domingo, 6 de febrero de 2022

El lector fiel de Max Seeck

Pensar en Finlandia y notar un estremecimiento debido al frío es todo uno. Aunque sea verano, Finlandia siempre se nos representa como un lugar donde el sol es esquivo, el frío omnipresente, la nieve sustituye al verde de los campos y al gris de las aceras siendo el gorro preferido por los tejados.

Por eso tal vez los asesinatos sean fríos y por eso se asocien a los entrantes: después habrá más.

La inspectora Jessica Niemi del Departamento de Homicidios de Helsinki, la capital, está en el lugar adecuado a la hora precisa para ser la primera en llegar a la escena de un crimen, lo que supone asumir la responsabilidad de su investigación.

Escena nunca mejor dicho, ya que la víctima ni por ubicación ni por pose responde a una situación común: alguien se ha tomado su tiempo para ofrecer un espectáculo con algún sentido oculto y que va a llevar de cabeza a la policía.

Una policía que siempre va a tener la sensación de estar vigilada y direccionada por otra voluntad distinta de la propia. Un grupo de homicidios donde todos escapan de la normalidad y por eso, por ese recurrente tópico, resultan atractivos al lector.

Como también resulta atractiva la trama ya que está especialmente pensada para ello. El lector fiel es un thriller de los que juegan con baraja trucada. De los que muestran una cara y en cuanto te despistas ya la han cambiado por otra. De los que propician giros aunque sea con calzador. De los que, como trileros, engañan mostrando una amplia sonrisa. De los que triunfan porque son fáciles y adictivos. De los que mezclan ingredientes que interesan a todo lector. El lector fiel son los macarrones del thriller: combinan con todo y gustan a todo el mundo.

Max Seeck ha escrito un thriller que es éxito internacional y alcanzar esa cota solo se consigue dando al público lo que este demanda.

Es novela que sin duda alguna atrapa el interés, la curiosidad ya está cautiva, y con su doble hilo narrativo: la investigación criminal y la biografía de la inspectora responsable, satisface distintas tipologías y niveles de lectura. Un best-seller en toda regla que una vez empezado es imposible soltarlo. Leerlo es como ver una serie de televisión en plan maratón.

Y, después de los macarrones ¿hay algo más?

miércoles, 2 de febrero de 2022

El aroma del delito de Katarzyna Bonda

Sasza Zaluska, ex-policía que dejó Polonia para irse a Inglaterra, ha regresado a Gdansk, su ciudad natal, con su pequeña hija, Karolina, que prácticamente solo habla inglés.

Le mueve la intención de entrar en el departamento de recursos humanos de algún banco, aunque eso signifique abandonar momentáneamente su tesis doctoral; pero a cambio espera ganar dinero, las facturas hay que pagarlas, y estar más tiempo con su hija.

Sin embargo su llegada y su formación como perfiladora criminal especializada en la realización de informes biográficos de criminales no ha pasado desapercibida y sorpresivamente recibe un encargo comercial.

Aceptarlo le supone una subida de adrenalina: un trabajo bien remunerado por hacer lo que le gusta y que además le va a permitir reencontrarse con antiguos colegas con los que siempre mantuvo buena relación.

El encargo sin embargo parece auspiciado por el diablo y lo que parecía sería poco más que un trámite, para alguien como ella, se convierte en un complejo asunto policial en donde deberá inmiscuirse hasta donde no debiera.

El título El aroma del delito hace referencia a ciertas pruebas odorológicas que tienen por finalidad concluir la presencia o no de determinadas personas en determinados lugares. Una práctica poco avalada científicamente pero de resultados sorprendentes.

Katarzyna Bonda nos ofrece un thriller de ritmo pausado y elaborado contenido que ahonda tanto en las relaciones humanas y usos y costumbres de su sociedad, como en los procedimientos forenses y la praxis policial.

Un redacción cuidada y mucho diálogo, que hay que leer con atención por la cantidad de información que proporciona, y un desarrollo de la trama que si bien parece empezar de forma lenta, conviene situar a los personajes en su contexto, pronto coge ritmo y el avance es progresivo y notorio en lo que a mostrar nuevos datos relevantes para la investigación se refiere.

El aroma del delito es una novela negra por su crítica hacia la corrupción en un país cuya salida del bloque del este para entrar en la Europa de las libertades aún presenta problemas de ajuste democrático. En donde la religión tiene arraigo y muchos adeptos y en donde la policía, como en tantos otros países, no rechaza un sobresueldo, aunque para ello haya que mirar hacia el lado contrario.

Si en la sociedad algo huele a podrido, eso es El Aroma del Delito y no se necesitan profesionales con experiencia en odorología para darse cuenta. Una novela interesante que presenta el inconveniente de recordar e intentar pronunciar apellidos que se construyen con múltiples consonantes, pero, como se encarga de recordarnos el padre Marcin, son representación de la tipología humana: “Hay gente buena y mala, valiente y cobarde, generosa y digna de compasión”

domingo, 30 de enero de 2022

La Metamorfosis Infinita de Paul Pen

Alegría realiza una entusiasta pero difícil evolución interna y externa para dejar de ser gusano y pasar a ser polilla. No necesita ser una mariposa de alas como rosetón de iluminados colores, le basta con vivir la experiencia y aflorar su yo verdadero.

Su afición a los lepidópteros le viene de pequeña, cuando asistió fascinada a la transformación que sufre una oruga cuando se encierra en un capullo para salir volando días después. Magia.

Pero Alegría solo llega a atisbar lo que significa poder volar. Un encuentro con una manada de machitos con la testosterona y la homofobia dando doce sobre diez en la escala de la imbecilidad humana se salda con su muerte.

Han pasado 12 años y los descamisados, así se hacían llamar la caterva de energúmenos, habiendo cumplido la pena impuesta se disponen a salir de la cárcel y recuperar su libertad. La madre de Alegría no entiende tanta injusticia: doce años por segar una vida que está empezando a vivir. Y entiende que solo aplicando su propia justicia ayudará a su hija a volar en paz.

La Metamorfosis Infinita es la disección de una realidad que sigue protegiendo a quien agrede y culpabilizando a quien ha recibido la agresión. Alguna cosa habrá hecho, algo habrá dicho. A esas cuadrillas llámense descamisados, manada o pasionales, las siguen protegiendo un heteropatriarcado que apesta a rancio.

La Metamorfosis Infinita es el título de un maravilloso y enternecedor cuento que loa el amor. Y es también el título de esta novela, que incide en el amor de una hija a su madre y de una madre a su hija y de su mutua necesidad de protección.

Y La Metamorfosis Infinita es la planificación de una venganza. Cuando el dolor es tan insoportable que no deja sentir nada más, se está dispuesta a hacer lo que sea para acallarlo. Y cuando ese deseo se impone a la razón no se piensa con claridad.

Paul Pen se pone en la piel de la madre de Alegría para contar el terrible desespero que supone perder una hija y que ya no te quede nada. Para describir la gran renuncia individual que supone la maternidad. Para explicar que la soledad no es una amiga. Para mostrar como el agradecimiento sincero y generoso es un tesoro inmaterial.

Ahonda en el sentimentalismo de lágrima fácil y busca la complicidad de la audiencia en un caso con el que juega con ventaja pues ya la tiene ganada de antemano. Y de tanto pintar en rosa los sentimientos, en azul cielo los anhelos y en verde esperanza la ilusión se acaba olvidando del negro, que solo emplea para delimitar contornos. Sin duda sería una serie televisiva de éxito asegurado.

 

jueves, 27 de enero de 2022

Jack Wolfgang de Stephen Desberg y Henri Reculé

Primera entrega de lo que promete ser una interesante serie de espionaje y acción. Jack Wolfgang se presenta en su primera aventura titulada La Entrada del Lobo y ya forma parte del universo de los comics de serie negra indispensables en toda biblioteca.

El argumento combina entre sus personajes a animales antropomórficos y seres humanos y se mueve en un espacio temporal ubicado en 2017, a imagen del real pero diferente por lo que debemos suponer que se desarrolla en un universo paralelo.

Jack Wolfgang, un lobo agente de la CIA, trabaja como tapadera en el periódico The New York Times escribiendo crítica gastronómica, y aprovecha la ejecución de sus misiones para recalar en buenos restaurantes y poder completar su doble vida sin despertar sospechas.

La pérdida de un agente provoca un revuelo en la CIA que aparta a algunos de sus efectivos del caso. Algo que incomoda a Jack y que, por su proximidad con el agente muerto, le lanza a investigar por su cuenta y atrapar a su asesino.

El argumento de Stephen Desberg rebosa acción de principio a fin. No hay pausa ni página contemplativa, en cada una sucede prácticamente algo. El ritmo es vertiginoso y el desenlace digno del mejor James Bond.

La trama evoca a las aventuras de agentes secretos del despuntar del género y está muy bien resuelto en su final con el habitual politiqueo maniqueista sometido siempre a los intereses del poder.

Henri Reculé no se achica ante un argumento tan exigente y responde con viñetas de todos los tamaños componiendo planchas con total libertad para adecuarse a las necesidades del dinámico guion. El dibujo es soberbio y el uso del color apropiado.

Todo dispuesto para gozar de una buena historia contada con interés y dibujada con agilidad. No se lo pierdan.

Y por si alguien, viendo la cubierta, se imaginara estar ante una réplica a Blacksad nada más lejos de la realidad. La presencia de humanos, el protagonista un espía y no un detective privado, la época presente en multiverso y no en la primera mitad del siglo XIX y el ritmo acelerado, absolutamente thriller, frente al más pausado propio de una novela negra en la serie del gato evidencian la diferencia.

Hay más entregas esperando traducción para aterrizar en los escaparates. La espera se hará eterna.

domingo, 23 de enero de 2022

Nuevos Horizontes de José Luis Pastrana


El género noir diferencia perfectamente la novela negra urbana y la novela negra rural, pero olvida la novela negra que, a falta de denominación consensuada, bien podría denominarse localista.

Es decir, la que tiene su epicentro en una pequeña localidad y extiende sus tentáculos por las vecinas. Una novela cuya ambientación acaba siendo familiar por el reducido número de restaurantes, bares, talleres y establecimientos comerciales en un acotado entramado de calles principales y travesías.

Todo en aras de conseguir una complicidad con la comunidad lectora que, aprovechando la ya confianza establecida, ofrece diálogos sueltos y socarrones y una selección de los delitos ajustados a la realidad del lugar, entorno y época. De otro modo sería como pez fuera del agua: nunca se daría un asesino en serie a la americana, como tampoco lo tuvo que enfrentar Plinio, ni una compleja maraña de bandas latinas con conexiones internacionales, por poner dos ejemplos.

Son un tipo de novelas que ofrecen una visión del género con mayor proximidad. La misma que ofrece el saludo de convecinos por la calle. Nuevos Horizontes: Un caso del detective Calleja es novela negra de cercanías.

Odon Calleja y Pepe Pastrana coinciden en la barbería y es como si se juntara el hambre y la ganas de comer. Dos perfectos desconocidos que, por aquello de que el destino juega con cartas marcadas, acaban convergiendo intereses y materializando sueños que toman cuerpo en la creación de una agencia de investigaciones.

Y el estreno es por todo lo grande, con un caso que se caza al vuelo, casi por intuición, y que pone a prueba las aptitudes de los componentes humanos y técnicos de la agencia y su recién estrenada logística.

Con tesón y esfuerzo se sortean obstáculos y con profesionalidad y ética se afronta el compromiso que supone este primero, e importante, contrato.

En esta entrega, presumible y deseablemente, la primera de otras muchas, se empieza a perfilar la diferencia en el modo de hacer de cada protagonista. Odón procede de manera procedimental y responde con olfato de sabueso, no en vano ha sido policía nacional la mayor parte de su vida; y Pepe actúa de forma más cartesiano de acuerdo a su condición de ingeniero.

No se sorprendan si conociendo a Odón les vienen ecos de Plinio, Maigret y, un poco menos de Adamsberg, pero por ahí andará salvando la distancia de que ya no es del cuerpo y que va de privado.

Está clara la intención de ahondar en los caracteres, incluidos los secundarios, y en los localismos, ya sea en gastronomía o en geolocalizaciones, para darle entidad propia a la serie y diferenciarla de otras más impersonales por globalizadas.

A José Luis Pastrana se le ve cómodo, entusiasta y queriente de sus personajes y del encaje argumental y de la tierra. Consigue transmitirlo empleando el lenguaje plano y corriente de cualquier convecino, nada influído por clichés del género. Y lo desarrolla en una trama local, verosímil y plausible, bien hilvanada y que, al notarse bien asentada, ella misma se crece a medida que avanza su desarrollo.

Los nombres famosos en literatura copan los estantes de las librerías y hay obritas, como esta, que no tienen quien las quiera sino es con el boca a oreja.

No se dejen confundir por el título ni la bucólica imagen de la cubierta ya que su interior esconde una original novela negra. Denle una oportunidad y no se sorprendan de lo fácil y agradecida que les va a resultar su lectura.