martes, 25 de febrero de 2025

7m2 de Jussi Adler-Olsen

Durante el día a día de nuestras vidas las personas acumulamos objetos: ropa, libros, muebles, electrodomésticos, enseres domésticos y podría parecer que no podemos pasar sin ellos, de ahí que las mudanzas sean tan complicadas,

Pero cuando el día a día se trastoca de tal manera que se deja el hogar para ocupar una celda en una prisión, una celda de aproximadamente 7 metros cuadrados, se es consciente de que lo verdaderamente indispensable es la vida.

Mantenerse con vida en una prisión no precisa de objetos alrededor, solo precisa de algo de comida, fortaleza mental, suerte, salud y amistades.

Nadie que no haya estado en prisión puede entender el cambio que supone pasar de andar libremente y tener capacidad de elección, a estar encerrado pudiendo solo dar unos pasos sin topar con una pared o una reja y estar a merced de las decisiones de otros.

Carl Mørck, el inspector al mando del Departamento Q de la Policía de Copenhague, acaba de ser encerrado en una prisión acusado de múltiples y graves cargos, y si bien la conoce por haber entrevistado detenidos nunca la ha sufrido como inquilino.

Un inquilino forzado, víctima inocente de una conspiración de alcance desconocido. Un inquilino con una diana en la espalda que además tiene premio para quien acierte, lo que supone que deba vigilar no solo a los otros reos sino también a los guardias, ya que la corrupción, es sabido, está instalada en todos los estamentos sociales.

El encierro y el miedo a ser asesinado no solo convierten la vida de Carl en un permanente estado de angustiosa tensión, sino que se hace extensivo a su mujer y a su hija, y a los miembros de su Departamento que son los únicos que van a hacer lo imposible por descubrir la verdad y sacarlo cuanto antes, y antes de que sea demasiado tarde, de la prisión ya que el resto del cuerpo policial lo rechaza como paria.

Así a cada día que Carl sobrevive en la prisión la investigación avanza otro poquito, para acabar proyectando la misma angustia y miedo fuera de las páginas de la novela que alcanzan al lector de lleno.

Jussi Adler-Olsen cierra con esta novela no solo la etapa del Departamento Q, que con este acumula 11 títulos de magnífica novela negra, sino probablemente su etapa como escritor ya que ha dado a conocer que padece una enfermedad incurable.

Tal vez, sabiendo que Carl Mørck si va a permanecer, aunque solo sea como héroe de papel, le ha querido dar una expectativa que el ya no dispone. Tal vez por eso, sea su novela más emotiva, un canto a la vida y al compañerismo. A la confianza y a la amistad.

En esta novela los personajes secundarios tienen mucha presencia y su voz se oye desde distintos ángulos lo que hace que sea muy poliédrica y por ese motivo más compleja e interesante si cabe.

La trama se enriquece con personajes y situaciones de las novelas anteriores que conforman la serie, un crossover que consigue que todos los casos ya solo sean prácticamente uno y éste, un nuevo renacer.

Si conocen la serie, a esta novela, 7m2, la van a gozar el doble. Y si no la conocen ¿a qué esperan?

En este blog hay 3 novelas de la serie reseñadas, por si quieren saber más:

- El mensaje que llegó en una botella

- La víctima 2117

- Cloruro de sodio

Y no quiero acabar sin un recuerdo personal.

Al autor lo conocí en 2012, cuando me firmó esta simpática dedicatoria, jugando con los nombres, el mío propio y el del blog.

Una persona agradable y risueña y una calidad literaria que apuntaba muy alto, como así ha demostrado creando unos personajes cuyo carisma los convierte en referentes dentro del género.

Gracias Jussi (nice name, like Jordi ;-)

 

 

 

 

viernes, 21 de febrero de 2025

Un cadáver muy frío de Ana Bolox

Antes de que sucumbiéramos a esta avalancha de novelas Cozy Mystery ya había gente que escribía siguiendo pautas que identifican este subgénero criminal.

Y si bien hoy, aun con sobrepeso de producción, es difícil encontrar obras de calidad ya que la mayoría son productos con fecha de caducidad inmediata a la lectura, por aquel entonces el nivel era más que alto.

Anne Starling, la señora Starling del título, encarna el feminismo incipiente y por eso es tan puro y tan natural al no haberse aún contaminado por partidos políticos ni grupos de opinión que acceden a el como excusa para seguir ejerciendo el mismo poder que implícitamente rechaza.

Anne Starling es inglesa, hija de dos cerebros privilegiados en desentrañar crímenes, trabaja como profesora universitaria y está felizmente casada con un diplomático, James Starling, de la embajada inglesa de Nueva York, ciudad donde residen.

Su vida profesional y domestica no le aportan estímulos suficientes para que su mente inquieta pueda calmarse, así que, por aquello del azar, parece atraer misterios y peligros a los que saluda con entusiasmo y en los que se sumerge conscientemente e inconsciente ante los peligros que puedan surgir.

Arthur Crawford detective de policía de Nueva York es su aliado, cómplice y estimulante pareja en sus investigaciones.

Una lucha de sexos que evoca aquellas películas de Katherine Hepburn, personaje que parece salida del mismo molde.

Anne Starling es joven, es una belleza y además atractiva, es independiente y alocada del punto de mejor pedir perdón que permiso; es inteligente y culta, amable y cariñosa, o sea tiene todo lo que un hombre puede desear. Y por eso el inspector Crawford, a su lado, sufre un doble tormento: el de verse arrastrado incluso a cometer delitos siguiéndola y el estar enamorado de un imposible… ¿o tal vez no?

En un cadáver muy frio, el inicio del caso tiene lugar cuando la Sra. Starling se reúne con la Sra. Lacey, a instancias de ésta, que le pide que investigue la desaparición de su vecino, el Sr. Snow, que sospecha ha sido engullido por una boa que podría haberse escapado a través de las cañerías del edificio.

Pese a lo absurdo del relato, la Sra. Starling y Arthur Crawford investigan el caso y de lo que acontece mejor no les digo nada para que mantengan la curiosidad intacta cuando afronten la lectura.

Un cadáver muy frío – Las cosas y casos de la señora Starling 1 es una novela policiaca, la primera de una serie, de corte clásico que, si no fuera porque se menciona la fecha, 1978, se diría ambientada en cualquier momento de la primera mitad del siglo XX.

Habilidad meritoria de Ana Bolox, la autora que consigue con su redacción, uso de sustantivos y adjetivos, y su ambientación, que la trama transcurra con total fluidez y placidez, a pesar de detalles realmente espeluznantes.

A los padres de Anne Starling los conocimos en esta novela Carter & West aunque por aquel entonces ni ellos ni nosotros teníamos idea alguna.

Novelas muy agradables por su contenido, sus personajes y especialmente por su calidad literaria y si les gustan estas tramas british, no las dejen escapar.

 


domingo, 2 de febrero de 2025

Conseguirlo juntos de Shelby Rhodes

Conseguirlo juntos es una novela de misterio paranormal y es la primera entrega de una serie titulada La Agencia de Detectives No Muertos.

Octavius Evander, un vampiro cercano a los 3.000 años de edad, considera una magnífica idea abrir una agencia de detectives para investigar casos que involucren a seres paranormales y evitar que la policía detecte su presencia.

Para ello y con su amiga zombi Scarlett como secretaria empieza a pensar en la decoración de un local y en proceder a la selección de personal para completar el equipo y esperar al primer cliente.

A medida que avanza la trama, los personajes van tomando cuerpo, en sentido figurado ya que no siempre usan el mismo ni del mismo modo, y se van destapando sus hábitos de vida y convivencia. Cada ser tiene sus necesidades, sus fobias y sus filias, y su comportamiento no va ser el mismo que el de un humano en idénticas circunstancias, por mucho que la apariencia corpórea los asemeje.

Shelby Rhodes está creando un universo donde van a tener cabida, no solo vampiros y zombis y mortales, sino también wendigos, hombres lobo, espectros, brujos, demonios y cualquier otro ser capaz de producir pesadillas solo con nombrarlo, no digo ya con enfrentársele.

Su facilidad narrativa permite que nada de lo que se hace o se dice chirríe en nuestra mente de acepción limitada a lo convencional y los diálogos tienen un punto de humor que relativiza el horror gore que describe.

En este primer volumen, dos traducidos de los cinco en versión original, se resuelven dos casos criminales que tienen como víctimas a los seres más débiles de la cadena trófica: los humanos.

En ambos casos la investigación apunta a tiro hecho y el suspense lo proporciona el saber cómo atrapar al criminal, cada ser paranormal tiene sus puntos débiles y también sus temibles fortalezas, terminar con el episodio violento y salir indemne.

Hay que advertir que la investigación no es detectivesca al uso, por otro lado, nada sorprendente como se puede esperar de quienes la llevan a cabo. Y también hay que informar que se relatan escenas vívidas de alto y explícito contenido sexual.

Este primer volumen ya deja claro que no quiere etiquetas convencionales y que opta por un más que evidente mestizaje de géneros, incluido romance y sexo LGTBIQ+.

Así que acérquense a su lectura con mente abierta y predisposición para lo que sea, y déjense sorprender, pero si se escandalizan con facilidad mejor no lo lean.

lunes, 27 de enero de 2025

Asesinato en la estación de Rocksburg de K. C. Constantine

Aunque en la novela negra coexistan el crimen y un enfoque social crítico, no siempre hay fusión entre ambos y a veces cada tema va por su lado. Pero cuando la mezcla cuaja, la lectura permite acercarse a una experiencia mucho más compleja que ya de por si ofrece una buena trama policiaca.

Asesinato en la estación de Rocksburg es una novela criminal con todo el alcance del adjetivo. Porque criminal no es solo quien comete o instiga un crimen y porque olvidarse del entorno social y las circunstancias que lo rodean y acontecen es construir un jeroglífico más propio de una novela enigma que no de una novela negra. Y Asesinato en la estación de Rocksburg es una novela negra.

A John Andrasko, trabajador en una siderurgia a la que se desplaza cada día en el tren de las 11:38 de la noche, lo han encontrado muerto en la estación de ferrocarril. Su cara está tan desfigurada que es imposible reconocerlo sino es por su documentación.

El crimen ha sido cometido con una botella rota de Coca-Cola y tantos golpes y con tanta saña solo pueden deberse a un crimen con mucho componente pasional y el jefe de policía pronto encauza sus sospechas en Tommy, hijastro de la víctima, y el misterio para el lector se traduce en si tiene o no razón y si así fuera como poder demostrarlo.

Y eso es así porqué al autor le interesan más los personajes que el propio asesinato, al que muestra como una vía de escape para un sentimiento negativo generado a partir de un sufrimiento no razonado. En ese sentido es más filosofo que criminalista.

La novela es un compendio de formas de abordar la vida, tantas como personajes con voz propia en ella aparecen. Un cúmulo de emociones que trasciende el hermetismo hierático que se le supone debe tener o como mínimo mostrar quien ostenta un cargo referente en la sociedad como es un jefe de policía, un sacerdote y un abogado.

K. C. Constantine deja de lado los convencionalismos y aborda a los personajes por sorpresa para que nos dejen ver que su cualidad humana no tiene que ser igual a la profesional y mostrarse de forma genuina.

Mario Balzic, el jefe de policía, es un buen padre y marido lo que no le impide que fuera del círculo familiar pueda mostrar un temperamento excesivo si la situación le supera y, además, ser un capacitado investigador.

Marrazo, el sacerdote, entiende y perdona los actos pecaminosos, porque a su modo, bebedor ocasional y asiduo jugador de póquer, sabe lo difícil que es mantener alejadas las tentaciones.

Mo Vulcanas, el abogado griego, es un leguleyo tan hábil en sus locuciones como rápido vaciando botellas para vivir en permanente sopor etílico.

Sin olvidar al fiscal del distrito, el teniente al mando del Departamento de Policía, el reportero…

Y el entorno es Rocksburg, al oeste de Pensilvania, una ciudad ficticia llena de trabajadores por cuenta ajena y con baja renta per cápita, que le permite mostrar los estratos sociales más bajos y necesitados entrando en las casas hasta el patio trasero, donde se almacenan los deshechos.

Una historia dura, donde la desesperación es consecuencia de la falta de esperanza. Y no es una perogrullada, o si, sinó, o también, una constatación.

Esta es la primera novela de una larga serie que lamentablemente no se encuentra traducida.

domingo, 19 de enero de 2025

Castigo de Carme Chaparro

Un castigo es la pena que paga una falta. Si es a nivel social ambos vienen determinados por unas reglas establecidas que buscan armonizar la convivencia. Si es a nivel familiar, también en aras de la convivencia, los criterios para establecer faltas y castigos son distintos en cada casa.

A Nimes alguien la ha castigado por su cumpleaños. En lugar de recibir besos, abrazos, risas y un regalo de su hijo Jaime, de 6 años, obtiene silencio ya que Jaime no está en casa y alguien ha querido que se le recuerde dejando una de sus orejitas en una caja de regalo envuelta con una lazada.

Todo apunta a secuestro, pero Nimes no es rica, ni conocida, ni bien relacionada como para ser de interés delictivo ni tiene enemigos que le quieran tan mal. A no ser que su ex tenga algo que ver, lo que indicaría una bajura moral de enormes dimensiones.

Castigo es una novela negra que denuncia comportamientos sociales que fomentó la dictadura, y que aún hoy no se han investigado a fondo, ni se han resarcido en la medida de lo posible. Un argumento sostenido por cuatro patas: culpa, castigo, perdón y venganza, que se van alternando y afectando a los distintos protagonistas en distinta proporción y que alimenta el avance de la trama.

Una trama que va incorporando, progresivamente, nuevos ingredientes que, a la vez que va vistiéndola de complejidad dimensional, va desnudando los personajes para enfrentarlos a la toma de decisiones que los unen y los separan como imanes enloquecidos.

Castigo es la segunda entrega, después de Delito, de una serie, que mantiene un hilo conductor en la figura de Santi, el forense con alto coeficiente intelectual incapaz de mantener relaciones sociales y afectivas duraderas; y Berta, la conductora de un espacio televisivo de máxima audiencia. Ambos tienen una relación en común en la que no son pareja sino trío.

Carme Chaparro sabe lo que quiere escribir y lo que el público demanda y va ofreciendo migajas para que nadie se pierda, al tiempo que retuerce la trama para mostrar el máximo de caras posibles que ofrece ese prisma que es la vida.

Y aunque a la novela le sobren páginas, no se preocupen: es el mal que nos aqueja en este siglo XXI, genera y aguanta la tensión y estimula el interés a ritmo de thriller con el ardid pasapáginas. come uñas, que propicia los capítulos cortos, mucho diálogo y muchas interrelaciones entre los distintos personajes.

Un nuevo guion en formato libro, pero no se preocupen: es el mal que nos aqueja en este siglo XXI donde se ve mucho y se lee poco.