Se presenta Baltasar Matzbach. No hace falta decir nada más |
Baltasar Matzbach es el insólito
protagonista de una serie de diez novelas publicadas hasta la fecha, en las que
ejerce como detective aficionado. Novela negra alemana.
En esta primera, Asesinato
en la colina, se presenta de forma heterodoxa para los no iniciados a su
persona para desentrañar algo que bien podría llamarse el misterio del cepillo
de dientes: cepillo porque una mañana aparece uno desconocido junto al suyo y
misterio ya que vive solo y no ha tenido, que recuerde, compañía alguna esa
noche que justifique la presencia en su baño de ese artilugio.
De cómo se pasa de un
cepillo de dientes a un asesinato tiene su explicación en una larga serie de
estrafalarias teorías confirmadas en sucesos, de igual modo que el viento
precipita una piedrecita por una pendiente nevada y acaba generando un alud de
imprevisible magnitud.
Todo en Baltasar es
excesivo e imprevisible.
Baltasar es filósofo, no
solo por sus estudios, sino por su forma de reinterpretar la realidad y de entender
la actividad: el aburrimiento que sugiere asumir lo conocido y lo cotidiano es
sinónimo de muerte. De ahí que no pueda dejar de estar ocupado y en su
torbellino arrastre a su círculo de amigos compuesto por el reportero
Moritz, el escritor Henry y el doctor Römertopf.
Baltasar es también
físico nuclear, de un invento patentado le vienen sus ingresos que le permiten
vivir sobradamente y permitirle sus viajes, sus comidas, bebidas y otras
extravagancias. También suma a sus ingresos beneficios derivados de haber compuesto
canciones y de escribir regularmente en una revista, firmando como mujer, en un
consultorio donde responde dando consejos sobre amores, dietas y cualquier otro
tema sobre el que le pregunte el público femenino al que va dirigida la
publicación.
Y por último su
peculiaridad se extiende a su sentido del humor, su forma de aplicar la lógica,
de entender la educación y buenos modales, y de estimar su propia obesidad.
Baltasar es Baltasar.
La novela transcurre
entre paisajes urbanos de la alemana ciudad de Bonn, de su casco antiguo, de
los años ochenta con cierto regusto apocalíptico. Transcurre por paisajes
sociales de una ciudad de la que se denuncia su degeneración política y moral generada
por políticos corruptos y propiciada por funcionarios incompetentes. Un
sentimiento agridulce del que ama la ciudad pero no en lo que se ha convertido.
Una ciudad que Baltasar y
sus amigos van a recorrer en busca de algo que ninguno sabe bien que es pero
que se sabe que existe. Un argumento fuera de convencionalismos. Como recorrer
un museo mirando cabeza para abajo.
Lectura abrumadora por
los vaivenes de la trama acordes con los vaivenes mentales de Baltasar y su
verborrea aturdidora.
Gisbert Haefs |
Esta novela de Gisbert
Haefs es el pasaporte para entrar en un universo inexistente. Para conocer
una trama ilusoria e ingeniosa sometida al orden del azar. Para sumergirse en
una redacción afilada donde el sarcasmo escoge las palabras para comunicarse y
donde a pesar de que haya muerte y misterio a resolver se esté a las antípodas
de la novela policíaca tradicional.
Es más bien una parodia
mordaz en donde identificamos tics de detectives desde Sherlock Holmes a Nero
Wolfe, por mencionar dos dispares y en donde también caben Los tres
evangelistas de nuestra querida Fred Vargas.
A Baltasar Matzbach hay
que leerlo respetando los mínimos de descompresión recomendados por el sentido
común y el Ministerio de Salud Pública ya que enlazar una novela con la siguiente puede resultar peligroso.
Se entiende pues que sea
una lectura de difícil recomendación y no apta para cualquiera, ya que una cosa
puede ser leerla y otra disfrutarla.