viernes, 31 de julio de 2015

El extraño del ayer de Cristina Higueras

Instrumentos que salvan vidas
y que provocan muertes
 El extraño del ayer ha resultado ser una grata sorpresa.

Grata sorpresa la de esta escritora novel a lo que parecía una aprovechada jugada de marketing al momento dulce de la novela negra. Ya saben, el estudias o trabajas ha evolucionado hacia ¿escribes novela negra o no eres nadie?

Grata sorpresa al encontrar un argumento de carga psicológica profunda, de las de clínica y frenopático, grata sorpresa al toparse con unos personajes agradecidos en su papel hasta el punto de que en ellos nada desentona.

Grata sorpresa al sumergirse en una lectura de evolución constante y grata, gratísima sorpresa ante un final de los que cierran perfectamente el argumento y dan redondez al trabajo.

El extraño del ayer es una novela hitchcockniana en el sentido más retorcido del calificativo y empleado con respeto y como profundo reconocimiento. Y poco más se puede decir sin riesgo a mostrar las tripas de una trama medida y calculada de forma precisa que juega al gato y el ratón con el lector para dársela con queso.

Gonzalo Feomorel, forense con problemas para conciliar sueños calmos, despierta una mañana junto a un pendiente sin propietaria. Y le consta que no es de su novia Diana. El misterio se aclara, y es entonces cuando todo se complica, al descubrir que pertenece al cadáver de una joven asesinada con un modus operandi que obedece a algún tipo de ritual o paranoia.

La inspectora Loren Barceló y la oficial Mónica Rojo son las investigadoras encargadas de esclarecer este turbio caso. El caso es el cadáver de una joven con los genitales mutilados y con simbología pintada en su cuerpo.

Tanto el equipo médico forense como los investigadores policiales sienten que necesitan atrapar al culpable antes no vaya a más, ya que la puesta en escena hace presagiar que pueda haber más víctimas.

Cristina Higueras, la autora
Cristina Higueras ha construido una novela escrita en primera persona pero con puntos de vista alternados que consigue despistar al lector que pide más y se lo cree aun sabiendo que en algún lugar se esconde la trampa.

Se nota que hay trabajada documentación que le da ese plus de verosimilitud que la hace más interesante y más aún por tratar un tema traumático y del que tan poco se habla como es el de la intersexualidad.

La novela tiene ese ritmo y ese enganche cliff hanger que la hace muy apropiada para vacaciones ya sean trayectos largos ya que conseguirá que se hagan cortos o para esas sesiones de playa o piscina.

La autora se está planteando dar continuidad y convertirla en serie (podría resultar algo interesante) y además está ya trabajando en su adaptación al cine (y estando ella detrás igual hasta sale bien y todo).

viernes, 24 de julio de 2015

Asesinato en la colina de Gisbert Haefs

Se presenta Baltasar Matzbach.
No hace falta decir nada más
Baltasar Matzbach es el insólito protagonista de una serie de diez novelas publicadas hasta la fecha, en las que ejerce como detective aficionado. Novela negra alemana.

En esta primera, Asesinato en la colina, se presenta de forma heterodoxa para los no iniciados a su persona para desentrañar algo que bien podría llamarse el misterio del cepillo de dientes: cepillo porque una mañana aparece uno desconocido junto al suyo y misterio ya que vive solo y no ha tenido, que recuerde, compañía alguna esa noche que justifique la presencia en su baño de ese artilugio.

De cómo se pasa de un cepillo de dientes a un asesinato tiene su explicación en una larga serie de estrafalarias teorías confirmadas en sucesos, de igual modo que el viento precipita una piedrecita por una pendiente nevada y acaba generando un alud de imprevisible magnitud.

Todo en Baltasar es excesivo e imprevisible.

Baltasar es filósofo, no solo por sus estudios, sino por su forma de reinterpretar la realidad y de entender la actividad: el aburrimiento que sugiere asumir lo conocido y lo cotidiano es sinónimo de muerte. De ahí que no pueda dejar de estar ocupado y en su torbellino arrastre a su círculo de amigos compuesto por el reportero Moritz, el escritor Henry y el doctor Römertopf.

Baltasar es también físico nuclear, de un invento patentado le vienen sus ingresos que le permiten vivir sobradamente y permitirle sus viajes, sus comidas, bebidas y otras extravagancias. También suma a sus ingresos beneficios derivados de haber compuesto canciones y de escribir regularmente en una revista, firmando como mujer, en un consultorio donde responde dando consejos sobre amores, dietas y cualquier otro tema sobre el que le pregunte el público femenino al que va dirigida la publicación.

Y por último su peculiaridad se extiende a su sentido del humor, su forma de aplicar la lógica, de entender la educación y buenos modales, y de estimar su propia obesidad.

Baltasar es Baltasar.

La novela transcurre entre paisajes urbanos de la alemana ciudad de Bonn, de su casco antiguo, de los años ochenta con cierto regusto apocalíptico. Transcurre por paisajes sociales de una ciudad de la que se denuncia su degeneración política y moral generada por políticos corruptos y propiciada por funcionarios incompetentes. Un sentimiento agridulce del que ama la ciudad pero no en lo que se ha convertido.

Una ciudad que Baltasar y sus amigos van a recorrer en busca de algo que ninguno sabe bien que es pero que se sabe que existe. Un argumento fuera de convencionalismos. Como recorrer un museo mirando cabeza para abajo.

Lectura abrumadora por los vaivenes de la trama acordes con los vaivenes mentales de Baltasar y su verborrea aturdidora.

Gisbert Haefs
Esta novela de Gisbert Haefs es el pasaporte para entrar en un universo inexistente. Para conocer una trama ilusoria e ingeniosa sometida al orden del azar. Para sumergirse en una redacción afilada donde el sarcasmo escoge las palabras para comunicarse y donde a pesar de que haya muerte y misterio a resolver se esté a las antípodas de la novela policíaca tradicional.

Es más bien una parodia mordaz en donde identificamos tics de detectives desde Sherlock Holmes a Nero Wolfe, por mencionar dos dispares y en donde también caben Los tres evangelistas de nuestra querida Fred Vargas.

A Baltasar Matzbach hay que leerlo respetando los mínimos de descompresión recomendados por el sentido común y el Ministerio de Salud Pública ya que enlazar una novela con la siguiente puede resultar peligroso.

Se entiende pues que sea una lectura de difícil recomendación y no apta para cualquiera, ya que una cosa puede ser leerla y otra disfrutarla.


lunes, 20 de julio de 2015

Tres abuelas y un cocinero muerto de Minna Lindgren

¡Que magnífica novela policiaca
hubiera podido ser!
Estamos ante una novela melodramática con tratamiento costumbrista desde un punto de vista cómico del que resulta un humor negro muy destacable y muy inteligente. La autora hace un trabajo encomiable al recoger conversaciones que van desde la ironía más mordaz al ingenio más naïf.

El título Tres abuelas y un cocinero muerto, la cubierta con sangre y la coletilla ‘De Finlandia llega la Agatha Christie del norte” es una hábil trampa para incautos, como yo, cuyo cerebro asocia los tres imputs y ve lo que querían que viera: una novela policiaca estilo Agatha Christie donde tres viejecitas tipo Miss Marple van a investigar el asesinato de un cocinero.

¡Interesante supuesto planteamiento!

Nada más lejos de la realidad. Todo un engañabobos bien orquestado. Lamentable el recurrir a estos artificios amañados para vender. Ni es una novela negra, ni policiaca, ni tampoco enigma. Ni tan solo es una novela de suspense. Aunque en algún momento apunte maneras no sigue ninguno de los caminos trazados que pudieran conducirla  a ser considerada una novela de género interrobang.

Y una vez más constatar que la mayoría de blogs no reseñan. Ni tan solo leen la novela. Se limitan a escribir lo que les llega sin contrastar veracidad o a copiar de otro y listo. Penoso.

Por lo demás y ya que la leído toda (solo faltaría que la trama criminal surgiese hacia el final, como ha hecho Isabel Allende en su Juego de Ripper, otra que tal) decir que resulta una novela entretenida, divertida y deprimente; aunque parezca contradictorio.

Y si bien al principio de la novela se creería que al final de nuestras vidas uno quisiera pasarlo con tan grata compañía en una residencia estación terminal como el Centro Residencial Geriátrico El Bosque del Crepúsculo, a medida que se avanza en su lectura se acaba conviniendo que casi mejor arrojarse al tren en dicha estación y acabar con dignidad antes que vilipendiado por intereses egoístas de cuidadores sin escrúpulos.

Efectivamente el cocinero Tero Lehtinen está muerto y eso es todo lo que vamos a saber, por lo que sin cocinero no vamos a cenar y sin intriga tampoco estaremos leyendo una novela policial. Si acaso una novela de patético costumbrismo y con una moraleja: que no falte la alegría ni las ganas de vivir.

Irma Lännenieimu de  92 años, Siiri  Kettunen de 94 años y Anna-Liisa de 93 años, son las tres ancianas (que no abuelas) protagonistas. Con una movilidad envidiable, por su edad, y una lucidez mental que ya quisieran para si muchos miembros, mucho más jóvenes, de gobiernos occidentales, sobreviven con habilidad a las aviesas y malosas maniobras a las que se ven sometidas en su centro de apartamentos alquilados donde no están internadas sino que viven libremente en una prisión.

¡Quiquiriqui! es su grito de saludo comprensiblemente oído por mucho ruido ambiente que las envuelva.

Minna Lindgren la autora
Y Döden, döden, döden (la muerte, la muerte, la muerte) su mantra para alejar penas y desdichas aunque se hable de difuntos y claro está, de muerte y aunque siendo finlandesas lo mencionen en sueco. Paradojas del bilingüismo que de eso en Catalunya sabemos un rato largo.

Ah! y si como invitados a merendar les ofrecen café y sexo, es en realidad un juego de palabras y lo que realmente le están ofreciendo es café y galletas.

Lo dicho: divertido canto a la vida, que tal como está de achuchada ya es mucho. Con enigma policial hubiera sido un 10.


Tres abuelas y un cocinero muerto es la primera novela de lo que su autora Minna Lindgren ha venido a llamar la Trilogía de Helsinki. Ni idea de que van a tratar las otras dos novelas, a lo mejor nos sorprende agradablemente y se ponen a investigar el asesinato del cocinero y se convierte en una apasionante novela policiaca.

miércoles, 15 de julio de 2015

Perception TV

Es de los que ve a la joven
o a la anciana? La mente y
sus engaños
Perception, Percepción, es una serie de tv estadounidense de la que se han emitido tres temporadas antes de que la productora TNT decidiera liquidarla en una decisión puramente mercantilista, al sacrificar originalidad y calidad por rentabilidad ¿a quien sorprende?

Perception sigue la estructura de las series que han ido triunfando en los últimos años y que ha marcado patrón con la asociación de un profano al cuerpo policial. Alguien alejado de  los procedimientos policiales pero con algún tipo de habilidad que los complementa con destellos de ingenio e imaginación y cuya ayuda resulta fundamental en la solución de los casos en los que participa.

Así pues una serie a la que solo hay que pedirle lo que da: entretenimiento. Pero en este caso (siguiendo el camino que iniciara Miénteme) va con un bonus track de cientifismo doméstico y es que aporta conocimiento biológico sobre el cerebro y su manifestación en el plano vivencial.

Los episodios suelen empezar con el Dr. Pierce dando clase a sus alumnos y cautivando su interés lanzando preguntas como quien lanza cargas de profundidad para despertar a un submarino dormido, en este caso empleadas para activar y estimular las mentes de los estudiantes.

Y estas preguntas y las disertaciones que las acompañan dan pie al argumento, ya que el caso a tratar está directamente relacionado con su enunciado y a su vez con una disfunción cerebral.

Como por ejemplo:

  • ¿Qué es la realidad? Síndrome de Korsakoff
  • ¿Qué es la conciencia? Esteganografía
  • ¿Existe el libre albedrío? Hipersexualidad
  • ¿Dónde se procesa el razonamiento moral? Empatía
  • ¿Cómo la amígdala toma decisiones? Obsesión
  • ¿Por qué nos rendimos a la tentación? Teratoma
  • ¿Cuál es el peligro de nuestros prejuicios? Memoria implícita
  • ¿Cómo se manifiesta la desilusión? Síndrome de París

(Vean la lista entera de todos los episodios en este enlace a la Wikipedia)


Daniel Pierce es un brillante diagnosticador de enfermedades, buen profesor de Universidad de neurociencia y mejor comunicador que colabora con el FBI como asesor en casos que requieren de su saber, reclutado por la agente especial Kate Moretti (Rachel Leigh Cook), antigua alumna suya, con la que profesa un gran entendimiento.

Daniel Pierce es doctor en neuropsicología y sufre de esquizofrenia paranoide, un trastorno con manifestaciones espontáneas en situaciones de estrés por tensión o por abrumadoras situaciones con muchedumbre, sino se está bajo medicación.

De izquierda a derecha:
Kate, Daniel, Max y Natalie
Cuando está bajo la influencia de alguno de sus incontrolables episodios sufre alucinaciones y ve y habla con personas inexistentes, por ese motivo vive con él Max Lewicki (Arjay Smith) un estudiante de post grado quien le ayuda a su estabilización emocional en los quehaceres diarios tanto domésticos como docentes y a quien conoció en un hospital.

La serie, a diferencia de sus coetáneas, ofrece una perspectiva dramática al procedimiento policial al presentar enfermedades que aún siendo más habituales de los que podamos creer, permanecen ignoradas.

Y en esa diferenciación radica gran parte de su originalidad, combinar esa parte docente y teórica, para nada aburrida y muy interesante, vinculándola a una situación real y a un caso de asesinato, resulta de lo más estimulante para el espectador que además obtiene el plus de ser una serie con gran sentido del humor, y unos argumentos cargados de intensidad y emoción (parecerá una tontería pero descubrir al culpable resulta más difícil en esta serie que en otras parecidas, y eso también se agradece).

Eric McCormack el actor que interpreta al doctor Pierce ofrece una interpretación brillante, muy creíble y muy lograda, y se lleva de calle la atención en cada episodio. Hay que agradecer también la magnifica dicción en el doblaje, sin ninguna palabra dubitativa, lo que permite asistir a las clases del doctor sin apreciar visos de ficción.

Los casos criminales, de complejo argumento, perfectamente imbricados en esos síntomas neurológicos, son por si mismos motivo suficiente de atención.

Una serie original, que no insulta para nada la inteligencia del espectador con trucos baratos, y que por el contrario despierta curiosidad e interés científico. Su desaparición es una pérdida a lamentar.


1ª. Temporada de 10 episodios
El doctor Daniel Pierce recibe la oferta de volver a colaborar con el FBI por parte de la agente especial Kate Moretti, que ha vuelto a Chicago después de un matrimonio con problemas que ha dejado atrás en New York. Los episodios son dinámicos e interesantes y aprender a distinguir cuando los protagonistas son reales o imaginarios según el estado mental de Daniel mantiene viva la atención. Conoceremos a Natalie Vincent (Kelly Rowan) una de sus alucinaciones recurrente y que actúa de compañera, amiga, confidente y conciencia según convenga en cada momento.


2ª Temporada de 14 episodios
Se incorpora a la serie el marido de Moretti, ayudante del fiscal general, que se traslada a Chicago para arreglar su matrimonio y recuperar a su esposa; situación que comportará que haya dos gallos en el gallinero y por tanto un conflicto a solucionar. Por otro lado asistiremos al desdoblamiento de Natalie Vincent al plano real, viviremos el regreso del amor de juventud de Daniel, la concertista de violoncelo Miranda, y asistiremos a una manifestación de su enfermedad en medio de una clase que pondrá en la picota su continuidad en la Universidad.


3ª Temporada de 15 episodios (y última de momento)
Un inicio trepidante en París combinando amor y thriller para volver a retomar lo conocido en Chicago. Pierce ha mejorado sus condiciones laborales y ha empeorado sus relaciones amorosas; además se le acopla su padre que sufre Alzeimer por lo que su vida se desequilibra como para desestabilizar a cualquiera. Los guiones de esta temporada son aún más trabajados e interesantes que los ya vistos anteriormente y el cierre lo pone una boda cuyos contrayentes no se conocen hasta el mismo final.

jueves, 9 de julio de 2015

Almas grises de Philippe Claudel

"Qué dificil es matar
a los muertos"
Abordar la lectura de Almas grises creyéndola una novela negra sería inapropiado y llevaría a decepción, pero también lo sería creer que no lo es: la negrura de la historia así lo justifica aunque ni en su desarrollo ni en su resolución se sigan los cánones establecidos y el asesinato acabe siendo solo una excusa para desarrollar una historia costumbrista no exenta de intriga policial.

Finales de la primera guerra mundial en Francia, diciembre de 1917, la desolación vive instalada en los pueblos y en los campos envolviéndolo todo de gris. También se ha instalado en el cuerpo de los combatientes y de los lugareños. Se ha apoderado de sus almas. Almas grises.

Belle (Belle de jour para los más idílicos) ya no es más que un precioso cadáver. Una princesa de cuento. El cuerpo sin vida de quien a sus diez años debería bailar y saltar y reír y no yacer en aguas gélidas. Las princesas, cuando son niñas, no deberían morir.

Un cadáver en aguas gélidas
Un asesinato en un villorrio al norte de Francia próximo al frente donde se libran batallas y donde los campos están sembrados de cadáveres. Donde Belle, forzada por las circunstancias, ha madurado demasiado deprisa y trabaja ayudando en el restaurante de su padre, El Rébillon.

Su menudo cuerpo, objeto de deseo; su pícaro comportamiento promesa de placer. Toda ella expuesta a los ojos de la desesperación y del miedo por la guerra y sus consecuencias.

El ritmo narrativo se sustenta en la crónica que de los hechos relata, veinte años después, alguien que estuvo muy implicado en el Caso ”subrayando la mayúscula con suspiros y aspavientos”. Sus revelaciones presentan aquellos hechos y aquella realidad desde otro ángulo y exponen lo que tal vez nadie sospechó.

Almas grises hace referencia a la condición humana cuando la indeterminación se apodera de los actos; cuando es más fácil dejarse llevar que afrontar las situaciones. Cuando ser vencido resulta más cómodo y menos cansado que luchar por una supervivencia improbable.

Philippe Claudel
El lenguaje que emplea Philippe Claudel, narrado en primera persona, es comedido para todo el horror y dolor lo que describe: cobardía, hipocresía, envidia, pérdida de la inocencia, complacencia y maldad.

Narra los acontecimientos y explica las sensaciones evocándolos a partir de sus personajes y empleando para ello una prosa poética rellena de ausencias.

Emplea este recurso literario como medio para describir lo más sórdido. Lo que permite al lector sobrellevar la hiriente dureza de la historia con más facilidad.

La novela resulta compleja pero no complicada. Cada personaje de la obra: el policía, su mujer, el fiscal, su criada, la maestra, el padre de Belle, el tonto del pueblo, la vendedora de pieles, la viuda, el párroco, el juez y el coronel y más que alimentan esta historia son ejemplo vivo del egoísmo de los seres humanos frente al comportamiento más primario pero más noble de otros seres vivos no racionales.

Como lo sostiene la pantomima de decidir un veredicto, tan determinante que supone que alguien viva o muera, en medio de un banquete al calor del vino y de la calefacción, mientras en el exterior quien espera justicia sufre torturas soportando temperaturas absolutamente gélidas. Feroz resumen que viene a ratificar aquello que el hombre es un lobo para el hombre.

Qué difícil es matar a los muertos

lunes, 6 de julio de 2015

La chica del tren de Paula Hawkins

¿Soy el único al que su lectura
no le ha dicho nada?
A la novela La chica del tren, las partes interesadas en su promoción, la comparan con todo lo que tenga que ver con trenes, asesinatos y voyeurismo: El tren de las 4:50 de Agatha Christie (nada más lejos de la realidad); La ventada indiscreta de Cornell Woolrich (ya quisiera; incluso la adaptación de Hitchcock); Extraños en un tren de Patricia Highsmith (se parecen como un huevo a un espárrago); Perdida de Gillian Flynn (con esta última, además de un posible punto en común argumental, porqué fue el éxito de ventas 2014: o sea su predecesora en esto de la novela del verano).

Del mismo modo que si el título hubiera sido qualquier otro, La chica de la playa, por ejemplo, la compararían con Tiburón, Calma total, Titanic o Le llaman Bodhi.

Parece que si no te comparas no existes. Y todo para sublimar la referencia al suspense.

Intriga y suspense, puntos en común de todos los títulos citados. Pero los medios olvidan que el suspense no es solo aguardar al final para desvelar o resolver; el suspense se va componiendo página a página y fotograma a fotograma y que solo de esta forma se consigue el efecto épatant al final.

Curiosamente nadie la ha comparado con El diario de Bridget Jones y es que dejando la comedia aparte (La chica del tren es completamente dramática) mantiene más de un paralelismo.

Rachel es una joven inglesa solitaria, alcohólica, que está engordando, que se siente sola, perdedora, incapaz de afrontar la realidad y por eso mismo engendrando un sentimiento de culpabilidad y frustración que le impide dejar la bebida. Un círculo vicioso que la hunde cada vez más.

Una joven desesperada, pero sin capacidad de reacción, por disponer de una vida que no le es desconocida: con un hombre al que amar, con un trabajo en el que realizarse, con una casa que decorar, con un hijo que cuidar y con un entorno donde relacionarse.

Por eso cada mañana mientras va a Londres en tren mira por la ventanilla y fantasea con las personas que ve e imagina vidas de cuento y ensueño; y por eso cuando un día ve un gesto cariñoso que sin embargo amenaza con romper la felicidad que supone en una pareja, se activa en ella la necesidad de interceder lo que acaba involucrándola en un caso criminal.

Rachel va a ser protagonista determinante aunque involuntario de esa confusa trama que muestra que la vida que se ve desde la ventanilla de un tren puede no parecerse a la que se vive desde dentro del hogar.

Paula Hawkins
Paula Hawkins ha escrito un thriller psicológico trazado en espiral de avance lento y sin sorpresas. Con un tratamiento de la cotidianeidad, casualidad, ubicación suburbial próxima a Londres e inclinaciones paranoides de los personajes, de esa escuela británica mejor representada por Patricia Highsmith, Ruth Rendell o Sophie Hannah.

Narrado en primera persona por las tres voces femeninas protagonistas: Rachel, Megan y Ana (no resulta fácil entrar y salir cada vez de un personaje distinto para captar en su plenitud los tics de cada una) expone los sentimientos, los miedos, las emociones, las debilidades y los razonamientos que mueven a cada una de ellas y que las llevan alternativamente a despertar simpatía y rechazo a ojos del lector.

El resultado final es un thriller que ya hemos leído antes con un argumento que en todo caso embauca más que atrapa y con un final tan precozmente intuido que su constatación al producirse aburre más que complace.

En 2016 estreno de la versión cinematográfica.

miércoles, 1 de julio de 2015

Los crímenes del abecedario de Esteban Navarro

En Los crímenes del abecedario se suceden una serie de asesinatos que suponen el resultado de una conducta apoyada en un simbolismo y un planteamiento meticuloso. Quien asesina está usando la inteligencia y la lógica. Una intelectualidad sometida a bajas y abyectas pasiones.

Todo un desafío para la investigación policial. No es solo un asesino más, sino que por añadidura demuestra ser ocurrente y listo, como demuestra el modo de seleccionar a sus víctimas; y culto: no todo el mundo ha leído a Sade ni oído hablar de Justine; y sádico: no todo el mundo busca el placer infringiendo dolor ni forzando el sexo.

La joven agente Diana Dávila, en su segunda novela, y su jefa Arancha Arenzana van a llevar el peso de esa investigación a pesar de que ciertas reminiscencias machistas entre sus compañeros, incluso jefes, intenten dinamitarlo La discriminación presente en todos los estamentos.

En la novela se entremezclan hábilmente no solo estos asesinatos sino el empleo de las redes sociales y el uso y acceso creativo a otros medios, que requerirían de permiso judicial, para fines policiales y no se esconden tampoco actividades corruptas entre los miembros de las fuerzas del orden. Todo un compendio de sub tramas que enriquecen el argumento y lo llenan de contenido.

El pero está en la repetición de conceptos, situaciones, función de los protagonistas... tan innecesaria que resulta molesta. Tan notoria que se diría que se concibió como una novela por entregas y que con la reiteración se pretende a ayudar al lector a no perder el hilo. Una lástima que la lectura de revisión lo pasara por alto y que no puliera estos aspectos y mejorara así su legibilidad que no sufre pero no corre lo que debiera.

Es como servir una elaborada sopa y ofrecer un tenedor para degustarla: una parte se pierde por el camino y desdibuja su finalidad.

También debe apuntarse en el debe que recordemos más a las dos protagonistas femeninas de la novela por su connotación y atractivo sexual y sus deseos no siempre contenidos que por su profesionalidad, inteligencia y valentía. Cualidades que se les imputan pero que no se desarrollan y no se reflejan. El cliché empleado para definirlas debería de haber permanecido cerrado en el cajón del olvido (por no hablar de la selección de la imagen de la cubierta).

Esteban Navarro no exprime del argumento todo su potencial, que lo tiene, y relaja su capacidad narrativa al escribir permitiendo que se le cuelen tics impropios de su experiencia.

Soslayando estos aspectos, la trama resulta interesante porque juega al despiste, porque enfrenta al lector, a la par que a todo el equipo policial, a una mente juguetona solo que abocada al lado oscuro y porque consigue mantener el interés hasta el mismo punto final.

Del mismo autor, Esteban Navarro y en este mismo blog la reseña de Los fresones rojos



lunes, 29 de junio de 2015

Trauma de Erik Axl Sund

Los rostros de Victoria Bergman
reflejados en el espejo de la vida
Trauma es la segunda parte de la Trilogía Los Rostros de Victoria Bergman. Y no solo es segunda parte porqué termina lo que en la primera quedó colgando de un hilo sino también porque el nuevo giro que adquiere la trama le da entidad propia. Cuerpo y rostro propios.

Los asesinatos de componente sexual de chicos indocumentados y sin identificar cuyos cuerpos fueron usados sádicamente para luego ser desechados en cualquier lugar como basura y cuya investigación llevaran a cabo Jeanette Kihlberg y Jens Hurtig en el primer volumen han dado paso a nuevas muertes.

Ahora los muertos son adultos y si bien en algunos casos son claramente asesinatos, premeditados y ejecutados con saña buscando la humillación y sugiriendo algún tipo de venganza o ajuste de cuentas,  en otros son consecuencia de accidentes al parecer fortuitos en lo que algunos calificarían de designios divinos.

Claro que al escarbar entre los antecedentes y en las relaciones interpersonales de los fallecidos surgen sorpresas que permiten orientar la investigación que lleva el mismo equipo policial protagonista: Jeanette y Jens ayudados por la psicóloga Sofía.

Y estas pesquisas orientan hacia poder y dinero. Al fin y al cabo es lo que mueve al mundo ¿no? y el sexo que depende de cómo se practique se es social o asocial.

En una sociedad hipócrita que alardea de tolerancia y presume de nivel de sociabilidad elevado y que esconde su racismo y su xenofobia barriéndolo bajo la alfombra. Una sociedad donde la dignidad de las personas está sobrevalorada.

La adolescencia por si sola
ya puede resultar un trauma;
no hace falta añadirle
nada más
Durante la investigación sabremos mucho más de Victoria Bergman ya en su etapa adolescente.

Una nueva etapa y nuevas situaciones que maltratan un carácter ya de por si castigado añadiendo más heridas y a la vez consolidando la capacidad de abstracción de su propio cuerpo y su propia mente para no ser consciente ni del dolor ni de la vil utilización de su cuerpo al que se le niega el propio placer en beneficio del de otros.

Preparada para el salto evolutivo que supone pasar de gusano a libélula. Dejar atrás el rostro de Victoria y estrenar uno nuevo para olvidar y empezar de nuevo.

Trauma: emoción o impresión negativa cuyo choque en la mente produce un daño duradero en el inconsciente.

Bloquear recuerdos puede llegar a suponer esconder el yo que los vivió bajo otro yo que emerge paralelo y que no tiene ese pasado en su haber. El choque de trenes viene cuando cada yo es consciente de ser solo una parte del todo y tanto si hay rechazo como si hay deseo de fusión, el proceso de génesis es confuso, lleno de dudas y doloroso.

“Cuando cumplió tres años, su padre construyó dentro de ella una habitación. Una habitación desierta y helada donde solo había dolor. Con los años, la habitación se rodeó de sólidas paredes de pena, se pavimentó con deseo de venganza y se cubrió con un grueso techo de odio.”

Los rostros de
Victoria Bergman,
máscaras
de tragedia eterna
Dos personalidades en un mismo cuerpo. Un trastorno disociativo de identidad. Dos rostros, mostrándose alternativamente al mundo según la personalidad dominante en ese momento. Los rostros de Victoria Bergman.

Erik Axl Sund han dedicado la mayor parte de esta segunda novela a exponer las debilidades y fortalezas de las dos protagonistas principales y darle un toque gore a los asesinatos.

Ambas Jeanette Kihlberg y Sofía Zetterlund han resuelto sus problemas de pareja, aunque tal vez no de la manera deseada; ambas han trascendido su relación profesional alcanzando una relación más personal y complaciente y ambas completamente entregadas a resolver la investigación en curso.

La redacción de la novela se ha vuelto más intimista, hay menos descripción de exteriores y más introspección. El avance narrativo es lento, al mismo ritmo como correspondería dedicar muchas sesiones de terapia para descubrir quien es el yo más profundo que alberga todo ser humano. Todo a su justo tempo. La trama empieza a cerrarse.

Lean aquí el primer capítulo de Trauma.

Lean aquí la reseña dedicada a Persona, la primera novela que compone esta trilogía.

Esperando ya la tercera parte de esta holística serie: Catarsis


Post Scriptum lean aquí la reseña de Catarsis la tercera y última parte de la trilogía Los Rostros de Victoria Bergman

martes, 23 de junio de 2015

Persona de Erik Axl Sund

Persona es la 1ª entrega de la Trilogía
Los rostros de Victoria Bergman
La novela negra nórdica sigue dando vueltas sobre como el estado del bienestar mal disfrutado puede convertir en monstruos a sus habitantes en vez de convertirlos en felices ciudadanos. Sus temas giran como una noria.

De tanto convivir con el horror este se ha convertido en un vecino más al que se ignora y trata con idéntica frialdad y distanciamiento y al que solo se mira o se saluda cuando bloquea el paso. La insatisfacción hacia la enorme suerte que supone vivir arroja los cuerpos al paso de alcohol, sexualidad aberrante, violencia doméstica, sexismo, como si los arrojara al paso de un tren, de un camión o desde lo alto de un puente.

La frialdad no solo está en el clima.

El tratamiento pormenorizado que Persona le da a la pedofilia y a la pederastia y a la violencia descarnada que practican los niños soldado en África, aspectos altamente aberrantes de la conducta humana y por eso netamente despreciables hacen que la novela remueva estómagos y conciencias innecesariamente ya que no se precisa su lectura para que no pueda caber ni la más mínima sombra de duda sobre que actitud adoptar ante lo que expone y de algún modo denuncia.

La despersonalización de la que hacen gala los malos de la novela resulta aún más dramática al plantear el eterno dilema social de la humanidad: son psicópatas o enfermos? Es el enfermo responsable de sus actos? El enfermo, merece castigo o ayuda? Cómo se sabe que no finge?

Dos mujeres responsables en su profesión, comprometidas, implicadas emocionalmente en sus casos. Con problemas en casa ya que sus parejas no parecen comprender sus desvelos ni aceptar sus responsabilidades.

Jeanette Kihlberg detective de la policía de Estocolmo, casada con Ake un artista pintor cuyo pánico escénico le ha hecho acumular sus obras sin atreverse a exponer y ahora hace las labores del hogar mientras está en el paro. Johan hijo de ambos se siente abandonado por sus padres que cuando están juntos no paran de discutir.

Niños soldado en África
Sofia Zetterlund psicóloga con consulta privada y a la vez asesora en casos penales que vivió situaciones terribles en Sierra Leona y que ahora mal convive con Mikael, mucho más joven que ella, después de un divorcio dolorosamente traumático y con problemas de orientación profesional, harta de tanto insomnio y nudos en el estómago.

Jeanette tiene entre manos violencia infantil: asesinatos, tortura, amputación de genitales. Pocas pistas, sospechas e intuiciones que chocan con legalismos que impiden acceder a datos protegidos por preservar las confidencias.

Sofia tiene entre manos violencia infantil: abusos sexuales desde la infancia por familiares directos, pederastia en diversas manifestaciones y diversos grados, y violencia incontenible e inducida por fármacos de los niños soldado en África.

Ambas tienen puntos en común y es inevitable que sus caminos se crucen en una investigación que a medida que avanza cala por su crudeza como lo hace el calabobos. Y entre ellas y con ellas y en medio de toda la historia jugando un papel aún por explotar: Victoria Bergman. Cuya importancia queda clara cuando da nombre a la trilogía.

El final de la novela, sutil e indirectamente anticipado para elevar el nivel de expectación que no como spoiler, deja la trama literalmente colgada. Cliffhanger.

Erik Axl Sund,
El autor, Erik Axl Sund, son en realidad un equipo de dos personas: Jerker Eriksson y Håkan Axlander Sundquist.

Su novela presenta los giros narrativos en el momento preciso, sumamente estudiados. No en balde estamos ante un thriller de compleja construcción argumental y trabajado desarrollo narrativo con varias voces.

Trauma, la segunda parte de la trilogía está llamando a la puerta. Disculpen si no les acompaño a la salida pero Jeanette, Sofía y Victoria me esperan en el sofá para continuar una larga conversación pendiente.

Lean aquí el primer capítulo de la novela Persona; ¿por cierto a quien se le ocurrió esta inexpresiva traducción del título?

Post scriptum: disponible en este blog la reseña de la segunda novela de esta trilogía. 'Trauma' pinchen aquí.

Y también disponible la reseña de la tercera y última parte Catarsis

miércoles, 17 de junio de 2015

Monteperdido de Agustín Martínez

Monteperdido es una prisión sin puerta
para sus habitantes
Como ya se han encargado de airear los blogs generalistas, no descubro nada si empiezo este post contando de que va el argumento de Monteperdido: cinco años después de que las amigas de once años de edad Ana y Lucía desaparecieran al salir del colegio y no llegar a sus casas, reaparece Ana, malherida pero viva, ahora con dieciséis años, en la escena de un accidente de coche junto al cadáver del conductor.

Premisa estimulante que consigue atrapar la atención desde el principio y que abre un sinfín de posibilidades de hacia donde avanzará la trama; obviamente la primera pregunta para todos es: si ha aparecido Ana, ¿dónde está Lucía?

Y ¿quién? ¿Cómo? ¿Por qué?

Monteperdido es un pequeño pueblo del Pirineo oscense encogido entre moles de piedra que sobrepasan los tres mil metros de altura. Montañas de cimas nevadas y aspecto áspero y desafiante que esconde entre sus gargantas y sus desfiladeros pueblos pequeños habitados por gentes de aspecto áspero y desafiante. La naturaleza forja el carácter de las personas a su imagen y semejanza.

Los pueblos encerrados en si mismos tienen el inconveniente de que lo malo se enquista. Y el mal precisa alimentarse para seguir vivo y por ello cuesta mucho olvidar rencillas y superar desacuerdos. Algunas relaciones humanas en un espacio reducido tienden a agriarse como un vaso de leche al sol.

Los habitantes de Monteperdido, que no olvidan la desaparición de las niñas, se muestran sorprendidos ahora por el regreso de una de ellas. Pero sorpresa no es sinónimo de felicidad y por eso los recelos y las sospechas que un día sacudieron la convivencia vuelven, como lo ha hecho Ana, para instalarse de nuevo en el pueblo.

El inspector Santiago Baín y la sub inspectora Sara Campos son los forasteros encargados de la investigación. Son los que reabren viejas heridas al considerar de nuevo a todo el pueblo como posible sospechoso. Son los que revisan antiguos interrogatorios y coartadas y a su vez son blanco de desprecio y desconfianza.

A sus órdenes está el cabo Víctor Gamero, jefe del puesto local de la Guardia Civil, los otros agentes y también los habitantes de Monteperdido, incluida Caridad.

Caridad es una mujer ya mayor que padece insomnio y un personaje interesante en la estructura narrativa de la novela. Sus breves apariciones tienen la capacidad de introducir fracciones en la línea argumental que seducen por su lógica y su naturalidad más elemental y permiten seguir avanzando.

Agustín Martínez, el autor
Agustín Martínez presenta un thriller noir centrado en las relaciones humanas que se establecen en una prisión al aire libre sin puertas como lo es un pequeño pueblo enclavado en una hendidura montañosa.

Y lo escribe con capacidad literaria alejada del redactado efectista del best seller. La novela funciona de forma correcta en la modulación de los tempos y en la dosificación del suspense y es una lástima que no se alcancen a explorar hasta el fondo los abundantes matices de complejidad psicológica que presentan los personajes femeninos que son mayoría y absolutamente determinantes.

Thriller noir psicológico page-turner con ritmo de serial televisivo que, de capítulo en capítulo, como si de episodio a episodio se tratara, va desgranando miguitas de pan en ese tortuoso sendero montañoso por donde transcurre la también tortuosa novela para mantener cautiva la atención en la lectura y desear culminar el recorrido para conocer el final: sorpresivo y digno de un thriller de esas características.






lunes, 15 de junio de 2015

Imborrable temporada 3

Imborrable, serie policial de televisión
Si en su segunda temporada flojeaba en esta tercera no le ha ido mucho mejor. Un tibio intento de volver a los crímenes sangrientos pero infructuosamente secundado por unos diálogos carentes de credibilidad, unas interpretaciones desestructuradas con los guiones y una puesta en escena más que mejorable.

Sobre todo se podría mejorar, para darle un mínimo de credibilidad y realismo, cada vez que Jay teclea en su ordenador para localizar un dato y mostrar los resultados ya que resulta una acción más falsa que un duro sevillano.

La línea argumental, precisa, obscura e interesante, del asesinato de la hermana de Carrie Wells que aguantó toda la primera temporada tenía un alto contenido adictivo que sin embargo se decidió terminar de un plumazo, y de forma totalmente inconclusa e insatisfactoria, dando pie a una segunda temporada que sin ese agarre empezó en falso y padeció y mucho para conseguir unos pocos episodios interesantes, eso si, sin ligazón alguna.

En esta tercera temporada la habilidad de Carrie, su hipertimesia, ese trastorno psicopatológico que le permite recordar y rememorar cualquier detalle o situación, el leit motiv de la serie, se limita a aparecer al principio de cada episodio a modo de entradilla en situaciones de atracción de feria y vuelve a hacer aparición para resolver el caso pero sin la intensidad con que lo hacía en la primera temporada.

Esta tercera temporada ha empeorado respecto las anteriores, y hacerlo peor que la segunda ya era difícil. Por suerte todos aquellos televidentes que no padecemos hipertimesia podremos olvidarla rápidamente.

El último episodio de la temporada, poniendo a Carrie al borde de la muerte y cuya tensión debería de provocar taquicardia resulta de un planteamiento tan poco creíble que se ve con sorna y mofa. Y la reacción de los protagonistas no la hubiera escrito ni un estudiante y si lo hubiera hecho lo habrían suspendido.

Casi lo mejor que lo podría pasar a la serie era terminar aquí y eso es lo que la CBS, su propietaria, había decidido sabiamente. Pero oh! Sorpresa A&E toma el relevo y anuncia cuarta temporada y como no podía ser de otra manera anuncia relevos interpretativos de los que de momento solo se salvan los protagonistas principales que encarnan a Carrie Wells y Al Burns. Los demás a la hoguera.

Lamentamos perder a la forense Jane Webster (interpretada por Jane Curtin) que sin duda ha sido lo mejor de estas dos últimas temporadas. El rodaje ya ha empezado y se está a la espera de saber la fecha de estreno de este cuarto intento al que le deseamos lo mejor, en beneficio suyo y egoistamente nuestro.

Carrie y Al sin aceptar su amor y sin madurar
Así pues Carrie Wells (interpretada por Poppy Montgomery) y Al Burns (Dylan Walsh) seguirán. Esperamos que ya superadas sus puyas de instituto.

A los guionistas les iría bien padecer o disfrutar, según se mire, un poco de la hipertimesia que padece Carrie Wells para acordarse de lo producido hasta ahora y no repetir los mismos errores de las otras temporadas. Y al director también.


Lean las reseñas anteriores:




miércoles, 10 de junio de 2015

Golpe a golpe de Violeff

Golpe a golpe: romanticismo y crímenes
Jacques Bablon, que firma como Violeff, es, entre otras cosas, autor de cómics. Poco prolífico, eso si, apenas 4 álbumes en su haber, y de ello hace ya bastantes años y por los que tampoco pasará a la historia. Sin embargo se le recuerda en este blog por su particular enfoque articulador del romanticismo en las historias negras.

Historias de amor romántico salpicadas de policías y cadáveres o viceversa: historias de crímenes e investigaciones policiales con románticas relaciones amorosas por medio.

Dicho así no parece original: en toda historia criminal suele haber amor y muerte ya sea formando parte del tronco principal o de uno secundario, pero lo que hace distinta la obra de Violeff es que trata a ambos principios como ramas independientes de un mismo árbol que confluyen arriba en la copa. Una simbiosis que no puede dejar indiferente.

La prueba de esa pericia está en las cinco historias cortas independientes que conforman el álbum Golpe a golpe y que llevan por nombre:

Con tacto, Como en casa, Patio de amor, Balas trágicas y Todos iguales.

Estilo de dibujo de Violeff
Balas trágicas tal vez sea la más compleja y elaborada; la que denota una mayor capacidad evolutiva y a la que no le hubiera ido nada mal tener más espacio para su desarrollo. De hecho todas presentan igual condición.

Más que cortas, resumidas, puesto que Violeff demuestra que cada una de ellas tiene contenido suficiente como para poder extenderse y formar un cómic independiente, o incluso una novela, aunque haya optado por extraer lo esencial y condensarlo en unas pocas páginas donde cada viñeta tiene mucho que contar.

Su dibujo, encuadrado en esa variante de línea clara en la que muchos de los dibujantes europeos y sobre todo franceses de finales de los setenta y hasta finales de los ochenta se acogieron más por comodidad que por adecuación a su mensaje, destaca por sus fondos a los que trata con meticulosidad y precisión acercándose a un estilo realista alejado del empleado para con los protagonistas mucho más expresionista y que sin embargo adolece de simple e inexpresivo.

Su fuerte, sin duda, los argumentos y sobre todo los diálogos, cargados de intención, que aguantan como una conjuntada orquesta, para que el dibujo pueda permitirse el lujo de ir un poco por libre, como al solista que de vez en cuando se le permite un amago virtuoso en la partitura.

Jacques Bablon aka Violeff
Violeff como guionista no es el mismo Violeff dibujante, aunque dibuja sus propios guiones. Y su personalidad se desdobla según sea uno u otro y en ambas facetas resulta interesante y convincente.

Se le conoce una novela negra con su nombre real Jacques Bablon títulada Trait bleu (Línea azul) preseleccionada para el Polar 2015.

Les recomiendo que se aproximen a su obra gráfica para que vayan aumentado el conocimiento sobre los distintos puntos de vista con los que el cómic trata a los géneros negro y policial. Al género interrobang.