lunes, 4 de junio de 2018

Perros y lobos de Hervé Le Corre

El hombre es un lobo para el hombre.
Decía Plauto en su obra Asinaria que “El hombre es un lobo para el hombre”. 1500 años después Thomas Hobbes popularizaría la frase en El Leviatán y ahora, con 350 años más, Hervé Le Corre le da pleno significado.

El ser humano es el único animal que mata por egoísmo, avaricia, aburrimiento, desidia, envidia, diversión, celos y otros motivos completamente ajenos al que empuja a los otros animales depredadores a hacerlo y no es otro que mera supervivencia.

Franck acaba de salir de la cárcel donde ha pasado los últimos cinco años por un atraco cometido con su hermano Fabien.

Solo lo trincaron a él pero ha sido leal y mantenido el silencio cómplice y ahora espera rehacer su vida con su parte del botín.

Pero Fabien está en España ultimando un trapicheo de droga y Franck debe alojarse con la familia de la novia de su hermano, cinco miembros a cual más raro, mientras consume la espera, esperando que esta no lo consuma a él.

El lugar, aislado y rural, está tan contaminado como las personas que lo habitan y es que el medio no resuelve los problemas de los marginados sociales, si acaso lo disimula, pero mal. Perros cuando están en un hogar, lobos cuando se alejan de él. Perros y lobos.

Es verano y hace mucho calor y el calor es el principal activador de pasiones. Y hay mucha pasión llegando al punto de ebullición. Y cuando algo hierve sin control rebosa los bordes y afecta todo lo que está a su alrededor.

Hevé Le Corre plantea una novela negra lejos de los tópicos maniqueistas de buenos y malos, del bien y del mal; expone al sol, un sol tórrido cuyo calor acompaña toda la novela, a unos seres humanos tan asilvestrados que solo piensan en sí mismos y poco nada les importan los demás, aunque sean de su propia sangre. No hay buenos y malos, si acaso malos y menos malos, o malos y peores, según se mire.

Todos como lobos solitarios, excluidos de la manada, de la sociedad, y que buscan cubrir sus necesidades a cualquier precio anteponiéndolas a las de los demás.

Hervé Le Corre
El autor evoluciona la trama lentamente y va desnudando, al mismo ritmo, en un macabro y siniestro striptease, las pasiones y los sentimientos y las intenciones de los protagonistas hasta que lo que se muestra ya es solo la verdad.

Y la verdad muestra el grado de deshumanización de las personas. El horror que se muestra ante los ojos contrasta con una mirada aún expectante, aún ingenua y aún cargada de esperanza de una niña, a pesar de la coraza en la que está imbuida para protegerse y que la hace distante de todo y todos.

Una mirada que es un final y también un principio.

Desgarradora novela, tensa, abrasadora en esa línea que David Woodrell acuñó hace tiempo ya como country noir, y cuya principal particularidad es extraer la maldad y la negrura que todo ser tiene en su lado salvaje.

Lectura obligatoria. Sin excusas.

domingo, 27 de mayo de 2018

Novela negra y magia: Sé lo que estás pensando de John Verdon



“-El otro día tuve un sueño sobre mi padre –empezó Gurney.

Vaciló involuntariamente. Su propia voz le sonaba diferente. Oyó en ella un eco de la profunda tristeza que el sueño le había generado. Holdenfield lo miró con curiosidad, pero no de manera desagradable. Se obligó a continuar.

-Después de despertarme, me descubrí pensando en un truco de cartas que mi padre solía hacer cuando venía gente en casa por Año Nuevo y se había tomado unas copas, lo que siempre le daba energías. Abría un mazo e iba por la sala pidiendo a tres o cuatro personas que eligieran una carta. Luego se concentraba en una de esas personas y le decía que mirara bien la carta que había elegido y que volviera a dejarla en el mazo. Entonces le daba el mazo a esa persona y le pedía que barajara. Después empezaba con toda su charla de que leía la mente, que podía durar otros diez minutos, y al final terminaba revelando teatralmente cuál era la carta...”


Reseña de la novela Sé lo que estás pensando de John Verdon

Acceda aquí para ver todas las entradas de este blog donde se relacionan argumentos de novela negra y magia.




miércoles, 23 de mayo de 2018

Negras tormentas de Teresa Solana

Esta novela es el ectoplasma que se
aprovecha de la Ley de Memoria Histórica
para dar voz a las víctimas olvidadas.

Aunque pueda parecer que la tormenta aparece de repente, lo cierto es que se ha ido gestando durante un tiempo y se ha ido armando de los elementos adecuados antes de manifestarse. Y cuando es atmosférica lo hace en todo su esplendor y con toda su aterradora magnificencia.

Pero cuando no son atmosféricas, como las que anuncia el principio del himno anarquista A las barricadas, o sea La varsoviana, son antesala de ideales y alegría y también de rencores, venganzas, devastación y muerte.

Y eso hay en Negras tormentas. Y es que la novela es el ectoplasma que se aprovecha de la Ley de Memoria Histórica para dar voz a víctimas insatisfechas y olvidadas por los que les propiciaron la muerte, pero eternamente reivindicadas y recordadas por quienes las quisieron y por los que quieren terminar de escribir un libro que nunca debió ver la primera letra.

Nunca hay que olvidar que la historia la escriben los vencedores pero mientras haya vencidos vivos siempre existirán datos contrastables. Y no, nadie se llame a engaño, la guerra civil española no fue una cruzada de liberación nacional fue un golpe de estado cuya brutalidad y revanchismo aún hoy no se ha acabado.

Norma Forester subinspectora de los Mossos d’Esquadra y nieta de un brigadista inglés fusilado por el bando vencedor al acabar la Guerra Civil española es la encargada de investigar el asesinato de un catedrático de historia, Francesc Parellada, descubierto en su despacho de la universidad durante, dato muy significativo, la víspera de Todos los Santos y que muestra una alarmante ausencia de pistas.

Poco sospecha Norma de las conexiones con aquel pasado bélico mientras escarba en una investigación policial bien llevada y mejor narrada.

La labor policial está muy bien condimentada con toques de humor costumbrista, cuando no surrealista, originados por los miembros de su más que peculiar familia y que mejor que enumerarlos prefiero que los vayan descubriendo a medida que se desvelan: por sus obras los conoceréis.

Teresa Solana
Teresa Solana expone un caso criminal contextualizado en un modelo de sociedad que aún ha encontrado su identidad ya que carga con la heredada y lucha por evolucionarla. Y en la exposición y desarrollo de la trama otorga el protagonismo y el peso a los personajes, muy propios y muy dignos y muy atípicos. Y también a la familia, esa clase media alta culta, que ha sido cuna de idealistas y es locomotora de cambios sociales.

Y lo hace de una forma nada convencional, golpeando la tradición del género. Una escritora que dibuja personajes y que levanta tramas en el aire y flotan.

No dejen de leerla.

viernes, 18 de mayo de 2018

Ciudad de brumas de Brad Rader y Andersen Gabrych

En Ciudad de brumas un asesino
las calles de prostitutas como los
barrenderos de inmundicias.

La bruma tiende a difuminar los contornos y a indefinir las formas. La bruma confunde los sentidos y altera el estado de ánimo. La bruma humedece el tiempo, reblandece los cuerpos y enferma las mentes.

Ciudad de brumas es el escenario por donde deambulan los seres que no pueden suscribirse a sus efectos. A los efectos de la bruma.

En ese caldo de cultivo Frank Grissel, un detective privado en horas bajas y hecho con una ética que tiene voz y comportamiento de ex-policia, debe buscar una chica desaparecida.

Estamos en San Francisco, julio de1953 y para buscar esa chica Frank deberá conocer los lugares donde se satisfacen deseos carnales poco habituales lo que convierte su encargo en algo parecido a buscar una aguja en un lupanar que no en un pajar.

Mientras tanto un asesino despeja las calles de prostitutas como los barrenderos de inmundicias.

El relato suscita interés y desprecio. Siempre la doble moral ya que mientras tanto los importantes de la ciudad lo celebran por delante y por detrás. Y esa frialdad egoísta causa escalofríos.

El argumento no es tan previsible como parecería a simple vista y tiene sus sorpresas aunque no se soporte en giros vistosos para mostrarlas lo que le da consistencia de novela lineal bien contada y mejor narrada que emplea el dibujo para vehicular con más fuerza su mensaje.

Andersen Gabrych rebusca en los personajes que sustentan los tópicos del noir de serie B y los amarra a un guión que recorre los escenarios y los estímulos humanos como el agua de un río medrando entre rompientes inesperados: quejándose, soltando espuma, saltando obstáculos y siempre avanzando, tenazmente. Casi sin giros ni requiebros, cuesta abajo.

Brad Rader dibuja con trazo firme y pocas concesiones a la técnica, con lo que consigue rasgos faciales duros y ambientes sórdidos, elementos que permiten describir emociones descarnadas y ladinos comportamientos de quienes hacen de su libido y su interés los colores de su bandera.

Un cómic interesante y un conjunto de calidad contrastable. Uno más para seguir conformando la biblioteca de Cómics Noir.



domingo, 13 de mayo de 2018

La Mirora mata els dimarts de Josep Torrent


Reseña bilingüe. La versión en castellano al final

Una asesina que gestiona tant bé
l'agenda com els assessinats.
En La Mirora mata els dimarts el títol ja ho diu tot, tot tret de que passarà al final. I aquí rau un dels mèrits de l’autor que malgrat descubrir-nos a l’avançada qui es l’assassina manté al públic lector enganxat de mala manera per conèixer els seus motius i per saber el desenllaç d’aquesta historia quina tragicitat es veu a venir.

Es aquesta una novel·la negra d’una assessina freda i molt calculadora; no es una assessina en serie de les que maten a dojo sino algú que fa el que fa perque el seu mal no te un altre remei que emportar-se algún pel davant.

La Mirora es una empresaria encara jove, atractiva i inteligent. Te perfumeries a Andorra i totes li ponen. Pero ai, que la vida no tot es triunfar ni tenir calés i que la Mirona, com qui més o qui menys, te sentiments i està dolguda i només trova consol recordant amb nostalgia quan era petita i vivía amb el seu pare, en Siset, i les vaques a la Solana.

Per això te rabia i l’ha de projectar cap afora però amb cura i tot sota el més absolut secret; no fos que per una xerrada més del compte s’anés en orris tota la meticulosa planificació i acabés enxampada com una guineu en una trampa per l’espabilat inspector Damià Surrell.

Josep Torrent es mou amb brillantor en una novel·la plena de suspens que cambia constantment de segment temporal, present i passat, i de localització cercant indrets d’Andorra, Catalunya i Menorca en una historia intrinsicament rural on les emocions se senten amb més intensitat.

Ha dibuixat uns personatges, la Mirora i en Damià, tan propers que sembla que t’has de creuar amb ells pel carrer en qualsevol moment. Es un plaer llegir una novel·la tan curosa amb la literatura, clar que d’un autor tan perfeccionista no es podía esperar altra cosa.

Del mateix autor, igual de recomanable i també ressenyada en aquest blog:



Versión en castellano

En La Mirora mata els dimarts (La Mirora mata los martes) el titulo ya lo dice todo, todo excepto de que pasará al final. Y he ahí uno de los méritos del autor que a pesar de descubrirnos de entrada quien es la asesina mantiene la atención del público lector, que ansía conocer los motivos y el desenlace de esta historia cuya tragicidad se anticipa.

Es esta una novela negra de una asesina fría i muy calculadora; no es una asesina en serie de las que matan a destajo sino alguien que mata porque su mal no tiene otro remedio que liberar este mundo de según qué personajes.

La Mirora es una empresaria todavía joven, atractiva e inteligente. Tiene perfumerías en Andorra y obtiene pingües beneficios. Pero ay! que en la vida no todo es triunfar o tener dinero y como que la Mirona, como cualquier hija de vecino, tiene sentimientos y está dolida, solo encuentra consuelo recordando con nostalgia su infancia junto a su padre, Siset, y las vacas de la Solana.

Por eso siente rabia y debe proyectarla hacia fuera, pero con cuidado y bajo el más absoluto secreto; no fuera que unas palabras dichas más de la cuenta condenaran al fracaso su meticulosa planificación y terminara atrapada como un conejo en una trampa parada por el astuto inspector Damià Surrelll.

Josep Torrent
Josep Torrent se siente muy a gusto escribiendo novelas llenas de suspense y alternando segmentos temporales, presente y pasado, y localizaciones, moviendo la trama por  Andorra, Catalunya y Menorca, en una historia intrínsecamente rural donde las emociones parecen sentirse con mayor intensidad.

Ha dibujado unos personajes, la Mirora y Damià, tan cercanos que si se cruzaran con ellos por la calle o en un restaurante los reconocerían al instante. Es un placer leer una novela tan bien estructurada y tan preocupada por la forma literaria, claro que sabiendo que el autor es un perfeccionista no se podía esperar otra cosa.

Del mismo autor e igual de recomendable y también reseñada en este blog:



miércoles, 9 de mayo de 2018

The killing, serie TV

The Killing: un drama criminal

He aquí una serie que pierde los papeles a poco de empezar y no los encuentra en ningún momento, aunque tampoco parece que haya nadie desesperado buscándolos.

Sus tramas son tramposas y manipulan descaradamente al espectador, el desarrollo argumental pierde foco y se dispersa en secuencias que nada aportan y mucho aburren.

Su personaje principal, la detective Sarah Linden (interpretada por Mireille Enos) se presenta como un ser incapaz de mantener relaciones cordiales con nadie y ganar el primer premio, si se otorgara, a la peor madre del mundo, la peor pareja sentimental y profesional (su compañero Stephen Holder (Joel Kinnaman) puede dar fe de lo borde que es) y casi el premio a la peor policía, habida cuenta que o tiene iluminaciones resolutivas o va a remolque.

Y si este es el personaje que se buscaba crear, nada que decir. Lo han clavado y el dramatismo y angustia existencial están garantizados. Solo que resulta forzado y con ello poco creíble.

Y aún hay más: el procedimiento policial es nefasto y casi nada reglamentario ya que se saltan los derechos Miranda a cada ocasión, se acreditan como si vinieran de un país vecino, molestan e interrogan sin autoridad y la investigación avanza a golpe de casualidad. Se acusa a cualquiera que remotamente pudiera tener relación en una suerte de prueba error a ver si acierto, diálogos ausentes y cuando está presentes poco aclaran y mucho confunden y silencios, demasiados que propician que cada cual los interprete a su manera y se causen destrozos casi irreparables en personas inocentes tomándose otros la justicia por su mano.

The killing, inicialmente una temporada, renovada con dificultad por una segunda (algo intuyó la productora) y después de enterrarla resucitada para una tercera (las productoras son las únicas que tropiezan con la misma piedra) y nuevamente como Lázaro rescatada de entre los muertos para una cuarta (‽) y, esta vez parece que va la vencida, última y refinitiva.

La serie es la versión americana del original danés Forbrydelsen (traducido como Crimen) y al no conocerla desde aquí es imposible establecer comparación.

La pareja de detectives protagonista
Stephen Holder y Sarah Linden
The killing no es una serie policial al uso, es más bien un drama con crimen y esto es probablemente el motivo de su seguimiento y agrado. El peso que tienen las personas y sus relaciones es superior al de la investigación criminal y tomada así resulta interesante ya que los personajes tienen todos su qué y es puramente casual que todos carguen con su cruz y tengan cosas que ocultar.

Ni los propios detectives se escapan de su mayor protagonismo como personas que como policías. Eso la hace distinta y es el aporte, el único, valioso y diferencial con otras series; la lástima es que no saben resolverlo.

Las dos primeras temporadas giran alrededor del asesinato de una joven en Seattle, donde transcurre la serie, coexistiendo con varias subtramas; un Seattle cotidianamente lluvioso, gris y deprimente. En la tercera un asesino en serie es el objeto/sujeto de investigación y es autoconclusiva, ¡pero de qué manera!, probablemente nadie imaginaba una cuarta y cerraron de un portazo sin tener en cuenta que caerían los cuadros colgados de la pared.

He soportado las tres primeras para darle cuerpo a esta entrada. Ya no he podido con la cuarta.

Que a ustedes les vaya mejor.

viernes, 4 de mayo de 2018

Un hombre cae de Jordi Basté y Marc Artigau

Novela negra
barcelonesa y contemporánea

Albert Martínez debe ser el investigador más afortunado que existe ya que una noche, cenando con un viejo amigo en la zona del Port Olímpic de Barcelona, es testigo involuntario de un hecho el que nadie repararía a no ser que tuviera un entrenamiento como el que se le supone a un detective privado: dos hombres hablando o discutiendo se acercan al espigón de la Mar Bella y al cabo de un rato solo uno regresa.

Así Albert Martínez va a inmiscuirse en un caso de desaparición de un miembro de una familia bien de la capital catalana. Y en su investigación recorrerá calles y locales y ahí es donde la novela policíaca va perdiendo tensión pasando a un plano secundario donde cede el protagonismo a un costumbrismo mal entendido y ligeramente presuntuoso, que cree que todo consiste en rellenar páginas de referencias y menciones a lugares, restaurantes y productos.

Y aquí es también cuando la novela, con esas endebles paredes, cae y errática e irregular avanza de forma previsible hacia un final acorde.

Es difícil empatizar con el protagonista, el detective Albert Martínez, que mantiene cierta distancia con el lector. Sus pensamientos se convierten en monólogos que no dejan entrar a nadie. Se nota que esa voz es la de Jordi Basté y que en la radio no puede haber silencios. Se nota también, por que escribe como habla, por que emplea literalmente las mismas expresiones y construcciones gramaticales que ante el micrófono, lo que resta toda capacidad literaria aunque pueda favorecer la comunicativa.

Jordi Basté y Marc Artigau
En una novela negra el autor debería dejar hablar a los personajes, no emplearlos como muñecos de ventriloquía. Los personajes sin voz y vida propias no consiguen traspasar el papel impreso y seguro que tanto Jordi Basté como Marc Artigau lo logran en otras entregas.

Un hombre cae pertenece a esa corriente de novela negra barcelonesa y contemporánea que quiere evocar los clásicos del genero desde un toque de modernidad.

martes, 1 de mayo de 2018

A la tercera va la vencida de Nunzio DeFilippis, Christina Weir y Brian Hurtt

Strike 3. Fuera.

En California existe la ley de los tres delitos que supone que al cometer un tercer delito por acumulación, por muy menores que sean, conlleva una condena de delito grave; lo que se traduce por una condena que puede ir de 20 años a ¡cadena perpetua!

Por tres hurtos de libros, por poner un ejemplo, se puede cumplir una condena igual a la de un asesinato múltiple efectuado con saña.

Y quien lleve dos delitos en su cuenta particular, mejor haría en no cometer un tercero. A la tercera va la vencida.

Ciertamente no parece muy lógica ni muy justa establecer esa regla de proporcionalidad pero ya se sabe que la justicia no tiene porqué ser justa mientras aplique correctamente la letra de las leyes. Y los jueces, amparados en ellas y en la potestad de interpretación suprema vislumbran a la sociedad desde un pedestal casi intocable ¿Ejemplos? tan cerca y tan reciente que estremece.

¿El libre albedrío es de verdad libre o solo es albedrío?  ¿Y si todo estuviera escrito y la elección no fuera más que un auto-engaño por no querer someterse a una entidad desconocida que rige el destino?

Rey Quintana es un buen hijo que quiere ser mejor novio y por eso el sentimiento amoroso le nubla la razón y buscando un regalo para su chica el impulso le lleva a cometer un hurto. La rueda del destino se ha puesto en marcha y pronto adquiere una velocidad de giro difícil de parar. Las decisiones siempre tienen consecuencias.

Noah Conway es un ex-policía ahora cazarrecompensas que trabaja para una oficina de fianzas y que no se entiende con su hija. A él le toca custodiar a Rey y cuando todo se tuerce deberá afrontar el enfrentamiento de sus sentimientos con su sentido de la moral y su deber al orden establecido.

A la tercera va la vencida: página interior
El guión de Nunzio DeFilippis y Christina Weir es una clara denuncia de que las leyes deben adaptarse a los tiempos. De que la evolución social debe suponer una evolución del concepto de delito y de la pena a imponer, pero lo hace de forma en exceso discreta sin llegar a comprometerse y sin aportar originalidad a una obra que va confirmando la previsibilidad a medida que avanza.

El dibujo de Brian Hurtt es austero y correcto como demanda el guion pero sin arriesgar, se nota que es una obra primeriza de un autor que ha sabido evolucionar y del que agradecemos su magnífica labor en El maldito, tres días muerto, reseñado anteriormente en este blog.

Ed Brubaker escribe un prólogo entusiasta; tal vez demasiado ya que genera una expectación que no se acaba de corresponder. Aún y así resulta un cómic mucho mejor que otros con más renombre.


viernes, 27 de abril de 2018

Muerte en Amsterdam de A. C. Baantjer

Canales, Barrio Rojo y asesinatos.

Dos novelas breves: El estrangulador de los domingos y De Cock y el cadáver de nochebuena, ambas protagonizadas por el Inspector del Departamento de Homicidios de la Policía Municipal de Ámsterdam, conforman el volumen Muerte en Amsterdam.

De Cock, acabado con ck como él mismo no se cansa de aclarar, es un veterano policía al que todos admiran y respetan por su exitosa trayectoria; pero él, después de veinte años lidiando con repulsivos crímenes, todos lo son, solo aspira a una jubilación que le permita pasear con su perro y estar más tiempo con su esposa.

Por eso que le fastidien sus vacaciones con un telegrama reclamando su presencia cuando aún no había disfrutado ni la mitad de ellas, más que merecidas, no le sienta nada bien.

En el primer caso, El estrangulador de los domingos, los crímenes afectan a prostitutas del barrio rojo de la capital y es una zona donde generalmente nadie ve nada y nadie oye nada por lo que De Cock tiene que tirar de conocidos y recordar favores y fijarse en detalles que solo su experiencia puede traducir en pistas.

En el segundo De Cock y el cadáver de nochebuena el título lo dice todo: el cuerpo de una joven flotando en un canal en nochebuena no da opción a fiestas ni algarabías sino a enfundarse la ropa de abrigo, calarse de humedad e investigar quien era y que hacía allí la víctima.

Ambos casos siguen el patrón convencional de la novela policíaca tradicional y De Cock se muestra como un claro ejemplo del detective deductivo capaz de encontrarle otro significado a palabras o hechos en apariencia simples.

A. C. Baantjer
La lectura permite también recorrer Amsterdam, una interesante ciudad de tamaño bolsillo, que se muestra con mentalidad abierta y obsequiosa.

A. C. Baantjer, Albert Cornelis Baantjer (1923-2010) antiguo policía en Amsterdam y escritor de gran éxito en su país, llegó a escribir 70 casos para el inspector De Cock.

Su prosa es fácil y amable y las tramas, sin ser retorcidas y más identificables con el relato policial clásico europeo que al contenido de la novela negra americana, tienen su intríngulis que sabe rematar con unas explicaciones del inspector, no a modo Hércules Poirot pero cercano, que ponen la guinda a la solución del caso.

Una serie muy digerible, amigable y recomendable de la que, lamentablemente, no consta que haya más traducciones. Será que su falta de morbosidad no satisface las necesidades de la clientela.

viernes, 20 de abril de 2018

Justo de Carlos Bassas del Rey

La vida tiene fecha de caducidad.

Justo es una novela negra de barrio. Llamarla urbana no alcanza a evidenciar sus matices; es de barrio y de calles y de esquinas, como la redondeada de Casa Bofarull, más conocida por Los Caracoles, y las casi inexistentes de la Calle L’Anisadeta. Es más de adoquines que de asfalto. Es más de orígenes que de destinos.

Justo es el protagonista. Para muchos un viejo. Alguien transparente cuando no invisible del todo. Un hombre viejo o un hombre mayor. Llámese de un modo u otro siempre ha habido, hay y habrá quien lo desprecie o lo ignore por razón de edad sin tener en cuenta que sus inquietudes y sus necesidades son parecidas a las de cualquier persona más joven y sin calibrar convenientemente su peligrosidad fraguada en la experiencia y en la determinación; algo para lo que la edad es el mejor alimento.

Al acabar la novela la sensación es de no haberla leído sino de haberla escuchado. De estar sentado a una mesa de Los Caracoles frente a Justo y de haber ido comiendo los entrantes, el plato principal y el postre con café y copa oyendo de su propia voz, no en vano la novela está escrita en primera persona, la narración de los hechos.

Aunque no sé si era Justo o su espíritu quien me ha hablado ya que el camarero, al preguntarle por él al volver del servicio, me ha dicho que en la mesa solo he comido yo como atestigua la cuenta para un comensal.

La voz de Justo no ha flaqueado ni un ápice a lo largo del relato si acaso le he apreciado un ligero temblor cuando ha mencionado a Eva, por lo demás ha ido desgranando su historia entre bocado y bocado y es que ya quedan muy pocos lugares donde comer comida cocinada como antes.

Con Justo he recorrido calles que tiempo hacía que no recorría, y otras desconocidas, e incluso me he reconocido en un escaparate, en una esquina, en un restaurante, en un local desaparecido; aromas que perfuman la lectura y es que los recuerdos son eso, aromas. La Barcelona que evoca Justo es la Barcelona de antes de que las multinacionales y las franquicias le mordisquearan su autenticidad, de cuando los turistas eran los residentes de los alrededores y no los desembarcados de un crucero.

Justo tiene ya una edad; de esas que no dan para remilgos. Comparte sus momentos con Damián y Julián probablemente los únicos amigos que tiene y los únicos con los que se entiende. Además de Remedios con quien también se entiende pero de otro modo.

La vida tiene fecha de caducidad y el tiempo que media, preciado tesoro, hay que dedicarlo a hacer lo que hay que hacer y es que Justo es un mandado aunque no haya un tangible mandador. Y su encargo es impartir justicia, de ahí su nombre de pila, aunque sea a criterio propio y haya quien le afee la conducta.

Y aunque parece tener la suerte de cara o Dios a su lado sabe que no puede confiarse; un solo instante de duda puede ser fatal. Lo sabe él y cualquier equilibrista. De la vida a la muerte solo hay un paso, el que se da al vacío.

Carlos Bassas del Rey
Carlos Bassas del Rey ha concebido un personaje muy entrañable, le ha dotado de un léxico rico, el de la persona que ha aprendido el significado de las palabras al mismo tiempo que ha aprendido a leer, y le ha procurado la facilidad de comunicación de un monologuista. La determinación de quien tiene en la misión su motivo para vivir y la voluntad de ser sincero y leal aunque eso suponga decepcionar a los que están a su lado.

Le añade ese particular sentido de la justicia que deja la ley para los leguleyos y en la que las resoluciones no admiten demora ni triquiñuela. Ha creado un personaje que vive entre lo lírico y lo siniestro.

Justo es una novela negra nuestra. De esas de kilómetro 0. Con reconocimiento a Méndez y a Carvalho. Y a Monroy y a Acuña. Y a Barcelona, sobre todo a Barcelona. Es una de las mejores novela negra que se puede encontrar hoy en día. No dejen de leerla o se arrepentirán.

En nada es Sant Jordi, entre los libros que compren asegúrense que este esté.

domingo, 15 de abril de 2018

La vírgen del burdel de Hubert y Kerascoët

La virgen del burdel

El volumen bajo el único título de La virgen del burdel integra dos álbumes que conforman una sola historia, un solo arco argumental.

La protagonista de la serie es Señorita no se toca (titulo original en francés: Miss Pas Touche).

Y sus dos primeros títulos, recogidos en este integral son La virgen del burdel y Sangre en las manos.

La acción transcurre en la década de 1930, esa época licenciosa de entreguerras, en el luminoso y alocado París y se ubica en el lujoso prostíbulo Pompadour al que llega Blanche, señorita no se toca, huyendo de un asesino, apodado El Carnicero por su modus operandi que evoca al de Jack el destripador, que tiene aterrorizada la vida nocturna.

Segunda parte englobada
en un integral en la edición
en castellano
Señorita no se toca porqué Blanche es virgen y pretende seguir siéndolo a pesar de la presión del entorno y de las manifiestas intenciones masculinas.

Deseos de venganza, por la muerte de una próxima, le impelen a investigar por su cuenta a pesar de no estar dotada para ello, lo que le lleva a conjeturar sin pruebas, pero aprende rápido del mismo modo que aprende a desenvolverse en la mansión y en sus peculiares habitaciones.

Hubert Boulard ofrece un guión sólido, aúna costumbrismo libertino con una trama policiaca muy bien planificada y traspasa líneas para que todas las vergüenzas queden al aire, figurada y literalmente, lo que permite vivir este contexto en su plenitud.

Su ironía llega al sarcasmo para ridiculizar la doble moral de quienes en público abogan contra la prostitución y en privado no se privan de ninguno de sus placeres y tampoco deja títere con cabeza al retratar las relaciones entre amos y criadas en el sí de las familias burguesas.

Costumbrismo, romanticismo y misterio policial clásico con dosificación de pistas y los giros justos para ir subiendo el tono en el prostíbulo y en la investigación y conseguir un final muy meritorio.

El dibujo de Kerascoët, seudónimo del duo formado por Marie Pommepuy y Sébastien Cosset, se acerca al expresionismo, sus líneas buscan captar y mostrar emociones.

Casi caricaturesco se centra en la comunicación mediante el tratamiento prioritario de gestos, miradas, y muecas.

Aliado con una exuberancia de color muy vivo, ese que asociamos a los bailes pintados por Renoir o al interior de un cabaret con sus luces, trajes y lentejuelas y colorete en mejillas, propicia que la lascivia se muestre en todo su esplendor y reserva los tonos más suaves para las escenas callejeras y aquellas en las que las protagonistas despojadas de su disfraz se muestran en la intimidad.

Una obra muy original, variada, entretenida, apasionante y emocionante y que no se debería dejar de leer.

En Francia llevan publicados cuatro volúmenes, los dos mencionados La Vierge du bordel  y Du sang sur les mains (y únicos traducidos) y Le Prince Charmant (El Príncipe Azul) y Jusqu’à ce que la mort nous sépare (Hasta que la muerte nos separe).

domingo, 8 de abril de 2018

Collateral

Terrible mundo este que parece
no importarle si los daños
colaterales son materiales o
humanos.

Londres, en esa época en la que el Brexit marcará un antes y un después y especialmente por lo que lo detonó: la inmigración, es donde y porqué se ambienta esta mini serie de cuatro episodios de temática noir e intereses transversales.

Collateral porqué todo acto tiene consecuencias, toda decisión tiene efectos secundarios y los daños colaterales se contemplan como mal menor y asumible. Terrible mundo este que no distingue si esos daños son materiales o humanos.

Una serie abducida por la presencia femenina abastando esa transversalidad mencionada y lanzando un mensaje claro por el reconocimiento que se le niega al 50% de la población.

Los personajes masculinos, relegados, representan mayoritariamente la baja estofa, en general todos interesados, egoístas, pretenciosos e incluso primitivos. Y no es que las mujeres no lo sean pero es que ellos no tienen límite. La ambición por el poder, por dominar y poseer predomina sobre la libertad de quien esté enfrente.

De nuevo el género negro presentado desde la cotidianeidad. Desde la proximidad, desde la convivencia. No hay que inventarse acrobacias argumentales para destacar que el crimen y el delito están justo a nuestro lado.

En Collateral se desarrolla una trama de tráfico de personas que sirve para retratar a una sociedad que posa indiferente ante el fotógrafo. Sirve para evidenciar que se prefiere cerrar la puerta y las ventanas si es preciso antes que aceptar la realidad y tener que mojarse. Ya se mojan los inmigrantes y muchos se ahogan.

Collateral tiene su punto de partida en un asesinato frío y premeditado y desde él recorre un sinfín de situaciones destapando a su paso y sin pudor el henchido cinismo que anda por las calles en forma de animales de dos patas. Poniendo el dedo en cada llaga y retorciéndolo en su interior.

Y una vez todo expuesto deja que sean los espectadores quienes juzguen, si así lo desean, o actúen, si así lo prefieran.

Tráfico clandestino de inmigrantes, tráfico de drogas, traumas militares, pánico al terrorismo, xenofobia, falsedad eclesiástica, lesbianismo, ludopatía, acoso sexual, violación, mentiras y traición.

Kip Glaspie
(Carey Mulligan)
Al ritmo pausado habitual de las series de la BBC se nos presenta a Kip Glaspie (interpretada por una carismática Carey Mulligan) en el papel de una inspectora embarazada encargada de investigar el asesinato de un joven repartidor de pizza y que acaba siendo el personaje aglutinador de las distintas subtramas.

Subtramas que van salpicando como lo hacen los ingredientes sobre la masa de pizza; son diversos los hilos que van apareciendo hasta mostrar este fresco tan rabiosamente actual que denuncia que se emplee los sustantivos bandera y patria para tapar intereses privados de hondo calado.

Por una vez cuatro episodios, ni que hubieran sido los habituales seis, resultan insuficientes para abordar con profundidad sobre todo lo expuesto, faltan minutos para completar un discurso claro sobre su intención pero si bastan para evidenciar la mezquindad humana que se pliega ante la opinión pública.

Como retrato social está más que conseguido; como relato no concluye los temas abiertos de forma solvente y comprometida. Prefiere imitar la realidad: sabe que no hay conclusión posible y que lo denunciado no tiene final. Demasiados intereses nacionales detrás de todo.

Una novela negra contada desde una serie de televisión con guión de David Hare y dirigida por S.J. Clarkson, ambos nombres bastan para ver el nivel de calidad de la misma. No deberían perdérsela.

jueves, 5 de abril de 2018

Torn de nit de Agustí Vehí


Reseña bilingüe


El torn de nit de la policia
local es de tot menys
tranquil.
Torn de nit d’Agustí Vehí

Cada dia de la semana es generen noves sorpreses i quan el sol se’n va a dormir aquestes només es mostren als esforçats agents de policía del torn de nit que les veuen passar, amb els ulls com plats, com qui veu esperitats.

Nit rera nit esdevenent situacions esbojarrades que barregen fets delictius de diferent gramatge en una mena de “vodevil negre i policial a l’empordanesa’ que fa embadalir de lo be que està escrit i de l’enginy que vessa generosament.

Res d’argument tòpic ni típic del gènere. Una visió entremeliada de les vivencias del cuarter de la policía local d’una petita ciutat, Vilaclara, que s’enfot fins i tot del mateix ofici d’escriptor a l’haver de barrejar mots en català, castellà i llenguatge de poble de tota la vida que no es ni del pare ni de la mare.

Agustí Vehí, malauradament ja mort, ens regala aquest llibret on aboca satira i tendresa a parts iguals emprant tota mena d’acolorits recursos literaris per atrapar l’atenció un cop i un altre i un altre fins al final.

Es una lectura molt recomanable, de fet ho es tota la seva obra. Acosteu-vos-hi i us atraparà com una abraçada d’os carinyós. Com era ell.

En aquest blog també s'ha parlat d'una altra novel·la negra seva com es la genial Quan la nit mata el dia i també s'ha n'ha parlat a propòsit d'una recepta gastronòmica en l'article Agustí Vehí y garbanzos a la catalana.



Agustí Vehí, tant bo com a
persona que com a
escriptor.
Torn de nit (Turno de noche) de Agustí Vehí

Cada día de la semana se generan nuevas sorpresas y cuando el sol se acuesta se muestran solo a los abnegados agentes de policía del turno de noche que las ven pasar, con los ojos como platos, como quien ve alocados espíritus.

Noche tras noche se suceden alocadas situaciones que mezclan delitos de distinto gramaje en una suerte de “vodevil negro y policial a la empurdanesa” que hace gozar de lo bien escrito que está y del ingenio que desborda generosamente.

Nada de tópicos ni típicos de género en el argumento. Una traviesa visión para reírse incluso del propio oficio de escritor al tener que mezclar palabras de en catalán, castellano y lenguaje de pueblo de toda la vida que no es ni lo uno ni lo otro.

Agustí Vehí, lamentablemente ya fallecido, nos regala este librito donde vuelca sátira y ternura a partes iguales empleando todo tipo de coloristas recursos literarios para atrapar la atención una y otra y otra vez hasta el final.

Es una lectura muy recomendable, de hecho como toda su obra. Acérquense y les atrapará con un abrazo de oso cariñoso. Como era él.

En este blog también se ha reseñado totra novela negra suya y que es la genia Quan la nit mata el dia i también se le ha reseñado en una receta gastronómica en el artículo Agustí Vehí y garbanzos a la catalana.