En el cómic Las joyas de la Castafiore (como se comentaba en
un post anterior en este mismo blog), el maestro Hergé nos ofrece una divertida
y magnífica aventura doméstica de ribetes policiacos y nos regala un simpático
guiño, esa pequeña trama subyacente en segundo plano que tiene vida propia, y
que animábamos a descubrir entre quienes lo leyeran.
Es la página en la que Tintín hace las presentaciones entre
la diva del bel canto Bianca Castafiore y el exitoso inventor Silvestre
Tornasol.
La diva y sus acompañantes acaban de llegar a Moulinsart y
después de saludar (asustar) al pobre capitán Haddock impedido por una
desafortunada torcedura de tobillo se mantienen de pie charlando antes de ir a
sus habitaciones.
En el momento en que se produce las presentaciones entre
Bianca Castafiore y Silvestre Tornasol por parte de Tintín se sucede un
surrealista diálogo fruto de mezclar cortesía e ignorancia: Bianca Castafiore
se muestra emocionada por conocer a tan magnífico deportista, famoso por sus
ascensiones en globo (!) y el sabio, duro de oído y siempre distraído Silvestre
Tornasol, se enorgullece de estar ante tan celebrada pintora, famosa por sus
retratos de graciosas líneas y audaces colores (!).
Un diálogo sin desperdicio bajo la immutable presencia del hierático
pianista Igor Wagner.
En la viñeta número 4 vemos que Tintín, que ya lo ha recogido del suelo, lo sostiene en su mano derecha y aguarda educadamente, y asolutamente desconcertado, todo hay que decirlo, ante lo que está oyendo de boca de Tornasol, a que la conversación finalice.
En la viñeta siguiente, la número 5, mientras la
conversación entre el sabio y la diva ha finalizado y el foco se centra en el
capitán Haddock (sorprendido y, todo hay que decirlo, intranquilo por lo que está oyendo), Bianca y su asistenta Irma, vemos al fondo de la imagen comoTintín le devuelve a Tornasol el alfiler
y aúnque no podemos oír el diálogo podemos imaginarlo.
Los cuellos de camisa de quita y pon, hoy en desuso, eran frecuentes por su facilidad intercambiable. Se sujetaban por un botón especial en forma de gemelo, de diseño y material noble según el poder adquisitivo de cada cual, introducido en un ojal en su parte posterior (también podían tener un pasador en su parte delantera, este más vistoso al quedar completamente visible).
Un divertido guiño. Un motivo más para seguir disfrutando de
Las Aventuras de Tintín y la capacidad imaginativa y visionariamente
anticipativa de Hergé.
Feliz Lecturavidad y Feliz Libro Nuevo y
que sea de género Interrobang!
Vean el post anterior referencia donde se reseña el cómic
pinchando Museo Hergé, Tintín y Las joyas de la Castafiore
Y este otro post donde todo se inicia Bruselas, Ruta del Cómic y La red Madú
Y para acabar y para los amantes del cómic franco belga, no
se pierdan este blog Mis Comics y Más con un post de portada nostálgica de Tintín
en navidad.