Este post es la continuación del titulado Castle, la serie de TV
¿Que fue primero el huevo o la gallina? ¿La serie de TV o la novela? Fácil respuesta pero compleja explicación.
Primero fue la novela.
Novela escrita por Richard Castle, un autor que no existe, solo imaginado en las cabezas pensantes de un equipo de guionistas de series de TV comandados por un iluminado Andrew Marlowe.
La cosa va así: se decide crear una serie policial para televisión que vaya de un novelista que forma equipo con detectives en la investigación de crímenes, con la intención de obtener datos y vivir situaciones que le permitan escribir novelas con personajes de ficción basados en hechos “reales”, esta intención fructifica con la publicación de Heat Wave (Ola de calor) primera de las novelas protagonizada por la detective Nikki Heat.
Con esta sinopsis argumental claramente dibujada se prepara la estrategia de Marketing para lanzarla y así se pone a la venta el libro Heat Wave (que es una novela ficticia dentro de una serie ficticia de televisión) y con su éxito de ventas se allana el camino para dar inicio a la serie de TV; todo un brillante ejercicio de merchandasing que hay que aplaudir: personajes de ficción de una serie televisiva escriben una novela de ficción que aterriza en el mundo real y se vende como churros entrando en las listas Top Ten y que se promociona con firmas de su autor que no es otro que el actor que lo encarna. Más rocambolesco imposible!
A Castle se le fabrica una biografía que contiene los best sellers de su anterior protagonista Storm Derrick (se espera tenerlos en las librerías y en e-book este año) y los éxitos ya cosechados con Nikki Heat:
A Castle se le fabrica una biografía que contiene los best sellers de su anterior protagonista Storm Derrick (se espera tenerlos en las librerías y en e-book este año) y los éxitos ya cosechados con Nikki Heat:
- Heat Wave, 2009 (Ola de calor)
- Naked Heat, 2010 (Calor desnudo)
- Heat Rises, 2011
- Frozen Heat, 2012
El autor, el ficticio, Richard Castle, se inspira, como no podría ser de otra manera, en cada uno de los protagonistas de la serie de TV y cambia los nombres y algo de sus biografías pero a pesar de todo son perfectamente reconocibles, hecho a posta faltaría más.
Así Richard Rick Castle es en las novelas Jameson Jamie Rook, un periodista en lugar del novelista televisivo, Kate Beckett se convierte en Nikki Heat (nombre por el que Beckett siente especial aversión al considerarlo más propio de una stripper que de un cargo policial) una detective de alto voltaje sin parecido alguno con lo recatada que aparece en la serie, Javier Espósito es Ochoa y Riley es Raley. La forense Lanie Parrish es Lauren Parry.
Las novelas no formaran parte de la historia del género interrobang por su nivel ya que son prefabricados best sellers de estar por casa y su interés en la lectura viene dado por el hecho de ser más o menos fan de la serie.
Los argumentos, poco más que guiones de serie televisiva ampliados y puestos en molde de libro para que tomen forma literaria, no enriquecen a la serie original y son perfectamente compatibles. No obstante dan para una lectura rápida de aquí te pillo aquí te mato y aportan algo de intimismo y sexo que la serie rehuye, eso sí, cada vez con más dificultad. Para los que la espera hasta la nueva temporada resulte insoportable y no las hayan leído, tienen lectura fácil y visual pues asociando los rostros y las voces de los protagonistas de los episodios televisivos a los diálogos de la novela será como si estuviesen viendo la tele.
En los libros echamos en falta las impagables partidas de póquer de la serie televisiva que reúnen en la misma mesa a los monstruos consagrados James Patterson, Stephen J. Cannell, Michael Connelly y Dennis Lehane, cameos que es una lástima que se prodiguen tan poco por la novedad y frescura que aportan a la serie.
Es también memorable el guiño, por su exceso en vanidad, que se hace en la serie televisiva cuando a Castle le ofrecen un suculento contrato para continuar las novelas de James Bond y que declina por no apartarse de Beckett.
El cómic, no se refiere al personaje de Nikki Heat sino a Derrick Storm, el protagonista ficticio de las primeras novelas ficticias del autor Richard Castle ficticio (ese protagonista que Castle elimina para que no haga sombra a su popularidad).
En un capítulo de la tercera temporada televisiva, Castle presume de la inminente adaptación de una de sus primeras novelas al cómic con el título ‘Tormenta mortal’ y una vez más metaficción a tope y el cómic salta de la tele a la realidad como si estuviésemos viendo La rosa púrpura del Cairo.
Castle, prologa y se explaya en las páginas interiores como si realmente existiese. Absolutamente delirante. Y ya a estas alturas nadie puede poner en duda que aunque los protagonistas se llamen Derrick Storm y Clara Strike estamos ante los alter ego de Richard Castle y Kate Beckett, o de Jameson Rook y Nikki Heat que para el caso viene a ser lo mismo y si no miren estas viñetas y jueguen a adivinar si tienen algún parecido con los actores de la serie televisiva o es pura coincidencia.
La omnipresente Marvel dirige el lanzamiento con guión amparado por dos firmas de renombre Brian Michael Bendis y Kelly Sue DeConnick y con dibujos de Lan Medina y Scott Hanna y sigue el juego de espejos empezado en Nikki Heat y consigue un thriller al uso y sin excesos en un álbum sin pretensiones y facilmente digerible, aunque con demasiadas viñetas, colores pantone muy acusados y un dibujo demasiado estático para mi gusto.
Post scriptum: pinchen aquí para leer la reseña de la 6ª temporada de la serie TV