domingo, 23 de octubre de 2016

Aguacero de Luis Roso


Aguacero: ambientación perfecta en un
noir rural de la España.
Aguacero es un intenso y magnífico noir rural donde el barro y la lluvia son tan protagonistas como las personas y supone el brillante debut en novela negra de Luis Roso.

Un debut pasado por agua porque esta no ceja en su empeño de ser protagonista a lo largo de toda la trama, y esta persistencia es tan vivida que cada vez que se levanta la cabeza de la lectura y se ve la placidez de una tarde de sol otoñal parece que se haya vuelto de un viaje intertemporal.

Debut pasado por agua pero para nada aguado, habida cuenta de la calidad que se reconoce en cada línea de escritura donde todo está medido para que ajuste sin apretar.

Estamos en1955: demasiado poco tiempo desde el final oficial de la guerra civil española. Insuficiente como para olvidar, no hablemos ya de perdonar desmanes, afrentas y peores. Había que cuidar muy bien que se decía y a quien por estar en terreno abonado de rencores expectantes de recolectar venganzas.

Aguacero es una novela negra de la España negra que crecía inaugurando pantanos en el No-Do. En una época en la que el Movimiento no dejaba mover a nadie.

Ernesto Trevejo, de treinta y tantos, inspector de la Brigada de Investigación Criminal en Madrid es enviado a dar soporte a la Guardia Civil de Las Angustias, un recóndito lugar de la sierra madrileña elegido como enclave para construir un pantano. Un cuádruple asesinato, dos guardias civiles y el alcalde y su esposa, especialmente truculento conmociona a las altas esferas del gobierno que quieren una pronta solución.

El inspector cuenta con la ayuda logística del joven agente Aparecido, un acierto de personaje, y con él va progresando en una investigación entorpecida por la lluvia y por el hermetismo que suele ser el habitante destacado en las zonas rurales.

Su presencia, una piedra en el zapato, es acogida por el capitán de la guardia civil con fría profesionalidad y sin pizca de entusiasmo y por el resto de la población con expectación y suspicacias: el alcalde, el cura, el juez, el médico, el rojo, la maestra, la prostituta, el hostalero, un noble venido a menos, el encargado de las obras de la presa y su capataz. Estamos claramente ante una novela de protagonistas.

Luis Roso debuta en la
novela negra con Aguacero
Luis Roso parece recrear un episodio de Crónicas de un pueblo, serie de TVE de los ‘70, pero lejos de ofrecer la imagen idílica forzada por la censura, ofrece una imagen real con todas las miserias del régimen, físicas y morales, al descubierto y con una trama que por su probabilidad y posibilidad destila veracidad en todos sus párrafos.

Hay autores que para recrear una época pasada abusan de las descripciones buscando facilitar la comunión del lector con el escenario y solo consiguen que se vea el entramado que se oculta detrás del proscenio; Luis Roso ha escrito sobre esa época como si estuviera en esa época, incluidos el léxico, los chascarrillos y las expresiones habituales que componen brillantes diálogos, por lo que no ha precisado de ningún artificio para lograr que la ambientación sea natural y real y además rural.

El argumento refleja el contexto histórico de un franquismo que, lobo con piel de cordero, quiere hacer creer que la guerra es agua pasada y que ahora lo que importa es que España mire hacia delante y así abrir puertas al mundo, que el aislamiento no lo prescribe ningún médico.

La novela resulta una hábil mezcla de, por un lado, costumbrismo histórico, social y político, que sorprende agradablemente por su realismo y crítica ironía y por el otro de intriga policial que presenta suficientes giros en la investigación como para evitar que esta se cierre antes de tiempo alargándola hasta el final. Un final heterodoxo y valiente, digno del desarrollo de la trama y de un suspense narrativo que lo demandaba a voces.

Luis Roso hace un guiño al lector homenajeando a Lorenzo Silva y a la pareja protagonista de sus novelas: Bevilaqua y Chamorro, al ponerles nombre a dos de los guardia civiles: Ramón Belagua Silva y Víctor Chaparro Lorenzo.

Si no la conocían, ahora ya no tienen excusa y se la recomiendo como agua de mayo, aunque que estemos en otoño.

lunes, 17 de octubre de 2016

Crimen en el paraíso temporada 5

Crimen en el paraíso:
un whodunit británico en el Caribe
Cada vez resulta más difícil sobrevivir a una estancia en Saint Marie (Guadalupe en la realidad) y si no vean los cuarenta capítulos que ya emitido esta serie de Crimen en el paraíso a lo largo de sus cinco temporadas y comprobaran como el ratio de asesinatos por habitante no tiene igual en ningún otro lugar, por suerte para los televidentes.

Los guiones de Crimen en el paraíso por lo que se refieren al acertijo que supone el asesinato, lo más destacado de la serie, son elaboradas narraciones cortas dignas de figurar en cualquier recopilación homenaje a la edad de oro del policial británico de principios del siglo XX.

Los asesinatos a resolver siguen ese patrón que va desde la habitación cerrada al lugar imposible, siempre como un intrigante acertijo que hay que desentrañar y que aun teniendo las claves para hacerlo no siempre resulta fácil pero el inspector Humphrey Gordon lo logra con una mezcla de capacidad analítica e inspiración súbita derivada de cualquier situación tendiente a la jocosidad que hace trivializar la parte policiaca para convertirla en un entretenimiento familiar.

Esa mezcla de novela policiaca británica clásica en ambiente caribeño y el buen humor siempre reinante entre los miembros de la comisaria de Honoré, junto a un inspector cuya indefensión le hace parecer un peluche necesitado de amor y cariño conforma esa serie blanca como la leche de coco. Eso es la serie: una piña colada, sin alcohol, con una sombrillita de color.

Superada la transición que supuso ir descabezando la serie de sus protagonistas principales, esta temporada ha servido para reafirmar los nuevos caracteres y se ha optado por incidir más en el aspecto humorístico en sus relaciones, más ligeras y sin componente dramático y sobre todo en encontrar una solución amorosa para Humphrey Goodman, derivado de los roles asignados a los interpretes, perfiles más planos, que llegaron para sustituir a los ausentes y que no solo no han conseguido que los olvidemos sino que cada vez los echemos más en falta.

Asiduo protagonista desde el inicio
El humor de la serie con Richard Poole era más inteligente que el desarrollado con Humphrey Gordon, las excentricidades de Poole son ahora meteduras de pata d’un Humprey tan patoso que se supone debería provocar risas, todo es más fácil y por tanto más asequible a mayor cantidad y diversidad de público; la presencia de Camille era la de una policía capaz mientras que la de su sustituta Florence es la de una perfecta secretaria; la quimica entre Dwayne (por cierto el único presente en los 40 episodios) y Fidel de compañeros y rivales no se logra entre Dwayne y J.P. más parecida a padre e hijo y por último la siempre interesante presencia de Catherine, madre de Camille, se ha visto reducida a mera comparsa casi sin diálogos desde que se fue su hija.

Lo cierto es que mientras los argumentos, enigmas con diálogos, siguen acaparando la atención, los papeles asignados a los protagonistas han bajado de nivel y en esta temporada son de una banalidad que raya en la tontería.

Hecha esta comparación, por demás necesaria, la serie sigue y ya se prepara
la sexta temporada. Recuerden una serie sin más pretensión que entretener sin trascender en reflexiones morales o denuncias sociales al más puro estilo whodunit.

El tema musical es una versión del reggae ‘You’re wondering Now’ escrita por Coxsone Dodd y que en su momento hicieran famosa The Specials.


You're Wondering Now (Opening Theme - Extended)

Lean aquí las reseñas de las anteriores temporadas:

1ª Temporada (con Richard Poole y Camille Bordey)
2ª Temporada (con Richard Poole y Camille Bordey)
3ª Temporada (con Humphrey Goodman y Camille Bordey)
4ª Temporada (con Humphrey Goodman, Camille Bordey y Florence Cassel)









jueves, 13 de octubre de 2016

El enigma de la calle Arcos de Sauli Lostal

Ante todo precisar que con El enigma de la calle Arcos nos encontramos ante la que está considerada primera gran novela de género policial en Argentina; lo segundo que no está clara su paternidad ya que el nombre de su autor parece ser claramente un seudónimo y lo tercero es saber que se publicó seriada por el diario Crítica a finales de 1932 y como volumen en 1933.

Es curioso como la novela ha acaparado más páginas de opinión y discusión centradas en su paternidad (entre las distintas posibilidades la que tiene más encendido debate es si fue escrita o no por Jorge Luis Borges) que no por su estructura narrativa y su argumento que en eso hay mayor coincidencia entre lectores y crítica en considerarla, incomprensiblemente, mediocre.

Y ni tanto ni tan calvo. En contexto la novela presenta los mismos tics para lo bueno que para lo malo que muchas otras obras europeas de su mismo estilo folletinesco de aquella época y no se debe juzgar con exigencia docta lo que solo es un entretenimiento. Y en eso cumple a la perfección.

El enigma de la calle Arcos lo constituye el descubrimiento del cuerpo muerto de Elsa Avilés, esposa de Juan Carlos Galván, en su habitación cerrada por dentro con un cerrojo y el autor no solo no esconde su pasión por la novela El misterio del cuarto amarillo de Gaston Leroux sino que emulándola (en ambas el protagonismo se lo lleva un periodista) pretende superarla y de ahí que el título conlleve directamente la palabra enigma como la otra llevaba misterio para que nadie se llame a engaño de lo que contiene en su interior.

Remite también, buscando paralelismos cercanos a su contemporaneidad a El doble asesinato de la Rue Morgue de Edgar Allan Poe con Auguste Dupin y a La cinta moteada de Arthur Conan Doyle con Sherlock Holmes.

El joven periodista Horacio Suárez Lerna del diario Ahora ejerce de investigador apasionado buscando colmar la necesidad de saber de todo periodista que se precie y sosteniendo que no ha sido suicidio sino asesinato se lanzará a una carrera detectivesca paralela a la del inspector César Bramajo a quien se le ha asignado el caso.

Una intriga que mantiene en suspense hasta el final y que entremezcla amores, amantes, juego clandestino, fidelidad perruna, rivalidad periodística y lucimiento policial. Que interesa tanto como novela de costumbres sociales y de comportamiento de los medios de comunicación como por el detalle de su investigación policial.

No estamos pues ante una obra que pretenda reconocimiento literario (el hecho de haber sido escrita con seudónimo no parece un intento de aumentar el interés sino que da una idea más encaminada, aunque cueste entender, de querer pasar desapercibida) sino ante un acertijo estructurado en forma de novela.

Sauli Lostal, sea quien sea, ha escrito la novela en ese formato popular de quien tiene una charla coloquial en un café y se refiere a una historia que le sucedió a alguien y que así se la contaron y lo combina con el redactado propio de una entusiasta crónica periodística.

Tan popular es el tono empleado que requiere que cada tanto se vuelva a llenar el vaso mientras el rapsoda va avanzando en el esclarecimiento de los hechos ante una concurrencia con la boca abierta.

¿Dónde estaría hoy la novela policiaca y la novela negra sin estos magníficos y atrevidos folletines?

domingo, 9 de octubre de 2016

Donde los escorpiones de Lorenzo Silva

Afganistán: encrucijada de
guerras y conflictos
Novela negra que transcurre en ese lugar donde los escorpiones son los amos.

Afganistán es un país encrucijada de guerras y conflictos armados que ha visto a lo largo de su historia como han desfilado numerosas banderas con el propósito, o al menos así se explica, de garantizar la convivencia. El éxito a tal loable intento parece cuando menos lejano sino imposible.

En una base militar internacional de la OTAN en Afganistán compartida por soldados americanos, italianos y españoles ha aparecido muerto en un barracón un suboficial español. Degollado con un cuchillo amapolero, ese que usan los campesinos locales para cortar y recolectar la sustancia que, tratada, da lugar a potentes drogas y a un lucrativo negocio para los sempiternos señores de la guerra.

El muerto pertenece a la Guardia Civil y Bevilacqua y su equipo son enviados a esa zona de conflicto, a 6.000 kilómetros de distancia de España, para encargarse de la investigación y resolver el asunto antes de que se vuelva espinoso.

Es un marrón pero ya sea en kilómetro 0 como en La Cañada Real o a larga distancia como Herat, un asesinato es un asesinato y si el muerto es del cuerpo más ahínco hay que ponerle y sobre todo si puede haber ropa sucia que lavar.

La lectura no ofrece duda alguna sobre el realismo del entorno, del clima, de la percepción de peligro, de la vida en el campamento y de las sensaciones que allí se viven, Lorenzo Silva es lo suficientemente riguroso como para saber que en sus argumentos fantasías las justas y además ha recopilado los datos de primera mano: ha conseguido un mejor documental que novela, donde chirría la parte policial, más floja que en anteriores entregas.

Hay más de docudrama que de novela negra y se diría que Lorenzo Silva ha suplantado la voz de Bevilacqua. Se le nota cómodo en su papel de querer “contar la realidad contemporánea española” como explica en sus entrevistas reivindicando un puesto entre las obras de análisis social hasta ahora reservado a historiadores y poco más.

Cuchillo amapolero
Así las reflexiones y diatribas, que dejándose llevar por el escenario y lo que allí se cuece toman el control de la novela, relegan la parte criminal al pretexto necesario para escribirla.

Algunos diálogos, puestos en contexto castrense en zona de guerra, suenan poco creíbles por demasiado literarios y la trama criminal resulta poco consistente. Lo que no quita que a la novela y a su autor se le note el oficio y su medido sentido del ritmo que hacen que la lectura se traduzca en placer.

Novena novela de la serie protagonizada por esta pareja de la Guardia Civil que no defraudará a incondicionales pero que viene a confirmar la ligera deriva que está tomando desde el parón que sufriera hace unos años.


En este mismo blog reseñadas las dos novela de Vila y Chamorro inmediatamente anteriores a Donde los escorpiones:





martes, 4 de octubre de 2016

El Caso, crónica de sucesos, serie tv

Una de las portadas reales de El Caso,
cuyo caso se trata en uno de los episodios
La serie de televisión El Caso, crónica de sucesos, ambientada en 1966, versiona la realidad cotidiana que se vive en la redacción del periódico y por extensión la de la población cuando aún todo el poder político, judicial, policial y eclesiástico lo ejercían los vencedores de la Guerra Civil empeñados en recordar su condición a todas horas y en todos los lugares.

El Caso fue un semanario de sucesos y hechos inexplicables y sobrenaturales que entretuvo a la población española durante más de cuarenta años desde 1952 y que aún hoy sigue en versión digital http://www.elcaso.net/ y a raíz del éxito de la serie televisiva viven una nueva etapa impresa (cada viernes en su kiosko).

La serie recrea en cada episodio en clave de cine negro, con una ambientación histórica muy precisa y una puesta en escena impecable, casos reales (documentados con entrevistas) o que bien podrían haberlo sido, manteniendo además una trama de continuidad que, siguiendo los patrones televisivos habituales, crece en protagonismo y tensión a medida que se acerca el final de la serie: el caso del inquietante Asesino del rosario, cuyos actos tocan muy de cerca al periodista Jesús Expósito.

Al hilo de los casos criminales tratados por el periódico, la serie va más allá y en una hábil mezcla de drama, comedia y thriller aprovecha para poner en evidencia la instrumentalización de los jueces y mandos policiales en manos de un régimen dictatorial que no duda en aplicar garrote vil, a la vez que denuncia la censura militar y eclesiástica a la que se sometía a los medios con tal de filtrar absolutamente cualquier noticia y también la dificultad de la mujer de entrar en determinados círculos por el machismo imperante inherente al régimen.

Clara 'Massiel' López-Dóriga (Verónica Sánchez)
y Jesús Expósito (Fernando Guillén Cuervo)
La serie es un fresco de la España negra, que el franquismo se empeñaba en ocultar, pintado a lo largo de 13 episodios por unos periodistas, a los que se rinde reconocido homenaje, que deben desafiar obstáculos de todo tipo disponiendo de escasísimos medios para poder publicar una noticia.

Los periodistas Jesús Expósito (Fernando Guillén Cuervo), antiguo policía desafecto al régimen, y Clara ‘Massiel’ López-Dóriga (Verónica Sánchez), una joven formada en Londres hija de un poderoso franquista, encabezan el elenco de un protagonismo coral donde los actores se meten en la piel de sus personajes conformando personalidades muy creíbles y en donde el conjunto propicia algo muy cercano a la excelencia teatral: los actores actúan, vocalizan y se les entiende.

Una serie donde la música hace más evidentes los silencios y acompaña las acciones como un protagonista más y en la que la fotografía retrata con imagen de definición tenue y sensación de luz natural unos ambientes grises como son las calles y el interior de la comisaría y del hospital y otros como la redacción del periódico y el interior de las viviendas con ese tono cálido que darían los intermedios de sepia. Todo un logro técnico con mucho mérito.

Una estética nada habitual en las series españolas que sumado a lo largo del metraje permite soñar que se está en el cine disfrutando de una película noir.

Una serie de calidad que no va a tener segunda temporada y deja por tanto tramas por cerrar. Hay quien piensa que en RTVE se han impuesto criterios políticos interesados en no reflejar, con cuidado detalle y con fuerte denuncia, esa época reciente de la historia de España.

Tal vez, en esta España actual y como pasa con el franquismo, la censura tampoco se haya superado del todo.


Equipo de redacción de El Caso al completo

El elenco protagonista principal lo conforman:

Director de El Caso, Rodrigo Sánchez (Fernando Cayo)
Redactor de El Caso y expolicía Jesús Expósito (Fernando Guillén Cuervo)
Redactora de El Caso Clara ‘Massiel’ López-Dóriga (Verónica Sánchez)
Redactora de El Caso Margarita Moyano (Blanca Apilánez)
Redactor de El Caso y boxeador Germán Castro (Gorka Lasaosa)
Secretaria de El Caso Paloma García (Teresa Hurtado de Ory)
Redactor de El Caso y miembro del OPUS Aníbal de Vicente (Daniel Pérez Prada)
Redactor y Maquetista de El Caso Aparicio Huesca (Ignacio Mateos)
Forense Rebeca Martín (Natalia Verbeke)
Comisario Jefe Antonio Camacho (Antonio Garrido)
Comisario ‘Peluso Miguel Montenegro (Francisco Ortiz)
Capitán del Ejército Cabrera (Raúl Tejón)
Esposo de Clara y diplomático Gerardo (Marc Clotet)
Actriz Laura, tía de Clara (María Casal)
Padre de Clara y miembro del Gobierno Fernando López-Dóriga (Carlos Manuel Díaz)



domingo, 2 de octubre de 2016

El bosque de los inocentes de Graziella Moreno

Este otoño atrevete a pasear por
El bosque de los inocentes.
El bosque de los inocentes es una novela negra confeccionada con el patronaje de un thriller neogótico, cuyo argumento incide en el sórdido mundo de la pederastia pero que se contiene en la forma de abordarlo dejando libertad a la imaginación de los lectores para visualizar lo que no se describe.

El bosque que circunda Rocablanca es un lugar de ensueño pero también de pesadilla, con flores de deliciosos olores y también chamizos con olor a humedad y dejadez, con ondulantes senderos donde pasear con libertad y también con cadenas y sogas para encarcelar, con armoniosos trinos de aves pero también con gemidos de impotencia y quejidos de dolor.

Rocablanca, un pequeño pueblo en las faldas del Montseny a poco más de una hora en coche de Barcelona, es la infancia de Iris, joven abogada idealista, y ahora vuelve a él, a casa de su tía, buscando recobrar el sosiego y el sentimiento de refugio que le falta últimamente debido a su reciente divorcio, el exceso de trabajo y unos sueños recurrentes que conforman noches de pesadilla e impiden el necesario descanso nocturno para la recarga de baterías.

Pero Rocablanca es ahora también refugio para un depredador humano que caza niños e Iris encontrará de todo menos la tranquilidad ansiada. A los psicópatas no se les ve venir hasta que es tarde: su habilidad como encantadores de serpientes les permite pasar desapercibidos, mimetizados con el entorno.

La investigación deambula por serpenteantes recovecos, como los que ofrece el bosque por donde transcurre y aprovecha piques entre fuerzas del orden, casualidades y los aportes de los distintos personajes, que poco o mucho siempre tienen algo que ofrecer, para ir avanzando hacia su resolución.

Graziella Moreno
Graziella Moreno ha escrito sobre un tema eternamente delicado pero no ha aprovechado al máximo la ocasión para sorprender al lector. Su trabajada novela ha acabado conformando una trama neogótica que picotea en todos los elementos que así la caracterizan: romanticismo, costumbrismo, criptas y pasajes ocultos, obras de arte reveladoras, personajes con halo de misterio, antiguas historias familiares y sobrecogedoras, referencias a personajes truculentos de siglos anteriores, bosques oscuros, apariciones y elementos sobrenaturales.


El resultado es una lectura fácil y aunque no consiga generar tanta tensión como se podría desear y la escritora resulte contenida en demasía, resuelve con solvencia la papeleta de entretener y seguro que con más páginas donde poder explayar lo que solo esboza hubiera redondeado la trama para nota.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Fue él? de Stefan Zweig


Y sucede el asesinato.
Terrible, con total alevosía.
¿Fue él? es una especial novela negra escrita por el magnífico literato Stefan Zweig.

Cuando se arrincona a alguien al que se ha querido hasta el mimo más ñoño y más permisivo ¿no es lícito suponer que su amor propio, herido hasta lo más profundo, puede llevarlo a realizar acciones desmesuradas?

De ser el objeto principal y único de todo tipo de atenciones y servidumbre a ser ignorado hasta el ostracismo doméstico; sin una explicación, sin un gesto. Simplemente sin más, ignorado como si no existiera, como si nunca hubiera existido. Resulta algo difícil de asumir.

Y si buscando respuestas se descubre que el rechazo es debido al reemplazo es lógico que este nuevo foco de atención sea considerado el rival a combatir y cuando el abandono se convierte en humillación al tiempo que los celos rigen las acciones y no la lógica, no es descabellado suponer que la tragedia puede sobrevenir en cualquier momento.

Y sucede el asesinato. Terrible, violento, con total alevosía. Con satisfacción, con saña.

Betsy y su marido residen en el campo, cerca de un río rodeados de verde silvestre y de verde ajardinado y de huerto. Viven retirados de obligaciones laborales y disfrutan de cada momento de su vida. Su felicidad se debe a su facilidad por conchabarse con el entorno y a su sociabilidad de ahí que cuando los Limpley se instalan como nuevos vecinos nada hace recelar que la sosegada calma y paz que reinan en el valle puedan enturbiarse. Nada parece anticipar el modo en que se van a romper sus vidas, como se rompe el espejo del agua ante el impacto de la piedra.

¿Fue él? es una novela difícilmente clasificable como novela negra o policiaca pero fácilmente encuadrable en cualquiera de las dos tipologías por el perfil psicológico del asesino y por demostrar que la mentalidad criminal en los seres vivos, si se manifiesta, tiende a actuar siempre de forma ominosa.

La narración, no llega a las cien páginas, está escrita con la prosa esteticista que caracteriza la obra de Zweig, enemiga de llenar páginas sin necesidad y azote de todo lo que viene a estorbar una lectura dinámica; de ahí que economice en sus descripciones y en los diálogos a fin de mantener un ritmo constante y, en el caso de ¿Fue él? que vaya in crescendo y que lleve la tensión hasta su punto álgido.

Stefan Zweig
Stefan Zweig fue un escritor doblemente comprometido contra el auge del nazismo, primero por su ascendencia judía y segundo por su condición de intelectual que no dudó en emplear su prosa como ingenuo armamento para salvaguardar la tolerancia, la convivencia y la cultura. Pilares que consideraba imprescindibles para mantener una sociedad igualitaria.

Su obra abarca el teatro, la poesía, las biografías, la ficción con novelas largas y narraciones cortas y también la no ficción. Desesperado por considerar que nada podría evitar el avance del nazismo se suicidó en 1942.


domingo, 25 de septiembre de 2016

Marcella serie tv

Una serie con muchos puntos de interés.
Marcella es una serie de televisión británica que por su calidad reconcilia con el género en un momento en que hay exceso de series y la mayoría presentan poca originalidad en contenido y tratamiento.

Marcella Backland es una ama de casa a quien una crisis en su matrimonio (cuando descubre que su marido no es una excepción a dicho de que los caballeros las prefieren rubias), la ausencia de sus hijos por estar estudiando en un internado y la posible activación de un cold case que investigara en su momento sin conseguir cerrarlo, hacen que vuelva al cuerpo de policía después de doce años de ausencia.

Marcella (interpretada por Anna Friel) es fuerte de convicción pero frágil y vulnerable debido a que experimenta episodios de amnesia, consecuencia de situaciones de post stress, que generan agujeros en su memoria y que, permanentemente, le inducen a temer que pueda haber cometido algún acto censurable

El argumento de la serie lo sostiene la investigación de ese cold case ya que parece que el asesino nunca descubierto podría haber vuelto a actuar. Se trata de unos asesinatos en los que las víctimas aparecen atadas con bridas y ahogadas con un bolsa de plástico sujeta al cuello con cinta adhesiva que les cubre la cabeza por completo. Se sabe que el asesino disfruta, viendo como espectador de platea, la agonía ante los desesperados intentos por poder respirar.

La trama presenta el desarrollo de la investigación desde una perspectiva seria y rigurosa y demuestra aquello de que el éxito sobreviene con un 1% de inspiración y un 99% de transpiración, ya que solo la tenacidad de releer una y otra vez los documentos del caso y de visionar una y otra y otra vez las fotos y los videos, hasta la extenuación, pueden revelar detalles que resulten claves para el desenlace.

Una trama policial donde coexisten directamente las vidas personal y profesional de Marcella, entre otras causas por estar su marido relacionado con una de las víctimas, y que se va enredando al dar entrada a nuevos personajes aparentemente desvinculados pero que de algún modo acaban teniendo algún tipo de relación ni que sea indirectamente o de forma colateral. Nada en la serie es gratuito y todo tiene su razón de ser como se va viendo.

Un antiguo compañero de Marcella, ahora en otra demarcación, lleva en paralelo otra investigación que se acaba cruzando con el de ella desvelando nuevas pistas comunes y removiendo con ello, de nuevo, aspectos personales complejos.

El equipo policial encargado de la investigación en la serie Marcella
La serie presenta muchos puntos de interés: por un lado realización británica a partir de un guión nórdico medido y ajustado como para dar satisfacción a todos los interrogantes, y son muchos, que van surgiendo (escrito por Hans Rosenfeldt, el de la serie Bron que tuvo su adaptación como The bridge en EEUU); por otro personajes con mucha personalidad psicológicamente muy interesantes y muy bien interpretados; ambientación en calles y vistas generales de un Londres en donde no hay referencia alguna a ningún lugar o monumento conocido ni de interés turístico y una protagonista principal tan visceral como para sorprender con sus reacciones y mantener el interés por cada nuevo cambio de ritmo que le da a la investigación al ser capaz de analizar y extraer conclusiones de forma diferente al razonamiento habitual.

8 episodios de ritmo medido y con un giro en la investigación, justo a la mitad de la serie, cuando podría flaquear, que le confiere renovado interés a medida que las subtramas van convergiendo hacia la trama principal y van dando forma al conjunto.

Muy recomendable. Habrá segunda temporada.

martes, 20 de septiembre de 2016

El secreto del puzle de Nuria García Font

El Secreto del puzle es una novela policíaca
juvenil para todos los públicos.
El asesinato por desangramiento del propietario de una importante empresa de informática, algo premeditado para mostrar desprecio por la víctima, exige al equipo investigador un enorme esfuerzo para poder entender lo sucedido, darle forma y esclarecerlo.

Un equipo investigador experimental, reclutado en la universidad y formado inicialmente por Oona y Javier, dos jóvenes, brillantes en sus respectivas carreras, a quienes se añade Fabio y que actúan como colaboradores de la policía ostentando ciertas atribuciones que les conceden  suficiente autonomía como para llevar la investigación a su aire.

Pronto se dispone de una lista de sospechosos que habrá que cribar mediante entrevistas, interrogatorios, análisis de pruebas y descarte de coartadas al más puro estilo de novela policíaca clásica a ritmo de serie televisiva.

Oona, Javier y Fabio, el trío protagonista, son unos jóvenes que, como los demás, están preocupados por sacar buenas notas, por ser buenos amigos de sus amigos y a los que les agrada, como no, salir a divertirse y además son capaces de simultanearlo todo con una investigación de asesinato.

Una novela policiaca perfecta para un público adolescente y juvenil y no solo por serlo sus protagonistas sino por lla forma de presentar la trama y el lenguaje directo empleado y por las vicisitudes personales de los jóvenes protagonistas: sus hobbies, sus pasiones, sus debilidades y sus amores, que seguro tendrán eco con las análogas de sus lectores.

Los adolescentes viven actualmente inmersos en la cultura de la imagen. Los youtubers son más reconocidos que los escritores y en ese contexto El secreto del puzle se mueve como pez en el agua ya que su narración es altamente visual y por eso fácilmente asimilable por este público que tiene en las redes sociales su hábitat natural.

Nuria Garcia Font, autora de, entre otras
novelas, El secreto del puzle
Nuria García Font ha urdido una trama consistente pero ligera en su complejidad por lo que no hay opción al aburrimiento; todo es rápido y las acciones que buscan respuesta cortoplacista, determinan ese ritmo. De tan visual se diría que estamos ante una novela narrada en lugar de escrita.

No puedo dejar de pensar, salvando las distancias y el largo recorrido que aún le queda a Nuria, que si Enid Blyton viviera este presente y se le ocurriera ahora crear sus aventuras de Los Cinco el resultado sería algo parecido a la obra de Nuria García Font (aunque a ella le falte algún miembro para completar el elenco).

El secreto del puzle es una novela policíaca juvenil para todos los públicos.

jueves, 15 de septiembre de 2016

El misterio de Notting Hill de Charles Warren Adams

Tal vez sea la primera
novela de detectives.
La novela El misterio de Notting Hill es en sí misma un auténtico misterio.

Publicada por entregas desde finales de 1862 a principios de 1863 (como unidad en 1865) y con el seudónimo de Charles Félix (estudiosos del género acreditaron a Charles Warren Adams como autor en 1952; y aunque otros se atrevieron a ratificarlo en 2011 aún persisten ciertas dudas por parte de terceras voces) se disputa el mérito de ser la primera novela de detectives.

Y sea o no la primera novela de detectives tiene en su haber el desarrollar un tema criminal desde un punto de vista sorprendente para la época, y aún lo es hoy, encajando una difícil estructura narrativa a varias voces a partir de ordenar cronológicamente informaciones de terceros halladas en diario personal, en cartas de distintos remitentes y de distintos destinatarios, en declaraciones, entrevistas e informes médicos, que consigue sacarle el máximo suspense y potenciar la intriga.

El misterio de Notting Hill relata las investigaciones llevadas a cabo por Ralph Henderson el investigador de una compañía de seguros que debe aclarar las circunstancias de la muerte de Madame R, la esposa del Barón R ¿suicidio, accidente o asesinato? cuya vida había sido asegurada poco antes de su deceso con cinco pólizas de 5.000 libras esterlinas, el máximo permitido por póliza, contratadas a otras tantas compañías, casi al unísono, por el propio barón siendo único beneficiario.

Conocer a la víctima y al sospechoso podría restar interés a la obra, pero al igual que hace la actual serie televisiva Motive, demuestra que consigue aumentar la curiosidad por saber como sucedió y cual fue el verdadero motivo.

La investigación explica que para poder objetivizar el suceso no basta con esclarecer la causa de la muerte sino que hay que remontarse a un pasado menos reciente que cuenta una intrincada historia que ayuda a entender el momento presente.

El argumento no puede sustraerse a la atmósfera de la época, así muestra la afectación propia y opresiva de la novela gótica de suspense con herencias y oscuros secretos familiares, personajes con gran carga psicológica, menosprecio por clases inferiores, envenenamientos y enfermedades intrigantes, inclinación a fenómenos paranormales y atracción por el cientifismo.

Ilustración interior de
El misterio de Notting Hill
realizada por George Du Maurier
La novela es breve y la trama avanza con rapidez favoreciendo una lectura entretenida que se complementa con unas ilustraciones de George Du Maurier cuyas lánguidas imágenes, que beben de la esencia del romanticismo, transmiten la sensación de desamparo que a lo largo de la obra rige la vida de las mujeres protagonistas.

Un desamparo sustentado por su casi nula condición de autonomía humana al ser consideradas apéndices de los hombres.

Una novela policíaca distinta propicia sin duda alguna una lectura distinta a las que estamos acostumbrados. Todo un descubrimiento que podemos considerarnos afortunados de poder leer.

domingo, 11 de septiembre de 2016

El sueño del koala de Alberto del Vado

El dilema surge al comparar
al koala con el perezoso.
Hay preguntas que se responden solas, como por ejemplo ¿por qué fueron a Torrevieja? Y hay otras que precisan de complejas explicaciones, como por ejemplo ¿cómo puede Martin vivir sin dormir?

Cuando a unos padres se les muere un hijo se sumergen en una burbuja atemporal conviviendo con recuerdos que les permite apaciguar, que no eliminar, el dolor; cuando el muerto es tu hermano gemelo y te sientes responsable, la experiencia ha de ser atroz.

Martin ha enfermado desde la muerte de su hermano gemelo y no puede dormir: padece insomnio; eso permite a la mente disponer de más horas para que pueda fustigarse por su sentimiento de culpa y también, cuando encuentra un indicio que puede exculparle de su responsabilidad en esa muerte, para que pueda dedicar más horas a investigar el suceso junto a amigos que consigue implicar.

¿Podría haber algo más que un desgraciado accidente de tráfico trás la muerte de su hermano?

El sueño del koala es un thriller negro con toques ciber que utiliza, lamentablemente solo de refilón, la investigación farmacéutica para vestir unos actos delictivos y para justificar una suerte de viaje astral, un desdoblamiento extracorpóreo, que sabe a poco.

Es este aspecto suficientemente novedoso en el panorama del thriller nacional y sabe a poco ya que no acaba explotando del todo los mecanismos que infiere para llevarse a cabo ni tampoco sus consecuencias. Habremos de esperar a la siguiente novela para satisfacer todas las dudas y saciar el hambre de conocimientos que despierta en su presentación.

Los protagonistas son jóvenes. De personalidad y comportamiento moldeados por la fantasía, la CiFi y los superhéroes y sus superpoderes y se mueven por la impulsiva irreflexión que conlleva la venganza y el entusiasmo de estar haciendo algo grande; sin temer las consecuencias de sus actos que podrían ser peores pero que resultan mitigadas por tener como aliadas a la casualidad y a la suerte.

Alberto del Vado
Alberto del Vado ha escrito un thriller juvenil desarrollando un argumento con trama ligera pero interesante y de planteamiento dinámico.

Toca aspectos científicos, informáticos y farmacéuticos lo justo para darle al argumento razones para desarrollarlo aunque no profundiza, lo que daría más consistencia a los acontecimientos, en pro de una prosa ágil y de una trama donde priman más los acontecimientos que la forma de narrarlos y de ahí que su lectura sea idónea para público joven poco versado en este género ya que podrá introducirse en el de forma agradecida.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Si no, lo matamos de Rosa Ribas

Comunicación y falta de ella y
actos y sus consecuencias.
En Si no, lo matamos se muestra como la globalización también sirve para exportar, además de café en vaso alto de pasta de papel y hamburguesas, métodos delictivos desde su lugar de origen a cualquier otro país y continente.

Es lo que tiene la condición humana: en todas partes hay codiciosos y clientes de oferta criminal.

Cornelia Weber-Tejedor, no nos olvidemos el Tejedor o su madre nos reñirá, se enfrenta a un caso de secuestro que hace aflorar reacciones inesperadas. En un secuestro, si se resuelve bien, no solo se pierde dinero sino también dignidad y la libertad futura. Si se resuelve mal se pierde la vida del secuestrado y se destroza una familia.

Toda decisión que se tome durante la investigación y el proceso de negociación se valorará al final según el resultado. Y la presión es máxima por saber si se está haciendo lo correcto o si se podría hacer más o mejor, lo que tensiona al grupo investigador y dispara desacuerdos y más si lo forman personas de intereses dispares.

Suspicacias, recelos y envidias que cuanta más debilidad encuentran en el destinatario más se ceban. Y Cornelia, que es quien toma las decisiones, parece presa fácil en estos momentos en que en su vida privada, tanto la familiar directa como con su pareja y la familia de este, se descubren aspectos desestabilizantes.

Es esta una novela que explora las relaciones humanas, ya sea en la intimidad, en el ámbito doméstico y en el entorno profesional. Toda interpelación obtiene una respuesta o un silencio, que es otra forma de comunicarse.

La sinceridad es como un arma de doble filo y de resultado incierto y el código de honor del corporativismo policial puede llegar a ser enemigo de la verdad y de la justicia y de comportamiento imprevisiblemente violento.

Todos los seres humanos son personas y aunque unos lo sean más que otros cada cual siempre tiene argumentos para justificar sus actos. Aunque sean punitivos.

Y de eso va la novela, de comunicación o falta de ella y de actos y de sus consecuencias. Acciones y reacciones.

Rosa Ribas, escritora
Rosa Ribas, siempre es un placer leer a esta autora, destila esa literatura de calidad que en ella es marca de agua y que tan poco habitual resulta en el panorama editorial actual de novela negra. Es ante todo escritora y eso se nota en el dominio de la técnica y si resulta que la trama es de novela negra es por necesidades del guión.

De ahí que la lectura de su obra tenga un plus difícil de encontrar en otros autores que por centrarse solo en narrar hitos exclusivos del género olvidan la importancia de dominar la técnica narrativa.  

Cuarta entrega de los casos de esta comisaria y si bien, en esta ocasión el frío esqueleto de la parte policial podría tener más corpulencia hay que reconocerle a Rosa que los calidos músculos que le ha añadido han conformado un cuerpo de novela muy sólido a la que la etiqueta novela negra le sienta mejor que a muchas otras que la reclaman como propia.

Toda la serie de Cornelia Weber-Tejedor está reseñada en este blog:



jueves, 1 de septiembre de 2016

El dios asesinado en el servicio de caballeros de Sergio Sánchez Morán

El tutti-frutti es para el verano.
Parabellum es una joven de 33 años investigadora de lo paranormal; en su día a día trata con especies que para el resto de la humanidad solo existen en la imaginación gracias a los cuentos y las fábulas y está obligada a guardar silencio ya que sus casos e investigaciones no pueden ser de dominio público: nadie la creería o aún peor, tal vez sí.

El presente caso empieza con El dios asesinado en el servicio de caballeros de un pub de Barcelona. Lugar de encuentro de todo tipo de seres que comparten bebidas en perfecta armonía sin molestarse entre si. O al menos era así ya que el cadáver parece desmentirlo y Parabellum es requerida para deshacerse del cuerpo lo que le impulsa a investigar de quien pueda ser y aún más, quien lo ha liquidado.

No parece que haya sido una reyerta puntual sino la parte del iceberg que ha quedado visible de una soterrada conspiración de proporciones épicas cual lucha de titanes. Como en esos peplums donde Zeus podía enfrentarse a Odin y los dioses del Olimpo a los de Asgard para dirimir quien ostentaba la hegemonía sobre los humanos.

Parabellum es el nombre de guerra de Verónica Guerra. Y aunque procura mantener sus dos identidades separadas la tenacidad periodística de su novio puede echarlo todo al traste. Así, con esta dualidad, el autor consigue que la vida íntima de Verónica tenga su propio espacio donde lamerse las heridas de sus combates al margen de la gran ciudad que es donde Parabellum se mueve dando y recibiendo puñetazos, topetazos, disparos y cualquier otro tipo de ataque que pueda provocar dolor y que emplee cualesquiera de las criaturas a las que debe hacer frente (no siempre se puede salir corriendo).

Sergio S. Morán es el autor de
El dios asesinado en el servicio
de caballeros
Sergio S. Morán nos ofrece una novela ligera, fresca y original con vis de cómic. De esos cómics encuadernados con grapa, de periodicidad semanal y viñeta final cliffhanger.

En la novela aparece un amplio surtido de seres mitológicos y de espíritus perfectamente compensados y justificados por un argumento bien estructurado que combina un poco de chic-lit, un bastante de novela policiaca, un mucho de comedia y un despliegue de inteligente fantasía y todo servido a ritmo de thriller de suspense.

Con esta novela aunadora de géneros se cubre satisfactoriamente un vacío en el panorama narrativo actual y prepara los puertos para nuevos desembarcos. Es inevitable la evocación, aunque lejana, con los casos de Harry Dresden o las vicisitudes de Jessica Jones, e incluso es fácil identificar una más que memorable escena de Ghost.

La novela es un helado de tutti-frutti, como las balas que emplea Parabellum. Y ya se sabe que los helados, igual que las bicicletas, son para el verano.




lunes, 1 de agosto de 2016

Quantico 1 temporada


Una entretenida serie si no se
le exige demasiado.
Quantico es una serie de tv que combina una situación en tiempo presente como son las consecuencias de un atentado terrorista en Central Station de New York, atentado que resulta el más importante desde el 11-S, con un largo flash back intercalado cada pocos minutos cuando no toma el protagonismo, que narra el ingreso, formación y graduación de un nuevo grupo de reclutas aspirantes a agentes del FBI en su centro formativo de Quantico y que se verán envueltos en la onda expansiva del atentado.

El atentado ha sido demoledor y entre las runas se encuentra con vida a la agente Álex Parrish que vigilaba el perímetro. En unos minutos pasa de valerosa agente herida cumpliendo una misión a ser la principal sospechosa del atentado sin que nadie avale su declaración de inocencia y tenga que investigar para salvar su vida.

Todo se remonta a meses atrás cuando Alex Parrish formando parte de un nuevo grupo de reclutas se persona en Quantico dispuesta a superar todas las pruebas necesarias para obtener el mérito de agente y de paso aclarar el pasado de su padre.

Y ya desde ese primer día una conspiración contra ella le ha escrito un negro futuro que solo podrá alterar a costa de mucho sufrimiento y perdiendo amistades. Y no solo figuradamente.

Acertijos, conspiraciones, mentiras, fraudes, persecuciones, tiroteos y daños colaterales, se dan cita en una serie de relevante acción y ritmo generalmente bien llevado, aunque haya que lamentar que esto coexista con comportamientos pueriles, diálogos de adolescentes rebotados, historias románticas desapegadas y fallos de atención tanto de reclutas como de superiores absolutamente impropios de agentes federales dignos de ese nombre.

En la parte relativa a la escuela, tanto en el nivel de las clases como en las relaciones entre alumnos se nota tanto la mano de Disney que a veces se tiene la sensación de estar viendo High School Musical por lo light que resultan los entrenamientos físicos y las pruebas intelectuales.

Y en la parte relativa a la investigación del atentado la pretenden tan intrigante y rebuscada y juegan tanto a despistar haciendo sospechar ahora de uno ahora de otro que la génesis de la trama resulta poco menos que increíble.

Y no hablemos de la falta de rigurosidad en las investigaciones oficiales. Si las llevasen como sugiere la serie haría años que el Bureau habría desparecido.

La protagonista Alex Parrish consigue dar una imagen de metomentodo impertinente que maximiza todo lo que le sucede y que se cree con suficiente autoridad moral para decidir lo que conviene a cada cual por lo que atrae más odio que cariño.

Reclutas aspirantes a agentes del FBI
El resto del elenco tiene sus momentos y hay caracteres que son mucho más logrados y más interesantes y que acaban, lamentablemente, eclipsados por Alex a quien los guionistas y la cámara miman en demasía. Algo tendrá que ver que fuera elegida Miss Mundo 2000.

Una serie que puede llegar a entretener si no se le exige más que pasar un rato. Otra vez más un grupo de jóvenes son los protagonistas pero a años luz de los argumentos interesantes de otras series. Muy pronto la segunda temporada.