domingo, 13 de agosto de 2017

Un cadáver en Port du Bélon de Jean-Luc Bannalec

La novela que combina mesa
y crimen.
Si en la anterior entrega protagonizada por esa alegría de hombre, es ironía claro, que es el comisario Georges Dupin aprendimos todo y más sobre la sal de Gueránde, en esta profundizamos en el apasionante mundo de las ostras, ya saben divertido como una ostra salvo que se la tenga en la mesa cuando se convierte en esplendido manjar para unos y aborrecible para otros.

Ostras cóncavas y ostras planas. Tallas de 0 a 5 en función del grosor siendo el 0 el mayor. Maduración de días a meses. Sabores a yodo, a seta, a mantequilla, a avellana… dependiendo de su lugar de origen y sobretodo del afinado… acompañadas de un frío Muscadet o Chablis o Pouillyfuissé o Puligny-Mountrachet…

De nuevo un recorrido por la Bretaña, de nuevo por su gastronomía y de nuevo relegando el aspecto policial a las vicisitudes de un comisario que sigue usando un teléfono que no precisa recarga (yo quiero una batería así), que sigue trabajando más horas que un reloj, que sigue exigiendo a su equipo el 110%, que sigue con su dolor de estómago, que sigue sin decidirse, o si, en eso del amor y de la vida en pareja, que sigue mostrándose huraño con quienes le quieren bien, en fin que sigue indeciso mientras resuelve un caso en el que ha aparecido un cadáver para después desaparecer el cuerpo y todo en medio de granjas del río Bélon dedicadas al cultivo de ostras.

A esto obedece la novela Un cadáver en Port du Bélon que combina mesa y crimen.

Ostra Bélon
Por suerte las indecisiones del comisario Dupin no tienen cabida en su faceta profesional lo que le permite resolver sus casos a satisfacción. Doble satisfacción si a la lectura se le suma un plato de ostras Bélon acompañado de un Muscadet servido a no más de 6 grados.

A pesar de que Dupin nos resulta entrañable y familiar la cotidianeidad en que se mueve, no podemos evitar criticar la deriva turística y gastronómica que va tomando la serie. Está tomando una deriva a sotavento que los que entienden de cosas del mar saben que es la más expuesta en una batalla y por tanto la menos aconsejable.

Esperemos que el autor Jean-Luc Bannalec enderece el rumbo y le de más peso al caso criminal y podamos degustar un buen crimen sentados a una buena mesa.

Los casos del comisario George Dupin se publican en verano y son la cita veraniega que no puede faltar para leer al lado de la piscina o del mar.

Las otras tres novelas son:

domingo, 6 de agosto de 2017

Kinsey y yo de Sue Grafton


Kinsey y yo: una amistad eterna
Kinsey y yo es, como su nombre indica un compedio Kinsey Millhone - Sue Grafton, que muestra el grado de cariño que se tienen.

Millhone porqué la acompañaremos en unos relatos donde brilla el tono irónico, el ingenio y la deducción y en eso, actualmente, pocas rivales tiene y también porqué conoceremos el porqué de su nacimiento como criatura literaria.

Grafton porqué no solo descubriremos su habilidad por crear argumentos complejos en pocas páginas sino también porque sabremos de sus inquietudes como escritora policíaca y sus fuentes y también, a modo de ensayo, sus opiniones sobre el género y sobre otros escritores.

Y aún más, Sue Grafton con su alter ego Kit Blue, ofrece una visión muy íntima y personal de su infancia y su vida familiar como pocos autores se atreverían.

El libro acoge 9 relatos policíacos protagonizados por Kinsey Millhone y publicados a lo largo del tiempo en distintos medios; Sue Grafton introduce los relatos policiacos, la primera parte del libro, con una explicación de cómo y porqué eligió a Kinsey Millhone como la protagonista de su abecedario del crimen. Estos relatos se publicaron por vez primera en 1991 y responden a encargos y divertimentos satisfechos por la autora.
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Los relatos cortos precisan de mucha planificación argumental ya que fácilmente pueden caer en banalidades que desencantan al lector; no es este el caso y aunque personalmente crea que Kinsey es de las que gana con cuantas más páginas mejor, se maneja también bien en estas distancias cortas.

Así mismo la autora dedica un espacio a 13 relatos escritos a modo de diario protagonizados por Kit Blue, una suerte de relatos autobiográficos en los que la autora desgrana sus emociones de niñez en una época especialmente complicada como fue la muerte de su madre.

No estamos pues ante una de las novelas habituales que conforman el Abecedario del Crimen pero si ante un libro valiente y que, publicado a las postrimerías del alfabeto, tiene un cierto regusto a despedida que no quisieramos para nada.

Esta vez la cubierta de Tusquets no es una habitual ilustración de Cassio Loredano pero conserva su esencia al mostrar la autora junto al escarabajo amarillo de Kinsey.

En este mismo blog se han reseñado:

  

martes, 1 de agosto de 2017

Elementary temporadas 4 y 5

Elementary temporada 4
Sería imposible escribir esta reseña sin repetir explicaciones y calificaciones ya empleadas en las reseñas correspondientes a las tres anteriores temporadas, baste decir que Elementary sigue siendo una serie de planteamiento inteligente, de argumentos trabajados y algunos de gran complejidad y con diálogos ricos en dobleces con mucha y brillante ironía y juegos de palabras tan rubikianos que seguro que nos perdemos la comprensión de más de uno.

Una serie muy digna y de las mejores en calidad argumental e interpretativa en temática policial nunca antes emitidas en TV y con tanto recorrido.

Una recreación de Sherlock Holmes y John (Joan) Watson que ahonda en el aspecto más humano de ambos personajes, siendo el caso de Sherlock el más asequible, sin menospreciar para nada sus capacidades y aptitudes de investigación y deducción.

Estas dos temporadas, la 4ª y la 5ª dejan a los protagonistas solos ante casos delictivos sin interferencias al estar huérfanas de familiares que puedan absorber minutos del episodio.

La rutina, y no es peyorativo sino todo lo contrario, detectivesca se ha instalado y tampoco hay sub-tramas de peso que distraigan aunque las haya más ligeras.

En la 4ª temporada tenemos la reaparición de alguien que tuvo mucho protagonismo y que circunstancias que hubieran tenido repercusión penal aconsejaron su huida del entorno Holmes y Watson y la consecuente desaparición de la serie.

My dear Watson & Holmes sweet Holmes
En efecto,  Kitty Winter (interpretada por Ophelia Lovibond) repite presencia y supone la revisión de un antiguo caso y dosis excesivas de violencia y peligro, excesivas para lo que los reflexivos casos de Holmes y Watson nos tienen acostumbrados, pero que sin embargo son indispensables en el tono argumental.

En la 5ªt emporada aparecen dos sub-tramas, una que tiene que ver con una relación amorosa y complicada del detective Marcus Bell con Chantal Minier empleada en la fiscalía.

Y otra, más trascendente, tiene que ver con Shinwell Johnson (interpretado por Nelsan Ellis) un antiguo conocido de cuando Watson ejercía de cirujana y ex-miembro de una banda callejera que busca su reinserción social. Esta aparición supone un guiño al canon holmesiano y se refiere al relato El cliente ilustre, eso sí, convenientemente distorsionado como lo es toda la serie televisiva.

El final de temporada presenta una lúgubre y tenebrosa perspectiva por lo que visionar la 6ª ya no será una opción sino una obligación.

Los fans se temen lo peor ante el anuncio por parte de CBS de una 6ª temporada con solo 13 episodios en lugar de los 24 habituales. Wait and see.

Disfrútenla; merece la pena.





viernes, 28 de julio de 2017

El caso Birdman y El tratamiento de Mo Hayder

Novela negra de trama dura,
espeluznante y retorcida.
El caso Birdman es la primera novela protagonizada por Jack Caffery y El tratamiento la segunda, pero en realidad nos encontramos con que son una sola historia dividida en dos partes de forma que la trama principal tiene un largo recorrido, semi-subterránea a veces, aflorando a la superficie solo de vez en cuando  en la primera novela por ceder el protagonismo principal a los crímenes de un asesino en serie y en la segunda por los de un pederasta, pero siempre presente.

Si las novelas fueran un álbum de cromos de tópicos de género habrían completado la colección o casi ya que tal vez no contengan todos los que hay pero todos los que tienen lo son.

El caso Birdman se presenta como una novela negra de trama dura, espeluznante y retorcida para provocar ese sentimiento de horror que busca incomodar al lector como si eso fuera lo único importante. La trama bebe de todo lo visto y leído en el mundo del asesino en serie aunque hay que agradecerle que está bien escrita, lo que ya es mucho y que mantiene el ritmo y aguanta la tensión como debe ser.

Un asesino de mujeres con una terriblemente macabra firma se convierte en el objetivo del inspector Jack Caffery; un hombre marcado por la desaparición de su hermano cuando eran pequeños, esa trama subyacente de largo recorrido, y con problemas de relación con las mujeres precisamente por vivir en la casa que vive y por mantener esa espina familiar clavada que le impide cualquier atisbo de alegría y felicidad.

Novela negra que logra destrozar
la zona de confort mediante
una trama llena de vilezas.
El tratamiento, segunda novela pero en realidad segunda parte de la primera novela, trata sobre la pederastia y de cómo el envilecimiento no conoce sentimientos. La familia, los amigos, la sociedad, todos podrían y deberían hacer más en estos casos y quien más quien menos aparta la mirada para no ver y así no sentirse con la obligación de actuar. Nada nuevo bajo el sol pero como la anterior acaba resultando absorbente al buscar nuestro lado más vulnerable.

Dos novelas complejas que no dudan destrozar nuestra zona de confort al apoyarse en mostrar las vilezas de la condición humana tanto en sus argumentos principales como en el suyacente y que condiciona notablemente la capacidad de actuación del protagonista.

Al fin y al cabo se siente de parte de las víctimas de los hechos y ve en la resolución de los casos la actuación que en su día no pudo o no supo realizar y que le ha de permitir su redención.

Mo Hayder autora de
El caso birdman
y
El tratamiento
En ambas novelas Mo Hayder, la autora, conforma una trama bien trenzada, sin fisuras y consigue un ritmo narrativo alto, intenso y claustrofóbico y pone el dedo en la llaga de nuestra humanidad para incomodarnos durante toda la lectura y buscar la complicidad con sus planteamientos. 

Si usted pertenece al grupo lector que se apasiona con los asesinatos truculentos y los impulsos psicológicos que tienden a lo macabro estas son sus novelas. Si les va el morbo, toque gore y el ritmo de thriller también. Y si les encantan los perdedores que ansían su redención por encima de todo, de su felicidad y de su propia vida, ya están tardando en empezar la lectura.

domingo, 16 de julio de 2017

Hijos de la siega de Bill Jiménez

Pulp de los de antes escrita ahora.
Héctor DeSoto, hijo de emigrante cubano y madre americana, es un ex-policía metido a investigador privado despierta en un hospital y parece que está involucrado en un homicidio múltiple ocurrido en el Caravan, un bar de carretera.

No se sabe si como víctima o verdugo ya que los únicos recuerdos que guarda de ello son moratones y cardenales en su cuerpo debido a un episodio de amnesia provocado por el ataque o un por estrés post-traumático.

Y como sea que nadie se lo va a aclarar decide investigar por su cuenta y reconstruir los hechos para saber qué estaba hacíendo allí y pasó lo que pasó. Rebecca, novia abnegada, va a ayudarlo hasta donde le dejen ya que no es fácil indagar cuando la policía no se aleja más allá de la sombra.

Tres Cruces, aun siendo septiembre sigue atiborrada de turistas, es la imaginaria localidad, descrita con amplio color local, donde transcurre la acción a ritmo motero. Y nunca mejor dicho ya que el argumento no da tregua ni para ir al servicio.

El mismo argumento que desarrolla una trama hard boiled de las de antes con gángsters irlandenses, tugurios de juego y prostitución, lugares sórdidos, violencia, asesinatos, gatillo fácil, solo ante el peligro, engaños, estafas y manipulación para obtener beneficio.

Con un detective estereotipado, porqué así lo ha querido el personaje y el autor no ha tenido más remedio que ceder viendo que bajo esa máscara burlona esconde su desconcierto.

De ahí que sea irónico, buscando siempre el lado animoso de las situaciones, bocazas, inconsciente de las consecuencias de sus actos, saco de entrenamiento de quienes lo quieren mal y eterno perdedor, aun cuando gane.

Bill Jiménez
Guillermo Bill Jimenez homenajea con Hijos de la siega a la novela negra americana tradicional y actualiza a tiempo actual los bolsilibros pulp, ese mestizaje de géneros que pretende entretener, divertir y sorprender. Y lo hace tirando, voluntariamente, de tópicos y teatralización y aportando un componente de género fantástico colateral que no deja indiferente.

El resultado no solo es una novela negra con un punto de thriller sino un pastiche tan bien escrito y tan perfectamente ambientado que se diría coetánea de las de Chandler, Hammet o Thompson; nadie diría que es actual si no fuera por la evidencia en la prueba del carbono 14. La trama está construida con suficientes agarres para ir manteniendo el interés y seguir elevando el nivel de tensión e intriga y el vocabulario es rico y adecuado. Un trabajo que merece mayor reconocimiento.

Y un personaje tan carismático que se merece una serie. Y un público, ustedes que se merecen disfrutarlo: cójan esta novela este verano y descubran que tenemos ya un nuevo valor entre nosotros del que pronto oiremos hablar en esos certámenes de género que nos rodean.



domingo, 9 de julio de 2017

¿Por qué haces esto? de Jason

¿Por qué haces esto? Del existencialismo
costumbrista de Woody Allen al suspense
de Alfred Hitchcock.
Los personajes antropomorfos de esta obra, habituales en este autor noruego afincado en Francia, adolecen de inexpresividad facial y gestual lo que enaltece los diálogos y al acercarse a su contenido genera una especie de desconcierto ya que el tempo del comic lo hace parecer concebido como mudo y su lectura debe interpretarse a partir del contexto narrativo.

Dibujo minimalista para un guión minimalista y sin embargo ambos cargados de simbolismos y gran complejidad psicológica apoyados en diálogos trascendentes. Más que un cómic estamos ante un ensayo que desafía al destino buscando respuestas a preguntas eternas.

¿Por qué haces esto? es una historia de amor y muerte, de abandono y soledad, de tristeza y desesperación en medio de una trama de suspense e intriga que recoge la esencia del maestro Alfred Hitchcock incluido su macabro sentido del humor hasta la viñeta final cuando retoma el McGuffin que ha acompañado al protagonista a lo largo de toda la historia y que se sintetiza en ¿cuántas anécdotas tiene para contar en una reunión de amigos?

Diferentes niveles de lectura para una
obra cargada de simbolismos.
Si bien hay guiños a varios films del genial director británico, el punto de partida de ¿Por qué haces esto? es, no cabe duda, La ventana indiscreta y a partir de aquí los múltiples enfoques del falso culpable en los que el director se sentía cómodo sorprendiendo a sus seguidores.

Claude debe ausentarse de la ciudad durante dos semanas y le pide a su amigo Alex que le cuide las plantas de su piso. Alex está intentando superar su ruptura con Julie después de cuatro años de convivencia y se encuentra en esa situación de cuestionamiento existencial con baja autoestima.

Un día, mientras está regando las plantas de su amigo, se ve envuelto en un grave hecho que viene a devolverle las ganas de vivir porqué sabe que podría morir.



Jason
Jason, John Arne Sæterøyrecoge los temas existenciales de toda vida humana: el amor, el desamor, los sentimientos, la soledad, la amistad, la solidaridad… y compone una poesía con rima de novela negra.

De una trama de existencialismo costumbrista, que firmaría Woody Allen, se pasa a un thriller lleno de tensión y suspense al más puro estilo Alfred Hitchcock.

Los elegantes y medidos trazos de Jason, esa línea clara que tiene más de Swarte que de Hergé, propician que su obra, cargada de simbolismos, transmita vibraciones de distinta frecuencia de onda y genera distintos niveles de comunicación que no dejan indiferente.

Es un cómic que cuya primera lectura les entretendrá y con la segunda les dará que pensar y les incitará a formularse preguntas sobre lo acertado de las decisiones y sus consecuencias.


domingo, 2 de julio de 2017

Falsa rubia con tacones de Fernando López

Detective formado a distancia.
Felipe El Gallo pasa a ser Philip Lecoq por necesidad de infundir credibilidad al recién adquirido rol de detective privado y la Yési prostituta adolescente decide ser su secretaria en esta nueva etapa a la vez que compañera y amante de por vida.

Philip Lecoq es un ex delincuente de poca monta, roba tabaco en quioscos,  residente en un suburbio que descubre su vocación en las páginas de un cómic.

CQ, (apócope de Cara Quemada, un homenaje al Isidro Parodi de Borges y Bioy) es un escritor mayor que va a ser quien transcriba los casos de Philip en una falsa primera persona, le anima a leer novelas y ver películas de género para encontrar inspiración y adquirir la formación necesaria, como un curso a distancia, tanta como que corresponde a otras épocas y país, para desempeñar este oficio de detective privado con el que presume ha de poder ayudar a la gente.

Ambos jóvenes, Philip, de 22 años y la Yési, de 16 son productos a granel, no envasados, del reciclaje social. Dos personas que se han hecho a sí mismas y que se reinventan buscando salir del estercolero y conseguir dignidad a la par que un futuro mejor. Su amor, casi a primera vista, ha llevado implícita su redención y su entusiasmo ante el reto es garantía de conseguirlo.

Los inicios en el mundo de la investigación son torpes como corresponde a cualquier iniciación y se suceden los equívocos propios de la inexperiencia y su ingenuidad entre escenas de sexo explícito y violencia explícita.

La Lore, colega de profesión de la Yési, que ha tenido un problema con un cliente, es, a su vez, la primer cliente de Philip en uno de esos casos con los que te curtes o te curten.

Falsa rubia con tacones es una disparatada novela policiaca que busca aportar una parodia al género infundiéndole  un punto delirante que busca quitarle solemnidad a cada uno de los tópicos de la novela negra americana a base de girar las tuercas en sentido contrario al esperado. Y vaya si lo logra..

Fernando López
Fernando López, argentino con una larga trayectoria en diversos aspectos del mundo literario, y abogado y ex juez, desarrolla en esta novela a unos personajes existentes y significativos de la realidad local más marginal que son capaces de dejarse arrastrar por su sueño y no morir en el intento, lo que ya es un logro por sí mismo.

Su conocimiento del mundo delictivo y policial hace que por muy divertimento que seas sus novelas no dejen de ser también motivo de reflexión.

La novela tiene todo el interés de un buen policial y además está tan repleta de humor que desborda las páginas propiciando una lectura ininterrumpida hasta el final.

Hasta el momento ya se han publicado un total de cuatro entregas de esta serie por la editorial Raíz de Dos de las diez que tiene previstas el autor.

domingo, 25 de junio de 2017

Matar al padre de Yanet Acosta

Cuando el nikkei no es índice bursátil
sino comida.
A un padre se le puede matar literalmente, como a cualquier otro ser, o se le puede matar figuradamente cuando el hijo rompe el lazo de admiración y devoción profesados hasta la adolescencia y necesitado de seguir su evolución como persona con criterio propio se lanza a buscar sus aciertos y cometer sus propios errores.

Venancio Ven Cabreira recién llegado a Madrid después de una estancia en China está en eso de matar al padre y evolucionar. Nunca es tarde para ello y a pesar de que pierde ocasionalmente el sentido del sabor y del aroma, no pierde, a su pesar, el regusto a amargura que le provocan sus tareas como investigador privado a sueldo; fisgar en vidas ajenas le anima a conocerse a sí mismo y mejorar como persona en un momento de su vida en que siente el aliento del fracaso existencial en su nuca.

Lucy Belda, periodista gastronómica amiga de Ven, está cubriendo un congreso de cocina en Lima cuando desaparece Pedro Marino, un ponente, propietario de una cadena de restaurantes y defensor de las plantaciones de quinoa a la antigua usanza, cuyas palabras incitan al cambio social a partir de la cocina y que parece postularse incluso como presidente de la nación.

La quinoa cultivada por el pobre campesinado del altiplano está favoreciendo a ricos empresarios y distribuidores de medio mundo y no es cosa de dejarse pisar con huevadas que aluden a conciencia social e incitan a la lucha de clases. De ahí que a Pedro Marino haya más de uno que se la tenga jurada.

El argumento se desarrolla en dos tramas paralelas. La una recorriendo Perú y la otra recorriendo Madrid, que acaban confluyendo aunque, como la unión del Negro y el Amazonas, sigan manteniendo su idiosincrasia.

Yanet Acosta en quien se juntan la
gastronomía real y la ficción criminal
Yanet Acosta nos acerca una novela negra reflexiva, tanto a nivel personal como social, que nos permite disfrutar de su más que evidente madurez literaria manteniendo la gastronomía como medio para explicar estados emocionales y para contar tramas criminales. Las letras empleadas como materia prima a tratar y los recursos gramaticales como instrumentos para cocinarlas.

Mantiene su habitual punto transgresor al género al emplear los recursos más acordes a cada escena, a cada capítulo, aunque para ello deba mezclar cualquier sabor con cualquier otro de los cinco y de nuevo critica el postureo culinario, los nombres pomposos de técnicas y platos y el encarecimiento de productos básicos por culpa de modas insustanciales.

Y es que la buena cocina solo necesita producto de primera calidad poco manipulado y tratado en su justa medida como en la cocina nikkei omnipresente a lo largo de la novela.

La presencia japonesa en Perú, masivas inmigraciones en la encrucijada de los siglos XIX y XX, tenía que notarse por fuerza en la gastronomía. Los japoneses, al no disponer de sus productos autóctonos, procuraron buscar sustitutos entre los productos criollos aunque dándoles su toque culinario y ahí nace esa fusión surgida de la necesidad.

A ese mestizaje de la cocina peruana y japonesa dio en llamarse nikkei (que no tiene nada que ver con el índice bursátil nipón, aunque hoy algunos chefs le saquen alta rentabilidad y si con el hecho de que fuera el modo como se conoce a los hijos de los inmigrantes japoneses) y ha saltado del ámbito doméstico a restaurantes especificos.

Matar al padre es un rico, por sabroso y por valioso, aporte a la novela negra actual y la gastronomía es como el surf: depende que ola cojas estás arriba mirando al cielo o abajo tragando agua.

De Yanet Acosta se han publicado las reseñas:

- El Chef ha muerto (primera novela con Ven Cabreira como protagonista)

- No hay trabajo bueno novela negra a ritmo de western y con fuerte denuncia social.

Y les recomiendo leer A los hombres no les gusta mancharse las manos un relato corto protagonizado por Ven Cabreira, con mucha mala leche. Y esta no es de tigre.


domingo, 18 de junio de 2017

Viento mortal de Cay Rademacher

Mistral, rosé y tomillo.
A la Provenza se la identifica por muchas cosas, pero si hubiera que decir solo tres y sin tiempo para pensar habría que mencionar al mistral, al vino rosé y al tomillo.

El mistral, ese viento de noroeste, frío y seco y a veces hasta un Viento mortal; el rosé, ese vino rosado favorecido por la conjunción de clima, terreno y variedades de uva; el tomillo una de las plantas básicas en el hatillo denominado hierbas provenzales usadas en casi todos los platos que se sirven en la zona.

El capitán de policía Roger Blanc es de los que no ceden y eso, y una investigación sobre corrupción que incomoda a altos cargos, le supone la invitación para ser trasladado desde París a una recóndita localidad de la bucólica Provenza y se le añade el irse solo, ya que su esposa Geneviève decide que es el momento de terminar la relación y centrarse en la que mantiene con su amante desde hace tiempo.

Roger Blanc se instala en un deteriorado, por vejez y abandono, antiguo molino de aceite heredado de un tío lejano y entre la restauración de la vivienda y la reubicación emocional y profesional no tiene tiempo para añorar ni recordar.

Ayuda también que inmediatamente tenga un asesinato entre manos. Un cadáver encontrado quemado en un vertedero, cuya identidad produce alivio en algunos y preocupación en otros. Las pesquisas abarcan toda la zona y ocupan todos los efectivos de la gendarmería.

Ese amplio escenario a recorrer permite al autor describir las excelencias de esa zona de la región de Provenza, de sus pueblos, sus alrededores, sus cultivos, su gastronomía y sus costumbres pero, como buena novela policiaca, manteniendo el punto focal en el crimen.

Cay Rademacher
Cay Rademacher trata un guión, alejado de tópicos, desde el punto de vista humano de los protagonistas y de cómo incide el crimen en un, por lo general, plácido ambiente local y en el ánimo, por lo general, tranquilo, de sus habitantes; sobre todo dibuja a un capitán Blanc que no se autocompadece ni ahoga sus penas en alcohol, ni es lunático ni violento algo atípico según lo que nos tiene acostumbrados el género.

El autor elabora un argumento con una interesante trama policía fresca favorecida  por el mistral, de buen sabor merced al rosé y aromática y sabrosa merced al tomillo encuadrada en ese subgénero que los críticos denominan el slow crime y que es la primera de una serie que ya lleva tres novelas publicadas, aunque aquí de momento solo haya llegado la primera.

¿A qué espera la editorial para publicar las restantes?

jueves, 15 de junio de 2017

Sicarios de Roberto Corroto y Ertito Montana

Sicarios 01: 'Olmito' una aventura en cinemascope.
Los que llevamos tiempo leyendo cómics vivimos enfáticamente la época de los crossover de superhéroes,  en la que los personajes salían de su zona de confort y se liaban a puñetazos unos con otros o, mejor aún, unían fuerzas contra un enemigo poderosísimo. Era la hora de las tortas como apuntaba Benjamin Ben Grimm.

Sicarios es algo nuevo; recupera ese espíritu de la aventura bizarre a estilo pulp y ofrece un crossover de géneros de lectura apasionante por los giros inesperados y muy medidos con los que sorprende y secuestra la atención en cada una de las cuatro entregas publicadas hasta ahora.

Los protagonistas, Phil Anselmo, grandote trozo de pan, divertido y valiente y Riot Girl, menuda, desconfiada y malhumorada capaz de interpretar rápidamente las situaciones y actuar instintivamente, son unos sicarios. Unos asesinos a sueldo a los que no les mueve ni el placer de la violencia ni el dinero sino aplicar su concepto de justicia a quien esté necesitado de ella.

Un aspecto relevante que humaniza su oficio de sicarios y lo acerca al de justicieros.

Roberto Corroto tiene una historia en la cabeza y la va desgranando con el guión de cada entrega; un guión que es igual a acción. Marca el tempo de los acontecimientos mediante diálogos que permiten ir conociendo la personalidad de los dos protagonistas principales e ir conociendo la intención del argumento.

No hay descripciones superfluas, ni subtramas que compliquen el hilo conductor de la historia. Un trabajo de apariencia minimalista pero muy complejo y lleno de referencias y guiños culturales de procedencia multidisciplinar (que seguro que todos, todos, solo los pillan los autores).

Ertito Montana dibuja con un estilo que, aunque a simple vista puede parecer apresurado, muestra el afinamiento de quien borra y rehace buscando siempre el mejor efecto ajustado a la narración. No se corta en emplear viñetas, algo cada vez menos habitual, y a modo de fotogramas llena las páginas encadenando imagen con imagen para crear la atmósfera adecuada en cada escena y los movimientos anatómicos precisos a cada momento de acción.

KoH aplica el color tomado de la realidad; no pretende suplir ni al dibujo ni al texto, no hay exageración ni protagonismo más allá de iluminar correctamente lo que ayuda a visualizar el cómic como si fuera una película en cinemascope.

Sicarios 01: Olmito

Phil y Riot se dirigen a Olmito, en Texas cerca de la frontera con México, para cumplir un encargo. En el pueblo, en medio de la nada, la suspicacia del sheriff les obliga a reajustar sus planes para poder cumplirlo a satisfacción. Serie negra y western en cinemascope.

Esta primera entrega ya da muestras del elenco de referencias que va a mostrar la obra, por ejemplo: se evoca a Acorralado, el lugar de encuentro Elmore’s lleva el nombre del gran escritor de novela negra, que la matricula del Cadillac sea KILL, que el tono de móvil de Phil sea la acelerada canción Cowboys from hell en las estrofas en las que cuenta como todos se esconden cuando ellos llegan a la ciudad y como de rápido disparan y ganan siempre y que la cerveza que se consuma sea Mahou.

Sicarios 02: Colgados en el desierto

Saliendo de Olmito con destino Austin, el Cadillac se queda sin combustible y Phil y Riot siguen a pie hasta una gasolinera cercana. El local parece abandonado pero alguien, una rareza, un fenómeno inexplicable y ominosamente hospitalario está decidido a seducirlos para que se queden.

Asociado a los géneros de road movie y terror inexplicable. Aquí el homenaje es para Lovercraft, para el comic Powers y escenas de Alien 2 y en especial la travesía de Moria de El señor de los anillos.

Sicarios 03: Saint Rose

En su peculiar viaje a ritmo de road movie hacia Austin, Phil se permite la licencia de interpelar directamente al lector, mientras su compañera echa una cabezadita y aprovecha para explicar cómo y donde conoció a Riot y porqué están en lo que están. Escenas de represión, exaltación del sentido de la amistad y lucimeinto de superpoderes en un homenaje al género carcelario y al nombre propio de Tyler Cross y si vemos a los personajes como mutantes, también a la Patrulla X.

Sicarios 04: Lo maté por el yogurt

La llegada a Austin les enfrenta a un nuevo encargo donde la misión, si es que deciden aceptarla (ese guiño a Misión imposible), les ha de permitir desmantelar un laboratorio y centro de distribución de droga que emplea a niños (ese Templo Maldito ,-) dirigido por la Yakuza (con esa lucha a muerte que recuerda que antes hubo el enfrentamiento con los 88 maníacos de Kill Bill) que homenajea al cine oriental de acción de los '70. La planificación del asalto se muestra con otro estilo de dibujo (Darwin Cooke) y la pelea de Phil es un agradecimiento a los videojuegos arcade de lucha.

Un cómic de lectura gratificante y del que ya deseamos saber con qué nos sorprenderá el próximo número. Ansiosos, estamos.

Más información y compra en la web de Zona 00  Sicarios también se publica en la prestigiosa Aces Weekly

De Roberto Corroto ya se reseñó su novela 'Mi novia es un zombi'. Recuérdenla aquí

domingo, 11 de junio de 2017

Rosewood

Rosewood: vegano y metrosexual.
Terminada ya la segunda temporada y con ella el final precipitado de la serie (ya saben que la audiencia y las ganancias en EEUU son implacables y determinantes) es hora de pasar reseña a una serie concebida para pasar el rato y buscar la sonrisa tontorrona.

Rosewood viene a ser como si a CSI se le extrajera todo el envaramiento de sus personajes y su tecnología de ciencia ficción y se le distendiera un poco el ambiente dándole más color populachero.

El Dr. Beaumont Rosewood Jr., Rose (pronúnciese Rosi; interpretado por Morris Chestnut) para los amigos, es un forense adinerado de Miami a quien la policía contrata cuando quiere una autopsia express minuciosa y tecnificada. Rose no es barato pero sabiendo que los fondos de la policía no son ilimitados a veces colabora gratis para no perderse ningún fregado. Aunque nunca sale caro ya que prácticamente siempre es él el que resuelve el caso.

Y es que Rosewood no solo es forense habilidoso, con un equipo de profesionales, prácticamente familia, envidiado hasta por los extraterrestres, si es que tienen forenses, sino que además está dotado, y cómo ¡vaya músculos!, para la investigación y pegado como una lapa a AnnaliseVilla (Jaina Lee Ortiz), la inspectora con la que trabaja, resuelven los casos con más del 100% de efectividad, si ese porcentaje es posible.

La primera temporada de tanteo para lucimiento de cuerpos, el de Rose torso al desnudo y el de Villa con camiseta ajustada de tirantes y pantalones segunda piel, y de sonrisas: a ver quien la tiene más grande, sirve para presentar unos casos de poco calado criminalístico y poca complejidad investigativa.

Tanto es así que todo parece girar en torno a la química entre todos los protagonistas ya sean pareja o estén a punto de serlo. La subtrama líneal recae sobre la muerte del marido de la inspectora Villa que podría haber sido asesinado contrariamente a como se presumió en su defunción.

Rosi y Villa
En la segunda temporada, la posible inocencia de un convicto por quien la madre de Rose, Donna Rosewood (interpretadada por Lorena Toussaint) siente cierta estima mantiene la tensión como trama lineal hasta el episodio 9 y a partir de ahí se inicia otra que tiene la salud del simpático forense en vilo. Y es que Rose sufre una enfermedad congénita que le obliga a llevar estricta dieta y hacer ejercicio ya que su cuerpo, resulta una máquina con obsolescencia programada.

Los trastornos amorosos de Rose y una tremenda decepción con repercusión económica han tambaleado sus convicciones y relajado su ritmo de vida por lo que podría haber acelerado su fin.

Una nueva subtrama se desarrolla en la familia de Villa, su madre tiene sus minutos de fama y también su hermano, un hermano que va a copar la atención hasta el final.
Y por si fuera poco hasta el capitán, el actual, tiene su pasado; como el anterior también lo tuvo y ambos tienen su presente.

Una serie noir para veganos y metrosexuales; una serie donde todos los protagonistas tienen sus minutos de gloria merced a giros argumentales adaptados para tal fin y que representa una clara exaltación a la unidad familiar y al poder curativo y aglutinador que tiene conversar sobre todo lo que le pase a quien sea. La familia unida jamás será vencida.