Una policiaca burbuja victoriana ubicada en el siglo XXI. |
Leer Las violetas del
Círculo Sherlock es como montarse en el DeLorean y hacer dos paradas en el
pasado. La primera a uno reciente, unos veinte años atrás y la segunda para alejarse
unos cuantos más hasta finales del siglo XIX, exactamente al 1888.
Y es que el presente es
un plato que se ha cocinado lentamente en el pasado aunque su degustación no
sea del agrado de todos los comensales.
Sergio Olmos, escritor
que puede vivir de serlo (vaya lujo), está preparando su nueva novela en la que pretende
rellenar los años de absentismo social de Sherlock Holmes, esa parte secreta de su
vida, desde que cayera en las cataratas de Reichembach hasta su reaparición, y
para ambientarse se ha instalado en una casita de Sussex que incluso podría haber sido la
misma donde viviera sus últimos días el afamado detective consultor.
Sus planes se ven
trastocados después de que, al recibir una sospechosa e ininteligible nota, se cometa un
asesinato, emulando el método empleado en 1888 por Jack el Destripador, en su
ciudad natal de la costa norte española. Con el crimen el contenido de la nota
cobra sentido y Sergio regresa para informar a la policía y colaborar en lo
posible de lo que se antoja como una suerte de macabro juego de rol en el que
se le ha retado a participar sin opción a descarte.
Sus amigos, miembros del
Círculo Sherlock, de veinte años antes cuando eran estudiantes, también van a
verse involucrados en mayor o menor medida por cuanto el asesino parece tener
algún tipo de resentimiento hacia el desmedido conocimiento holmesiano del
grupo.
Un grupo formado
exclusivamente por varones, siete exactamente, que dedican las tardes de los
viernes a lucir sus conocimientos sobre los 60 casos que conforman el Canon de
las obras de Holmes, dejando de lado toda obra no acreditada o reconocido
pastiche. El purismo los lleva incluso a vestirse de época y dirigirse entre
ellos empleando el léxico pertinente.
El reencuentro despierta
todo tipo de recuerdos, no todos gratos, y la investigación policial,
también enturbiada por asuntos internos de la brigada, así como la presencia de
otros habitantes de la ciudad, funcionarios, políticos, sacerdotes, testigos y
víctimas también implicados por una u otra razón confieren suficientes voces y
variados registros como para completar un rico a mosaico de relaciones humanas,
sensibilidades e intereses de origen étnico y social tan dispar como
interesante.
Jack el Destripador en un periódico de la época |
Un tema y unos personajes perfectos para alimentar un casebook de juegos de rol.
Las violetas del Círculo
Holmes es una policiaca burbuja victoriana ubicada en el siglo XXI, un rendido
homenaje a las obras de Arthur Conan Doyle protagonizadas por Sherlock Holmes y
John Watson (hasta 123 notas a pie de página dan la medida de cuanto beben de
ellas) y un elaborado estudio de investigación sobre la macabra obra de Jack
The Ripper.
Una intricada, absorbente
e inquietante puesta al día de las atrocidades cometidas por quien aterrorizó
desde finales del verano y parte del otoño de 1888 al barrio de Whitechapel
londinense. Un análisis pormenorizado de sus bárbaros actos y un recorrido por
los casos investigados por Holmes y Watson haciendo especial hincapié en porqué
en ninguno de ellos hubo referencia alguna al Destripador.
Mariano Fernández Urresti |
Mariano Fernández Urresti
ha escrito una novela para goce de todo amante del género policíaco clásico
pero especialmente dedicada a los fans del universo holmesiano. Sus continuas
referencias y sus guiños, fruto de una laboriosa investigación y su gran
habilidad para entretejer aquellos mimbres confeccionando los actuales cestos,
harán las delicias de quienes ven en Sherlock Holmes algo más que una figura de
ficción.
Las principales obras de
referencia implicadas son: El Ritual de los Musgrave, El Gloria Scott, La
aventura del Círculo Rojo y Escándalo en Bohemia.
Para ello se vale de
distintas capas de información en una suerte de metalectura: los informes y
autopsias elaborados en los casos del Destripador, los artículos de prensa del
caso actual, las referencias a los casos de Holmes y Watson, los recuerdos de
la época del Círculo Holmes, las acciones del presente… y consigue mantener el
interés hasta la mismísima última línea de texto.
Tanta es la devoción que
no ha podido sustraerse al deseo de superponer acciones criminales con
paralelismos geográficos entre la localidad donde transcurre la acción y el
barrio de Whitechapel donde acaecieron los hechos originales y tampoco a hacer
partícipes a sus protagonistas del mismo universo otorgándoles un perfil
psicológico ajustado a su nombre, jugando de forma cómplice con el lector (como
hiciera Alberto López Aroca a su vez en Estudio en esmeralda y seguro hacen todos lo que viven en ese
particular mundo).
Son fácilmente identificables:
Sergio Olmos (Sherlock
Holmes)
Marcos Olmos (Mycroft
Holmes)
José Guazo (John Watson)
Tomás Bullón (T. J.
Bulling)
Jaime
Morante (James Moriarty)
Diego Bedía
(Frederick Abberline)
Estrada (Lestrade)
El resto lo dejo a su
sagacidad. Al finalizar la lectura, casi 700 paginas, todos sabremos un poco
más sobre esos seres, ficción o realidad, que se llaman Sherlock Holmes, John
Watson y Jack the Ripper.