lunes, 13 de diciembre de 2021

Antes del Incal de Jodorowsky y Janjetov

De la alucinada y transgresora mente de Alejandro Jodorowsky, artista polímata chileno, nacionalizado francés y aún activo a sus 92 años; y de la capacidad mesiánica y alienígena para crear universos gráficos del dibujante Moebius (nacido Jean Giraud (8/5/1938 – 10/03/2012) surgió desde 1980 a 1988 una ópera espacial llamada El Incal. Una magna y épica historia que en formato cómic revolucionó el medio y de paso hizo explotar un montón de cerebros.

Un argumento de etiquetaje imposible que se desarrolla en una trama laberíntica, con la posesión y mantenimiento del poder como eje, a cuyo alrededor giran subtramas pobladas de razas y etnias de un mundo constituido por submundos con tensiones políticas y sociales.

Pero leer El Incal es como entrar en el cine con la película ya empezada: se inicia con un salto desde El Callejón (o Paseo) de los Suicidas en caída libre, salvo cazador avispado que lo mate al vuelo, hacia el lago de ácido.

Pronto se entiende todo y se disfruta lo que sucede a continuación pero nos consta que algo tuvo que suceder anteriormente para desencadenar toda la historia y terminar con ese salto mortal de necesidad salvo imponderables.


Y lo que sucedió antes es lo que se cuenta, precisamente, en Antes del Incal.

Esta precuela del Incal, escrita por el mismo Jodorowsky pero en esta ocasión dibujada por Zoran Janjetov se gestó al acabar la anterior entre 1988 y 1995, manteniendo el estilo de dibujo que creara Moebius.

La historia empieza con un adolescente e indeciso John Difool, de padre delincuente y madre prostituta, para nada conocedor de lo que el destino le reserva ni del predominante papel que tendrá en la historia de Ciudad-Pozo, y evoluciona hasta verlo madurar y conseguir la licencia de detective privado de clase R.

El examen para obtenerla consiste en una investigación, objeto de este álbum, no exenta de riesgo extremo para el protagonista y con quien se le cruce o se le junte, que puede poner al descubierto una trama construida por grandes mentiras que busca perpetuar la situación de las clases sociales de Ciudad-Pozo.

Ciudad-Pozo es un ensamblaje, más o menos cilíndrico, de múltiples niveles superpuestos a modo de anillos, siendo el superior, atmósfera exterior y luz natural, el ocupado por la clase dominante de los Aristos y el inferior, el anillo Rojo, los bajos fondos, el habitado por las clases más desfavorecidas e incluso mutantes, a un paso del lago de ácido que desintegra lo que o quien en él cae.

El poder legislativo, el poder religioso y el poder policial, claramente identificados y diferenciados, se reparten la gestión de la ciudad y aunque mantienen sus diferencias a raya, la investigación de John Difool puede romper tal delicado equilibrio y destapar las ansias de apoderarse del poder ajeno, que, aunque ocultas, permanecen insatisfechas en cada ámbito.

Antes del Incal desnuda todas las vilezas humanas, y especialmente las machistas, sin reparos y muestra las artimañas que emplean los gobiernos para mantener a la ciudadanía como pacíficos rebaños aunque no por ello consigan evitar la existencia de elementos revolucionarios, capaces de todo para desenmascarar la élite y mejorar la situación de sus conciudadanos.


Antes del Incal
es una revisitación a la lucha de clases aunando los principios del materialismo histórico con la metafísica, en escenarios de investigación criminal.

En 300 páginas se pueden decir y dibujar muchas historias y sin duda tanto Jodorowsky como Janjetov las han aprovechado al máximo, el conjunto es un compendio de tiranía, religión y pseudociencias mostrado con lenguaje soez y acompañado de toda clase de violencias, inherente en todo régimen patriarcal excesivo.

Esta edición es espléndida ya que respeta las viñetas y los colores originales. Lejos de otras ediciones que mostraban viñetas censuradas, especialmente desnudos, y donde, por haber recoloreado, predominaban colores planos sin contrastes ni sombras.

Sin duda un esfuerzo editorial, que se agradece y aplaude, por recuperar una obra tal como se concibió y se realizó. Una edición de lujo para regalársela o para regalarla, pero sobre todo para leerla y para fijarse en los cientos de detalles que encierra cada viñeta.

 

jueves, 9 de diciembre de 2021

Pájaros nocturnos de Alexandre Galien

En el mundo hay dos formas de vida: la diurna y la nocturna. Y a su vez se subdividen en otras dos: la expuesta y la oculta.

La forma nocturna sumada a la opción oculta da como resultado un submundo propio que se rige con normas propias y en donde las relaciones pierden humanidad y solo rige el interés. Nocturnidad y alevosía.

Es el submundo donde se mueve la delincuencia, el trapicheo, el proxenetismo y la prostitución. Pájaros de vida nocturna.

La novela se mueve por este submundo parisino y tiene como protagonistas a esas aves que vuelan bajo, por los bajos fondos, y mueren sin importar a nadie.

El comandante de policía Philippe Valmy, habitual de la noche por trabajo policial, pide el traslado a la Brigada Criminal para pasar las veladas nocturnas en casa, contentar a su mujer y salvar su matrimonio.

Algo por lo que habrá de luchar habida cuenta de que el deterioro sufrido no es nada con una dura prueba que les queda por afrontar. Algo capaz de socavar cualquier relación por muy consolidada que parezca estar.

Su estreno en la brigada no resulta cómodo. Coincide con el asesinato de una joven, a quien conoce sobradamente por haberla tenido de confidente, y con la actitud distante de un subalterno, que hizo suyo el puesto y que ahora siente que se lo ha arrebatado alguien sin experiencia y sin mérito alguno.

Relaciones familiares, profesionales y con soplones hacen girar al comandante Valmy como si estuviera en un tiovivo, sabiendo que si no baja no podrá resolver el caso.

Alexandre Galien ha escrito una novela negra que aunque a ratos se mueve a ritmo de thriller, es claramente de procedimiento policial. No obstante, en ambos casos otorga a la lectura la sensación de no parar quieta ni un momento y de que constantemente pasan cosas y más que van a pasar.

El autor demuestra su gran conocimiento del funcionamiento interno del cuerpo policial dando detalles y mostrando comportamientos, que dan alta verosimilitud a las partes de la narración que le son afines.

En cambio, y en lo que se refiere a personajes, no se da tanta maña y a algunos los deja un poco a merced de las circunstancias; como un acompañamiento decidido sobre la marcha a un plato que se merecería algo mejor.

La novela fue Premio Quai des Orfèvres 2020 y es que tiene esa característica del policial francés clásico que tanto gusta a lectores canónicos y a jurados, especialmente en el país vecino.

 

miércoles, 1 de diciembre de 2021

El Club de los Psicópatas de John Katzenbach

Penetrar en la web oculta tiene sus riesgos. Es como recorrer un callejón maloliente de los bajos fondos de una gran ciudad. Si se hace cabizbajo, a paso rápido y con los brazos pegados al cuerpo igual se consigue llegar al otro extremo sano y salvo; si por el contrario se interpela a alguien con la vista o la palabra, puede pasar cualquier cosa.

Connor, un adolescente responsable y deportista, ha entrado, por azar, en un chat privado, sin invitación, en la web oculta por donde se movía por razones propias. Y en lugar de retirarse antes de ser descubierto alardea de su presencia, de haber seguido las conversaciones y de dudar de la veracidad de lo que en ellas se dice.

Los interpelados, ofendidos y violentados, deciden que Connor no va salir del callejón y organizan su eliminación. Son unos psicópatas y no dejaran que un niñato ponga en duda su superioridad. Entre ellos se conocen por apodos: Alpha, Bravo, Charlie, Delta y Easy y conforman el grupo Los muchachos de Jack, por su idolatrado Destripador.

Connor no sabe que ha pisado un nido de víboras y que con ello ha puesto en marcha un plan que no solo puede incumbirle a él sino también a sus allegados, como Nikki su también joven amiga y sus abuelos PM1 y PM2. Sus enemigos son hábiles usuarios informáticos, algún hacker entre ellos, y despiadados asesinos.

A partir de aquí un thriller de suspense e intriga que parece más dirigido a adolescentes que adultos, como suele ser habitual en las obras que, siendo escritas por mayores de 60 años, a quienes la tecnología digital queda lejos más allá de funciones básicas, tienen a internet y en especial su parte oscura como línea vehicular del argumento.

Probablemente por ese motivo en la novela no hay el mismo nivel de detalle sobre navegación web, encriptación y seguridad informática que sobre armas y útiles prácticos en la logística de asesinatos planificados. Lo analógico vence a lo digital, así que no teman encontrarse con un lenguaje incomprensible.

A la obra, como suele ser cada vez, y lamentablemente, más habitual, le sobran bastantes páginas y en particular se le agradecerían giros que dotasen a la trama de mayor inquietud e interés ya que mantiene un tono lineal constante y una gran dosis de previsibilidad a lo largo de su extensión que es de 543 páginas.

El Club de los Psicópatas es el thriller noir en el que los asesinos conspiran en la internet profunda y salen a matar al mundo real.

John Katzenbach sigue fiel a su estilo y no se sale del guion ni de los argumentos que le han hecho famoso; lo que resultará satisfactorio para quienes disfrutan de sus thrillers de alto voltaje y costumbrismo social. Ya saben que no es novela negra pero sus asesinatos y su presión social le confieren un aspecto turbio y peligroso que hará recapacitar sobre la seguridad en internet.

lunes, 29 de noviembre de 2021

El Secreto de la Boticaria de Sarah Penner

Si la documentación empleada por la autora para construir esta novela es toda cierta, evidenciaría que durante un largo periodo de tiempo, desde finales del siglo XVIII y todo el XIX, las mujeres habrían asesinado por envenenamiento a decenas, sino cientos de amos, maridos, padres, amantes…

Ante la imposibilidad de llevar sus casos a juzgados donde una mujer poco o nada tenía a hacer ante lo que la justicia no consideraba delitos sino ejercicio del derecho marital o de propiedad, estas habrían actuado con sigilo y sutileza.

Así una época en la que autopsias y necropsias aun habían de evolucionar para ganar en fiabilidad, se convirtió en campo abonado para ajustar cuentas, vengar afrentas u obtener beneficios.

El patriarcado, que siempre esconde un machismo rancio, protege a los suyos y otorga privilegios como el uso de la fuerza para obtener satisfacción a cualquier deseo que se preste. Violencia, abusos, violaciones, desprecio, humillaciones, todo tipo de maltrato ante el que las mujeres solo pueden ceder, callar, aguantar y sufrir.

Una boticaria siente la necesidad de proteger y ayudar a esas mujeres que sufren y están desamparadas y emplea sus conocimientos sobre herbología para reparar las injusticias, lo que en caso de detención le supondría la horca sin duda alguna.

Estamos ante un thriller comedido narrado a dos tiempos. Uno ancestral, con Nella, la boticaria, en el siglo XVIII y otro actual, siglo XXI, con Caroline, una joven que trabaja en casa de sus padres y que se siente despechada por su marido y por ello necesitada de encontrar su espacio y aclarar sus ideas viaja de Estados Unidos a Londres.

Y relatado a tres voces. De tres mujeres que tienen en común la lucha por su condición y por sus sueños. Nella, Eliza y Caroline. Tres caracteres con mucha personalidad, al que se añade el de una cuarta: Gaynor.

Londres es el escenario afín y una incursión en la riba del Tamesis con los mudlarkers, un grupo variopinto que no duda en meterse en el barro en busca de objetos antiguos y si son valiosos mejor, es el detonante de la historia en tiempo presente.

El Secreto de la Boticaria es una novela que interesa más por lo que sugiere que por lo que muestra; y convence porque los hechos concuerdan con los pensamientos que determinan las acciones.

Toda la trama, incluidos sus giros, y especialmente el que determina el sorprendente final, está perfectamente sustentada con nada fuera de lugar.

Sarah Penner ha creado unos personajes convincentes, en una trama que parecería apoyarse en principios historicistas, que convierten en verosímil todo lo que tocan y que tanto satisfará a quienes gusten de thrillers como a quienes prefieran domestic noir, ya que está escrita para agradar y conseguir la complicidad que permita empatizar rápidamente.

Al parecer es su primera novela de género. Solo hay que desear que pronto haya más.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

La comunidad de Helene Flood

Rikke vive con su marido Asmund y sus hijos Emma y Lukas en un bloque de cuatro viviendas dúplex, en una zona acomodada donde la mayoría son casas unifamiliares.

El resto de vecinos del bloque donde vive Rikke son buena gente con los que tomar café y charlar de vez en cuando. Una pequeña comunidad en armonía en la que todos creen conocerse.

La armonía se tambalea cuando de repente uno de los inquilinos aparece asesinado en su casa y las sospechas recaen en el resto de vecinos. Surgen las suspicacias y se retrotraen los caracteres.

Ingvild Fredly, antigua conocida de una época lejana de Rikke, se encarga de la investigación y aunque un caso anterior la aparta temporalmente, en beneficio de su compañero Gunnar Gundersen, mantiene el contacto con Rikke a quien ayuda a superar la situación y le aconseja en sus decisiones.

Helene Flood enfrenta a la protagonista al dilema de identificar si su estado emocional deriva de sentimientos de culpa o de vergüenza y le da un par de centenares de páginas para que se aclare, justo poco antes de resolver el caso policial que parece haber sido la excusa para poner a Rikke en tan dramática tesitura como verdadera razón de ser de la novela.

Una interiorización psicológica de largo recorrido y poca trascendencia. Un estudio de laboratorio, de la dinámica de comportamiento de grupo, cuando una tragedia sacude a una pequeña muestra de especímenes sometidos a presión. Un experimento, extraído de Wilhem Reich i que tuvo su auge a principios de los ’70, transportado a nuestros días.

La comunidad es un domestic noir nórdico y responde al patrón: relato en primera persona, protagonista femenina con protagonismo absoluto, diálogos interiores y pensamientos verbalizados, preocupaciones por temas cotidianos, ritmo narrativo lento, pausado. Sin sorpresas, sin giros, prácticamente sin emoción ni suspense.

Se promociona como thriller y ni por asomo, y también como novela negra y ni las tapas aunque predomine ese color. Si es, en cambio, un domestic noir que bucea en las intimidades ocultas para satisfacción de las amantes de este subgénero que está en alza.