lunes, 13 de febrero de 2017

The player serie de TV

The player la serie de juego en donde la apuesta
es la propia vida. 
The player, El jugador, es una serie de televisión de género thriller noir que transcurre en Las Vegas y como no podía ser de otro modo, pasando en esta ciudad que nunca duerme y en donde el tiempo está suspendido (los casinos no tienen ni ventanas ni relojes) la trama va de apuestas.

Pero no las apuestas con máquinas tragaperras, ruleta o Black Jack, que serían recurrentes y aburridas para jugadores de altos vuelos sino de otro tipo de apuestas.

Apuestas donde está en juego algo más que acertar la casilla donde finalizará de dar vueltas la bola de la ruleta o en acertar con la carta al repartir una mano.

Los adinerados del planeta han promovido un aliciente a su monótona y ociosa vida que consiste en apostar sobre hechos delictivos a partir de un estudio de probabilidades.

Jugador de la casa contra jugador forastero. Bueno contra malo sin importar quien gane. Vida contra muerte en la mayoría de los casos.

Pero sin atisbo de moral alguno ya que solo les importa ganar en su apuesta. Hayan apostado por uno u otro. No hay preferencia: el dinero no entiende de simpatías.

En cada capítulo un nuevo juego mortal; una nueva apuesta. Johnson (interpretado por Wesley Snipes, hay que comer cada día) como jefe de sala, Cassandra (Charity Wakefield) es la croupier que cuenta con la ayuda de un inestimable sistema informático de múltiples conexiones y alto rendimiento y Alex (Philip Winchester) es el jugador que representa a la banca.

Alex es reclutado a partir de ser atacado en su domicilio a raíz de un complot de secuestro de la hija de un magnate y a partir de ahí el juego no ha hecho más que empezar y cada episodio una nueva apuesta encima la mesa.

Como subtramas lineales la identidad de Johnson y quienes apuestan desde el anonimato; la desconocida infancia de Cassandra y la evolución de su relación sentimental y por último ¿dónde está la mujer de Alex?

La opinión pública no fue del todo negativa, otras series de menos calado han permanecido en antena durante más tiempo, pero el bajo share y la demoledora crítica no dejaron que esta serie ni tan solo culminara la primera temporada.

Cierto es que empieza mal, todo muy circense con muchos fuegos de artificio y mucho ruido y no es que vaya mejorando capítulo a capítulo pero intención había.

Una pena o quizás no; lo cierto es que algunos apasionantes interrogantes se han quedado sin respuesta. Quizás otra cadena rescate sus restos, como ya ha sucedido antes en este mundillo, los recomponga y la lance de nuevo a las ondas.

jueves, 9 de febrero de 2017

La trilogía de Marsella según Jean-Claude Izzo

Total Khéops, Chourmo y Soleá
son las novelas que conforman la
trilogía marsellesa de Fabio Montale
escrita por Jean-Claude Izzo
La imagen de una Marsella hardboiled se refleja en una demoledora trilogía tan compleja y visceral como solo lo es la amistad y tan intensa como solo lo son los sentimientos desbordados.

Marsella no es esa ciudad que elijan facilmente los turistas porque no hay nada que responda al tópico que pueda ilustrar la llamativa cubierta de un folleto de agencia de viajes. Marsella es pues una ciudad de marselleses ya sean nacidos dentro o venidos de fuera.

Marsella es ante todo un puerto y como tal una puerta de entrada y salida a Francia, empleada sobre todo para lo primero por distintas oleadas de inmigrantes, algunos franceses (de segunda) provenientes de antiguas colonias africanas y otros no. Verdadero crisol de razas y lenguas y donde las rencillas no solo son verbales y la mafia se apodera de los negocios como las palomas las migas de pan.

Tras el nombre de mafia hay una realidad que responde a unos intereses que involucran a mucha gente y que se nutre de soldados fácilmente prescindibles. Esa realidad no se detiene ante palabras,

Como en cualquier otra ciudad el extrarradio es lugar donde se expansiona la construcción más barata y donde se desdibujan sus límites entre ciudad y amalgama de edificios de bajísimo presupuesto y materiales de idéntica calidad. Nada bueno puede salir de esos lugares; y si algo sobresale la vida/muerte suele recordarle de donde proviene y hasta donde le permite llegar. Esa es La Marsella de Jean-Claude Izzo.

En esos ríos revueltos de desesperación es fácil tentarse en buscar el dinero fácil y la mafia puede ser un instrumento para ello.

Fabio Montale es un policía que vive solo acompañado de los recuerdos de sus relaciones, las que ha abandonado y las que lo han abandonado, y de whisky y nostalgias de si hubiera hecho o hubiera dicho y oyendo, escuchando, sintiendo jazz, mucho jazz y evocando poesías y lecturas de juventud y reivindicativas letras oídas en cualquier rap.

Su desorden emotivo va cambiando a medida que avanza la trilogía hasta entender que el pasado sirve para tomarle la medida al tiempo y que vivir el presente es aceptar comprometerse con la vida.

Su enfoque policial basado en la conciliación y no la represión le ha hecho acumular fama de legal entre quienes viven marginados pero le ha restado credibilidad en el cuerpo más partidarios de la mano ligera para golpear, para disparar bien y para esconder unos billetes.

La trilogía recorre las calles de esa Marsella donde no solo es fácil ensuciarse las suelas de los zapatos sino además acabar pringado de arriba abajo. Una serie hardboiled de arriba abajo.

En Total Khéops, caos total como dice la letra de un rap, Fabio debe abordar dos casos muy delicados para su equilibrio emocional; de esos que te gritan que los resuelvas tú y no la justicia, que no se sabe cuan justa puede llegar a ser. El presente le hace revivir el pasado y el recuerdo de los amigos de entonces Manu, Ugo y Lole y los de ahora, Leila, le despiertan emociones que no creía capaz de sentir.

En Chourmo Fabio no puede evitar que el desorden que genera la violencia impune le afecte tan directamente como para que llegue a dudar de su axioma conciliador y piense en métodos más expeditivos para vengar la muerte de un joven inocente en un caso en que la mafia sigue engrandeciéndose sin escrúpulos.

En Soleá todo se desborda; emociones, sentimientos, recuerdos, pasiones y se enzarzan en una violencia que parece no tener fin ni solución. La novela sirve para delimitar los espacios de libertad amenazados en las dos anteriores y para que Fabio pueda poner por fin orden en sus prioridades.

Esta trilogía es una de las mejores elecciones de lectura de novela negra, dura y realista, que puede hacerse hoy en día. Merece leerse completa y seguida para no distanciarse de la atmósfera con la que Jean-Claude Izzo, fallecido en el 2000, consigue impregnar la escritura y en la que es fácil sumergirse desde el primer momento con total intensidad y una entreverada sensación de angustia esperanzadora hasta el mismo punto y final.

Total Khéops, Chourmo y Soleá son una reflexión sobre lo que cuesta la muerte y lo que vale la vida; donde la lucha por defender los principios puede ser la causa de perderlos; donde la amistad es hasta que la muerte nos separe y más allá.

La televisión francesa adaptó las novelas en 2002 en una mini serie de tres episodios con Alain Delon interpretando a Fabio Montale

sábado, 4 de febrero de 2017

La mirada de Chapman de Pere Cervantes

La Mirada de Chapman es
la mirada de quién horas después
iba a asesinar a su ¿ídolo?.
Mark Chapman tuvo la osadía, la grosería, el desprecio, la satisfacción, de mirar a los ojos de John Lennon sabiendo que al cabo de un rato lo iba a matar. Ese instante, esa mirada de quien ha desafiado a Dios el disponer sobre la vida humana, de quien se agencia ser el Armagedón, fue captada por un fotógrafo, mientras Lennon le estaba dedicando un álbum de Double Fantasy a su asesino. Pero horas después Chapman ya no tendría el valor de mirarlo a los ojos y por eso le disparó por la espalda.

La mirada de Chapman es el tic que todos los investigadores desearían poder identificar en sus sospechosos; el detalle que permite diferenciar a un asesino entre quienes no lo son; el que haría posible detener a los criminales ya que las víctimas de asesinato no pueden contar si sus asesinos las miraron fijamente a los ojos mientras las mataban y por tanto no pueden describirla.

En Menorca se prepara todo para la celebración de La Semana Negra de Ciutadella, y en esos actos, ya se sabe, no pueden faltar ni escritores, ni editores, ni periodistas, ni lectores, ni fans, ni libros para firmar.

Es el lugar donde los egos se subliman embebidos en alcohol, de marca, y en donde las envidias y los rencores son difíciles de retener en boca cerrada, ya que esta permanece mucho rato abierta. Ya sea hablando, bostezando, bebiendo, comiendo o tragando.

Y algo que no debería faltar nunca en ese tipo de eventos es un buen asesinato, pero claro no es buen reclamo turístico y no puede planificarse en el programa, por eso cuando se produce, los asistentes no saben si están ante un ardid promocional o es realmente un crimen presentado en sociedad.

Pronto la calma de Menorca, ya turbada por el run-run del evento, es barrida por el viento de crímenes y noticias.

Y para cuando la policía consigue relacionar hechos puede ser tarde para salvar víctimas ante la mirada hierática e impasible de la Naveta des Tudons que con sus 3.000 años a cuestas poco le queda por ver.

La novela es una narración policiaca que va desgranando pistas suficientes pero habilmente camufladas como para que la lectura permita ir recorriendo la investigación como si en ella se participara.

Es la segunda entrega protagonizada por la ex-pareja de puertas afuera pero no de corazón pa dentro que son María Médem, a quien el bosque del delito no le deja ver el árbol de la traición en su jardín, y Roberto Rial, gallito en comisaría y gallo en el corral de las gallinas, aunque lleve camino de quedarse sin plumas y sin cascarón.

Pere Cervantes
Pere Cervantes ha compuesto, nuevamente, una novela policiaca muy interesante para una lectura cómoda y placentera donde el paisajismo, el de la naturaleza y el de la condición humana, tienden a mecerse en la misma hamaca.

De nuevo, como ya pasara con su novela anterior:

No nos dejan ser niños (reseñada aquí)

combina hábilmente los asuntos propios e internos de una comisaría con los familiares y domésticos y a su vez conjuga correctamente el entorno ambiental y geográfico con los crímenes y la investigación policial.

domingo, 29 de enero de 2017

River serie de TV

Hay que ser muy fuerte para reconocer
que se es débil.
River es de esas series solo aptas para los que buscan productos alejados del circuito más comercial. Es una serie que puede inducir a la somnolencia y en el peor de los casos al coma para quienes no estén dispuestos escuchar la voz del silencio.

Así, si se supera esa criba y se traspasa la barrera en la que el medio le da al espectador todo mascado es fácil adentrarse en una historia que aúna varias visiones de la realidad criminal y que engrandece al género al permitir vibrar con cada secuencia y con la magnífica interpretación.

Es una serie con diversas capas, como las cebollas, y con profundidad argumental radiografiando, casi a nivel de docuficción, el trasfondo del drama social que supone ser inmigrantes aspirantes a ciudadanos de pleno derecho.

En esta serie no solo es bueno lo que se ve y lo que se dice sino también lo que se no se muestra y lo que no se oye: eso es lo que nos permite reconocer que estamos ante un muy buen guión (a cargo de Abi Morgan) y las series con un buen guión consiguen además de entretenimiento trascender el maniqueísmo asociado y no se cortan por mostrar la imperfección primando la ética sobre la estética.

El departamento de policía está de duelo, la inspectora Jackie Steve Stevenson (interpretada muy convincentemente por Nicola Walker) ha sido asesinada en plena calle de un disparo a la cabeza casi a bocajarro y no hay nada más urgente que solucionar este caso y encontrar a quien la mató.

John River (un actorazo: Stellan John Skarsgårdes el inspector punta de lanza de la investigación y, a pesar de su peculiar y antisocial carácter, no va a dejarla hasta resolver el caso ya que además le toca de cerca.

John River ve muertos, literalmente, con los que se ha relacionado en vida y habla con ellos en un plano de igual a igual en cualquier momento y lugar lo que le induce a actuar a ojos de los demás como si estuviera loco.

La serie es un drama policial de la BBC (calidad asegurada) que se vale de la investigación de asesinato para presentar la fragilidad emocional de su protagonista (una más que destacable interpretación de Stellan Skarsgard) y su lucha diaria por superar su carácter antisocial no elegido voluntariamente sino provocado por su incapacidad para gestionar sus cargas emocionales lo que le convierte en un ser atormentado que parece cargar sobre sus espaldas con toda la desolación de la humanidad.

Hay que ser muy fuerte para reconocer que se es débil.

Seis episodios que ahondan en la psicología de los personajes, que desnudan sus sentimientos y sus relaciones, que muestran el lado más humano de cada uno de ellos y por ende sus debilidades e insatisfacciones que se extienden y prolongan en el tiempo, desde antes de la serie y en cuanto esta acaba, siendo toda ella un breve paréntesis en sus vidas. Seis episodios para investigar un asesinato localizando al culpable y entendiendo los motivos. Seis episodios para descender un peldaño en la escala de ciudadanía y entender quienes deciden.

Una serie que impele a reflexionar sobre los conceptos de soledad e infelicidad de los que tanto se habla y tan poco se conoce y con un final absolutamente impagable, para ver una y otra vez, lleno de optimismo en un claro homenaje a la vida.




Tina Charles – I love to love (but my baby loves to dance)

domingo, 22 de enero de 2017

Yeruldelgger, muertos en la estepa de Ian Manook

En la estepa los muertos no tienen
quien les llore.
En unas tierras donde las llanuras están surcadas de roderas de coche entrecruzándose por caminos y pistas que hacen difícil cualquier intento de encontrar el camino y donde las excavaciones suelen mostrar huesos de dinosaurio sorprende que en una superficie árida y vacía asome el manillar de un triciclo y más enterrado el cuerpo de su propietaria.

Hay cuerpos muertos en la estepa.

Con este inicio tan potente se despliega un argumento de novela negra que sorprende e interesa por igual y a pesar de que hacia la mitad de la novela, cuando cambia a ritmo de thriller, todo se vuelve previsible como previsible es el final pero aún así sigue manteniendo atrapada la atención.

Yeruldelgger es un comisario de policía de Ulán Bator que no ocupa un cargo de más prestigio porque la trágica muerte de Kushi, su hija pequeña, lo descentró lo suficiente como para estar al borde de un precipicio mental.

Es efectivo y resolutivo pero de carácter difícil y temperamento imprevisible; se le respeta y se le teme a partes iguales. Respeta a los ancestros y las tradiciones tanto como desprecia y detesta la maldad y la mentira.

Sobre su mesa se hallan dos casos simultáneamente, el de la niñita occidental de la estepa con su triciclo y el de tres chinos asesinados en un confuso escenario en la capital que tanto puede apuntar a un ajuste de cuentas, como a un aviso entre bandas o a una suerte de ritual satánico.

Ambas investigaciones, cada cual con su carga emocional, merecen ser resueltas y en eso Yeruldelgger y su equipo son especialmente buenos y añaden la implicación necesaria poniendo incluso sus vidas en peligro para obtener resultados.

En la novela los personajes secundarios son tanto o más activos que el propio Yeruldelgger y en algunos momentos copan el protagonismo principal aportando una gran riqueza de voces, puntos de vista y maneras de hacer distintas, todas interesantes y a la vez complementarias.

Así Solongo, la forense, aporta la ciencia mezclada con la tradición, Oyun la joven policía compañera de Yeruldelgger la valentía de ser mujer en un mundo machista y Gantulga, el adolescente, aporta un notable sentido de la lealtad y la honradez pese a lo que podría parecer.

La novela transcurre por muchos escenarios dispares, el país lo permite y lo reclama y en la trama se suceden tantas escenas distintas que a toda acción le sigue una reacción que desencadena otra y aún otra más.

Ian Manook
Ian Manook (seudónimo de Patrick Manoukian) es otro de los novelistas franceses que están rompiendo los esquemas a los que tenía acostumbrados la novela negra. Con Yeruldelgger apuesta por una historia muy compleja y la ubica en un país prácticamente desconocido para el mundo occidental.

No le anima el exotismo para curiosos o turistas de sillón sino el apunte a un entorno que solemos visualizar cuando nos viene a la memoria, como una vasta extensión de estepa solitaria y que también, no podía excluirse del mundo, tiene sus males y, como toda sociedad, sus remedios.

En Mongolia también hay simpatizantes nazis, hay nacionalistas que lucharon contra la opresión soviética y que ahora luchan contra la presencia china y coreana; hay invasión de capital extranjero con derecho a pernada económica y legislativa; hay cloacas, que no son tales, habitadas por excluidos sociales; hay menosprecio por la mujer hasta un punto tal que desde occidente no se puede ni sospechar; hay prostitución, corrupción y hay violencia, extrema en ocasiones y carente de ningún tipo de piedad en todas.

También hay tradiciones que conviven con antenas parabólicas, costumbres de los nómadas que se adaptan a los asentamientos en ciudad cuando estos deciden instalarse en su periferia, hay monjes de presencia etérea, hay sueños premonitorios y hay preguntas que sin formularse se trasladan por el viento y obtienen respuesta de forma insospechada.

En Mongolia hay todo eso y mucho más y en Yeruldelgger, muertos en la estepa, se cuenta.