viernes, 15 de septiembre de 2023

Justified serie TV de Graham Yost

Justified es una serie policial americana que transcurre en la zona profunda de Kentucky. En el condado de Harlan, cerca de la ciudad de Lexington.

No se sirve alcohol salvo en lugares con permiso, aunque cada cual se lo destila en casa. Hay droga, marihuana, por todas partes salvo en lugares como la comisaría. Hay machismo, hay violencia, incultura y orgullo. Mucho orgullo, demasiado. Por el apellido, por la procedencia, por la ciudadanía, por el simple hecho de existir.

Y el orgullo mata; como las drogas; como el alcohol y como la ambición con la violencia como vehículo

Raylan Givens, representante del cuerpo de la policía judicial, ha venido de Miami, no por propia voluntad, a ese, su, condado. Ha regresado a su origen. Y eso significa afrontar todas las asignaturas que quedaron sin aprobar; resolver todos los conflictos mentales que aún bombardean su cerebro como gota malaya; liberar esqueletos de armarios y darles cumplida sepultura. Cerrar heridas. Ajustar cuentas pendientes. Encarar relaciones, y amores con tensión no resuelta.

Raylan Givens, el protagonista, es de perfil plano, previsible, aburrido y aborrecible. Boyd Crowder, uno de los sempiternos malos, se lo come con patatas. Un personaje lleno de aristas, que gira y evoluciona dando los mejores momentos de la serie. Winona Hawkins, ex mujer de Raylan está desaprovechada y Ava empieza con mucha fuerza, pero va perdiendo fuelle y su personaje no se cree por ningún lado.

El actor principal renuncia a interiorizar su personaje y evolucionarlo, así que abusa de muecas, medias sonrisas, poses y reacciones que gustan al principio pero que acaban empalagando.

Lo mismo sucede con las localizaciones, ya que ho hay entorno general. Un entorno reducido a cuatro lugares sin establecer comportamiento vivencial de ciudades y pueblos.

Un buen intento, no en vano está basado en la obra de Elmore Leonard, que cierra en esta etapa un larguísimo arco argumental que ha actuado de correa de transmisión enlazando temporada a temporada en las que ha ido mostrando villanos cada vez más violentos.

Hace poco leía en un tweet a alguien que la definía como la mejor serie policial de la historia.

Ahí está Justified, una serie noir rural con visos de western noir; 6 temporadas, 78 episodios, actualmente en Amazon Prime, para quien la quiera ver.

 

domingo, 10 de septiembre de 2023

El olor del miedo de Manuel Ríos San Martín

El sentido del olfato tal vez sea el más desarrollado entre quienes, en la naturaleza, están permanentemente en estado de vigilia. De tenerlo o no tenerlo puede depender la vida. Cuando se es presa, la visión angular y el olfato pueden detectar al cazador antes de que el cerebro ordene el movimiento de huida que permita ponerse a salvo.

Pero cuando el cazador es humano y el arma un rifle de larga distancia, poco o nada se puede hacer salvo rogar que tenga mala puntería. Claro que si el coto de caza no es la sabana sino un zoológico sin grandes barreras, pero con hábitats preestablecidos y la presa tiene pocos metros para deambular, resulta víctima fácil. Como pescar patitos de goma en una feria.

Un animal emblemático del parque, de la ciudad y mascota de cientos de niños es abatido sin piedad por un tirador de élite en un día normal de visitas y colegios y quienes cuidan los animales no entienden por qué. Se huele el miedo.

La policía se enfrenta a un asesinato al que no se le puede dar ese nombre, y debe buscar un asesino al que tampoco puede etiquetar así. Y aún siendo un caso atípico y de segunda clase, un animal no tiene derechos jurídicos, se convierte en prioritario habida cuenta que las redes sociales actúan de acusación particular y exigen justicia.

Elena Campos, la protagonista, es una veterinaria entregada. Hay profesiones que no se eligen, sino que ellas eligen a una y llegado ese caso el trabajo no es una obligación, sino que es una opción de vida.

Esa elección la lleva a descuidar su vida personal, si es que tiene, y hace peligrar su relación afectiva, si es que a un triángulo amoroso no declarado se le puede llamar así; incluso pone en peligro su propia vida por defender sus convicciones más allá del comportamiento social aceptado.

Manuel Ríos San Martín plantea un argumento muy actual que reúne intereses económicos corporativos, egoísmos personales, aspiraciones humanistas y plurales versus comportamientos especistas para crear un hábitat no solo donde desarrollar una trama interesante y compleja, sino también donde dejar sueltos unos personajes caleidoscópicos que a pesar de no tener superpoderes son héroes por su abnegación.

En este argumento hay mucha documentación previa, Manuel Ríos se lo ha tomado en serio para poder mostrar, con comportamientos, palabras e intenciones, que los actos violentos son cosa de humanos, y que ejercidos contra animales resulta tan barato que suena a risa. Violencia gratuita la llaman y ahora ya sabemos una nueva acepción.

Pero también muestra que el amor, el sacrificio, la maternidad, el duelo, el sentimiento de pertenencia a un grupo y el deber de proteger, son del reino animal y en eso los animales no racionales son más personas que esos homínidos a los que la selección de las especies encumbró en la cima de la pirámide evolutiva. Y que desde su pedestal forjado por la soberbia menosprecia el respeto por el planeta, por la naturaleza y los seres vivos que la conforman.

El Olor del Miedo es una novela policiaca que busca, y consigue, alejarse de clichés tanto en temática, desarrollo de su trama y forma de llevar la investigación.

Pero donde más destaca es en la definición de personajes, lo que la convierte en una novela criminal con mucho suspense, de aventuras, de pasiones y sentimientos.

El Olor del Miedo sugiere una agradable y esperanzada reflexión sobre la evolución de este género literario que parece no darse cuenta de que se ha agotado la etapa noir del siglo pasado.

miércoles, 6 de septiembre de 2023

Estudi en lila de Maria Antònia Oliver

 

La reseña en castellano al final de ésta en catalán

Lònia, d’Apolònia, Guiu és una mallorquina assentada a Barcelona i guanyant-se la vida així, així, fent de detectiu, mentre alimenta el seu vici que son els pintallavis. Els compra, els guarda, els col·lecciona.

Te l’ajuda, no gaire, tot s'ha de dir, d'en Quimet, doncs és la Lònia qui agafant-lo com ajudant li està donant un cop de ma.

A la dècada dels ’80, en plena efervescència llibertaria, no es estrany que una joveneta marxi de casa però la Lònia no fa fàstics a cap cas i cercar una lota, mallorquina com ella, menor d’edat que va deixar l’Illa per desaparèixer a Barcelona, no li sembla gaire complicat i accepta un cas que tindrà conseqüències inesperades i dramàtiques i que li suposarà prendre una decisió que de moral i d’ètica en te molt i de justícia legal poc.

En paral·lel una antiquària de bon veure i bossa plena li demana que localitzi a tres individus que l’han estafat en comprar-li una estatueta modernista i pagar-la amb un xec sense fons.

La Lònia s’ensuma que no hi ha un pam de net en aquesta historia però es guarda el que creu que passa realment i accepta també aquest encàrrec que li pot ajudar a quadrar els números del seu compte corrent.

I el seu instint no l’enganya tot i que tampoc hagués copsat la magnitud, l’abast i conseqüències del cas. Fins i tot, segur, no hagués arribat a imaginar que la seva vida podria estar tant en perill.

Maria Antònia Oliver ha escrit una historia de detectius clàssica però que en protagonitzar-la una dona i ubicar-la a Barcelona li dona un tomb molt particular que la fa especial. L’escriptora li aporta un plus d’humor i feminisme que avui sembla poca cosa però en aquell moment era una reivindicació molt valenta.

La seva escriptura es planera i col·loquial i es fa ràpidament amb qui llegeix

I si podeu llegir la novel·la en català us ho recomano, doncs en la traducció al castellà es perden els matisos de parla entre el català peninsular i l’insular que formen part del joc literari i donen peu a amistosos debats lingüístics força divertits.


  Reseña en castellano


Estudio en lila de Maria Antònia Oliver

Lònia, d’Apolònia, Guiu es una mallorquina asentada en Barcelona que se gana la vida así así haciendo de detective, mientras alimenta su vicio que son los pintalabios. Los compra, los guarda, los colecciona.

Se ayuda de Quimet, a pesar de que sea Lònia quien dándole trabajo le está echando una mano.

En la década de los ’80, en plena efervescencia libertaria, no sorprende que una jovencita marche de casa, pero Lònia no puede permitirse elegir sus casos y buscar una lota, mallorquina como ella, menor de edad que dejó la isla para desaparecer en Barcelona, no le parece muy complicado y acepta un trabajo que tendrá consecuencias dramáticas y que le supondrá tomar una decisión que de moral y de ética tiene mucho y de justicia legal poco.

En paralelo una anticuaria de buen ver y bolsa llena le pide que localice a tres individuos que la han estafado comprándole una figura modernista y pagándole con un cheque sin fondos.

Lònia se huele que hay gato encerrado en esta historia, pero se guarda su opinión sobre lo que cree que sucede realmente y acepta también este encargo que le puede ayudar a cuadrar los números de su cuenta corriente.

Y su instinto no la engaña, pero no prevé la magnitud, el alcance y las consecuencias del caso. Seguro que nunca hubiera llegado a imaginar que incluso pondría en peligro su propia vida.

María Antònia Oliver ha escrito una historia de detectives clásica pero que al protagonizarla una mujer y ubicarla en Barcelona le da un aspecto muy particular que la hace especial. La escritora le aporta un plus de humor y feminismo que hoy puede parecer poca cosa pero que en aquel momento era una reivindicación muy valiente.

Su escritura es coloquial i conecta fácilmente con quien la lee.

I si podéis leerla en catalán os lo recomiendo para no perderos los juegos de palabras entre el catalán peninsular y el insular y que dan pie a amistosos debates lingüísticos muy divertidos.

 

martes, 29 de agosto de 2023

La rosa roja de Ingrid Noll

Las rosas solo son rosas cuando dejan de ser capullo y florecen; y pese a su corta vida conceden intensa fragancia y color. Efímero como todo lo bueno.

Las novelas negras de Ingrid Noll parecen padecer, afortunadamente, del mismo mal, son tramas que permanecen encerradas hasta que eclosionan y lo hacen con sencillez, pero con rotundidad; mostrando, como lección práctica, que incluso de lo malo se saca algo bueno.

Las siempre complicadas relaciones familiares, con quienes se convive y con quienes solo hay encuentros puntuales, exactamente igual que con los amigos, tanto los más allegados como los menos, conducen a situaciones en las que el egoísmo, la envidia y la mezquindad, si no han estado cuidadosamente encerradas bajo llave, pueden tomar el control y despojando de toda hipocresía a quienes las han descuidado descomponer todas esas relaciones en un sinsentido.

Annerose, ama de casa, casada y madre de una pareja de preadolescentes, pintora habilidosa y aficionada de miniaturas sobre cristal, siente que su felicidad hogareña se tambalea el día que sospecha que su marido, Reinhard, tiene una aventura.

La rosa roja puede tener muchos significados, pero el más corriente indica pasión. Y si alguien regala rosas rojas a tu marido, las sospechas son inevitables y la situación o se aclara o se aclara. 

El suspense se va desplegando lentamente como lo hace una rosa al abrirse y al igual que ella una vez expuesto ya no puede retrotraerse.

Ingrid Noll es capaz de tomarse a broma las circunstancias más escalofriantes con las que puebla sus argumentos; donde otra gente destacaría el lado sórdido, ella realza la cuestión poética y, sobre todo, práctica de la situación.

Su literatura es inteligente y elegante, sus novelas cortas, su sentido del humor se muestra en diálogos, tramas y desenlaces y su velada crítica es tan translucida como el pétalo de una rosa dormido durante años entre las páginas de una novela.

Son lecciones de vida de una escritora, encuadrada en el género de suspense psicológico, que nunca defrauda y con la que resulta muy agradable compartir unas horas de felicidad lectora.

En este blog ya se reseñó su novela "Como una dama"



sábado, 19 de agosto de 2023

Una muerte merecida de Peter Swanson

Hubo un tiempo en que la parca escribía, con mano firme y descarnada y caligrafía florida, su particular cuaderno de bitácora. Nombres, lugares y otros datos para dejar constancia de su eficiencia y rendimiento productivo.

Hoy en día, alejados del romanticismo, la evocación de la muerte se ve como un dato estadístico, uno más en un big data alimentado por miles de operadores y ejecutado por cientos de procesadores en línea.

La muerte es inevitable, y en la actualidad no se le dedican odas poéticas y a veces incluso merecida según el argumento de esta novela Una muerte merecida que resalta que asesinar solo significa adelantar un hecho que sucederá igualmente y que anticiparlo puede tener beneficios ya que eliminado el mal evitadas sus malévolas acciones a terceras personas.

Sea como fuere a la muerte no se la puede prever con antelación, salvo que se la invoque exprofeso, como se prevé una borrasca. No hay equivalente al servicio meteorológico en esa materia.

Solo hay una constatación y es mencionada en esta novela: memento mori, recuerda que vas a morir.

Estamos ante una novela de suspense, escrita con varias voces y que mantiene una principal, la de Lily, a la que siguen otras, en capítulos alternos y con un ligero tiempo de decalaje que impiden que vayan en paralelo lo que propicia aún más la sensación de thriller, yendo un paso por delante, viviendo la consecuencia sin casi saber cómo se ha generado.

Es una de las características de este autor, Peter Swanson, como ya demostrara magistralmente en Un reloj por corazón.

El arranque de la novela es un homenaje a Patricia Highsmith y esto es un claro indicativo de hacia dónde va a ir el argumento y nadie se puede llamar a engaño (incluso para acentuar el reconocimiento, Lyly, la protagonista, al inicio de la trama está leyendo Las dos caras de enero de dicha autora, aunque el homenaje se refiera a Extraños en un tren).

Aquí el tren se sustituye por un avión. Ted y Lily se encuentran en la sala vip del aeropuerto de Heathrow esperando su vuelo de regreso a Estados Unidos. La charla continúa dentro del avión, donde también coinciden en primera clase, y deriva hacia el extremo de planear un asesinato; el de Miranda, la esposa de Ted.

Estamos ante un thriller psicológico, donde el suspense se retroalimenta a cada paso, donde los giros sorprenden hasta echar por tierra cualquier posible anticipación que se hubiera podido prever y obligan a reescribir lo que queda de trama sin certeza de que no haya un nuevo giro que reinicie otra vez.

Peter Swanson se ha asegurado de que la previsibilidad no tenga cabida en su argumento.

Y aunque la novela no alcanza la precisión suiza de Un reloj por corazón no desmerece en absoluto y garantiza un largo y buen rato de lectura y más de un momento de taquicardia.