Bajo la sensación inquietante que sugiere el ver acercarse una fuerte y oscura tormenta. |
La isla de los cazadores de pájaros, El hombre sin pasado
y El último peón son, por este orden, los títulos que conforman esta trilogía
protagonizada por Finlay Fin Macleod.
Lewis es la mayor y más septentrional de las Islas
Hébridas exteriores, las más alejadas de tierra firme, un extenso archipiélago
de la costa oeste escocesa formado por un centenar largo de islas habitadas y
más de cuatrocientas deshabitadas.
El clima de Lewis es áspero y desapacible, casi inhóspito,
conformado a base de viento, lluvia y frío. La vida es supervivencia, cualquier
otro anhelo es casi inalcanzable. Las opciones de divertirse escasas. El
contacto con el resto del mundo mínimo de ahí que la juventud solo desee
alejarse cuanto antes de lo que se antoja sufrimiento y aislamiento.
Alrededor de Fin, el protagonista central, se
desenvuelven una serie de relaciones sociales que van conformando las subtramas
que acaban conectando con el caso policial que se tiene que resolver en cada
entrega.
Caso que actúa de detonante para darnos a conocer episodios
de la historia de la isla en un alterne de capítulos en presente y pasado que
busca, a través de las vivencias de los protagonistas, contextualizar una
sociedad que por su vida isleña tiene mucho de nombre propio y poco de nombre común
y todo de ancestral.
Conocemos al grueso de los personajes recurrentes desde
pequeños, maravillas del flashback, y vamos a ir siguiendo su evolución hacia
mayoría de edad y su madurez y viendo como sus virtudes y sus defectos van a supeditar
sus relaciones personales y sus dependencias individuales, siempre
condicionadas por su ascendencia isleña.
Su relación como amigos, como amantes, como empleados y
como rivales se describe con tanta vivacidad que no hay duda que sin no son
personajes reales se dan mucha maña en parecerlo.
En cambio si es real el McGuffin que en cada una de las tres novelas sirve de referencia
histórica y que son por este orden: la matanza de crías de albatros, los niños recolocados
en familias y las piezas de ajedrez encontradas del siglo XIX.
Peter May |
Peter May anuda el suspense y la intriga para crear una
tipología particular de novela negra articulada. Donde el localismo histórico le permite comparar el tamaño humano con el de las tradiciones y los rituales y todo bajo la sensación inquietante
que sugiere el ver acercarse una fuerte y oscura tormenta.
Si bien es cierto que la trilogía va de más a menos, las tres
novelas conforman un bello relato vivencial sobre lo que supone pasar de la
infancia a la edad adulta, lo que significa conciliar tradiciones y lo que
representa.
Reseñas de cada novela por orden de lectura:
01 La isla de los cazadores de pájaros
Un macabro asesinato en la isla de Lewis con una puesta
en escena muy parecida a la de otro, acaecido en Edimburgo y aún sin resolver,
hace que el detective de policía Finlay Macleod, oriundo de la isla y por tanto
de habla gaelica, se desplace para ver si existe correlación.
02 El hombre sin pasado
Los restos momificados de un joven son hallados en una
turbera que encoge el paisaje replegándolo sobre si mismo como los recuerdos se
pliegan en una mente enferma. La falta de recuerdos son como un paisaje desolado. Finlay es requerido por una familia amiga para
resolver el caso que tiene sus razones en un turbio pasado.
03 El último peón
Cuando un extraño fenómeno natural vacía un lago se
encuentran en el fondo los restos de una avioneta con un cadáver que retrotrae
a una época de la juventud de Finlay Macleod y de otros habitantes de Lewis. La
investigación cerrará un caso con consecuencias imprevistas y a su vez despide
la trilogía.