Inspectora Ellis es una miniserie de televisión que se vende como rareza por ser la primera serie de detectives protagonizada por una mujer negra en el Reino Unido.
Algo más que una rareza, el primer episodio de
la serie se presenta novedoso, inteligente e interesante, pero lo que genera
esa expectación acaba volviéndose en su contra al ser un cliché que se repite
en cada uno de los 3 episodios que componen la 1ª temporada.
La inspectora Ellis es una inspectora jefe sin comisaria ni despacho centralizado que viaja, como enviada especial plenipotenciaria, a lugares donde se ha cometido un asesinato y los agentes locales o no tienen experiencia suficiente o recursos, para abordar la investigación. Su entrada resulta desconcertante en la comisaría de turno, y su actitud nada empática con sus colegas, genera automáticamente suspicacia, escepticismo, desprecio y rechazo.
En cambio, en sus conversaciones e
interrogatorios con víctimas, testigos y sospechosos derrocha una empatía que
se agradece en un policía, que siempre se nos muestran arrogantes y vanidosos.
La Inspectora Ellis es una mujer gruesa, negra,
de mediana edad y ante quien hay que subordinarse, lo que no despierta simpatía
en una profesión donde proliferan actitudes racistas, machistas y misóginas. En
cambio, para el espectador es gratificante que una mujer contemporánea, consiga
poner firmes a machitos provincianos y que además atine en sus planteamientos y
resuelva los casos.
Y es el modo de convenir esa asignación, de
hacer el viaje, buscar alojamiento, solicitar despacho, recursos, cuestionar
todo lo realizado hasta el momento y empezar a impartir órdenes y luchar contra
un entorno hostil, lo que supone un claro empoderamiento femenino y una más que
evidente reivindicación feminista.
Por lo demás, los casos policiales son
entretenidos, pero los asesinatos tampoco resultan brillantes muestras de ingenio, son más
bien prontos domésticos y vecinales que, aunque intrigantes, no generan el
suspense suficiente. Probablemente se deba también a que la duración, 90
minutos, resulte excesiva para lo que muestra.
Así la serie más que de novela policiaca o de novela negra, se reduce a un costumbrismo
británico. Filmada en escenarios naturales, a lo que la mayoría de series de la BBC se
están acostumbrando, en un claro intento de estampar denominación de
origen, demuestran más preocupación por el desarraigo, la inmigración, la denuncia social y por demostrar el lado menos
romántico de la investigación policial, tan propio de las series americanas.
Se anuncia 2ª temporada y ahora que ya se conoce al personaje y se sabe el porqué de su forma de ser, es probable que aún se disfrute más.
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