Comunicación y falta de ella y actos y sus consecuencias. |
Es lo que tiene la
condición humana: en todas partes hay codiciosos y clientes de oferta criminal.
Cornelia Weber-Tejedor,
no nos olvidemos el Tejedor o su madre nos reñirá, se enfrenta a un caso de
secuestro que hace aflorar reacciones inesperadas. En un secuestro, si se
resuelve bien, no solo se pierde dinero sino también dignidad y la libertad
futura. Si se resuelve mal se pierde la vida del secuestrado y se destroza una familia.
Toda decisión que se tome
durante la investigación y el proceso de negociación se valorará al final según
el resultado. Y la presión es máxima por saber si se está haciendo lo correcto
o si se podría hacer más o mejor, lo que tensiona al grupo investigador y
dispara desacuerdos y más si lo forman personas de intereses dispares.
Suspicacias, recelos y
envidias que cuanta más debilidad encuentran en el destinatario más se ceban. Y
Cornelia, que es quien toma las decisiones, parece presa fácil en estos
momentos en que en su vida privada, tanto la familiar directa como con su
pareja y la familia de este, se descubren aspectos desestabilizantes.
Es esta una novela que
explora las relaciones humanas, ya sea en la intimidad, en el ámbito doméstico y
en el entorno profesional. Toda interpelación obtiene una respuesta o un
silencio, que es otra forma de comunicarse.
La sinceridad es como un arma
de doble filo y de resultado incierto y el código de honor del corporativismo
policial puede llegar a ser enemigo de la verdad y de la justicia y de
comportamiento imprevisiblemente violento.
Todos los seres humanos
son personas y aunque unos lo sean más que otros cada cual siempre tiene
argumentos para justificar sus actos. Aunque sean punitivos.
Y de eso va la novela, de
comunicación o falta de ella y de actos y de sus consecuencias. Acciones y reacciones.
Rosa Ribas, escritora |
De ahí que la lectura de
su obra tenga un plus difícil de encontrar en otros autores que por centrarse solo
en narrar hitos exclusivos del género olvidan la importancia de dominar la
técnica narrativa.
Cuarta entrega de los
casos de esta comisaria y si bien, en esta ocasión el frío esqueleto de la
parte policial podría tener más corpulencia hay que reconocerle a Rosa que los calidos
músculos que le ha añadido han conformado un cuerpo de novela muy sólido a la
que la etiqueta novela negra le sienta mejor que a muchas otras que la reclaman
como propia.
Toda la serie de Cornelia
Weber-Tejedor está reseñada en este blog:
2. Con anuncio