miércoles, 21 de febrero de 2024

La última partida de Jorge I. Aguadero Casado

A quienes los dioses eligen para acceder al Olimpo de la fama deportiva no les ha alcanzado ninguna bendición. El camino para ascender es tan largo, tortuoso, difícil y si te descuidas, mortal, que hay que empezarlo a tierna edad.

Eso significa que los años de su vida ya no son suyos; que todo aquello que se supone que se corresponde a cada franja de edad no lo van a vivir. Que se enfrentaran a una madurez sin haber exprimido ni la pubertad ni la juventud. Que, aunque sean ganadores, en el fondo siempre serán perdedores.

Tanta represión, tanta instrucción, tanto castigo pasa factura y así a quienes los dioses bendicen, maldicen haberlo sido.

La última partida es un thriller que se desarrolla sobre un tablero de ajedrez; es un thriller social trascendido por la situación geopolítica de la época en que transcurre. Es suspense y tensión que se acrecienta a medida que se suceden unos asesinatos y se acerca la gran final del campeonato del mundo de ajedrez.

Aunque no se crean que los asesinatos sean el nudo gordiano, sino todo lo contrario daños colaterales a la liberación del monstruo que todos llevamos dentro. En este sentido no se llamen a engaño: no es novela negra, ni policiaca, ni detectivesca.

Vamos a conocer, casi mejor que ellos mismos, a Fiódor Vasíliev, a Elene Isakadze y a Borislav Miroshnychenko. Vamos a acompañarlos desde su nacimiento, vamos a participar de sus inquietudes, a vivir sus miedos, a compartir sus anhelos. Anhelos que no ilusiones ya que los viven como objetivos a cumplir prácticamente desprovistos de emoción.

Los tres, jugadores de ajedrez. Mentes brillantes capaces de recordar jugadas y estrategias; de analizar situaciones y posiciones de sus trebejos y de anticipar jugadas futuras para saber cómo burlarlas o contrarrestarlas.

Los tres con la vista puesta en el horizonte de convertirse en campeones del mundo. Pero este privilegio está reservado solo a una persona. En ajedrez, quien juega es el rey y o gana o pierde y si pierde muere.

El autor, Jorge I. Aguadero Casado, escribe sobre ajedrez sabiendo de lo que escribe y describe a la perfección como se viven las emociones cuando deben guardarse en el interior, ya que, ante todo, antes incluso que uno mismo, está el juego que a medida que avanzan los torneos y las eliminatorias ya se ha convertido en lucha sin cuartel.

lunes, 12 de febrero de 2024

Cena de amigas de Daniel de la Peña

La chiclit, o sea la literatura para chicas y con chicas, como todo en la vida, tiene diferentes calidades y distintos enfoques, pero un denominador común: las protagonistas suelen entender como una gran catástrofe la rotura de una uña, su mayor preocupación está en decidir que zapatos calzar y su ambición está en cazar al hombre ideal.

La importancia de las relaciones amorosas, generalmente desastrosas, y que duren más de un par de citas, como leit motiv de toda una vida.

Cena de amigas es el relato de una cena, de la comida, de las conversaciones, de lo que se dice y lo que se omite; una cena promovida para la celebración de un cumpleaños que ofrece un cadáver como regalo.

La superficialidad en los diálogos beneficia una obra divertida por insustancial y alocada por banal, pero al estar aliñada con secretos y emociones viscerales ofrece una perspectiva de psicología de salón que atrapa por su candidez.

Podrían creer, si han llegado hasta aquí, que lo anterior es una crítica mordaz y despiadada de esta novela y no merece su interés. Nada más lejos de la realidad, no es una apreciación, es una constatación de un relato que es así porque así ha querido ser y que sus personajes son como son y no de otro modo, porqué haberlos haylos.

Valentina celebra su cumpleaños invitando a sus amigas a cenar a un restaurante y ha colado a Jimena Olivares, psicóloga, para que averigüe, mediante un engañoso y habilidoso juego de preguntas y respuestas quien entre todas ha traicionado la confianza de la homenajeada.

El encuentro transcurre entre risas sinceras y fingidas ji-ji ja-ja, que tendrán un fin abrupto cuando una de las asistentes resulta asesinada.

Será entonces cuando el argumento se de la vuelta sobre si mismo y el miedo a ser víctima desate comportamientos primarios y de rienda suelta a los recursos del suspense y la intriga para ir complicando cada vez más lo que queda de velada.

Daniel de la Peña convierte una Cena de amigas en una invitación al asesinato, y ofrece una historia entretenida y bien entretejida que dura de principio a fin, como actualmente se puede ver en tantas series de televisión protagonizadas exclusivamente por mujeres.

Un rato de lectura libre de preocupaciones, bastantes tienen las protagonistas, y sin desgastar neurona alguna.

Si gustan de las relaciones personales y sus complejas muestras de amistad y romanticismo y aman la novela enigma, esa en donde el (los) asesinato (s) son un puro juego de lógica, van a disfrutar sin ninguna duda.

 

lunes, 5 de febrero de 2024

A un lado de la carretera de Paul Pen

Dice la frase publicitaria de este libro que “A veces, el autor del crimen es solo una víctima más” y nunca una frase resumió tan bien una novela i a su vez el género criminal.

A un lado de la carretera reboza la novela criminal en horror y la sirve cruda y fría. Allá cada cual con masticarla y tragarla. O sea, ni más ni menos que lo que ha pretendido desde la primera página.

Ha conseguido que el lector deje de serlo para incorporarlo a una trama claustrofóbica, de calor ardiente, de sentimientos a flor de piel, de deudas pendientes. Un western urbano donde todos son protagonistas y nadie lo es.

Porque el protagonismo se lo lleva el odio y lo interpreta la venganza. Un Óscar a la interpretación.

Paul Pen es un escritor de género criminal que escribe, en esta ocasión, sobre un escritor de género criminal que escribe una novela true crime.

Hotel Restaurante Plácido, que ha visto tiempos mejores, languidece entre el polvo a un lado de la carretera. En una de sus habitaciones, ampliada por anexión de las contiguas, la sangre, que ya ha salido de los cuerpos, pugna por salir por la puerta que ha quedado abierta.

Alguien ha tirado de cuchillo para asesinar con toda la sangre fría que se puede tener cuando la temperatura exterior la hace hervir.

La investigación está centrada en localizar a Perla, una de las dos chicas que vivía allí con sus padres y que ha desaparecido. La otra, Coral, se desangra confundida entre el deseo de vivir y de dejarse llevar por ese reclamo al desvanecimiento del que no se despierta jamás.

La investigación está estancada y el escritor, Lucas Falena, que se ha instalado en una de las habitaciones para que su relato true crime, tenga todo y más de verídico, avanza más rápido que la policía.

Y esto no gusta a según quien, por lo que ni su estancia ni sus preguntas tienen buena acogida y en cambio sí malas consecuencias.

A un lado de la carretera es una novela negra donde el horror se apodera de cualquier otro sentimiento. Donde saber la verdad es más importante que respirar; tanto que si empiezas la lectura realiza varias inspiraciones profundas porque no sabes cuando podrás volver a hacerlo ya que el sufrimiento que transmite va a atenazar tu garganta con intención ominosa.

Si quieren sufrir, léanla. Y luego no digan que no lo advertí.

domingo, 28 de enero de 2024

El viento y la sangre de M. A. West

La historia de la novela negra americana está escrita por muchos más nombres olvidados que recordados. Un ejemplo de ello es el de Martin Aloysius West, un escritor de Cincinnati a quien hoy este blog rinde homenaje reivindicando su reconocimiento a partir de la reseña de la única obra traducida que tendremos oportunidad de leer. Lamentablemente ninguna más caerá en nuestras manos.

El viento y la sangre es una novela negra, del clasicismo americano, con toda su enjundia. No hay duda alguna desde el primer párrafo. La crudeza del género mostrada sin pudor a la par que con elegancia.

Y es que M. A. West escribe con pluma sin mancharse. Puede, perfectamente, relatar hechos que pondrán la piel de gallina a quien se atreva a leer sus páginas, sin inmutarse. Como un personaje de su novela: frío y calculador.

La historia va de un robo, de una huida y de una persecución. Mientras dura la cacería, otros personajes van aportando sus historias para ir complementando la trama demostrando que el sueño americano es solo eso, un sueño.

Los personajes que van apareciendo son los que se esperan encontrar en toda novela negra de la época. Solo que, en esta, además, hay corporeidad en sus acciones, de tan bien descritos como están.

Y en su final se encuentra la esencia de esos argumentos en los que la esperanza es lo último que se pierde.

Hemos de agradecer a sus traductores Thalía Rodríguez y Alexis Ravelo, que hayan rescatado esta obra menor, por su número de páginas, pero excelente por ser trabajo de ebanista literario.

Y, por aquello que el destino es dueño de sus actos, pero a los demás nos toca apechugar con las consecuencias, sepan que no habrá más traducciones de las novelas de West. Solo esta, así que no remoloneen y háganse con un ejemplar antes de que pase a formar parte del grupo de obras descatalogadas.

En estas fechas de aciago recuerdo, leer y reseñar esta novela en la que tanta participación tuvo y empeño puso Alexis Ravelo, su última travesura, es la mejor muestra de agradecimiento hacia su persona y su obra que se me ocurre. No lleva su firma pero lleva su sello.

Parece que aún lo oigo lanzar a todos los vientos, en especial a los alisios que favorecen ese clima templado que lo arropó, su consigna revolucionaria ¡Lean, carajo!

Aquí mi primera reseña, luego habría muchas más, de Alexis Ravelo. Del 2012.

martes, 16 de enero de 2024

Asesinatos en familia de Nina Simon

Las razones que conducen a la escritura de una novela policiaca son inherentes a cada persona y todas válidas. Otra cosa es el resultado. Así Agatha Christie empezó retada por su hermana y el resto es historia; o Sue Grafton que decidió que matar en la ficción le ahorraría problemas y cárcel a raíz de un penoso divorcio y ahí está su alfabeto del crimen.

Por eso el hecho de Nina Simon haya escrito Asesinatos en familia, un domestic noir en el que el caso policial va de la mano de dramas familiares, proyectando en la novela su propia situación de desesperación y amor, es una razón como cualquier otra para iniciarse como escritora de misterio, y quien sabe si el tiempo dirá que de las buenas.

Así, Asesinatos en familia, es el resultado de una catarsis familiar que a su vez es una catarsis familiar. La primera a cargo de la autora y su madre y la segunda de las protagonistas, las mujeres de la familia Rubicon.

Protagonistas femeninas, en la más pura esencia del domestic noir, que representan tres generaciones y tres formas de afrontar la vida. Abuela, madre e hija, o madre, hija y nieta, como prefieran enfocarlo.

Lana, la mayor, residente en Los Ángeles, se muda temporalmente por razones de salud a casa de su hija Beth en Elkhorn Slough, un estuario donde las ciénagas están habitadas por numerosas especies de aves y mamíferos. Jack, la hija de Beth y nieta de Lana, combina sus estudios trabajando a tiempo parcial como guía de kayak para turistas ansiosos de turismo fluvial y ecológico.

En una de las excursiones, Jack, diminutivo de Jacqueline, se encuentra con un cadáver y acaba siendo sospechosa. Esta absurdidad se convertirá en un magnífico motivo para que su abuela recupere la energía e inicie una investigación que no solo exculpe a su nieta, sino que le permita descubrir al verdadero asesino y reafirmarse como alguien que todavía tiene mucho que decir en la vida.

El caso, como el estuario donde trascurre, tiene sus meandros, sus corrientes y sus cambios de nivel de agua sujetos a mareas influenciadas por la Luna. Así la investigación y por ende también la novela es la suma de una maraña de conflictos sentimentales y heridas no curadas que se alían con intereses económicos e ideales de superación personal.

Las redenciones familiares se apoderan de la trama que, vehiculada por las investigaciones policial, oficial, y la detectivesca, amateur, desnuda los sentimientos de las familias al irse despojando de los reproches que llevaron a separarse e incomunicarse hasta este momento.

Un domestic noir que tiene mucho de domestic y menos de noir, y que resulta una lectura tan ligera y fácil, como deslizarse con un kayak por una marisma plácida sin nada de viento.