lunes, 13 de mayo de 2013

Cinco de Ursula Poznanski

Beatriz Kaspary y Florin Wenninger se encuentran en medio de un juego de pistas a la caza del tesoro. No son dos adolescentes haciendo una gincana, son dos policias de la Oficina Federal de Investigaciones Criminales de la Policía Criminal de Salzburgo, y el objetivo a alcanzar no es un tesoro: es un asesino.

Geocaching: N47º 35.285 E013º 17.278

El geocaching es un juego de localización de objetos escondidos en la naturaleza o en lugares urbanos, referenciados por coordenadas geográficas de latitud y longitud que Internet ha promocionado de forma exponencial, hasta conseguir millones de jugadores, como todo lo que entra en esa telaraña inmensa. Poderoso eco a cuatro vientos.

Los jugadores de geocaching, como confiesa ser la propia autora de esta novela Ursula Poznanski, tienen su código de honor, sus patrones de comportamiento y su léxico particular (JAFT Just another fucking tree cuando se descubre que el árbol no esconde nada en su interior) y son seres perfectamente normales. Que el asesino de esta novela sea un aficionado a esta actividad solo confirma que en todas partes cuecen habas.



Beatriz Kaspary, que no cuenta especialmente con el apoyo de su jefe Hoffmann, un jefe más preocupado siempre en encontrar culpables que en buscar soluciones, es una guapa y brillante detective, muy metida en su trabajo, que está atravesando problemas familiares con su ex Achim, y que no puede volcarse en sus dos hijos, Mina y el pequeño Jakob, como quisiera. Su madre y hermano sirven de apoyo para que no naufrague del todo, ya que aparte del cansancio físico y psíquico que le supone este caso se añade un hecho luctuoso de su pasado que creía olvidado y que amenaza con desbordarla.

Florin Wenninger es el compañero profesional de Beatriz, cree en ella, en sus habilidades, confía en ella y procura protegerla en todo momento de las iras de Hoffmann; en su vida privada está enamorado de Anneke por quien se esmera en cocinar platos italianos.

Stefan Gerlach, recién incorporado al equipo de campo, es geocacher y hábil con el ordenador por lo que sus aportaciones son bien recibidas por su acierto y frescura. No así las del doctor en psicología forense Peter Kossar demasiado pagado de si mismo y con unas miras en exceso ortodoxas.

Nora Papenberg es el cadáver que supone el disparo de salida de la prueba geocaching. Prueba contra reloj. Cuanto antes se cubran las etapas con éxito más vidas se podrán salvar y más pronto acabará esta absurda y sangrienta caza.


 

Cinco la novela de Ursula Poznanski es uno de esos thrillers de factura moderna, hecho a medida para que obtengan notoriedad y ventas y atrape al lector en ese juego del gato y el ratón en que se convierte esta novela. La obsesión por el juego geocaching es tal que todas las coordenadas mencionadas corresponden a lugares reales de Salzburgo y casi idénticos a los lugares descritos en la novela, para deleite de los lectores austriacos.

El argumento se apoya y se sustenta en una trama que se va volviendo previsible a medida que avanza; aún y así cumple la función pasatiempo prevista. Como un juego de sobremesa.

Para los amantes de combinar lectura con música, preparen estas canciones con anterioridad pues son la BSO de la novela:

Message in a bootle, Police

Misa en la bemol mayor, Schubert

Stabat Mater, Joseph Rheinberger

One of my turns, Pink Floyd

In the air tonight, Phil Collins

Lemon Tree, Fool’s Garden

Moon river, Frank Sinatra

Y no olviden la despedida
geocaching: TFTH (Thanks for the hunt)

 

lunes, 6 de mayo de 2013

La piel del oso de Zidrou y Oriol

Oriol Hernández, dibuja una historia de gángsteres y época y otra historia de despertar juvenil y actualidad, dejándose guiar por un perfecto guión de Zidrou, que es capaz de armar un argumento narrado en presente y en pasado sin sobresaltos lineales.

Un guión que por si solo es absolutamente explicito, prácticamente una narración corta, y cuando se da esta situación, el dibujo suele ser una ilustración, actúa de comparsa.

Pero Oriol ha sabido sobreponerse a ello y ha conseguido que su dibujo narre la historia de La piel del oso con unas imágenes complementarias al hilo argumental que refuerzan el texto confiriéndole ese plus de perfecta simbiosis que solo se encuentra en los grandes cómics. Con grandes autores.

Es octubre en la isla de Lipari y la historia atrapa desde las primeras viñetas con los intentos de Silvana para llevarse al huerto a Amadeo y cuando entra en escena Don Palermo ya es demasiado tarde para soltar el cómic. De un trago, hasta el final.

Don Palermo, un viejo ciego que es alguien o lo fue en algún tiempo, precisa de la compañía de Amadeo para que le lea el horóscopo cada día: quiere conocer su futuro mientras en este presente recuerda su pasado.

Y así de presente a pasado y viceversa la historia se va contando y vamos entendiendo el porque de estos cambios temporales en la narración y vamos disfrutando de cada momento merced a un dibujo de línea muy simple pero muy expresiva y de un tratamiento del color, explosivo y de amplia paleta, que habla tanto o más que las líneas a tinta.

El dibujo es muy vertical, con sucesivos cambios de perspectiva, lo que le da mucho ritmo a la narración y propicia una lectura visual como si se tratara de una animación y no de papel impreso.

Oriol Hernández hace un brillante y creativo trabajo sobre todo con el tratamiento del color y la luz. La creatividad se nota por ejemplo en que no se apoya en el clásico color sepia recurrente en hechos acaecidos hace tiempo. Y en la historia subliminal de las vicisitudes de la bicicleta de Amadeo: cuando relean, busquen esa trama paralela y verán su genialidad.

Otro aspecto a destacar es el comportamiento de las narices de los personajes malvados que parecen crecer a ojos vista con el paso del tiempo. Como si sus actos fuesen constantemente juzgados y el castigo fuese ese alargamiento del apéndice nasal cual Pinochos cogidos en falta.

La cubierta busca el reclamo fácil con esa nariz que parece querer salir por el lado derecho y esa boca de cañón apuntando directamente al observador; una cubierta que podría haber seguido la línea rompedora puesta de manifiesto en las viñetas y evitar caer en la convencionalidad, pero se entiende que cuando se compite con otras obras, la más sensacionalista es la que más reclama.

Un cómic de los que se recomiendan sin miedo al fracaso. Un cómic que cuenta una gran historia de amor, con encuentros y desencuentros, en un marco de violencia y traición. Un gran cómic que se lee, y se relee y se mira y se vuelve a mirar con emoción y disfrutando de los pequeños detalles.

Un video para entender mejor la obra:


miércoles, 1 de mayo de 2013

Con el agua al cuello de Petros Márkaris

Atenas, Grecia, 2010. Año primero después del rescate económico propiciado por las tropas de consultores financieros de la troika. Con el agua al cuello. Nunca un rescate se ha sentido tanto como un ataque.

Si la circulación en coche por Atenas de normal ya es complicada por no decir muy difícil, ahora, en estos momentos en los que a las habituales e interminables obras se suman manifestaciones y actos masivos y espontáneos de rechazo y vilipendio a la gestión política y económica, se convierte en algo poco más que imposible.

En esta Atenas caótica es por la que se desenvuelve mal que bien nuestro comisario Kostas Jaritos en la investigación de un caso que le requiere, casi más de lo habitual, desplazarse arriba y abajo sufriendo todo este tipo de inconvenientes y malos ratos que le sirven al autor Petros Márkaris para contextualizar de una forma muy gráfica, convincente y sufrida, el abstracto concepto de la crisis: solo hay que ponerle rostro a las cifras, a los despidos, a los parados, a los desahuciados, a los suicidas.



Crisis: una enfermedad del sistema, generada por unos virus auto inmunes, que afecta a las personas económicamente más débiles y retrasa los relojes de la evolución social treinta o más años atras, para beneficio de unos pocos. Para beneficio de los de siempre. Un tsunami capaz de destrozar en un segundo unos principios éticos y justos levantados piedra a piedra durante decenios.

Kostas Jaritos y su mujer Adrianí han regresado de Estambul, donde protagonizaron Muerte en Estambul, (recuérdenla aquí) para la boda eclesiástica de su hija Katerina con Fanis y no bien 
acaban de finalizar los festejos ya hay un cadáver que investigar. Un banquero jubilado acaba de ser hallado decapitado en su jardín.

Los ciudadanos de media Europa, que están con el agua al cuello, tienen claro donde encontrar culpables a esta situación pero es difícil atrapar un jumbo yendo andando, por eso el pataleo solo da para gritos y caceroladas, aunque esta vez parece que alguien esté yendo más lejos en su deseo de hacer pagar a alguien los platos rotos. O tal vez sea un acto terrorista con un propósito revulsivo. Todo dependerá de si hay más o es solo algo aislado.



 

Con el agua al cuello es otra novela más de Márkaris y otra más de Jaritos, en esa línea habitual de novela negra doméstica a la que nos tienen acostumbrados, Petros Márkaris pone el dedo en la llaga de la conciencia colectiva para denunciar una sociedad enferma mediante un caso delictivo.

Como siempre las frases hechas que sentencian conversaciones y el sentido común, aunque no lo parezca, son cosa de Adrianí, insoportable mandona de gran corazón, y las expresiones más complejas las saca Jaritos de su Dimitrakos: a falta de otros vicios, todos necesitamos un hobby, un hombre necesita un buen diccionario a mano, aunque solo sea para saber que son los bonos basura, los derivados o los hedge founds, por decir algo.

Y lo que no debe faltar nunca en una mesa griega es un plato de Souvlakis, esos panes de pita rellenos de cordero y hortalizas, como los que se comen en casa del matrimonio Jaritos con su hija y yerno viendo la final del mundial de fútbol entre España y Holanda.

Souvlakis


Ingredientes para el relleno de 8 unidades (aunque admite múltiples variantes):


400 gr de lomo de cordero cortado a daditos
¼ de kilo de tomates
1 cebolla mediana
4 hojas grandes de lechuga rizada
Sal
Pimienta negra molida
2 cucharaditas orégano fresco picado
1 cucharadas de aceite de oliva
4 panes de pita


Para la salsa:

4 cucharadas de yogur natural
60 gr de pepino
1 diente de ajo
Sal
Pimienta negra molida
2 cucharadas de vinagre de vino blanco
3 cucharadas de aceite de oliva virgen


Preparación:

Limpiar y cortar el tomate y la cebolla a medias lunas y la lechuga en juliana y reservar.

Preparar la salsa picando el pepino y el ajo muy finos, salpimentar y mezclar en un bol con el yogur y el vinagre de vino blanco. Con la salsa homogénea añadir el aceite de oliva y mezclar nuevamente hasta conseguir una salsa cremosa.

Sazonar la carne con sal, pimienta y el orégano y freírla en una sartén (preferible en fuego de carbón o leña ensartada como un pincho).

Coger el pan de pita previamente calentado y ligeramente tostado y partirlo por la mitad. Abrirlo y rellenar con trozos de lechuga, tomate, cebolla, cordero y añadir salsa para que quede bien condimentado.


Post scriptum: léan ya las reseñas de las dos novelas siguientes que culminan la trilogía de la crisis:

2. Liquidación final

3. Pan, educación y libertad
 

viernes, 26 de abril de 2013

La tienda de los suicidas de Jean Teulé


La tienda de los suicidas
ayuda a los que lo tienen
claro.
La tienda de los suicidas es un establecimiento que basa su éxito en no repetir cliente. Es una tienda en la que a los clientes no se les dice hasta luego sino adiós. Es un lugar donde no se desean buenos días sino todo lo contrario y es el último lugar, después del cementerio, donde nadie debería reírse. Es una tienda con un timbre para urgencias: hay asuntos que cuando llega la hora no hay porque esperar.

No hay peor suicida que el no quiere morir. “¿Su vida ha sido un fracaso? ¡Con nosotros su muerte será un éxito!”

En esta tienda el suicida en potencia sale convertido en un suicida casi materializado, no va más allá porque la ética del establecimiento no permite traspasar ciertos límites, pero puede obtener cualquier cosa que le lleve a su fin, puesto que el surtido cubre todos los gustos, necesidades y tipologías.


La tienda de los suicidas es de esas novelas emparedado que sientan de maravilla entre comidas. Es un picoteo agradable y por deseado, doblemente satisfactorio. Jean Teulé, su autor, nos ofrece una deliciosa creación de humor negro, inteligente y profundo. Nos ofrece unos personajes para enmarcar y unos diálogos divertidamente mordaces e irónicos.

Mishima Tuvache y su esposa Lucrèce contemplan su tienda con admiración y devoción, como un amplio mausoleo, es la última estación para la morada final de los que acuden en busca de soluciones. Y ellos se esmeran para buscarlas y venderlas, conscientes del gran favor que hacen a sus clientes.

El matrimonio tiene tres hijos Marilyn, Vincent y Alan. Nombres escogidos como homenaje a ilustres suicidas: Monroe, Van Gogh y Turing. Este último, inventor del ordenador capaz de descifrar la alemana máquina electromagnética Enigma, y que se suicidó mordiendo una manzana empapada en una solución de cianuro, dicen que es el padre del logo de Apple: una manzana con un solo mordisco. No tuvo tiempo de más.

El kit de Alan Turing es uno de los best sellers de la tienda. Superado solo por el reciente Death Kiss que practica poniendo verdadero interés profesional Marilyn.

Y mientras los padres se duermen repasando las estadísticas de suicidios, como especulativos jugadores de bolsa, a los hijos les desean terribles pesadillas, jamás felices sueños, que estimulan leyendo tristes pasajes perfectamente escogidos entre las novelas de sus estantes, como el que relata el suicidio de Cleopatra o el de como Safo se arrojó al mar desde un acantilado.

Alan, el pequeño, es la oveja blanca en esa familia de negro vivir. Dibuja cielos azules y soles luminosos para desespero de sus padres que preferirían cielos contaminados y camposantos bajo la luz de la luna nueva y las miradas de los cuervos. Sueña despierto con colores y juega elevando ingravidas pompas de jabón mientras su familia se deleita imaginando vender amanitas phalloides fritas, a granel en una feria, a los sobrevivientes de una atracción que no hayan salido despedidos por los aires para empotrarse en un campo lleno de púas electrificadas.

Alan es un niño feliz, risueño y optimista. En el colegio responde que los suicidas son los habitantes de Suiza y su risa resulta contagiosa. El destino de Alan está por escribir y confirma que toda fábula tiene su moraleja. Descúbranla disfrutando de su lectura.

 


viernes, 19 de abril de 2013

Bookcrossing novela negra Sant Jordi Interrobang

 Es esta una iniciativa periódica en la que blog Interrobang libera libros con la intención de que la lectura rule y no acumule polvo.

Ya saben: libros Bookcrossing son libros liberados gratis para quien lo solicite primero y entienda que, como ofrecimiento altruista, se envían por correo ordinario. Por lo que si llegan, bien y si no llegan, no llegan. No se admiten reclamaciones. Sea como fuere el libro quedará liberado, que es la finalidad primera de la iniciativa Bookcrossing. http://www.bookcrossing.com/

¿Cómo pedirlos?

  1. Poner en comentarios a que título se opta si no lo ha pedido nadie antes.
  2. Enviar email a bloginterrobang@gmail.com para comunicar dirección postal donde recibirlo.
  3. Confirmar recepción para tranquilidad de que correos funciona.
  4. Entrar en http://www.bookcrossing.com/ y anotar en el cuaderno de bitácora del libro todos sus movimientos.

A leer y a disfrutar. La cultura no es un lujo, es un derecho.


En esta ocasión conmemoramos Sant Jordi Interrobang, ofreciendo títulos variados e interesantísimos:

  
Deuda de Sangre
Michael Connelly
Ediciones B
Punto de Lectura
Barcelona, 2002




Pánico
Jeff Abbott
La factoría de ideas
Barcelona, 2008




El baile ha terminado
Julián Ibañez
Roca Editorial
Barcelona, 2009
Premio Internacional de Novela Negra L’H Confidencial 2009




Pruebas de sangre
Jonathan Kellerman
Grijalbo Mondadori
Libro de Mano, 45
Barcelona, 1995




El talento de Mr. Ripley
Patricia Highsmith
Anagrama
El País, Serie Negra, 1
Barcelona, 2004







El asesino del hielo
Jay Bonansinga
Mondadori
DeBolsillo, 687
Barcelona, 2006



Feliz lectura! y feliz Sant Jordi Interrobang!