miércoles, 9 de diciembre de 2015

La primera víctima de Teodoro L. Basterra

Podría ser que la primera
víctima de un atentado
terrorista no fuera humana
La primera víctima es un thriller de política ficción que sustentado sobre datos reales y contrastables extraídos de fuentes públicas elabora una teoría conspiratoria para dar otra explicación, al margen de la oficial, de lo sucedido el 11 de marzo de 2004 en Atocha, Madrid, en lo que ha sido hasta ahora el mayor atentado terrorista en España.

¿Por qué una explicación alternativa a la comunicada oficialmente?

Todo acto terrorista del que se desconoce la autoría o no se capturan con vida los sospechosos de haberlo cometido, como es el caso del 11-M, deja además del reguero de victimas otro de dudas y preguntas que tal vez jamás obtengan respuesta.

Siempre hay mentiras, información distorsionada inclinada a beneficiar a unos y perjudicar a otros, hechos sospechosos no investigados y otros reinterpretados.

El inspector del Cuerpo Nacional de Policía Roberto Alonso, doctor en Criminología y Derecho, se encuentra a través de un caso aparentemente rutinario con un hilo del que tirar que lo conduce hasta el atentado del 11-M

Y empieza una investigación que molesta a muchos y que lo deja sin saber en quien confiar y con quien que si que puede debe alejarse para no ponerlo en peligro. Todo es confuso pero no hay humo sin fuego.

Su responsabilidad profesional, un enaltecido sentido del deber y tristes motivos personales le lleva a investigar más allá de lo que unos poderes en la sombra, unos activos de las cloacas, están dispuestos a permitir y a partir de ese momento la tranquila vida del inspector se va a ver envuelta en una frenética concatenación de acciones que van a ir desde la entrega a un apasionado amor hasta persecuciones, seguimientos encubiertos e intento de asesinato.

Teodoro L. Basterra
Teodoro L. Basterra ha realizado un brillante ejercicio de investigación para escribir un thriller que entremezcla la ambición de los distintos poderes sociales componiendo un estremecedor relato tanto por lo que se refiere a la indefensión que tenemos los ciudadanos ante la posibilidad de ser las víctimas de un atentado como por la sensación de desamparo y fácil manipulación a las que nos encontramos expuestos por la clase política, el poder judicial y las fuerzas del orden.

El autor ha enfocado el hecho de forma seria y directa a diferencia de cómo lo haría un medio sensacionalista; ha elegido un personaje central y otros secundarios para que sirvieran de puente entre hechos y suposiciones y así conjuntar brillantemente realidad y ficción consiguiendo escribir una historia interesante en su argumento, bien redactada y con una composición narrativa de alternancia de protagonismo en los capítulos que mejora el ritmo y aumenta la tensión.

La fatalidad pone esta lectura a mi alcance a poco de producirse los atentados de París que también están ofreciendo puntos oscuros en su investigación. Parece que efectivamente, tal como indica la novela, la primera víctima de un atentado no sea una persona.

Pero tarde o temprano las cosas se saben. Remordimientos de conciencia, prescripción de un delito, sentido de la ciudadanía, arrepentimiento por próxima muerte del poseedor de información, instigación de los medios de comunicación o cualquier otro motivo o razón suelen ser la causa de que quien escondía un secreto lo libere y lo dé a conocer.

Falsa Bandera
En esta web de El Robot Pescador se relacionan 42 ataques terroristas que se vendieron a la opinión pública falseando la realidad, Falsa Bandera, culpabilizando al enemigo deseado para conseguir fines ilícitos.

Como pueden ver con estos ejemplos, tal vez lo que piensa el inspector Roberto Alonso no sea tan absurdo. Teodoro L. Basterra consigue su proposito de hacernos pensar y cuestionar las verdades oficiales a través de una emocionante y trepidante lectura.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Catarsis de Erik Axl Sund

Catarsis libera traumas que
a lo mejor deberían permanecer
encerrados
Catarsis cierra de una forma muy particular la Trilogía Los Rostros de Victoria Bergman, que se iniciara con la novela titulada Persona y luego siguiera con Trauma.

Es esta la novela más introspectiva de la serie, la de más calado psicológico y por tanto menos dinámica y en donde menos cosas suceden, motivo por el que resulta más densa y precisa de una lectura más concentrada y buena memoria, si hace tiempo que se leyeron las otras, para establecer correctas relaciones.

Victoria Bergman está tomando el control de sus múltiples rostros, de sus diversas personalidades para fundirlas en una sola y el ejercicio resulta complejo y doloroso, pero sabe que solo siendo ella misma podrá seguir con su vida y por ello su empeño en conseguirlo no se detendrá ante nada.

La Catarsis del título hace referencia al inevitable proceso al que someter cada personalidad para exorcizar falsos recuerdos y recuerdos traumáticos, emociones bloqueadas y sentimientos reprimidos, por muy doloroso que sea ya que es el único modo de purificarse y conseguir que aflore un nuevo yo, de hecho hacer resurgir el verdadero yo que lleva años protegiendose.

Después del horror de ser víctima y verdugo, de padecer abusos y ser abusador y de multiplicar por diez y en otros la propia sangre derramada Victoria cree que una nueva vida puede ser posible.

Mientras esa Catarsis sucede Jeanette Kilhberg, la policía encargada de los casos y en exitoso proceso de superación de su ruptura matrimonial, se ayuda de la psicoterapeuta Sofia Zetterlund en lo profesional y en lo personal para encauzar la investigación y a la vez su vida.

La novela en si aporta pocas sorpresas, ahonda en lo que se ha ido conociendo en los dos volúmenes anteriores tanto para lo bueno como para lo malo y hace hincapié en la figura de Madeleine, hija de Victoria, como elemento de expiación de cuanto acontece.

Es el volumen que ayuda a ensamblar lo que había podido quedar sin explicación, todo lo que pareciera inconexo. En este sentido esta tercera parte es necesaria para entender los casos de asesinato de los adolescentes de la primera parte y para comprender los asesinatos perpetrados por venganza de la segunda, pero por ese motivo pierde interés al no generar entidad propia y al no componer una nueva trama que diera el giro imprescindible que toda buena historia, y más una trilogía, debe tener en su tramo final.

Los rostros de Victoria Bergman
El trastorno de identidad disociativa que padece la protagonista ha contagiado al argumento presentando dificultad de comprensión en diversas partes de la narración motivado a su vez por la indisoluble relación de las tres novelas, en realidad una sola partida en tres volúmenes, que imposibilitaría una lectura por separado y por ello requiere aptitudes nemotécnicas.

De hecho sería aconsejable una relectura, ahora que hemos puesto luz a las zonas oscuras, para entender la intención global de la obra ya que en su final no se encuentran todas las respuestas, pero dudo que nadie sea capaz de llevarla a cabo.

El dúo de escritores Erik Axl Sund han planificado un final para nada acorde con las expectativas generadas en el primer volumen y sobre todo en el segundo donde los hechos parecían abonar el terreno para un desenlace más trepidante y un más que interesante y deseado enfrentamiento entre protagonistas. Da la sensación de que los autores han llegado a el tan cansados como los lectores y la conclusión es agridulce.

Recuerden las reseñas de las dos novelas anteriores de esta trilogía:

  1. Persona
  2. Trauma


domingo, 29 de noviembre de 2015

Las cuentas pendientes de Gastón Segura

Novela negra de calidad
y de nerviosa exigencia
Reencontrarte con quien fuera el amor de tu vida y al que tu inmadurez te impidió retener es como si la vida te diera una segunda oportunidad. Lo que no sabes es que también es una nueva oportunidad para volverlo a perder y esta vez para siempre.

A veces la vida te sonríe y otras se ríe de ti. Broma macabra que no hace maldita gracia.

Ernesto se ha reencontrado con Raquel, su musa, su amor, su asignatura pendiente y se cree que el tiempo se detuvo cuando lo dejaron.

Fatal error: el tiempo ha transcurrido y el presente es consecuencia de ese pasado que desconoce y que se ha alimentado de inversiones inmobiliarias, desfalcos, intereses bancarios e intereses comerciales, corrupción, nepotismo, blanqueo de capitales y asuntos derivados que suponen un lastre con el que es imposible permanecer a flote.

Hay ajuste de cuentas que afrontar y Las cuentas pendientes sobreviven al paso del tiempo, incluso durante generaciones, si no le liquidan.

A Ernesto Urrutia se le ha helado la sonrisa en los labios. Ha vuelto a Madrid de México, apresuradamente por razones que no vienen al caso, donde vivía como guionista de culebrones y se ha visto envuelto en uno pero no como escritor sino como protagonista. En uno de esos que empiezan en cama y terminan en balacera y entremedias aparece medio billete de 500 pesetas con la cara de Zuloaga. ¿Que papel juega ese pedazo de billete tan obsoleto como la boina que luce el pintor?

Gastón Segura
Gastón Segura ha compuesto una novela donde las palabras fluyen como agua de una ancha boca de riego; tanta cantidad que no da tiempo a beber, ni a tragar casi.

En el chorro de palabras se entremezclan primera y segunda persona del presente de indicativo para explicar lo que ha pasado sin dar tregua ni pausa. Sin dar tiempo a que se enfríe el café.

En la demisuite de un hotel, Ernesto cuenta a dos policías, Javier y Cipri y de paso al lector, todo lo que ha sucedido desde su llegada a Madrid y porqué hoy se encuentra en esta situación, peligrosa, y en este estado, acongojado.

El ritmo narrativo es tan vertiginoso como grueso es el chorro de palabras. Los pensamientos se entremezclan con los hechos, la semántica con la sintaxis y el resultado da una novela negra con una narración tan atropellada como intensa, tan apasionada como visceral.

Una novela negra de factura contemporánea, acorde a los tiempos que vivimos no solo en estructura sino también por la temática y por la negra constatación de que la maldad es parasitaria del dinero.

Mitad izquierda del
billete de 500 pesetas
La estructura de la novela requiere atención y concentración, es un texto de calidad y de nerviosa exigencia y por ese motivo distinta a las habituales. Hay que entender y separar cuando es narración, cuando es suposición, cuando pensamiento y cuando es deseo.

Pero una vez superado el lindar que demanda el primer esfuerzo de comprensión, una vez establecido el canal entre emisor y receptor ya no se puede evitar continuar la lectura hasta el final.
Mitad derecha del
billete de 500 pesetas


Un final que para darse hay que completar el billete encontrando la otra mitad y entender porqué y quién lo rompió en dos.

Las cuentas pendientes hay que liquidarlas y Ernesto sospecha que seguramente costará mucho más que las quinientas pesetas del valor facial del billete pero no sabe hasta que punto va a salirle caro.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Dime algo sucio de Diego Ameixeiras

Oscuridad y de repente un flash de luz que dura unos pocos segundos permite entrever una escena y unos personajes. Fundido en negro y un nuevo flash ilumina ahora otra escena distinta con distintos personajes. Otro fundido y otro flash. Y así va avanzando la novela.

Dime algo sucio es una novela negra que no responde a los cánones tradicionales; no tiene investigación policial aunque tenga sicario, aunque haya habido violación y haya cadáveres.

Los hechos son narrados y expuestos al estilo de la novela negra japonesa y como mucho algunos se explican y otros se dejan a la interpretación.

Una novela negra que lo es por lo que en ella acontece; por sus desmadejados protagonistas, sus ansiedades y sus deseos; por el entorno y el desarraigo. No busca justicia, no persigue denuncia y solo se limita a exponer un fresco social.

Cada capítulo va desarrollando unas vivencias de forma inconexa; breves apuntes que iluminan con mortecina luz vidas que transcurren en paralelo. Cada vida es un mundo y cada vida tiene su propia historia.

Y esas historias simultáneas poco a poco se van entrecruzando para configurar un gran mosaico que al final ofrece una visión completa y por ello una perspectiva distinta de lo que se ha ido contando.

Los personajes viven sus anodinas vidas con intensidad y todos comparten el sueño de remontar ¿no es acaso ese deseo inherente a la condición humana? Cada cual, con su propia escala de valores, determina sus prioridades: sexo, amor, dinero, libertad; todo lo que mueve el mundo y que algunos gozan y otros sufren.

Un vendedor de una tienda de armas con pareja estable que desea alguien más joven para una aventura, una preadolescente que busca una relación con suspense, un taxista ético, unos jóvenes que viven su amor con intensidad, una abuela deliciosamente senil, una joven despechada por el amor de su vida, un fotógrafo casi retirado, un africano que arrastra su manta y el material falsificado como quien arrastra kilos y kilos de frustración y rabia a partes iguales…

Para algunos de ellos la suerte final ya ha sido echada y les ha salido cruz y moriran; los otros han tenido suerte y seguirán vivos ¿o la suerte la han tenido los muertos?

Diego Ameixeiras, el autor, ha decidido quienes deben vivir y quienes no y lo ha contado de tal modo para que sepamos que el desenlace podría haber sido cualquier otro y que incluso nosotros, ajenos al argumento, no estamos exentos de sufrirlo.

El autor ha plasmado realidad en un mosaico costumbrista y le ha salido crudo no por provocar sino porqué la vida, y más en los arrabales de una ciudad, sea esa Oregón que no es otra que Ourense o cualquier otra, es así.

Y lo cuenta con economía de medios, sin palabrería y con los adjetivos precisos que por si mismos contienen frases enteras tal como funciona la poesía y tal como sería si ésta estuviese escrita en prosa.

Es un sentido y hermoso blues urbano.

domingo, 22 de noviembre de 2015

En el país de las sombras de Gilbert Gallerne

En el país de las sombras el claroscuro
es el rey
En el país de las sombras existen dudas, confusión y desapego de la realidad. En el país de las sombras el claroscuro es el rey.

¿Cómo superas el suicidio de tu mujer en vuestra propia casa con tu arma reglamentaria? ¿Cómo lo supera tu hija de doce años?

La ingesta de alcohol hasta perder el sentido cada día no te ayuda a superar nada pero consigue inhibir los sensores que activan los recuerdos y los sentimientos. Pero tu hija no bebe y a su sufrimiento de orfandad no deseada y terriblemente temprana se le une el de verte hundirte cada día un poco más.

Te mueves entre las sombras mentales que te provoca el alcohol con recuerdos de tiempos felices y de proyectos de futuro enterrados. Sentimientos de frustración y de rabia por no haber detectado nada, tú que eres tan buen policía, por no saber, por no poderlo evitar.

Eres Vincent Brémont y estás con tu hija Julia de vacaciones. Lo suficientemente lejos de París como para ganar con la distancia física lo que no se puede ganar con la distancia emocional. Pero no lo suficientemente lejos como para que alguien no pueda turbar esa incipiente paz y remueva todo el pasado.

Todo el pasado. El pasado reciente y uno anterior, tan anterior como para no pertenecer más que a quien lo vivió o mejor lo padeció. Tan ausente que su presencia es notoria.

Eres Vincent Brémont, capitán de la policía judicial de París, un buen policía que fuiste investigado y absuelto por la muerte de tu mujer y vuelves a estar ahora en el punto de mira policial porque el hallazgo del cuerpo sin vida de un hombre cerca de tu casa de vacaciones te vincula de nuevo a ese caso cerrado policialmente pero abierto aún en carne viva. En tu carne y en la de tu hija.

En el país de las sombras todo es confuso e interpretable. Mientras tú lo interpretas desde el conocimiento de tu inocencia, la policía, tus compañeros, lo interpretan desde el procedimiento de causa y efecto y acción y reacción y por eso no les basta que les digas que no tienes, que no tuviste, nada que ver: quieren pruebas. Y se las vas a tener que entregar.

Intuyes una maquinación en todo lo que vas descubriendo pero no obtienes luz sino más y más sombras.

Tienes una semana antes que te acusen formalmente y te encierren. Una semana y serás libre o juzgado y condenado. ¿Qué va a ser de tu hija, sin madre y con un padre entre rejas?

No puedes permitirle pasar por esa experiencia. Debes dejar la bebida y despejar la mente. Debes alejarte del país de las sombras y entrar en el de la luz para poder ver claro y actuar. Ahora más que nunca tienes una razón para seguir viviendo.

Gilbert Gallerne
Gilbert Gallerne ha escogido para el argumento de su novela el vía crucis que le supone a un policía y padre revivir la muerte de su esposa, el lacerante dolor que supone ver vilipendiada su memoria y la lucha personal por resurgir de una hibernación alcohólica. Ha empleado para ello una trama facilona y convencional y por ese motivo previsible pero que ha tratado con solvencia al limitarse a una redacción sin complejidad y a incidir en el componente humano.

Con esta novela ganó en París el prestigioso Premio Quai des Orfèvres 2010 como mejor novela policíaca del año. Pero con los premios ya se sabe: son como los vinos, hay buenas añadas y otras no tan buenas.


La lectura de En el país de las sombras hay que agradecerla a la Librería SomNegra que me la mandó gratis por haberla ganado en uno de sus periódicos sorteos. Síganla en blog y twitter.

domingo, 15 de noviembre de 2015

CSI Cyber

Bluetooh, la conexión inalámbrica,
es el paraiso para un hacker
¿Es usted geek amante de la novela negra y del thriller? Sin duda esta es su serie de televisión. No porqué la tecnología se trate a un nivel friki sino porque es su eje central y tiene todo el protagonismo y eso es para los amantes de la tecnología informática como polen para las abejas.

Aunque es serie también para los seguidores habituales de CSI y cualquiera que disfrute con series de procedimiento policial. Los guiones de serie negra y thrillers catastrofistas están servidos.

Cada episodio es un caso auto conclusivo y en cada caso el instrumento electrónico aparece como víctima o causante de ellas. A veces muchas.

Y detrás hay una mente informática brillante, cibercriminal, capaz de interferir el correcto funcionamiento del instrumento y convertirlo en un obediente pseudo robot que no atiende ninguna de las leyes que instruyera Asimov.

El Malware se introduce en
nuestros programas y los gobierna
Webcams, ordenadores portátiles y de sobremesa, tablets, impresoras, sistemas de alarma, móviles y sobre todo y por encima de todo smartphones, es decir elementos que forman parte de nuestras vidas y de nuestra cotidianeidad pueden, hábilmente manipulados, desde actuar por libre y desnudar nuestras intimidades a la red a convertirse en instrumentos de muerte.

Todos los nombres que muchos identifican, algunos conocen y otros reconocen solo haber oído pero no tener ni idea de su significado se materializan en esta serie con presencia física e importancia capital: algoritmo, antivirus, virus, cortafuegos, freeware, navegador, bluetooh, WiFI, gusano, código fuente, cracker, hacker, dirección IP, malware, módem, dominio, phishing, spyware y muchísimas más.

No es un curso de cibernética aplicada para dummies, ya que lo supera, pero sirve para entender que estamos en un mundo que además de las leyes jurídicas estamos sometidos también a las leyes que la informática ha ido creando y sigue haciéndolo ya que el avance de la tecnología es imparable.

La red tiene más información nuestra
de lo que creemos e imaginamos
13 episodios completan la primera temporada de CSI Cyber que ha resultado ser lo suficientemente entretenida e interesante como para continuar y seguir viendo la segunda.

Y todo gracias al interés que despierta saber lo indefensos que estamos ante ataques cibernéticos; todo lo que sucede es técnicamente factible y por ello resulta tan probable que estremece.

El pero lo pone la interpretación de las personas que ha sido cedida a los elementos informáticos. Actores conocidos (Patricia Arquette que viéramos interpretando a la médium, es ahora la agente especial del FBI Avery Ryan al cargo de la unidad de Ciberdelito) no consiguen hacer creíble su papel y construyen unos protagonistas cliché demasiado rígidos sin aspectos de vida privada y que resultan meros instrumentos para el lucimiento del caso tecnológico de cada episodio.

Si CSI se hizo famosa en su inicio por su meticulosidad forense, esta spin off lo es por tratar de forma forense los equipos electrónicos y, como hiciera la otra, con todo detalle y explicaciones. Siempre hay un gadget informático al que realizarle la autopsia.

La subtrama líneal se sustenta en encontrar al hacker sombrero negro que siendo Avery Ryan una doctora en psicología con consulta propia entró en sus archivos se apoderó de toda su información y asesinó a una de sus pacientes. Avery dejó la consulta y entró en el FBI para impedir que estos intrusismos tuvieran lugar y en su fuero interno espera encontrar a quien le destrozó la vida lo que se resuelve, como no podía ser de otra manera, en el último episodio de la temporada.

El cibercrimen está a una tecla
de distancia
Los hackers sombrero negro son los malos; los sombrero blanco son los buenos. Maniqueísmo con delgada línea roja sobre la legalidad. La red tiene más información nuestra de lo que creemos y cualquiera, un poco avispado, puede hacerse con ella.

Vayan con cuidado con sus palabras de paso y no se tomen eso de la seguridad informática a la ligera. Es un ciberconsejo. Disfruten de la serie.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Maldita nostalgia de Juan Luís Marín

Violencia cruda e irreversible
Frases cortas, algunas de una palabra. Párrafos cortos, algunos de una frase. Como respiraciones en estado de agitación, cortas y seguidas. Como puñetazos. Como disparos. Como pérdida de sangre por corte arterial: a cada bombeo un chorro que te acerca al final.

Sabes que avanzas en la lectura porque cada giro de página viene acompañado de un mordisco. Es el propio libro que también busca su venganza: sabe que morirá cuando la lectura llegue a su fin y se resiste como gato panza arriba. Como aquel que sabe que su vida, si lo encuentran quienes le persiguen, valdrá menos que un caramelo de restaurante chino.

Tres hermanos son los protagonistas de esta historia. Ángel es el mayor, Gabriel el mediano y Alex el pequeño. Ángel se fue y ahora ha vuelto, Gabriel sigue pero hay incertidumbre en su continuidad y Alex se ha ido y no volverá.

Las relaciones entre ellos se rompieron siete años atrás y solo la nostalgia actúa de puente y permite que Ángel vuelva y dé el primer paso para el reencuentro. Ángel como un ángel vengador; como un ángel redentor.

La nostalgia reblandece el alma y se inventa justificaciones para encontrar razonable lo absurdo. La nostalgia vuelve blandengue al más pintado. Maldita nostalgia.

Maldita nostalgia es una novela negra rara avis. De las que corren poco, lamentablemente, en este país. Es una novela negra que abordando un tema del que muchos preferirían no saber que existe, pero que existir existe, le sirve de vehículo para construir una venganza donde nadie sale indemne.

Con el incendio de los camiones empezó todo
Una venganza que se convierte en sí misma en escenario y ambiente y en protagonista. Algo que no había visto en novela alguna: todos y cada uno de los protagonistas humanos tendrán sus motivos y razones para participar.

Una venganza que explicita la clase de violencia que mueven los negocios sucios a su alrededor: seca, áspera, dura e irreversible. Violencia personal y violencia social, extorsión y corrupción y por todo eso es una novela muy, muy negra.

Por eso y por que no esconde bajo subtítulos ni subterfugios ni sutilezas el retrato crudo del comportamiento inhumano de quienes se mueven por ese mundo de corrupción asquerosamente podrido que busca el placer y el poder por encima de todo y de todos. Sin importar nada ni nadie.

Dónde la vida humana es un bien. Vale por el uso que de ella se pueda hacer. Por lo que de ella se pueda sacar.

La novela se mueve en un mundo sin concesiones donde todos los protagonistas viven solo para si mismos. Capaces de venderse por nada, capaces de todo por poco, capaces de ser capaces de lo que sea si no hay otra salida.

Juan Luís Marín es el autor
de Maldita nostalgia
Juan Luís Marín ha bordado un guión de cine negro presentado en formato de novela negra. La ha escrito con textos cortos y secos como disparos, como la violencia que muestra, como escupitajos de saliva mezclada con sangre.

Es un estilo propio distinto a lo que se puede encontrar en general y lo conduce con un ritmo narrativo acelerado ya desde el principio y donde las situaciones que se describen no dan tregua.

Es sin duda una muestra de cómo deber ser una novela negra creativa ya que se atreve a combinar y superponer según convenga dos tramas paralelas que a veces se leen como si viésemos dos puntos de vista de una película en una sola pantalla partida en dos mitades. Dos planos de actuación que explican dos historias y cuentan dos finales o quizás solo sea uno. Más no puedo decir. Para saberlo lean la novela. Léanla de todas formas.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Yo asesino de Antonio Altarriba y Keko

Matar no es un delito,
matar es un arte
Si Thomas de Quincey escribió “Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes” Antonio Altarriba y Keko firman Yo asesino donde subliman el asesinato para equipararlo.

Un asesinato perfectamente ejecutado y con final feliz, para el asesino claro, debería estar expuesto en un museo y la performance de su realización objeto de culto y motivo de debate entre los especialistas en este arte y materia de estudio en los mejores centros educativos.

Enrique Rodríguez, el protagonista, es un profesor de Historia del Arte de mediana edad, erudito en la interpretación del significado artístico, ético y moral de las obras representativas del mundo oscuro y tenebroso exponente de dolor y violencia. Tanta erudición le viene de mucho estudio y dedicación apasionada al tema; tan apasionada como morbosa y enfermiza opinan quienes le conocen y no le escatiman mérito pero mantienen las distancias y no comparten sus aficiones.

Y menos las compartirían si supieran que en sus ratos libres Enrique Rodríguez ejerce de asesino. De asesino en serie. Más bien de artista de la muerte. Ejecuta obras de arte en modo asesinato. Y les pone título. Toda obra de arte ha de tener título.

La única pena es que el título solo lo conoce él y no puede poner su firma ni comunicar su autoría por lo que su obra individual no puede ser identificada ni su serie secuencial conocida en su globalidad y por esa razón tampoco admirada ni valorada ni comprendida.

Que gran artista desconoce el mundo!

Pasará a la posteridad como un anónimo de obras inexistentes a ojos de un público ignorante del hecho. El lado bueno es que su faceta de asesino también permanece en el anonimato y eso es bueno para seguir viviendo a su aire y poder seguir experimentando en sus efímeras creaciones.

Antonio Altarriba y Keko
Un guión muy original e inteligente y muy bien desarrollado, con giros sorprendentes y bien resueltos que ha escrito con mucha precisión Antonio Altarriba incorporando unos diálogos que no hacen de relleno sino que sirven para ir avanzando la historia como si de canciones de un musical se tratara con lo que consigue contar muchas cosas y enriquecer la obra desarrollando subtramas.

Así el entramado es complejo ya que no solo se desarrolla la parte artístico asesina de Enrique Rodriguez en la trama principal sino también sus caóticas relaciones personales, sociales y profesionales, todo un mundo de contrastes que otorga una vida muy completa al personaje, al que llegamos a conocer más que bien.

El cómic ofrece segundas lecturas para cada tipo de relaciones, todas tensas como las que mantiene Enrique Rodríguez con su mujer, con el sexo esporádico, con la intrusión de la política en la universidad y la asignación de subvenciones, en la búsqueda de la poltrona de algunos y en las envidias y disputas con los profesores coetáneos.

Unos contrastes que van de la luz a la oscuridad y que Keko, que aporta los lápices y la tinta, consigue reproducir en esas viñetas de pequeño formato. Tinta negra para una historia negra en la que el profesor Enrique Rodríguez sufre incluso cuando disfruta, padece cuando goza y odia cuando ama.

Primera página de Yo asesino
El dibujo consigue mostrar toda esa amalgama de sensaciones jugando solo con blanco y negro, con tramas para los grises intermedios, y toques precisos de rojo para mostrar sangre, como sería fácilmente predecible y también manzanas, rosas, miradas… poniendo énfasis en viñetas que no solo muestran lo que enseñan sino que pretenden que se vea lo que no se ha dibujado.

A lo largo de la obra se exponen unos hechos fruto de un comportamiento asocial pero no se juzgan, de lo que resulta que a tan carismático y censurable personaje se le entiende, se le acepta y casi se le perdona su afición que, de tan asimilada a lo largo de la obra, se integra como un componente más de nuestra cotidianeidad. Tal vez sean sus cánones para elegir víctima y su falta de implicación lo que permiten cierto distanciamiento igual al que se produce cuando vamos a una exposición de arte y admiramos las obras con unos metros de separación.

Como si vivir rodeados de asesinos fuera de lo más normal!

Otra gran obra del cómic noir guionizada por Altarriba e ilustrada por Landazabal es Detective.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Hazell y el timo de las tres cartas de Terry Venables y Gordon Williams

Los timadores timados o porque debemos desconfiar siempre o una femme fatale no tiene porque ser curvilínea de infarto ni con mirada seductora de lánguida expresión podrían ser subtítulos válidos para esta novela negra de granujas y timadores.

En el mundo del timo no solo se emplean las habilidades del timador sino que también se explotan las debilidades del primo al que engatusar.

En los timos de cartas la velocidad de las manos del timador suele ser superior a la de la vista del primo, pero además se juega con la psicología de éste que, movido por la ambición, se le potencia su vanidad y su engreimiento haciéndole creer que es el más listo y por tanto invencible.

Los ganchos ayudan mucho a potenciar esa soberbia; los ganchos incitan y motivan. Al principio se le deja ganar y luego cuando ya está enardecido se le hunde en la desesperación al quedársele todo su dinero.

Hazell y el timo de las tres cartas es una novela con mucho humor y enredo en el que el timo es el eje central y en la que la violencia se reduce a la necesaria para marcar territorio sin ir más allà. Escrita de forma ligera y abusando del cinismo nos relata las investigaciones de James Hazell a petición de una viuda para demostrar que el marido de ésta, atropellado y fallecido en el metro después de pasar por un puesto de trileros, fue víctima de una muerte accidental y no de un suicidio voluntario.

De que una muerte sea considerada suicidio o accidente depende de que la compañía de seguros desembolse una suculenta cantidad de dinero o se la ahorre y se la apunte en su contabilidad como menos gasto o directamente beneficio. James Hazell sabe que si el seguro paga, su cuenta bancaria saltará de alegría y una pobre viuda podrá vivir sin penurias el resto de sus días.

Terry Venables
Gordon Williams
Terry Venables, ex entrenador del FC Barcelona, hacía sus pinitos como novelista mientras que Gordon Williams, ya posicionado, actuaba más de mentor y corrector además de escritor, que es lo suyo.


La novela tiene sus años y se le nota en el estilo hoy pasado de moda. El simple hecho de emplear el timo de las tres cartas, hoy prácticamente en desuso, que por los setenta estaba en su mejor momento lo demuestra. Su ambientación y exceso de detallado localismo geográfico la hace poco extrapolable a gustos internacionales y parece haber sido escrita para ingleses, o peor, para londinenses exclusivamente.

Y a pesar de que James Hazell, el detective privado protagonista, rebosa tópicos en su forma y en su fondo la novela resulta muy entretenida, divertida y curiosa en su faceta más blanca dentro de la novela negra. Novela negra de timadores.

Y créanme, yo no les estoy timando.

James Hazell, el detective privado, es el protagonista de 3 novelas y de una serie de tv de 26 episodios, hoy en el olvido.

El fascinante mundo de los timadores ya se trató en este mismo blog recomendando las mejores películas del género. Aquí.



jueves, 29 de octubre de 2015

Blogs de novela policiaca y blogs de novela negra

Blogs de novela policíaca y
blogs de novela negra
Los Blogs somos como personas saliendo de fiesta. Nos vestimos para gustar y llamar la atención, queremos destacar entre los demás y conversamos de temas diversos procurando caer bien al mayor número de gente posible y acaparar su atención. Jugamos a seducir y aquí es primordial cautivar al primer vistazo ya que tal vez no haya segunda oportunidad.

Nos halaga ser reconocidos y sucumbimos a las alabanzas. A vanidad no nos gana nadie. Somos como personas.

Y por eso mismo nos duele la soledad y buscamos amigos para paliarla y también como las personas enfermamos, envejecemos y en algún momento moriremos.

E incluso conozco compañeros que han sido abandonados a la deriva sin patrón que los gobierne. Iniciaron su camino con alegría y expectativas y hoy ya no son prioritarios porque la vida da bandazos y siempre fuerza a elegir y la elección siempre es dolorosa.

Algunos ya han acabado su andadura y así lo han comunicado, otros simplemente han dejado de actualizarse y no se han podido ni  despedir.

Los Blogs que tenemos Blogs amigos presumimos de ello anunciándolos en nuestra página, es lo que en términos tecnológicos se conoce como blogroll y que cada cual bautiza como le apetece (yo, Blog Interrobang, los tengo en la columna de la derecha bajo el epígrafe Cómplices y ordenados por fecha de la última actualización).

Cómplices, porqué todos somos culpables de querer mantener al género policíaco y negro vivito y coleando, porqué aunque no nos conozcamos F2F sentimos simpatía los unos por los otros, somos camaradas en esa trinchera tan expuesta al fuego enemigo que es la palestra donde se suscita debate.

Las huellas digitales de un Blog
se configuran a partir de los posts
publicados
Todos blogs de novela negra y de novela policiaca, preferiblemente de autor y sin otra intención que ofrecer información sin casi moverse de sitio.

Mi columna de Cómplices se ha renovado no sin cierto pesar. Compañeros de viaje se han ido (quizá, ojalá, vuelvan: siempre tendrán un sitio reservado) y otros Blogs ocupan hoy su vacío y el motivo de este post es presentarlos y pedirles que los visiten: cuantas más opiniones contrasten más fácil será no equivocarse.

El ciclo renovador de la vida continúa y más que llorar las ausencias hay que celebrar que siga habiendo relevo.

Los Blogs que comparten sus vivencias se hacen más fuertes.


Echen un vistazo en la renovada columna Cómplices a la derecha y pinchen en cada link para saber de qué va cada uno, háganse amigos, seguidores, cómplices y disfrútenlos con salud.

domingo, 25 de octubre de 2015

Nunca es tarde para morir de Pablo Palazuelo

El crimen perfecto
es aquel que no es un crimen
porque nadie lo investigará
Todo árbol tiene un pasado, unas raíces que lo sustentan y lo mantienen erguido. Toda persona tiene un pasado, una historia que la sustenta y que la explica en lo que hoy es. ¿Que pasa con el árbol si algo descalza sus raíces? ¿Qué pasa con la persona si ese pasado es negro y sale a la luz? ¿Cómo se mantiene entonces alguien erguido?

Cinco hombres mayores más que amigos se reúnen en New York en una cita periódica y el póker es el entretenimiento común aparte del que cada uno tiene a nivel particular: a Travis le gusta la fotografía, a Louis las mujeres, a Johann su Dama Escondida, a Nick su vodka y a Harry estar con su pequeña Marian, si darse cuenta que ya es mujer y teniente de policía.

Todos robles viejos y fuertes. Todos robles de dura corteza que han visto pasar el tiempo y la historia. Pero por muy supervivientes que sean y muy curtidos que estén siguen siendo como un árbol. ¿Qué pasa con un árbol si algo descalza sus raíces?

Esos cinco árboles van a ver como su vida se transforma y como la calma chicha deja paso a un huracán devastador que se los puede llevar por delante. La implicación de la teniente Marian Bennett, la pequeña Marian, oficializa policialmente como delitos lo que en un principio parece un cúmulo de casualidades no imposibles pero si improbables. El crimen perfecto por considerarse un accidente.

Una más que hábil manipulación vertebrada a partir de una belleza juvenil capaz de parar el movimiento de La Tierra con su mirada caída de sus verdes ojos. Un cuerpo de pecado, literal y figuradamente, capaz de rebajar el nivel de alerta del profesional más adiestrado.

Paté de animales alimentados naturalmente
Nunca es tarde para morir retrata a quijotes hedonistas ansiosos de vivir aventuras, de luchar por favorecer al necesitado, de salvar doncellas aunque sea a costa de enfrentarse a molinos de viento. ¿Acaso hay un buen momento para morir?

Todos para uno y uno para todos!

El autor Pablo Palazuelo ha empleado una escritura muy asequible imprescindible para no perder el hilo de la trama que presenta una complejidad muy bien estructurada y sabiamente secuenciada para ir asimilando los giros argumentales y sorprender a cada nuevo capítulo. Ha desplegado con habilidad un sinfín de variadas situaciones con enorme veracidad.

Ha escondido la verdadera intención argumental jugando al erotismo de ir desvelando, velo a velo, la trama, para que el lector no pueda anticipar ningún movimiento y ya rendido aceptar lo nuevo que se le presente. ¿Quién puede resistirse a esa mirada de ojos verdes?

Para acabar escribiendo un thriller oscuro y trepidante con un argumento cocinado a fuego lento, donde cada ingrediente tiene su razón de ser y tiene su motivo de estar.

Un buen thriller tiene que templar el tempo narrativo, un suspense in crescendo capaz de absorber tanto la atención página a página como para dejar sin aliento en momentos de intensidad.

Pablo Palazuelo, el autor
Un buen thriller tiene que ser creíble con localizaciones geográficas precisas, con mención de organismos gubernamentales existentes o si inventados muy bien definidos, con explicaciones técnicas y/o científicas coherentes y ajustadas a una verdad contrastable o posible.

Un buen thriller tiene que jugar con unos personajes tridimensionales con una psicología construida sin fisuras y una casuística moral capaz de explicar sus acciones aunque no compartamos sus decisiones.

Un buen thriller es una maratón que ofrece al lector la belleza, la tensión y la emoción de presentarse como un sprint constante y que al final aún consigue acelerar más.

Todo ello lo tiene Nunca es tarde para morir y por eso en un muy buen thriller y su novel autor Pablo Palazuelo Basaldua alguien con recorrido y a quien hay que seguir.

Y como todo buen thriller cuenta con una BSO amplia y variada, hay para todos los gustos, para distintos momentos del día, para distintos estados de ánimo y para según qué compañía y según que intenciones, desde un estriptease hasta una ensoñación:

It’s a man’s world
What’s a woman
Love, thy will be done
Poison prince
Rescue me
La flauta mágica
Never marry a railroad man
I love Rock & Roll
Benedictus (de la Missa brevis en do mayor)
Never leave you
Mna Na Héireann
The House of the Rising Sun

lunes, 19 de octubre de 2015

Manda flores a mi entierro de Ricardo Bosque

Una cubierta que no honra
su contenido
Las relaciones familiares multigeneracionales, las personales y las profesionales son los vasos comunicantes de una trama divertida, entretenida y negra de esta novela titulada Manda flores a mi entierro.

Arturo Sanromán, inspector de policía con pluriempleo como investigador, recibe el encargo de la acaudalada Mercedes Samper para localizar a su hija con la que rompió relaciones hace quince años. Los motivos que la impulsan quedan sugeridos pero no concluidos por lo que tanto pueden obedecer a reconstruir puentes o dinamitar los restos que aún queden de los que un día hubo.

Esa ambivalencia resulta de lo más estimulante para mentes negras malpensantes como suelen ser las de los lectores de género que nunca descansan.

El inspector Sanromán realiza el trabajo con rapidez y perfección pero, otra ambivalencia genial, a la luz de los acontecimientos posteriores le surge la duda de si cumplió con el encargo o este tenía cola y aún queda trabajo por hacer.

Misma ambivalencia al no saber si Cayetana Tana Marqués es una florista que propicia suicidios para vender más flores o si es una suicidadora que buscó con la floristería ofrecer el servicio completo.

¿Es cierto que de casta le viene al galgo? ¿Se es suicidadora por elección espontanea o por derivación genética?

Una Tana inteligente, aguda, irónica, sobreviviente y hábil conversadora que tanto consigue imponer su criterio en casa como en su negocio, el de las flores y el paralelo, haciendo que parezca que ha sido el interlocutor quien ha tomado la decisión. Una Tana que si conviene deja las tareas de coordinación para pasar a las de ejecución. Una Tana de armas tomar. Una mujer decidida y resolutiva.

Esas ambivalencias y reparto equitativo de protagonismos es una fórmula más que interesante para introducir distintos niveles de lectura y que arma la novela de forma original no desmereciendo en ningún momento y acorde con el prometedor inicio.

Ricardo Bosque
Ricardo Bosque, escritor y blogger, ha construido una novela policial fiel a los cánones pero con un tratamiento sui generis que la hace particular y para nada convencional. Una novela inteligente y sin fisuras a partir de la normalidad cotidiana más absoluta.

Sus personajes y las situaciones por las que transcurren son terriblemente próximos, familiares, extraídos de la realidad y tan bien perfilados que los reconoceríamos ipso facto si los encontráramos por las calles de Zaragoza o puntualmente por las de Tarragona.

No ha necesitado insuflar al inspector de policía de una personalidad compleja resultado de traumas infantiles ni asociarlo a vicios ni dependencias artificiales ni dotarlo de súper habilidades, ni tampoco ridiculizarlo con tics, ni dejes casposos o patrios.

El inspector Arturo Sanromán es normal como hombre, como persona, como hijo, marido, padre y como profesional y se agradece que toda la novela también lo sea.

Argumento, ritmo narrativo y lenguaje son asequibles, fáciles y sencillos, que a lo contrario de lo que parecería resulta sumamente difícil y complejo el conseguirlo. Igual como hacer que la agitación navegue por aguas tranquilas. Y también lo consigue.

El equilibrio entre descripción y diálogos resulta correcto y si bien, algún pero había que buscarle, recapitular forma parte de la confección de la novela policiaca y negra hay que procurar ajustar su extensión y en cualquier caso pecar siempre por defecto.

Un acierto encontrarse con esta novela cansados como estamos de tanto tópico y tanta imitación como si no hubiesen voces autóctonas cualificadas.

Me lo he pasado tan bien leyéndola que voy a procurarme la segunda de la saga y que lleva por título: Suicidio a crédito. De momento no se dejen escapar esta.