La gata calicó es de pelaje blanco con manchas negras y marrón anaranjado. |
Los misterios de la
gata Holmes es el título de la
primera novela de una larga serie, 35 publicadas y lamentablemente aún no
traducidas, protagonizada por Yoshitaro Katayama, un joven detective, cercano a
los 30, de la policía metropolitana de Tokio y una gata calicó llamada Holmes.
Holmes pertenece al
rector Morisaki de la Universidad Femenina Hagoromo y es gata por condición y
calicó por ser blanca y tener en el pelaje manchas negras y marrón anaranjado;
una rareza que solo se da en hembras ya que precisa de doble cromosoma X.
Presenta además una indiscutible capacidad investigadora y una peculiar forma
de comunicar los resultados de sus pesquisas.
Y a pesar de que la
novela lleve su nombre, y toda la serie, solo aparece en contadas ocasiones y
siempre las justas donde su aporte sea valioso por lo que no acapara el
protagonismo; honor que cede a Yoshitaro Katayama.
Por su parte Yoshitaro
Katayama debe su profesión más a ser el hijo de un famoso detective ya
fallecido y estar ahora bajo el amparo del comisario MItamura, compañero y gran
amigo de su padre, que no por sus aptitudes que parecen inexistentes.
Princesita es el apodo por el que Katayama es conocido por
sus compañeros al considerarlo un pusilánime ante el horror manifiesto a la
visión de la sangre y a su bloqueo a tratar con chicas. Por si fuera poco vive
al cuidado de su hermana de veintiún años y lo pasa fatal cada vez que su tía
le organiza un omiai, encuentro con jóvenes casaderas.
Sin embargo Katayama va a
tener que ir superando sus fobias y tendrá oportunidad de desplegar sus dotes
detectivescas, gracias a la inestimable ayuda de la gata Holmes, en la
investigación que está llevando a cabo en la Universidad Femenina Hagoromo a
raíz de que se haya descubierto asesinada a una de sus alumnas.
El caso podría estar
relacionado con una posible red de prostitución de alumnas de ahí que la
investigación precise dedicar además una especial atención a las habitaciones
de la residencia de las jóvenes estudiantes: Katayama no sabe comportarse con
chicas y ahora va a estar rodeado de ellas.
Otros sucesos con otros
intereses y motivos vienen a abrir nuevas líneas de investigación y Katayama
debe gestionar diversos frentes a la vez entre los que se cuenta atender un
nuevo omiai con intención de boda.
De toda la producción de
novela negra y policíaca japonesa reseñada en este blog, esta novela es
claramente la que tiene un tratamiento más occidental siendo sin embargo y en
esencia absolutamente oriental.
Jirō Akagawa, el autor |
Jirō Akagawa, un prolífico autor japonés, ofrece una novela pura desde el punto de
vista policial y recurre al clásico crimen en habitación cerrada que resuelve
de forma muy original y acertada.
El suspense está muy bien
dosificado y el humor magníficamente representado y tan bien repartido que se
sincronizan las situaciones de tensión y relajación; el autor demuestra gran
habilidad al compaginar las macabras escenas (cuerpos despedazados) con las más
hilarantes (las trabas imprevistas que dificultan consumar una relación
sexual). El resultado es tan insólito como adictivo.
Describe las situaciones,
comportamientos sociales y sobre todo las expresiones faciales de forma tan
gráfica que parece que las dibuje y es facilísimo imaginarlas en viñeta de
manga o en secuencia, esas postales inmóviles, de anime y resulta imposible no
sucumbir a la risa.
Lean sino este párrafo y no me digan que
no están visualizándolo como anime:
“Al imaginarse a Yukiko en ropa interior,
Katayama notó cómo su cara iba palideciendo. Si iba a darse un baño, era
imposible que lo hiciera con la ropa interior puesta. Cuando pensó en eso, se
le pusieron los ojos como platos, se le subió la sangre a la cabeza y su cuerpo
se calentó como una llama.”
El conjunto consigue
mantener el interés gracias a un ritmo trepidante donde no paran de encadenarse
sucesos de distinta índole y en donde los giros argumentales sorprenden, aquí
si, hasta la misma página final.
No extraña nada saber que
Holmes es idolatrada en Japón y que la serie televisiva y los films presentan
audiencias millonarias. Una serie que empezara en 1978 y que aún sigue dando
guerra. Esperemos que Quaterni siga con su apuesta personal y vaya editando los
restantes títulos.
Eso sí, recomendarles que si bien el
trabajo de la cubierta es interesante y atractivo y la luz y los colores están
bien conjuntados no costaba tanto, puestos a darle protagonismo a la gata
Holmes, adecuarla a su descripción: “… la pata delantera derecha
de color negro y la pata delantera izquierda de color blanco”