Económicamente sobrevive aceptando encargos como
investigador, es tuerto y tenaz, y partiéndose la cara en peleas clandestinas,
es duro y luchador. Tal vez en su apellido se encuentren genes de aquel otro De
Vivar, tan particularmente justiciero según su cantar.
Tiene un encargo sobre la mesa: una mujer desea que le confirme que su hija está bien ya que tiene el presentimiento de que algo va mal y teme por ella.
Este caso da pistoletazo de
salida al argumento de este comic, va a jugarse el tipo más de una vez y con
más peligro que en esas luchas a cuerpo, donde no hay más norma que la de
acabar la pelea cuando uno, caído, ya no puede más.
El argumento se despliega plenamente en la trama principal
pero mantiene una secundaria, latente, sin casi pistas, pero omnipresente por
su aparente ausencia, que se resuelve dando sentido al todo.
Un todo con evidentes influencias del noir estadounidense
por encima del nacional. Y es que tanto las situaciones, especialmente las
violentas, que se dan, como las relaciones entre los protagonistas y los
lugares donde tienen lugar las acciones, tienen mucho de serie policial americana.
David Braña ha guionizado una historia que no se aleja de
los cánones del género negro y son los tópicos lo que la hacen verosímil. La
historia se resuelve de forma apresurada seguramente debido al número de
páginas: con 62 seguro que hubiera desarrollado una trama más compleja y
ofrecer unos desenlaces mejor argumentados; pero no es un desmerecimiento sino
un loable reconocimiento al esfuerzo que supone concentrar tan interesante
historia en tan poco espacio.
El dibujo de Pedro Segade, de trazo fino y limpio, trata a los personajes con formato realista, casi rozando el expresionismo en algunos gestos y muecas, lo que le permite emplear el lenguaje visual como refuerzo del texto escrito. Resuelve las, siempre difíciles, escenas de acción con gran dinamismo y el tratamiento del color resulta muy acertado.
Guion y dibujo van a la par y consiguen un conjunto armónico
para acaba ofreciendo un álbum fácil de leer, con secuencias espectaculares y
una resolución que cierra los casos abiertos y ofrece un nuevo inicio para algunos
personajes y, porque no, la posibilidad de continuar la serie. Se agradecería.