El tutti-frutti es para el verano. |
Parabellum es una joven de 33 años investigadora de lo paranormal;
en su día a día trata con especies que para el resto de la humanidad solo
existen en la imaginación gracias a los cuentos y las fábulas y está obligada a
guardar silencio ya que sus casos e investigaciones no pueden ser de dominio
público: nadie la creería o aún peor, tal vez sí.
El presente caso empieza
con El dios asesinado en el servicio de caballeros de un pub de Barcelona.
Lugar de encuentro de todo tipo de seres que comparten bebidas en perfecta
armonía sin molestarse entre si. O al menos era así ya que el cadáver parece
desmentirlo y Parabellum es requerida para deshacerse del cuerpo lo que
le impulsa a investigar de quien pueda ser y aún más, quien lo ha liquidado.
No parece que haya sido
una reyerta puntual sino la parte del iceberg que ha quedado visible de una
soterrada conspiración de proporciones épicas cual lucha de titanes. Como en
esos peplums donde Zeus podía enfrentarse a Odin y los dioses del Olimpo
a los de Asgard para dirimir quien ostentaba la hegemonía sobre los humanos.
Parabellum es el nombre de guerra de Verónica Guerra. Y
aunque procura mantener sus dos identidades separadas la tenacidad periodística
de su novio puede echarlo todo al traste. Así, con esta dualidad, el autor
consigue que la vida íntima de Verónica tenga su propio espacio donde lamerse
las heridas de sus combates al margen de la gran ciudad que es donde Parabellum
se mueve dando y recibiendo puñetazos, topetazos, disparos y cualquier otro
tipo de ataque que pueda provocar dolor y que emplee cualesquiera de las
criaturas a las que debe hacer frente (no siempre se puede salir corriendo).
Sergio S. Morán es el autor de El dios asesinado en el servicio de caballeros |
Sergio S. Morán nos ofrece una novela ligera,
fresca y original con vis de cómic. De esos cómics encuadernados con grapa, de
periodicidad semanal y viñeta final cliffhanger.
En la novela
aparece un amplio surtido de seres mitológicos y de espíritus perfectamente
compensados y justificados por un argumento bien estructurado que combina un
poco de chic-lit, un bastante de novela policiaca, un mucho de comedia y un despliegue de inteligente fantasía
y todo servido a ritmo de thriller de suspense.
Con esta novela
aunadora de géneros se cubre satisfactoriamente un vacío en el panorama
narrativo actual y prepara los puertos para nuevos desembarcos. Es inevitable la evocación,
aunque lejana, con los casos de Harry Dresden o las vicisitudes de Jessica
Jones, e incluso es fácil identificar una más que memorable escena de Ghost.
La novela es un
helado de tutti-frutti, como las balas que emplea Parabellum. Y ya se
sabe que los helados, igual que las bicicletas, son para el verano.