viernes, 17 de agosto de 2018

Aviso de muerte de Sophie Hénaff

El segundo caso de la brigada
de Anne Capestan.

Aviso de muerte es la segunda novela protagonizada por la brigada policial que comanda la comisaria de la policía judicial de París Anne Capestan.

La brigada la compone un elenco de deshechos policiales de diversos departamentos que sin embargo consiguen ser un grupo cohesionado que acaba de resolver un caso ante el estupor de los mandos y por el que ninguno de sus colegas no repudiados daba ni un euro.

Así transcurrido un impasse donde cada cual da rienda suelta a sus habilidades y a sus aficiones les llega este nuevo caso que tiene una afectación personal para la comisaria Anne Capestan.

El comisario Serge Rufus, su exsuegro por ser padre de su exmarido Paul Rufus, ha sido asesinado y su muerte parece tener motivaciones ramificadas que pueden tener otros brotes. Por si fuera poco la investigación no la tienen en exclusiva sino que son teloneros de la Brigada Criminal que es a quien iluminan los focos.

Moviendose entre sombras, evitando zancadillas y soportando trato despectivo van a ponerle tesón, entrega y entusiasmo para que se les reconozca sus méritos.

Y a todo eso otro cadáver reclamará su atención. El ritmo deviene frenético y se amontona el trabajo en la brigada cuando hace unos días su única tarea era gestionar la ociosidad sin caer en el aburrimiento.

Sophie Hénaff
Sophie Hénaff no mejora su primera entrega pero no pierde pie, casi la iguala y reafirma su estilo que aúna con gracia y soltura unas relaciones soldadas en la comicidad de los actos de los brigadistas con eficiente rigor policial y capacitación para trenzar una eficaz trama policiaca.

Su fuerte la caracterización caricaturesca de sus personajes y sus diálogos. Y su logro generar subtramas, desarrolladas por los diferentes integrantes de la brigada, desconcertantes y generosamente hilarantes.

Sus dos novelas, ya lo decíamos en la anterior, renuevan el panorama noir y ofrecen una lectura distendida no falta de intriga y emoción.

Lectura refrescante ideal para este verano. No esperen más y pasen a engrosar la brigada de Anne Capestan aunque solo sea desde fuera. Después de leerla querrán estar dentro.

Aquí les dejo la reseña de La brigada de Anne Capestan la primera novela de la serie y recomiendo leerlas por orden.

jueves, 9 de agosto de 2018

El ladrón que leía a Spinoza y El ladrón que pintaba como Mondrian de Lawrence Block

El ladrón que leía a Spinoza

El ladrón que leía a Spinoza y El ladrón que pintaba como Mondrian son la 4ª y 5ª entregas, respectivamente, de la serie de novelas policiacas protagonizadas por el simpático, conquistador e inteligente ladrón de guante blanco que es Bernie Rhodenbarr.

Una serie que si por algo se caracteriza es por el suspense y el humor, por sus diálogos y sus situaciones comprometidas felizmente resueltas con mucha imaginación y dinamismo; por su habilidosa forma de acorralar a Bernie y por su forma de escurrirse por un resquicio.

Bernard Grimes Rhodenbarr, Bernie, sigue siendo un tipo afortunado a pesar de su mala suerte, ya que consigue salir indemne de sus delitos aunque a veces, o casi siempre, la situación se le vaya de las manos.

Mientras muestra al mundo una imagen de probo ciudadano propietario de una librería de viejo no deja de acudir a la llamada de sus instintos básicos, léase robos en domicilios, para complementar, mejor para llenar, su cuenta de ingresos que con los libros no da ni para pagar los taxis.

En El ladrón que leía a Spinoza el tándem formado por Bernie y su íntima amiga Carolyn Kaiser, propietaria del salón de belleza para perros La Casa del Caniche, dan un golpe que han preparado concienzudamente y que en lugar de un gran beneficio les reporta una gran complicación. A Bernie le salen los muertos como los caracoles responden a la llamada de la lluvia, y a su lado criminal profesional ha de anteponer su lado investigador aficionado para descubrir al asesino so pena de que le endilguen a él el muerto; nunca mejor dicho.

La ambición, que debería ser un pecado capital, es el peor enemigo para el delincuente y de eso los ladrones saben mucho.

Piet Mondrian - Tableau 11
Ray Kirschmann, un policía noblemente corrupto, amigo de Bernie mientras este le llene el bolsillo vuelve a representar su papel de contrapunto legal a las ilegalidades. Todo está bien si bien acaba.

En El ladrón que pintaba como Mondrian el argumento gira en torno a original y copia, al dinero y a unos asesinatos. El zafarrancho ideal para que Bernie se mueva a sus anchas y demuestre sus habilidades para robar lo que parecía imposible y consiga de nuevo estar a punto de que le endilguen un muerto.

Lawrence Block ha desarrollado una serie que tiene tanto de divertida como de emocionante. Estas novelas se pueden leer a cualquier hora y en cualquier lugar y tienen un efecto inmediato y positivo sobre el sistema nervioso parasimpático: hacen que resalte la ironía estética.

Las novelas anteriores también reseñadas en este blog:



domingo, 5 de agosto de 2018

Velvet # 2 y 3 de Ed Brubaker y Steve Epting

Velvet: La vida secreta de los muertos

Con Velvet: la vida secreta de los muertos y Velvet: el hombre que robó el mundo, segundo y tercer y último tomo de la serie culmina una brillante trama de espionaje de altos vuelos que no desmerece ni en una viñeta ni en un diálogo desde el principio hasta el fin.

Velvet Templeton se ve envuelta, casi sin querer, en una historia de agentes asesinados desde su puesto de secretaria del director de la agencia ARC-7 y pronto descubre que hacer bien su trabajo es el camino más corto para ir al otro barrio, por lo que dejar la agencia y resolver la investigación es lo único que puede salvarle la vida.

Cambiar los útiles de escritura por armas y su traje chaqueta y zapatos de tacón por un traje de camuflaje experimental y altas botas negras es lo primero que debe hacer para enfrentarse a alguien que le quiere mal. Mucho mal. Y no tiene ninguna pista para poderlo identificar más que un lapso de horas en blanco en un informe.

Nunca la estructura argumental de introducción, nudo y desenlace había cobrado tanto sentido. Los autores dedican un tomo a cada una de las partes y consiguen una coherencia de línea narrativa que obliga a contener la respiración a lo largo de la lectura que va introduciendo nuevos personajes, y consecuentemente giros de trama, casi al mismo ritmo que elimina otros.

Estamos ante una historia que no es nueva, el cine tiene bastantes, y muy buenas, muestras de ello. Una historia que aúna agencias de investigación, informes clasificados, espías, espías dobles, corrupción y mucha, muchísima acción y disparos y asesinatos.

Velvet: el hombre que robó el mundo
James Bond, Jason Bourne y Ethan Hunt son los más icónicos en el género. Por eso si esta historia de Velvet no es adaptada al cine se cometería un gravísimo error no solo porqué su argumento está al mismo nivel sino también porqué aún estamos faltos de representación femenina tan carismática como los congéneres masculinos.

Los intentos de Charlize Theron o Angelina Jolie, por citar a dos que tengan el protagonismo absoluto y no sean comparsas, requieren de mayor continuidad.

Velvet Templeton es el blanco humano de una trama que hila muy fino en términos de credibilidad para hacerla del todo pausible.

Plausible en su acepción de creíble y también en su acepción de aplaudible.

Ed Brubaker es guionista sobradamente conocido por su amplia obra relacionada con superhéroes y sobre todo con género negro de quien se ha convertido en referencia obligada cuando se habla de comic noir.

En Velvet realiza un esfuerzo monumental para escribir un guión que se convierte casi en un script informático donde encaja las voces en off en primera persona, siempre son pensamientos del protagonista que en aquel momento copa la atención, con los diálogos, escasos, breves y acerados, con las indicaciones claras pero abiertas para el dibujante y colorista.
Velvet: página interior

Steve Epting ensalza la obra con un dibujo realista y preciso, muy afinado en los detalles y en la creación de atmósferas, demostrando un dominio magistral de la figura humana y el lenguaje facial y corporal. Demuestra además una gran habilidad en el planteamiento de página con mayoría de viñetas horizontales y jugando con el tamaño y la inclinación según sea necesario acentuar los momentos de inactividad, los de transición o los de acción pura y dura.

Y Elizabeth Breitweiser hace magia con el color; unos tonos neutros con predominio de oscuros que sin embargo no oscurecen el dibujo solo ajustan la sensación visual que se precisa para distinguir personas y objetos tanto en interiores como en exteriores, bajo luces indirectas de lámparas o farolas de calle, ventanas de edificios y faros de vehículos. La acción transcurre preferentemente en espacios cerrados y después de la puesta de sol ya que es donde y como mejor se mueven los espías.

Lean aquí la reseña del número 1: Velvet: antes del gran final


lunes, 30 de julio de 2018

El crimen del ómnibus de Fortuné du Boisgobey


Un crimen en un ómnibus, o sea un vehículo para transporte público: lo que hoy vendría a ser un autobús, a partir de la sustitución de tracción animal por la mecánica, presenta la característica de ser un espacio cerrado y en movimiento. Lo que configura un entorno peculiar y particularmente difícil para cometer un asesinato tanto por evitar revuelo de la víctima que de aviso como por ocultarse a la mirada del resto de pasajeros.

Un ejercicio de audacia y de seguridad en sí mismo que indica que tipo de persona es el criminal. Un ejercicio de astucia y originalidad para un escritor en aquella época.

Se dice que pudo ser una de las fuentes de inspiración de Agatha Christie a la hora de concebir su afamada novela Asesinato en el Orient Exprés.

Cuando el pintor Paul Freneuse, un joven valor parísino, toma el ómnibus de dos pisos, el de encima descubierto, para regresar a su domicilio se encuentra con que al final del trayecto la chica sentada a su lado al parecer dormida, que amablemente sostiene en sus brazos para que no se caiga, está muerta.

Su mente creativa azuzada por la desbordante imaginación de su amigo Binos, también pintor, le llevará a sospechar que pudo tratarse de un asesinato. A partir de ese momento la curiosidad por la identidad de la víctima y las circunstancias de su muerte absorben sus días y determinan sus actos.

La acción de El crimen del ómnibus transcurre en París, en 1878, a falta de poco para inaugurarse la Exposición Universal. Los escenarios alternan el París bohemio, donde dibujantes y pintores buscan su lugar en la historia del arte conviviendo en pensiones junto a sirvientas y jornaleros, y el París noble donde la burguesía busca su encaje a remora de lo que significó la nobleza.

Un retrato costumbrista, un asunto tenebroso, un crimen malvado y malicioso, un oculto romance pero no por ello menos apasionado, unas amistades peligrosas. Un retrato social de la época que ni Paul Freneuse hubiera podido plasmar en un lienzo de mejor forma.

Fortuné du Boisgobey
Fortuné du Boisgobey (1821-1891) es un prolífico autor francés de novela policíaca y criminal, más de 70 obras le avalan, donde además de la trama y lenguaje de novela policíaca, trasciende la esencia del folletín, asentando le roman policier que entraña en sus argumentos los conceptos de crimen, aventura, romance y misterio.

La obra se reedita con una introducción de uno de los grandes especialistas de este país, sino el mejor, en literatura victoriana y en literatura de época que es Juan Mari Barasorda. Lo que supone asistir a una master class en primera fila y gratis.

Una lectura para recuperar la fe en la capacidad que tienen las palabras escritas para evadirse sintiendo y no solo leyendo. La obra de un maestro al que no le pesa el tiempo y cuya influencia en escritores posteriores es toda una evidencia.

Disfrútenla en toda su magnitud.



lunes, 23 de julio de 2018

Hawaiian Dick de B. Clay Moore y Steven Griffin

Un cómic noir tropical.

Pensar en noir y Hawai es pensar inevitablemente en Hawai 5.0 y en Magnum P.I., en sus versiones retro por supuesto: ventajas de la edad, y de ahí que nada más empezar a leer Hawaiian Dick hace que nos sintamos ante algo familiar.

Y aunque Hawaiian Dick transcurra en los ’50 los escenarios y los personajes de ficción, incluidos los sobrenaturales, son atemporales y por tanto extrapolables de las series indicadas al cómic y del cómic a las series.

Byrd es un investigador privado, antes fue militar, al que se le encarga investigar el robo de un coche; pero la cantidad de dinero que le ofrecen por tan nimio asunto hace que sospeche que haya gato encerrado. Y vaya si lo hay: un zoológico entero encerrado. Claro que no en el maletero, ya que en este se encuentra un cuerpo humano.

Como la miel a las moscas el caso atrae a mafiosos, policía, brujos y zombies donde cada cual persigue la satisfacción de sus propios intereses. Cada elemento por si solo resulta sabroso pero al mezclarlos se diluye el sabor.

Clay Moore escribe un guion con el que aúna historia y tópicos personajes de cine negro con elementos sobrenaturales, magia negra, espíritus y prácticas de vudú para conformar una aventura alocada y que por momentos parece andar como pollo sin cabeza. Cosas del vudú sin duda.

El personaje de Bird tiene una gran carga vivencial y emocional que en esta primera entrega no da tiempo a desplegar ya que queda absorvido por la historia, y nunca mejor dicho, pero que da a entender que tiene recorrido.

Hawaiian Dick página interior
Steven Griffin dibuja el cuerpo humano buscando las redondeces y difumina cuando el misterio esotérico planea por las páginas y donde realmente se luce es en el coloreado donde, a pesar de la oscuridad de la mayoría de sus viñetas, crea verdaderas atmósferas ambientales gracias a los contrastes de luz que delatan su dominio del pincel y el estilo pictórico.

Hawaiian Dick es un comic noir tropical que lo tiene todo para ser imprescindible y sin embargo no alcanza, y aunque su lectura resulta interesante no acaba entusiasmando. Y es que el peso de lo sobrenatural, que  debiera ser solo un complemento, acaba arrebatando el protagonismo al caso policial y arroja dudas sobre la intención de la historia y su desenlace.

El álbum es el primer volumen, con un arco argumental concluyente de tres números (El caso del maletero, Arrastrados y Volveremos a encontrarnos). La serie, en versión original, va ya por el cuarto volumen y parece querer continuar. En castellano solo está disponible, y actualmente seguramente solo de segunda mano, el volumen reseñado.