La
presencia de unos clientes millonarios neoyorkinos, Theodore Racksole y su hija Helen Nella, en el comedor de un
lujoso hotel inglés tiene como resultado un inicio absolutamente demoledor de
una trama repleta de ironía, humor e intriga policial en un contexto de choque cultural.
¿Cómo
es posible, se pregunta el mundano y decidido Theodore, al que sólo le falta el sombrero de cow boy,
que en un hotel de tanta categoría no le puedan servir un Beso de Ángel?
La
aristocracia británica y europea frente a la riqueza americana: un duelo que
siempre genera disparatadas y cómicas situaciones (recuerden sino las relaciones de Jeeves con los americanos).
El
Gran Hotel Babylon, situado en el Embankment, ofrece sus exclusivos servicios a
privilegiados clientes, entre los que se cuentan los representantes de la
realeza mundial, o sea a la crème de la
crème, desde que fuera fundado en 1869 por Félix Babylon, un suizo que
gestiona su hotel con la precisión de un reloj, suizo, y la discreción de un
banco, suizo.
Conocido,
por reyes y princesas, como "donde Félix" el hotel tiene puerta para
la realeza y puerta corriente. Tiene al mejor chef, Rocco; al mejor maître,
Jules; y a la mejor secretaria, la señorita Spéncer, para ofrecer lo mejor y
garantizar el correcto, silencioso y tranquilo funcionamiento en cada ámbito.
Pero
este remanso de paz, este pedazo de paraíso en la tierra, ve rota su armonía
por la aparición de un cadáver y unos sucesos que tienden al embrollo y al mal
gusto de implicar en la trama las dependencias del hotel con los detestables
barrios portuarios y las timbas de juego con señoritas de tuteo fácil.
Intrigas
políticas, derechos sucesorios, secuestros, desapariciones, y la muerte, ingredientes
comunes que generan una combinación improbable pero que se resuelve con ingenio
convincente.
Enoch Arnold Bennett |
Enoch
Arnold Bennett presenta una trama ágil y muy dinámica gracias a una buena dosificación de
los distintos efectos tragicómicos. Con medida precisión, suiza.
Escrita
en 1902 hay que, como sucede con los vinos añejos, abrirla con condescendencia
para poder apreciar convenientemente sus sutilezas y su ingeniosa trama que
hace hincapié en los tics sociales de la época.
Por ese motivo es probable
que el argumento pueda parecer un poco simplista para los gustos contemporáneos
muy distintos a los existentes en el momento de su publicación, pero no desmerece.
Son
de esas novelas que hoy son tratadas con ligereza por su evocación a folletín.
La fuerte presencia de la novela negra, cada vez más tortuosa, ha ido relegando
a un segundo plano estos clásicos de novela policial, que sin embargo resultan
muy entretenidos y descongestivos de empachos psicóticos y serial killers.
Estamos
ante una lectura ligera y desengrasante pero
no por ello obra menor.
Coctail Beso de Ángel |
Y
por si Theodore se les presenta en casa aqui tienen una receta para preparar un
delicioso Beso de Ángel, de las tantas como tipos de beso hay:
Verter
una taza de café en el fondo de una copa, encima añadir la mezcla de de 3 onzas
de crema de cacao con 1 onza de brandy, coronar con 2 onzas de crema de leche dulce
o condensada o chantilly i espolvoree canela por encima.