En Estela, un imaginario pueblo de Galicia, alguien tatúa y
mata o mata y tatúa, aquí el orden de los factores solo importa a la
víctima y al agresor. Los investigadores ya se lo encuentran todo hecho.
Los tatuadores de oficio están en el ojo del huracán de los
habitantes, bien porqué ya no hacen caja o, peor, porque están en el punto de mira y son víctimas de blanco
fácil y hostilidad creciente. Sospechosos y temidos a la vez.
Edén González, apartada del cuerpo de la Guardia Civil por
su celo contra la injusticia y el abuso de poder, enfrentándose a quien lo ejerce por tamaño y posición
dominante, es requerida para llevar el caso.
O bien están muy necesitados o, peor, buscan su hundimiento
definitivo. Pero sabe que o acepta o, peor, pronto se confundirá con uno de los
muebles de su hogar.
En su equipo está Fernanda Seivane, compañera desde la
Academia y amiga desde entonces, que, mira tu por donde, le ha dado por hacerse
un tattoo que tiene mucho significado y trascendencia.
Palabras Malditas son
aquellas que definen con agresividad, son casi insultos, son ataques; son el corazón de esta novela
negra o mejor, este thriller cuya lectura no permite escaparse, o peor, impide
continuar el ritmo de vida normal hasta que no se haya acabado.
Pero que se acabe la lectura no significa que el cerebro pueda olvidar con facilidad los actos ominosos que en ella se describen y es que Miguel Conde-Lobato, su autor, sabe como impresionar y como dosificar el ritmo, capítulos cortos y acción con reacción y contra reacción, para que nadie pueda desentenderse de lo que explica y, peor aún, lo que describe.
El thriller es lo que tiene, si está bien escrito y el
argumento es consistente lo que único que se le pide, a medida que avanza la
lectura, es que, por favor, por favor, el final esté a la altura.
Y Palabras Malditas es un thriller que hace honor al
calificativo y es ejemplo a seguir. El argumento aborda distintos temas con sustancia, para darle
verosimilitud, pero sin pretender dar clase académica, y su desarrollo está bien nivelado
como para que todo se sustente sin excesos ni defectos.
Es una lectura que ocupa horas de tiempo, pero sin
malgastarlo sino invirtiéndolo. Podría haber sido más comercial, o peor, puro
best-seller y sin embargo nada entre las dos aguas aguas con fluidez y
determinación.