Novela negra en 3D |
Inicialmente no iba a reseñar esta lectura: ya no me quedan adjetivos
para calificar la obra negra de Alexis
Ravelo pero no sería justo ni para él ni para el género ni para los
lectores ya que novelas excelentes como esta hay pocas y conviene destacarlo.
Las
flores no sangran es una oda filosófica a pesar de no tener
estructura lírica. Es una novela negra que trasciende esta etiqueta maniqueísta
y actualmente más comercial que indicativa, para convertirse en un panegírico
del género.
Es una novela de lectura prescrita por once de los diez doctores en novela negra entrevistados, para tener una
visión de cómo el género sabe y debe evolucionar. Alexis Ravelo parece estar tocado por los dioses o los alisios,
si fuera catalán lo estaría, sin duda alguna, por la tramontana.
En mi reseña anterior sobre La estrategia del pequinés resaltaba el carácter
hiperrealista de las obras de este autor por la percepción de parecer más
veraces que la propia realidad aun sabiendo que son ficción.
Pero me veo en la obligación de subir un nivel Defcon con
este autor y establecer un paralelismo con lo que significó para la animación
el evolucionar de un diseño 2D a 3D. Recuerden las series animadas de
televisión de Disney y sus películas primerizas y piensen ahora en cualquiera
de las que se apoyan en el diseño asistido por ordenador y que emplea tres
dimensiones como la película Avatar o Star Wars o El Señor de los Anillos o
Juego de Tronos por citar algunos claros ejemplos.
El mismo efecto evolutivo suponen las obras de Alexis Ravelo y en especial Las flores no sangran que es una novela negra 3D. No solo su argumento o sus personajes sino su forma de escribir
y de describir y contar la historia que consiguen envolver al lector en un
efecto tridimensional. Alexis Ravelo lo hace tan fácil que parece al alcance de
cualquiera y así hay tantos escritores estrellados.
Con esta novela no hay lector pasivo, hay lector
participativo como lo han sido todos aquellos que han asistido a cualquier obra
de teatro de La fura del Baus. ¡Pobrecitos se pensaban que iban a ser
espectadores!
Gran Canaria, donde transcurre la acción |
El argumento de Las
flores no sangran es el de unos granujas de medio pelo Lola, el Marqués, el
Salvaje y el Flipao, como esos que empleó Woddy Allen para una de sus
películas, que se ven jugando un partido de profesionales siendo un equipo amateur, pasando de dar timos y robos de poca monta a dar un palo gordo como
es un secuestro. Y los rivales en esa liga, como el empresario Isidro
Padrón, no son primos fáciles de tangar sino enemigos más peligrosos que nadar
con un tiburón en una piscina.
La obra tiene comedia, tragedia y absurdo y en cada
momento mantiene su tono, su ritmo y su tremendo interés.
No se me ocurre nada más que pueda convencerles de su
obligada e imprescindible lectura.
Y si aún no conocen su saga con Eladio Monroy ya están tardando.