y crítica literaria y aspirantes a vivir en un libro encuadernado de negro y con páginas por escribir con sangre de ficción se recluyen en su mundo de fantasía empleando seudónimos al uso: Spade, Maigret, Simenon, Marple… que les permita evadirse por unos instantes de su realidad en la que ejercen de abogado, bancario, relojero, policía…

La novela Los amigos del crimen perfecto es un río de varios brazos por donde las corrientes avanzan en paralelo: la vida de Cortés es uno, su relación con Dora, su mujer, es otro, la relación con su suegro otro, la relación entre los tertulianos otro y el crimen es otro.

Un crimen que despierta temores, sospechas y separación entre los tertulianos: el asesino podría ser uno de ellos. Una cosa es leer sobre crímenes y otra departir con un asesino; aunque para algunos sea la ocasión de poner a prueba sus teorías y constatar si existe el crimen perfecto o es todo inoperancia policial.

La novela tiene un antes y un después del crimen; el antes es vivir en la fantasía literaria especulando sobre que motiva al criminal a matar y el después desarrolla lo que hoy se conoce como memoria histórica de la Guerra Civil y que por aquel entonces era todavía pasado más o menos cercano y heridas abiertas.

Andrés Trapiello
Andrés Trapiello pinta un retrato tópico de esa España madre de una democracia recién nacida y lo envuelve en novela policíaca (sin llegar a quajar) porqué al crimen le gusta cualquier época y se encuentra a sus anchas en cualquier contexto.

Andrés Trapiello me ha hecho consultar el diccionario como nadie hasta ahora lo había hecho y se lo agradezco; he disfrutado con sus neologismos y he conocido un montón de palabras de las que no tenía ni idea de su existencia (como tantas y tantas debe haber) y que lamento no poder retener en la memoria como él, aunque si las usara la pedantería me traicionaría.

Al disfrute final le queda el regusto de pensar que la trama hubiera podido ser aún más apasionante, razón de más para cuestionar el premio. Claro que los premios son otra historia.

miércoles, 22 de marzo de 2017

El beso de la sirena negra de Jesús Ferrero

Eros y Thanatos. Atracción y
repulsión. La fuerza y el reverso
tenebroso.
Desde la publicación de las lejanas Bélver Yin y Opium nada había vuelto a saber de este autor hasta ahora que me he encontrado con El beso de la sirena negra, una interpretación de la novela negra muy en su estilo y en la que resuenan ecos de las dos citadas.

Esa búsqueda del yo existencial, esa sublimación de lo terrenal como medio para elevarse al plano espiritual, esa forma tan visceral de entender el deseo y el placer, la lujuria y la pasión, ese confundir contornos de ilusión con realidad. Esos personajes fieles a su propia ética y moral siempre a contracorriente.

Como los que se creen personas viendo el reflejo del espejo pero que en realidad son solo el animal, en su caso desatado, que todos llevamos dentro.

Novela breve de trama policial simple, trufada de provocaciones que pretenden escandalizar; algo que se podía lograr en 1981, pero que ahora solo pueden despertar alguna emoción a los nacidos después de esa fecha y aun con reticencia.

La calidad de su prosa se mantiene intacta pero si antes se exhibía como ariete de originalidad trasgresora ahora lo hace al servicio de otros intereses sino ¿qué necesidad había de enfocar sus disertaciones sobre la dualidad humana desde el punto de vista de novela negra? ¿Acaso la moda de la etiqueta tiene algo que ver?

Jesús Ferrero
En las novelas de Jesús Ferrero brilla la estética, omnipresente, y se antepone como vestido de gala a las disertaciones filosóficas frente a las morales que pretenden contextualizar la existencia de la virtud para poder diseccionarla psicológicamente y convenir cuanto de ella es goce y disfrute y cuanto es censurable y pecaminoso.

Eros y Thanatos. Atracción y repulsión. La fuerza y el reverso tenebroso.

Ágatha Blanc es la detective a la que Lucía Valmorant, madre de Alize, contrata para conocer el paradero de su hija y saber que clase de vida lleva.

Una investigación fácil hasta para un aprendiz que Ágatha resuelve con celeridad; argumento endeble y pueril, excusa para revisitar los límites de la seducción y la tentación, de la sumisión y el dominio, de la permisividad y el prejuicio a un nivel de mucho envoltorio y poco contenido y la sombra de Freud tamizando la luz.

Es una novela de la que no se sale indemne y que abre interrogantes pero etiquetarla como novela negra es innecesario. El autor no debería necesitar ese reclamo.

Si no han leído nunca a Ferrero es una buena ocasión para conocerlo, la novela es un compendio del manifiesto literario del autor.

domingo, 19 de marzo de 2017

The night of, serie de tv

The night of es una serie adusta pero
convincente y un deleite como pocas.
Nasir Khan, un joven universitario americano de raíces pakistaníes, ve como una sucesión de acontecimientos acaecidos en unas pocas horas en la noche de su vida, voltean su convivencia organizada y racional y la de su honrada y humilde familia.

Es lo que tiene el sueño americano que nunca sabes cuándo se va a convertir en pesadilla. Desde lo sucedido el 11-M los musulmanes en New York andan con pies de plomo ya que ostentan el número 1 en el ranquing de rechazo. Son denostados a la más mínima ocasión, son culpables a la más mínima sospecha.

Así pues cuando Nasir Khan se ve envuelto en un asesinato ya tiene todo y a todos en su contra y solo un abogado de tres al cuarto, John Stone, pero gran conocedor y hábil empleador del razonamiento casuístico, le permitirá albergar alguna esperanza de librarse de la condena a cadena perpetua.

El abogado John Stone es un personaje atormentado pero absolutamente pragmático; una interpretación muy documentada, otra más en su larga carrera, de Oscar para John Turturro que es el actor que lo encarna. Como lo es también brillante y llevada al límite la actuación de Riz Ahmed en el papel de Nasir Khan: vemos cómo cambia su físico y su personalidad; así su rostro, su mirada, su musculación, sus gestos, sus actitudes y su comportamiento se van endureciendo por las circunstancias carcelarias.

Sin olvidar los dos secundarios principales: Michael K. Williams en el papel del preso Freddy Knignt y Amara Karan en el de la abogada Chandra Kapoor.

Chandra Kapoor, Nasir Khan y John Stone en la sala del tribunal

Una serie que utiliza un asesinato para poner el énfasis en la interpretación de castigar al culpable y proteger a los vivos. Una actuación que, siendo humana, puede estar sujeta a errores y negligencias, pero no debería estar sujeta a intereses de raza, de sexo o de religión, pero por encima de todo nunca debería estar sujeta a los intereses particulares de cada uno y vinculados a sus aspiraciones profesionales y políticas.

Una vez más entendemos porque a la justicia se la representa con una venda en los ojos: no es para ser imparcial es por no ver lo que se hace en su nombre.

The nigth of es una serie por la nos movemos arrastrando los pies deteniéndonos cada pocos pasos, como buscando confirmación de que vamos en buena dirección.

La serie ofrece una riqueza interpretativa como pocas, con personajes memorables y casi tanto lenguaje corporal como oral; unos interiores y unos exteriores absolutamente reales y cuando no, absolutamente veraces y una técnica narrativa que puede parecer adusta pero que simplemente busca ser convincente mientras se aleja del tontismo comercial.

Largos planos estáticos encuadrados desde ángulos poco comunes buscando una composición plástica nada habitual en las series televisivas convierten a esta en una realización más fotográfica que de telefilme.

El guión muy bien resuelto por Steven Zaillian y Richard Price es en realidad el de una gran película, su estructura es propia de un film, solo que el exceso de metraje la ha encapsulado en episodios para hacerla digerible. Este planteamiento lineal y no secuencial es lo que le da fuerza al conjunto y lo distingue de las series convencionales con corte cliffhanger, propiciando una serie de visionado indispensable.


jueves, 16 de marzo de 2017

Saga policial Candela Luque de Mercedes Gallego

El asesinato de una cantante
de jazz ...
Operación maletín, Matar al mensajero, La trampa y Nada será igual  son, por este orden, las cuatro novelas publicadas del primer ciclo de la saga de novela policial protagonizada por la [inspectora] Candela Luque y escritas por Mercedes Gallego.

Secuenciales en contexto y en cronología de tiempo real ya que la autora así lo ha decidido utilizando la patina del tiempo para ir evolucionando a la protagonista en su oficio a la par que España lo hace en su regreso a las aulas para aprender tolerancia, apertura y convivencia cívica anticipando el post franquismo.

Todo empieza cuando en 1974, en el entonces Ministerio de Gobernación, a alguien se le ocurre que las mujeres también deben formar parte del paripé con el que se pretende vender al mundo una imagen de franquismo renovado, y que su aptitud en el mundo laboral bien puede también estar presente en la policía y no en un papel de secretaría administrativa sino en uno más activo vinculado a la investigación de casos criminales.

Candela es una de las que no solo cree que las mujeres sirvan para ello sino que se empeña en demostrarlo en un alarde de feminismo sin etiquetar y que la lleva a defender su elección mientras que continúa sus estudios de derecho ya que se ve más como abogada defensora que como miembro de un cuerpo represor.

Su origen, medio alemana medio malagueña, sus diferencias familiares (no explicadas hasta la última novela), sus ansias de justicia, a quien en sus inicios confunde con la ley y su dificultad por socializar hacen que sea un personaje rebelde, tozudo y enormemente incomodo de tratar, llegando incluso a traspasar, en algún momento, el papel y anidar este sentimiento de rechazo por infantil e impertinente hasta el mismo lector. Todo un logro de la autora que consigue un personaje tridimensional.

Las novelas van de menos a más, como debería ser siempre, tanto en su fondo como en su forma. Y la última destaca por ofrecer mayor complejidad psicológica de los protagonistas (verdaderos artífices de toda la serie y exponentes representativos de las diversas sensibilidades que concurren en la ciudadanía), claro que no se entiende sino se ha seguido la serie desde el principio ya que las decisiones que en ella se toman no son arbitrarias y tienen su explicación en los años acumulados estando de servicio y en la influencia social y política del entorno.

La decepción por constatar la lentitud con que se instala el ansiado y anunciado cambio político, la frustración por comprobar como la apertura es solo una rendija y el desánimo al experimentar que los ideales suelen ser solo eso hace madurar a los protagonistas que lidian día a día no solo con delincuentes sino con actos de machismo, nepotismo y corrupción fuera y también en su propio oficio.

Mercedes Gallego
La obra de Mercedes Gallego es un hibrido entre novela policiaca clásica, pinceladas de novela negra y sobretodo procedimiento policial que, aunque Candela sea la primera en saltárselo e incitar a sus compañeros a hacer lo mismo (lo que cuesta no pocos disgustos) está muy presente en todas las novelas cuyas tramas giran en torno a los delitos y sujetos relacionados objeto de investigación.

El delito lo cometen las personas y no la sociedad y por tanto los culpables tienen nombre y apellidos y se mueven por intereses particulares por lo que no se puede culpar a la sociedad de su inclinación a hacer daño.

En su forma la serie adolece de un modo narrativo formato agenda, donde se pormenoriza cada gesto, cada acto, cada ida al bar, cada consumición, cada acción, cada noche, cada día, en una suerte de reiteración perfectamente elipsable. Se centra en narrar la sucesión de hechos consecuentes y coherentes en la trama que a veces se olvida la parte estética de la narración.

Unos hechos basada en diálogos y acciones tan centrados en la trama que inhiben cualquier atisbo de reflexiones o crítica social, que solo aparecen por necesidades del guión, despejando el camino para que la lectura sea tan ágil, tal vez demasiado, como leer un briefing y tan enfocada al caso que su resolución suele exponerse demasiado acelerada.


1. Operación maletín Una joven engatusada por un anuncio de empleo en un periódico viaja de Canarias a Barcelona y en lugar de encontrar una salida laboral que le permita encarar el futuro se topa con negocios turbios que la única salida que le ofrecen es su muerte.

Operación maletín es el primer caso, el bautizo criminal, para Candela Luque de la mano de Andrés Salgado, su jefe y tutor, un policía que no responde a los arquetipos de la época y con quien se lleva mejor que no esperaba, adscritos a la Jefatura de Policía de Barcelona.

La trama nos sumerge en un contexto social difícil, 1976 es el año de la transición en España. Recién muerto Franco asoman las orejas de la democracia, aún muy temerosa ya que no hay garantías de que no vaya a ser devorada por los lobos.

Los militares siguen ostentando puestos de poder, los afectos al régimen mantienen sus privilegios, los miembros de las fuerzas del orden, son aún muy temibles, siguen llamando al orden.

2. Matar al mensajero tiene como eje la homosexualidad femenina, una joven es asesinada en un ascensor de un portal cercano a un bar de ambiente. Los policías masculinos que ya de por si entienden la homosexualidad como una aberración merecedora de todo tipo de castigo, en el caso específico del lesbianismo su desprecio es cercano al odio.

Candela Luque con el apoyo de un nuevo compañero, Manel Romeu no duda en introducirse en un ambiente lésbico que para ella resulta desconocido y novedoso para investigar la resolución del caso. Es 1977 y todo en España se sacude, es una época convulsa de cambio y la policía no está exenta y Candela lo vive, como miembro del cuerpo, como mujer y como abogada.

3. La trampa transcurre en 1979 y sigue la investigación de tres asesinatos, cuyos cuerpos, a intervalos, han sido encontrados en el barrio chino, un lugar donde se ve, se oye y se calla en la misma proporción; en paralelo el asesinato de una cantante de jazz pone en jaque la actuación policial al enfrentarla a la obligación de cumplir órdenes y respetar reglamentos.

Candela Luque ostenta el cargo de inspectora después que el experimento de incorporar mujeres se haya formalizado en concurso de oposiciones. Aunque sea cuatro años mayor su carácter rebelde e inconformista no ha menguado y su facilidad por saltarse las normas, que ha contagiado a su compañero Manel Romeu, los lleva a enfrentarse con sus superiores y cuestionarse su continuidad en el cuerpo.

4. Nada será igual es, hasta la fecha, la última novela publicada de la saga de Candela Luque y concluye un ciclo. Transcurre en 1981 en el momento en que se produce un golpe de estado en el congreso de los diputados que luego queda solo en anécdota pero evidencia que los afectos al régimen siguen teniendo un gran peso en los distintos estamentos desde los que se gestiona el poder en cualquiera de sus manifestaciones.

Varias investigaciones coexisten en la brigada, por un lado el asesinato de una mujer en trámites de divorcio, por otro la desaparición de un profesor pederasta y por último una acción de contrabando de armas que exigen a los inspectores un sobreesfuerzo que acaba pasando factura.

domingo, 12 de marzo de 2017

Señales de humo de J. L. Rod

Recetas de Novela Negra para
foodies.
Raro es encontrar hoy en día novela negra y novela policiaca donde no haya bastantes más momentos dedicados a la comida y bebida que a puñetazos, cuchilladas o disparos; y en general esos momentos están más abocados a satisfacer necesidades alimenticias y placenteras que a vehicular acciones criminales mediante la transferencia de venenos.

De ahí que en los estantes negrocriminales haya amplia muestra de recetarios de platos extraídos directamente de las novelas o también de sus adaptaciones o interpretaciones según el gusto y la aptitud de quien los cocine.

Señales de humo es uno de esos recetarios: novela negra para foodies; una obra compuesta de varias capas donde en cada capítulo se dedica una pequeña entrada biográfica al personaje elegido tanto de novela negra como de novela policiaca o enigma, para a continuación presentar la receta de algunos de sus platos más identificativos.

El autor, J. L. Rod (seudónimo de José Luís Rodríguez) lector voraz, escritor noir y cocinero ávido de satisfacer sentidos además de deleitar paladares va aún más allá y no se conforma con biografía y receta y si: se atreve a maridar cada plato con la bebida que considera más adecuada (aunque el personaje no sepa ni tan solo que existe) y a sugerir la música perfecta para acompañar la ingesta y, plus de pluses, para no dejar nada al azar recomienda el título del personaje para leer acorde con todo el conjunto.

Servicio full equip. Ya solo falta que venga a casa a cocinarlo!

No se deja ninguno de los protagonistas de género típicamente gastrónomos por su mediterránea condición como Carvalho, Moltalbano, Jaritos, Brunneti, Ricciardi, Montale… ni tampoco de los otros gastrónomos como Maigret, Wolfe, o Scarpetta cuando le da por simularlo y por supuesto se atreve con todos los demás Holmes, Bosch, Hammer, Archer, Poirot, Gunther… incluso nos traslada a la antigua Roma con Didio Falco!

J. L. Rod
Busquen ese momento para la cocina recogida y para minorías, momento para dedicar unos minutos a preparar esos platos, abrir esas botellas, seleccionar esa música e ir leyendo en voz alta mientras los aromas en forma de Señales de humo bailan con las notas musicales que también flotan en el aire. Toda una fiesta!

Con esos platos se disfruta tanto preparando como comiendo y sobre todo compartiendo; y mejor si es con alguien también afín al género y aprovechar para charlar sobre el personaje y autor.

Se me ocurre, que seguro se le ocurrió a alguien antes y ya funciona, organizar clubs de lectura con comida incluida; eso sí, en petit comité para que el diálogo no se convierta en una olla de grillos que a pesar de que puedan estar buenos pertenecen a otra cultura gastronómica.

Señales de humo es ese libro que no debe faltar en una cocina negracriminal que se precie, al lado de otros ya considerados clásicos como los reseñados ya en este blog donde también hay recetas de gastronomía criminal y que pueden consultar pinchando sobre la Sección Gastronomía.