viernes, 22 de noviembre de 2024

Cuando la niebla duerme de Trinidad Fuentes

Hay novelas en las que la investigación se centra en identificar y aclarar fenómenos paranormales a cargo de detectives de lo sobrenatural. Y hay otras donde esos fenómenos tienen presencia activa y determinante en la solución del caso, pero no son objeto de atención por que se desconoce su participación.

Y luego está Cuando la niebla duerme un thriller criminal con deje sobrenatural que atrapa, entretiene, divierte y emociona pero que no recibiría el aprobado de las disposiciones de las reglas de S. S, Van Dine para escribir una novela policiaca ya que transgrede más de una y de dos y de tres… aunque tiene disculpa si tenemos claro que estamos ante un thriller de fantasía y el argumento se ciñe al suspense y no al revés.

La investigadora Minerva Nàcher y su ayudante Gisela Landon aceptan colaborar con la policía veneciana para esclarecer la desaparición de una joven turista catalana, Fátima Biosca, que tuvo lugar hace unos meses en la Serenísima y que ahora ha aparecido ataviada como una cortesana del siglo XVI, inconsciente en el interior de una góndola.

La denuncia de la desaparición fue interpuesta por su hermana melliza, Lourdes, que junto con su amigo especial Héctor y el novio de su hermana Ángel, estaban con ella en Venecia pasando unos días de vacaciones.

El caso tiene varios hilos de los que tirar e ir desenredándolos correctamente resultará determinante para la resolución del caso.

La novela empieza con el listón muy alto: Lourdes, la hermana de la desaparecida-aparecida Fátima, acaba de ser asesinada y su espíritu flota libre de la atadura física de su cuerpo y debe aprender a manejarse en ese estado mientras tiene claro que debe resolver su asesinato ya que no sabe ni quien ni porqué ha actuado de ese modo contra ella.

A partir de esta premisa, aceptación de una presencia sobrenatural activa con los ribetes religiosos que se le presuponen, ya nada puede ni debe sorprender al lector más allá del propio desarrollo de la trama que ofrece los giros propios del género para que el juego del gato y el ratón no tenga un final previsible.

Trinidad Fuentes utiliza los personajes según necesidades del guion y adapta sus comportamientos, reacciones y diálogos en función del escenario y de la representación que se les requiere a cada momento, como si fueran títeres, ya que no son protagonistas al uso.

Mezclar el mundo físico y el extrasensorial en un entorno de novela criminal, y crear un personaje, Minerva, con capacidad de interpretar el primero y de percibir el segundo, es un ejercicio de fantasía. Y leer la novela implica aceptar ese juego de irrealidades si se quiere pasar un rato divertido y entretenido.

domingo, 17 de noviembre de 2024

La casa entre los pinos de Ana Reyes

La casa entre los pinos es un thriller psicológico que aúna aspectos científicos con otros paracientíficos, que no dejan de ser distorsión creativa de los anteriores. Su argumento recrea una atmósfera de misterio, miedo y suspense que se mantiene a lo largo de la obra para ofrecer una lectura inquietante.

Todo empieza cuando Maya ve en redes sociales un video que se ha hecho viral que muestra la muerte inesperada de una joven en un bar mientras está hablando con su acompañante sentado enfrente de ella.

Una tragedia que consigue sobresaltar enormemente a Maya. Y no solo porque una joven haya fallecido, suceso triste de por sí, sino porque reconoce al hombre de la imagen: es Frank, alguien con quien salió un tiempo antes de marchar a la universidad.

Y es que no todo empieza cuando Maya ve el video, de hecho todo empezó mucho antes. Y no hace mucho pero parece que haya transcurrido una eternidad.

Porqué fue antes incluso de que Maya dejara a Frank al intuir que tuviera algo que ver con la muerte de su mejor amiga, que cayó muerta, sin causa aparente, como ahora la joven del video, mientras hablaba con él.

Esta coincidencia en la manera de articularse las muertes y que esté Frank presente en ambas, despierta en Maya la necesidad de aclarar los hechos. Además, se lo debe a Aubrey, su amiga.

Por lo que regresa al pueblo, donde todo empezó, e intenta aprovechar la coyuntura para reconciliarse con su madre. Tarea nada fácil pues si una es como es, la otra es igual.

Ana Reyes teje una historia de voluntades y conciencias, donde el amor nubla el pensamiento, como una droga que juega con la mente y consigue que la fantasía parezca una realidad.

Redacción simple, sin complejidades y pocos personajes para focalizar la atención en lo que verdaderamente importa.

La trama se desarrolla en capítulos alternos, uno correspondiente al pasado y otro al presente. Ambos espacios temporales acaban confluyendo, como afluentes, en un final que consigue que el lector se levante del asiento.

La casa entre los pinos no pasará a la historia del género pero ofrece una lectura con suficientes interrogantes como para generar inquietud y curiosidad para investigar sobre las posibilidades reales de su premisa sobre proyección mental.

domingo, 10 de noviembre de 2024

¿Qué pasó con Nina? de Dervla McTiernan

Las relaciones personales presentan una gran variedad de comportamientos, pero si hay uno que se mantiene inamovible es el que se establece entre una madre y su hijo.

Una madre siempre será una leona ante cualquier amenaza para su cachorro, aunque este sea ya adulto. El vínculo que se ha confeccionado durante el embarazo va más allá de consideraciones anatómicas o mentales que puedan explicarse. Y el cordón umbilical solo es la representación física de algo tan etéreo como rotundo. Y su corte en el nacimiento, no responde a una ruptura, sino que supone la creación de una nueva conexión invisible pero inalterable.

Nina Fraser parece haber desaparecido. Ha ido a pasar un fin de semana con su novio a una casa de campo familiar y solo ha regresado Simon Jordan, su pareja, que explica que han roto y ella ha pedido estar sola.

Leanne, la madre de Nina, Andy, su padrastro y Grace su hermanastra, saben que ese no es el comportamiento que se puede esperar de Nina y temen que haya algo turbio en todo el asunto.

A la denuncia por desaparición y el inicio de la investigación se añaden las comunicaciones por redes sociales.

Unas redes sociales en las que hay comentarios de trols intencionados en provocar el caos, sembrar dudas y descalificar actuaciones a base de noticias falsas y mentiras descaradas.

Pero esa siembra tiene más recepción de lo que debería ser normal y las sospechas en el pueblo, ilógicamente hacia la familia de Nina, se expanden con rapidez y virulencia como un fuego en un pajar.

La supuesta víctima y su familia deberían recibir comprensión y apoyo y sin embargo es al revés; se les ve como unos arribistas fracasados que pretenden ensuciar el buen nombre de una familia respetada.

Matthew Wright, el inspector al cargo de la investigación, tiene sospechas pero no pruebas y ni la actuación de la familia de Nina dispuesta a todo por aclarar el misterio y la de la familia de Simon, parapetada tras los mejores abogados que el dinero pueda comprar, facilitan las cosas.

¿Qué pasó con Nina? Es un thriller atonal, tenso y áspero. No hay tregua en el relato ya que al presentar capítulos alternos, en primera persona, de los comportamientos y pensamientos de los distintos personajes, consigue que el lector varie constantemente su punto de vista y se interrogue sobre cual actuación merece mayor comprensión y empatía.

A Dervla McTiernan, la autora, no le preocupa mantener secretos y así la lectura va anticipando antes de que se explique y las sospechas se van confirmando antes de que se demuestren.

Lo que parece importarle es mostrar el comportamiento humano colectivo, esa turba que llegaba a linchar hasta la muerte solo por prejuicios, y que ahora se escuda en el anonimato en redes para hacer lo mismo.

Y también demostrar como ante una tragedia individual, las familias toman partido por la herencia de la sangre y no por la justicia.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Opus 7 de J. Luis Pastrana

Si hubiese que adscribir esta novela a alguno de los subgéneros de la novela criminal, sería al procedimental.

Se caracteriza por conocer desde dentro, y de manera pormenorizada, todos los pasos que conlleva una investigación, describiendo incluso la clasificación de pruebas y la redacción de informes; porque la investigación no la lleva a cabo una persona sino un equipo; porque se conoce o sospecha desde bien pronto la identidad del culpable y por tanto la trama no busca desenmascararlo en una pirueta final sino en como poder demostrar y probar su culpabilidad.

Y es que Opus 7 tiene todo eso y más, ya que conformado el equipo de investigación del caso con miembros de la Guardia Civil y el equipo de la Agencia de Investigación Marbella permite, gracias a estos últimos, conocer también el trabajo de campo y disfrutar de los placeres de la gastronomía local, aunque el papel solo aporte descripciones y tengamos que imaginar los olores y sabores.

Así Odón Calleja y a Pepe Pastrana, ese alter ego del autor, nos permiten acompañarlos en sus investigaciones, compartir sus hipótesis, conocer sus deducciones y sentarnos a su mesa en los restaurantes, aunque sea solo, y lamentablemente, de oyentes.

En esta ocasión se trata de identificar el cuerpo de una mujer indocumentada que ha aparecido en la playa de El Portillu; saber cómo y porque llegó ahí y esclarecer las causas de su muerte y si fuere occiso, descubrir al culpable.

Tanto los efectivos de la Guardia Civil como los integrantes de la Agencia de Investigación van a tener que emplearse a fondo y utilizar todo su ingenio, aun cruzando líneas rojas, para desencallar una investigación sobre la que la jueza ha impuesto sus condiciones.

El buen entente entre los distintos estamentos, algo a lo que las obras criminales en general, no nos tienen acostumbrados, destaca por el nivel de cooperación y es pieza clave no solo para la resolución del caso sino para conseguir una lectura amable sin despropósitos desagradables y cansinamente tópicos. 

Quinta entrega de esta Colección Detective Calleja y reencuentro agradecido con ese costumbrismo prácticamente rural que ofrece la novela criminal de provincias y en especial las escritas por este autor, J. Luis Pastrana, que sabe cómo transmitir su amor por su tierra a través del comportamiento de sus personajes y de sus localismos.

Una novela interesante, bien planteada, desarrollada y felizmente concluida, en un entorno donde el ritmo vital se desliza suavemente al contrario del de las grandes ciudades, siempre sujeto a urgencias existenciales.

Aquí puedes leer la reseña de las dos primeras entregas de la serie:

Nuevos horizontes

Los miradores verdes


viernes, 1 de noviembre de 2024

Perro come Perro de Edward Bunker

Perro como perro pertenece al subgénero de la novela negra denominado crook story en el que los protagonistas son los delincuentes.

Unos delincuentes que nos dejan participar de sus vivencias y ganan nuestra empatía por parecer menos malos en comparación con los peores

Es un engaño. Estamos siendo manipulados. Ellos y los peores, son delincuentes y ante cualquier atisbo de debilidad nos dispararán a la cabeza si dudar y sin inmutarse, por tanto, ojo hacia quien dirigimos nuestras simpatías.

Troy Cameron sale de cumplir once años de reclusión y como que en terreno pedregoso no se dan flores, “es como si cultivaran chiflados en un invernadero”, no solo no desembarca reconvertido, en el mundo real, sino dispuesto a dar un nuevo, gran, golpe.

Uno que no puede fallar y que le va a producir los dividendos suficientes para compensar tantos años de encierro y le va a garantizar una vida de placeres por el tiempo que le quede.

Tiene al Greco como contacto facilitador y cuenta con Diesel, un gigantón responsable y respetuoso y con Mad Dog, alguien que cuando se le cruzan los cables se convierte en un perro persiguiendo su propio rabo que va sulfurándose a cada nuevo e improductivo giro.

Cada personaje actúa según su propio código y tipifican distintos perfiles de criminales, a cuál más interesante, que irán desarrollando en función de cómo se desencadenen los acontecimientos.

Edward Bunker, su autor, exconvicto de reformatorios y centros penitenciarios, escribe sobre lo que, sobradamente, conoce y por eso consigue imprimir a su redacción tanto realismo.

Y lo ha hecho en novelas y guiones e incluso en sus diálogos en sus participaciones en filmes, como el breve pero conciso que suelta haciendo de Señor Azul en Reservoir Dogs.

Un estilo que puede parecer áspero pero que no deja de ser el que sabe lo que vale un minuto de libertad y no está dispuesto a perderlo en tonterías.

Sus personajes reflexionan sobre aspectos sociales

Los diálogos que escribe son vividos. Son los que él ha pronunciado y los que se suceden en el día a día de las personas elegidas como referencia para crear los personajes y las reacciones son viscerales porque responden únicamente al instinto de supervivencia.

Sus personajes, los ambientes por donde se mueven, sus pensamientos, sus necesidades, sus relaciones, no es que sean verosímiles, es que son veraces.

El relato de Perro como perro dibuja una imagen de la realidad contundente como un puñetazo y coherente con el camino que cada cual ha decidido seguir. A veces sin haber tenido posibilidad de elección.

Si son de novela negra sin florituras, de quienes se iniciaron con el hard boiled, láncense sobre esta novela como perro sobre un hueso y serán felices.