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viernes, 1 de julio de 2011

La Ciutat de les Ombres

En un post anterior les hablaba de como El Cubri dibuja como nadie las Sombras del cine negro, pero no les conté que Dani Nel·lo es el que mejor les pone voz y música.

Es en 2007 cuando el inquieto músico y artista creativo Dani Nel·lo se atreve a musicar su pasión por la novela negra, por ese mundo que el denomina le noir y que recrea en un espectáculo a medio camino entre teatro y actuación musical, a modo de spoken word punteado con jazz y que titula Negra i Criminal. La Ciutat de les Ombres.

No descubriremos aquí ninguna de las facetas artísticas de este incalificable pelirrojo. Les emplazamos a que visiten su sitio en la red para conocerlo mejor, pinchen aquí y que no dejen de acudir a la wikipedia para completar sus datos biográficos y creativos en esta página.

En este post hablaremos de esta joya para los sentidos que es su espectáculo Negra i Criminal. La Ciutat de les Ombres (Negra y Criminal. La ciudad de las sombras).

Toda una ciudad creada a partir de los textos criminales que Dani Nel·lo ha ido escribiendo a ratos, de pequeños momentos interrobang que ha soñado, de escenas de cine negro que ha filmado en su imaginación, de viñetas de cómic que ha garabateado en el aire con un lápiz invisible... y que con la ayuda de expertos interrobang ha convertido en monólogos vestidos con jazz de los ’50 que son lo más parecido a una mujer fatal, no por su forma, que es incorpórea, sino por la fuerza irresistible con la que atrapa, seduce y arrastra al espectador.

La Ciutat de les Ombres tiene un poco de todas las ciudades, tiene su poco más negro de cada una ellas, aquello que todas se empeñan en esconder pero que acaba siempre aflorando con el mismo aspecto fétido y putrefacto como lo hace un cadáver salido de un río.

La Ciutat de les Ombres la pueblan curiosos personajes, habitantes del lado salvaje que arrastran sus miserias por habitaciones tenuemente iluminadas, por cafés y cabaret, por callejones desportillados y por oscuras callejuelas teñidas de humo y hollín y que utilizan a Dani Nel·lo para que vaya desgranando sus vidas ya sea hablando con la voz o hablando con el sonido vibrante y vivo de su saxo, como si al exponer en público sus pecados estuvieran más cerca de lograr la redención.

Y Dani Nel·lo presta su cuerpo como lo haría un médium y deja que el ectoplasma del personaje se muestre, que ría, que sienta y que llore. Acabamos no viendo al artista sino al personaje que encarna. Y creo que este es el mejor halago que se puede hacer a quien ve la vida desde las candilejas.

Podría continuar este post con matizaciones técnicas y apuntes culturales pero el espectáculo no lo necesita. Dani Nel·lo y el resto de músicos que lo acompañan: Jordi Prats (saxo alto), Xavi Maureta (bateria), Miquel Àngel Cordero (contrabajo) y Francisco Suárez (piano) se lo explicarán mucho mejor que yo.

Y es que existe un registro audiovisual completo de este espectáculo y el Blog Interrobang se ha preocupado de que esté disponible (estaba fuera de circulación) y ahora les puede proporcionar el enlace para que cada cual pueda disfrutarlo cuando les apetezca. Y si no entienden el catalán, no se preocupen y síganlo a través del lenguaje de la interpretación y de la música que verán que no precisa doblaje. Género Negro en estado puro.


Necesitan exactamente una hora de reloj. Una vez el video en pantalla, maximízenlo. Saltense la publicidad (arriba a la derecha). Suban el volumen. Hay una corta entrada de Dani Nel·lo explicando el porque de La ciutat de les ombres. Tengan cerca el tabaco si fuman y pongan su bebida preferida al lado. Consigan un ambiente relajado, poca luz, recuerden que ya no están en su casa: están en un teatro.

Y no olviden escribir sus comentarios, piensen que son sus aplausos. Esta vez si.

Silencio, esto está a punto de empezar:


miércoles, 8 de junio de 2011

Sombras

Cuando El Cubri se inicia en el cómic no se recrea solo en un fin lúdico. El cómic es para ellos su pancarta de reivindicación social, su grito crítico en las manifestaciones, su bandera en la defensa de principios, su compromiso con los ideales. Su cómic es de contenido altamente político. Para adultos inteligentes.

Sus historias no son para álbumes convencionales ni exclusivamente vistas en publicaciones de género. Sus historias se encuentran en revistas aperturistas del momento y en otros sitios dispares pero valientes como para incluirlos en sus páginas: Fotogramas, Bang!, Triunfo, Cuadernos para el Diálogo, Cambio16, La Codorniz, Por Favor, La Calle, Madriz...

De ahí que cuando aparecen las primeras Sombras, còmic de pura serie negra americana, algunos lo vieran como una traición a su postulado político, una concesión consumista, y otros como una creación mayúscula en la innovación artística del medio y de su obra. De repente la historieta española se hacía adulta.

Saturio Alonso (Soria, 1953), dibujante y Felipe Hernández Cava (Madrid, 1953), guionista, se conocen y en 1973 se rebautizan como El Cubri en homenaje a su director de cine preferido Stanley Kubrick. A partir de aquí lo que ya se ha dicho y más, ilustración, carteles, diseño, hay que sobrevivir y al tandem se une otra rueda para dibujar, la de Pedro Arjona (Madrid, 1949), para volver finalmente al tandem a finales de los '70 cuando Saturio se aleja siguiendo sus propias inquietudes que le acercan a la escultura.

Cuando en 1979 El Cubri empieza a trabajar en Sombras, se ha dicho por ahí que el cambio de registro lo provoca el desencanto electoral de 1977, donde las izquierdas no obtienen victoria, sea como fuere, y de casta le viene al galgo, sus Sombras también ofrecen esta doble lectura de frustración, de tristeza y de desencanto político y social del momento, que por ir pareja a su temática hermana de cine negro y de jazz puede pasar desapercibida.

La emisora de radio Ondas 2, emite su programa musical Flor de Pasión centrado en los ’50 y junto con vinilos gastados de tanto uso, dentro de esa burbuja de jazz, blues y swing, que crean John Coltrane, Miles  Davis, Charlie Parker, Sonny Rollins, Erroll Gardner..., trabaja febrilmente El Cubri en historias cargadas de nostalgia, llenas de relaciones humanas de perdedores, donde los silencios dicen más que las palabras, donde las traiciones están ahí para ejercerlas, donde todos los protagonistas son alguien aunque no sean nada ni nadie.

Pero también hay principios, hay dignidad, hay honor, soterrados eso si, pero como luz de esperanza al final del túnel. De nuevo la doble lectura.

Sombras son doce historias, doce balas de un cargador, de muy buen cine negro. En esas únicas 4 páginas que componen cada una de ellas, hay todo el trabajo inherente a un film de 96 minutos en blanco y negro. Hay guionista, realizador, director, actor y actriz principal, secundarios, vestuario, maquillaje, focos, sobre todo focos y luces, y montaje para mostrar un instante en la vida de sus protagonistas.

El guión y el dibujo van parejos en sobriedad, y el trazo expresionista, sin concesiones a la galería, refuerza la percepción de los sentimientos de los protagonistas y de los momentos dramáticos.

La contención mostrada en esa manera de dibujar tan esquemática refuerza la sensación de que las emociones están reprimidas y pueden estallar en cualquier momento. La tensión se palpa de una forma como nunca un dibujo de tan pequeño encuadre pudo transmitir. Y en todas las historias se oye la música que siempre está presente envolviendo la trama.

Pero las historias no están hechas desde la crítica ni el enfrentamiento, sino desde el cariño y el reconocimiento a los grandes músicos, novelistas y gente del cine que hicieron posible que hoy tengamos esas joyas que forman la tiara conocida como serie negra americana.

Sus títulos son de por si un sentido homenaje:
A contraluz (mi segunda preferida), Sigue así, “My ideal” de Sonny Rollins (mi preferida), Vale la pena vivir, El último deseo, Estaré esperando, In a sentimental mood, Martin Que, Trío mortal, Tiempo muerto, Motel discreto y Lluvia.

Como ven, están absolutamente locos por el cine.

Sombras hoy se puede encontrar en un único volumen de Edicions de Ponent y es facilmente obtenible. Oigánlo, leyendo jazz, es la indiscutible mejor forma de disfrutarlo. Y apaguen su móvil, como en el cine.

El Cubri tiene su propio blog dedicado a Sombras, donde podrán deleitarse con la adaptación en un corto de una de las sombras:
http://elcubri-sombras.blogspot.com/

Y su blog genérico es: http://elcubri.blogspot.com/

Aquí les dejo esta pequeña obra de arte que es "My ideal - Sonny Rollins" en un versionado de Andreu Martín. Espero que lo disfruten y lo comenten. Gracias.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Riff blues

Hoy no he desayunado en Tiffany, me quedaba lejos la Quinta Avenida. He desayunado en casa pero con la música de los episodios de TV de la serie Mike Hammer he deambulado por Nueva York.

He salido de Brooklyn con el swing alando mis pies y en un giro en el aire he encestado una lata de cerveza en una oxidada papelera ante los atónitos ojos de jugadores de básquet callejero exasperados por mi negativa a jugar en su equipo.

En la siguiente travesía la batería ha alertado mi sexto sentido lo justo para desviarme y evitar lo que hubiera desencadenado en riña y ya con el viento de la big band a mis espaldas me he puesto a cruzar el puente.

El clarinete ha ido engrandeciendo Manhattan y una vez en el East Side he seguido hasta perderme en un Chinatown engalanado de fiesta.

Mike Hammer puede resultar demasiado excesivo. No digan hard boiled digan Hammer; no digan McCarthy digan Hammer; no digan Hammer, tradúzcanlo, digan Martillo.

Mike se reconoce en cada nota de las melodías. La música lo dibuja con trazos gruesos y bruscos, su sombrero, su gabardina, su perfil con cigarrillo, su gesto duro. En las canciones se pasea por calles solitarias, golpea hígados y barbillas, corre por muelles oscuros y baila a la luz tenue del music hall.

En los solos de trompeta se escuchan los gritos y los lamentos de las víctimas; en los solos de trombón y saxo los gemidos y suspiros de sus momentos cargados de erotismo, y cuando suenan todos al completo, las persecuciones y las peleas, las risas, las frustaciones y los desengaños.

No se sienten  a escucharla; es música para moverse. No es música para oir, si para sentir. Es blues i es jazz. Es visceral. Como Mike. Sobre todo cuando la morena o rubia de turno va más allá de las palabras en su intento de seducción y él sonríe burlón y dice aquello de... tomaré nota.