Un argumento de etiquetaje
imposible que se desarrolla en una trama laberíntica, con la posesión y
mantenimiento del poder como eje, a cuyo alrededor giran subtramas pobladas de
razas y etnias de un mundo constituido por submundos con tensiones políticas y
sociales.
Pero leer El Incal es como
entrar en el cine con la película ya empezada: se inicia con un salto desde El Callejón
(o Paseo) de los Suicidas en caída libre, salvo cazador avispado que lo mate al
vuelo, hacia el lago de ácido.
Pronto se entiende todo y se disfruta lo que sucede a continuación pero nos consta que algo tuvo que suceder anteriormente para desencadenar toda la historia y terminar con ese salto mortal de necesidad salvo imponderables.
Y lo que sucedió antes es lo que se cuenta, precisamente, en Antes del Incal.
Esta precuela del Incal,
escrita por el mismo Jodorowsky pero en esta ocasión dibujada por Zoran Janjetov
se gestó al acabar la anterior entre 1988 y 1995, manteniendo el estilo de
dibujo que creara Moebius.
La historia empieza con un
adolescente e indeciso John Difool, de padre delincuente y madre prostituta, para
nada conocedor de lo que el destino le reserva ni del predominante papel que
tendrá en la historia de Ciudad-Pozo, y evoluciona hasta verlo madurar y conseguir
la licencia de detective privado de clase R.
El examen para obtenerla
consiste en una investigación, objeto de este álbum, no exenta de riesgo
extremo para el protagonista y con quien se le cruce o se le junte, que puede
poner al descubierto una trama construida por grandes mentiras que busca
perpetuar la situación de las clases sociales de Ciudad-Pozo.
Ciudad-Pozo es un ensamblaje,
más o menos cilíndrico, de múltiples niveles superpuestos a modo de anillos,
siendo el superior, atmósfera exterior y luz natural, el ocupado por la clase
dominante de los Aristos y el inferior, el anillo Rojo, los bajos fondos, el
habitado por las clases más desfavorecidas e incluso mutantes, a un paso del
lago de ácido que desintegra lo que o quien en él cae.
El poder legislativo, el poder
religioso y el poder policial, claramente identificados y diferenciados, se
reparten la gestión de la ciudad y aunque mantienen sus diferencias a raya, la
investigación de John Difool puede romper tal delicado equilibrio y destapar
las ansias de apoderarse del poder ajeno, que, aunque ocultas, permanecen
insatisfechas en cada ámbito.
Antes del Incal
desnuda todas las vilezas humanas, y especialmente las machistas, sin reparos y
muestra las artimañas que emplean los gobiernos para mantener a la ciudadanía
como pacíficos rebaños aunque no por ello consigan evitar la existencia de
elementos revolucionarios, capaces de todo para desenmascarar la élite y
mejorar la situación de sus conciudadanos.
Antes del Incal es una revisitación a la lucha de clases aunando los principios del materialismo histórico con la metafísica, en escenarios de investigación criminal.
En 300 páginas se pueden decir
y dibujar muchas historias y sin duda tanto Jodorowsky como Janjetov
las han aprovechado al máximo, el conjunto es un compendio de tiranía, religión
y pseudociencias mostrado con lenguaje soez y acompañado de toda clase de
violencias, inherente en todo régimen patriarcal excesivo.
Esta edición es espléndida ya
que respeta las viñetas y los colores originales. Lejos de otras ediciones que
mostraban viñetas censuradas, especialmente desnudos, y donde, por haber
recoloreado, predominaban colores planos sin contrastes ni sombras.
Sin duda un esfuerzo editorial,
que se agradece y aplaude, por recuperar una obra tal como se concibió y se
realizó. Una edición de lujo para
regalársela o para regalarla, pero sobre todo para leerla y para fijarse en los
cientos de detalles que encierra cada viñeta.