martes, 19 de julio de 2016

Velvet Antes del gran final de Ed Brubaker y Steve Epting

¿Y si Moneypenny fuese más letal
que James Bond?
El cómic Velvet: Antes del gran final es un interesante, complejo y largo thriller de espionaje ubicado en la Europa de la década de 1970, cuando la guerra fría favorecía aún más este tipo de actividades y toma el nombre de su protagonista Velvet Templeton.

Velvet Templeton, una mujer de esa edad madura que se supone que alcanzas cerca de los cincuenta y que se mantiene en forma tanto intelectual como físicamente. Actualmente es la secretaria del director Manning de la Agencia de Espionaje ARC-7 que enrola a operativos X súper secretos, uno de cuales, sino el mejor, acaba de ser asesinado.

Mal negocio que maten a un agente y si las circunstancias inducen a creer que quien lo hiciera tuvo acceso a información privilegiada y las sospechas se orientan a la propia organización aún peor.

Velvet participa de la investigación resaltando con rotulador párrafos del dossier del asesinado Jefferson Keller agente de campo X-14, cuando descubre algo que podría ser relevante y que lo relacionaría con el agente X-02 con quien decide hablar para contrastar la información.

Lo que no sospecha es que pueda ser una trampa y menos aún que alguien ha decidido colgarle el muerto, o más de uno y hacerla pasar por culpable.

Pero quien sea que esté detrás no sabe que ella tiene también un secreto y es que bajo la apariencia de una eficiente Moneypenny, existe quien fuera uno de los mejores operativos que tuvo la agencia y está dispuesta a plantar cara a sus perseguidores descifrando un asesinato que, ya no tiene duda, ha sido orquestado desde dentro.

Velvet Templeton en su papel de eficiente secretaria
Velvet: Antes del gran final es un cómic trepidante que le da a una agente femenina el papel estelar que la tradición ha reservado para hombres. Ian Fleming, que sin duda hubiera firmado el título, no firmaría que su Bond, James Bond fuera una mujer, ni con esa edad, cercana a los cincuenta, en la que incluso a las actrices les cuesta conseguir dignos papeles, ni que fuera tan letal como su creación masculina, ni que emplee su propio criterio en materia de seducción y se rija por su propia moral.

Velvet Templeton en su papel de agente X
Ed Brubaker ha volteado los cánones y se siente a sus anchas escribiendo un guión lleno de dobleces, acciones arriesgadas y peligrosas y muchos disparos y muertos: la vida del espía es así; sea del sexo que sea. Brubaker disfruta moviendo la acción por distintos países europeos y a lo largo del periplo aprovecha para irnos contando retazos de la vida de Velvet Templeton; una personalidad muy interesante y para nada infalible.

Steve Epting aporta ese dibujo realista tan común en los cómics americanos y en el que él destaca especialmente. La ubicación temporal de la década de 1970 le obliga a ser muy cuidadoso con los fondos, tanto de interiores como de ciudades y primar la figura humana y las expresiones faciales. Como cuando en el cine los protagonistas, los extras y los escenarios eran de carne y hueso y no proyecciones en croma. También y para ajustarse a esa década de nulo componente tecnológico, emplea recursos gráficos en sus páginas para contextualizar pensamientos e información en off propios del diseño de la época. El resultado es tener en las manos un cómic ambientado en los 70 y dibujado como en los 70.

Elizabeth Breitweiser sobresale coloreando sin cubrir el dibujo, algo que se dice rápido y que se tarda más en conseguir, y con una paleta muy variada, aunque predominen los tonos oscuros como toda trama con secretismo que se precie, recrea la atmosfera adecuada a cada escena.

En conjunto Velvet: Antes del gran final es un cómic de espionaje muy estimulante que invita al lector a ir entendiendo las situaciones que se describen a partir de informaciones que pueden pasar desapercibidas en lectura apresurada y que en una segunda revisión se revelan en toda su plenitud.

Recordemos que la lectura de un cómic requiere mayor tiempo y atención que con una novela; aunque por el hecho de tener dibujos parezca lo contrario.

Estamos ante una serie que promete emociones.

domingo, 17 de julio de 2016

Un hombre muerto de Ngaio Marsh

El juego del asesino
puede tener consecuencias funestas
El Juego del Asesino es un clásico que tuvo su momento de gloria antes de verse relegado por la múltiple y variada oferta de entretenimiento audiovisual pero que resurgió hace poco en versión juego de rol y más recientemente en vivo auspiciado por diversas iniciativas que ofrecen cenas y estancias en casas rurales donde practicarlo.

En síntesis consiste en seleccionar a un asesino entre los asistentes, sin que nadie más que el elegido lo sepa, y una vez cometido el crimen, de mentira, simular una investigación y/o una sesión judicial con interrogatorios que lleven al descubrimiento del culpable.

Se patentó como juego de sobremesa en 1944 por Anthony E. Pratt (comercializandose en 1948) con el nombre de Cluedo (del inglés clue pista y del latín ludo yo juego) y aún hoy se sigue vendiendo en este formato, y consiste en gestionar diversos personajes con nombre de color (¿no les viene a la cabeza Reservoir dogs?) hasta descubrir al asesino.

Y para jugar al Juego del Asesino es la razón por la que coinciden en una mansión inglesa el propietario y su sobrina y seis conocidos, invitados a un fin de semana de diversión y suspense cuando lo imprevisto sobresalta y alarma por igual: el muerto lo es de verdad. El juego ha derivado a delito. El crimen ficticio se ha materializado en el asesinato sangriento de uno de los invitados.

Un hombre muerto es el resultado inesperado de un juego de sociedad macabro.

El inspector de Scotland Yard Roderick Alleyn, que en esta novela se presenta y que será el protagonista habitual en las siguientes de la misma autora, emplea el método de la reiteración en las conversaciones con los sospechosos y la escenificación de los hechos ya que parte de la premisa de que todos siempre ocultamos algo, voluntaria o involuntariamente, y que la precisión con los pequeños detalles es la clave para desentrañar los misterios.

La autora Ngaio Marsh
Ngaio Marsh construye una novela policíaca en la época dorada de este género. Una atractiva oferta literaria hoy relegada, como el juego que da el pie al argumento, por parecer demasiado naïve ante la violencia desatada y la crítica implícita en la novela negra actual que ocupa mayoritariamente las preferencias editoriales y lectoras.

Novela enigma por excelencia con todos los guiños que le son afines a la clasificación del género escrita por la desconocida pero gran Ngaio Marsh que no se debería dejar de leer.

Es recomendable realizar un ejercicio previo de mimetización con la época en que fue escrita, recuerden 1932 y publicada en 1934, para entrar en ambiente y adecuar las expectativas.

La autora fue componente del cuarteto conocido como ‘Reinas del crimen’ junto a Agatha Christie, Dorothy L. Sayers y Margery Allingham y publicó un total de 32 novelas entre 1932 y 1982, año de su muerte.

domingo, 10 de julio de 2016

Nueve días de abril de Jordi Sierra i Fabra

Una cruzada para los vencedores,
una guerra para los perdedores y
un golpe de estado para los
historiadores.
El ex-inspector Miquel Mascarell no gana para sustos como el que le sobreviene cuando, de nuevo desde su liberación, es requerido formalmente a la comisaría de Vía Layetana. El cortés interrogatorio, a diferencia de otros anteriores, le sorprende, tranquiliza dentro de lo posible y suministra más información que la que él puede facilitar.

Y al tener conocimiento de unos hechos que implican a un conocido suyo no puede evitar inmiscuirse en una nueva investigación que le supone haber de sobreponerse a los achaques de la edad y a las recriminaciones de su conciencia que tanto abogan por hacer el bien ayudando a quien lo merece como por pensar más en quien bien lo quiere y lo necesita.

El hijo de un amigo está en La Modelo acusado de asesinato de alguien importante y afecto al régimen. Las cosas no pintan nada bien. Mascarell sabe que una vida humana y el futuro de una familia puede depender de sus pesquisas pero también sabe que Patro lo necesita y que si no anda con cuidado puede acabar compartiendo celda o aún peor.

Visto en perspectiva para los vencedores fue una cruzada, para los perdedores una guerra, para los historiadores un golpe de estado. Pero se le ponga el nombre que se le ponga la realidad conlleva sobrevivir en la miseria económica, social y cultural conviviendo con las ruinas aún humeantes de los bombardeos.

Es el mismo escenario de derrota militar, política y social de las entregas anteriores, es la misma Barcelona gris que solo se ilumina cuando el sol se refleja en las aguas del Mediterráneo; la misma ciudad con el mismo miedo, dolor y hambruna que anida en esa posguerra donde Miquel Mascarell y Patro consolidan su amor y los vínculos de su relación no solo compartiendo intimidad sino ayudándose mutuamente en sus respectivos quehaceres: Miquel en la mercería y Patro haciendo sus pinitos como investigadora.

Como ya sucediera en la entrega anterior de esta serie, la nueva configuración del panorama político internacional requiere de oídos y ojos que informen y las naciones despliegan sus agentes secretos para tal menester y de nuevo los caminos de estos intereses y los de la investigación de Miquel Mascarell se cruzan.

Jordi Sierra i Fabra le ha cogido el tranquillo al personaje y a la ambientación y narra historias admirables llenas de sentimiento y con tensa intriga policiaca. Es una serie apasionante y absorbente. Si ya la conocen no dejen de seguirla y si se acaban de enterar ahora de su existencia empiecen por la primera.


Hay que lamentar la involución creativa en las cubiertas; mientras que las 3 primeras se mimetizan con la época y transmiten la imagen de lo que el interior tan bien explica, las 3 restantes responden a un estereotipo más adecuado para una colección de postales de diseño y de promoción turística de la ciudad (además se les ha colado repetir en la entrega número 5 la imagen del monumento a Colón empleado en la 3, aunque sea con distinta perspectiva).

Otra muestra de la falta de interés con que se despachan las cubiertas en las editoriales y que ya se denunciara aquí en este blog Interrobang.

Todas las reseñas de los cinco casos anteriores del Inspector Mascarell se encuentran en este blog así como mayor referencia histórica y social a la época y al personaje que en esta reseña ya que se me acaban las ideas para seguir comentándola:

  1. Cuatro días de Enero
  2. Siete días de Julio
  3. Cinco días de Octubre
  4. Dos días de Mayo
  5. Seis días de Diciembre

martes, 5 de julio de 2016

El arrecife del escorpión de Charles Williams

Violencia, pasión y lírica.
Si en una conversación de jazz se mencionase a Monk, Parker, Davis, Gillespie, Ellington, Mingus… seguramente se guardaría silencio y se asentiría cabeceando con nostalgia e ilusión a partes iguales. Todos identificarían que se está citando a los grandes. Grandes: solo unos pocos entre los millones de músicos de jazz de todos los tiempos y de todo el mundo.

Charles Williams es uno de los grandes de la novela negra americana aunque su nombre no sea ran reconocido como Chandler, Hammet, Thompson, Cain… reconocimiento insuficiente debido a la escasa difusión de su obra en nuestro país que ahora Medianoche Editorial se ha propuesto enmendar reeditando una de sus mejores novelas El arrecife del escorpión (Scorpion reef 1955) y preparando ya la publicación de otra: Calma total (Dead calm 1963) llevada la cine en dos ocasiones y que tontea con el terror psicológico.

El arrecife del escorpión es una novela negra americana clásica, todo un paradigma del más puro estilo hard boiled.

Cuenta con esos entrañables personajes que son un aventurero en horas bajas, una belleza en peligro por culpa de un marido tramposo, unos gángsters sin escrúpulos; unos escenarios tan sugerentes como los muelles y la calma del mar del golfo de México en su zona cercana a Florida y todo embutido en un argumento sobrio pero cargado de dramatismo y tensión que avanza inexorablemente hacia la fatalidad. Noir fatale.

Charles Williams
Todo empieza con el descubrimiento de un balandro a la deriva sin pasajeros ni tripulación. En su interior una cafetera aún tibia hace suponer que lo que sucediera pasó hace menos de una hora. La lectura del cuaderno de bitácora por parte del capitán Joseph H. Hallcock nos da la clave ya que contiene mucho más que información nautica; narra la historia desde el principio: de cuando Bill conoció a Shannon.

Bill Manning trabaja a sueldo como buceador profesional aunque añora un pasado rico en vivencias por lo que desea ahorrar y hacerse con un balandro, el Ballerina está en venta, para navegar por el mar y por la vida libre de contratos y patrón y regresar a ese pasado.

Shannon Wayne, de casada Macaulay, es la bella y joven esposa de un agente de seguros en peligro que le ofrece a Bill tripular un barco para poder escapar y cerrar un negocio lucrativo. Un trabajo tan bien pagado que quizá no sea del todo trigo limpio pero que le permitirá realizar su sueño. La intriga está servida.

La novela habla de libertad, de avaricia, de deseo y de amor. Hay violencia, pasión y lírica. Hay tensión, emoción y mucho suspense.

Todo un novelón que nadie debería dejar de leer. Pueden acompañar la lectura con música del compositor americano de origen irlandés Víctor Herbert.

Charles Williams: la tormenta y la calma
enorme biografía a cargo de Hernán Migoya
Si les apetece saber más sobre este autor y su obra háganse con un ejemplar de la sobradamente documentada biografía Charles Williams: la tormenta y la calma de Hernán Migoya que es quien más sabe de él en todo el mundo y que prologa esta reedición de El arrecife del escorpión.

En estos momentos muy poco o nada se puede encontrar de Charles Williams, que no sea en librerías de viejo a excepción de esta reedición de Medianoche Editorial. Hay que desear que la iniciativa tenga éxito y eso les anime a continuar publicando el resto. La cubierta es de Josevi Blender lo que demuestra que se lo están tomando muy en serio.

Si no pueden esperar sepan que como mínimo existen además de los dos anunciandos, los siguientes títulos alguna vez editados (lo se porque yo los tengo):
La huida, La larga noche del sábado, El biquini de diamants (en catalán) y Marcada por la sospecha.

domingo, 3 de julio de 2016

El artefacto perverso de Felipe Hérnandez Cava y Federico del Barrio

El artefacto perverso es el arma
creada por el profesor Shao-Sing.
Ser un represaliado en España después de finalizar la Guerra Civil es el mal menor, que ya es mucho, ante la alternativa peor que sería estar muerto; pero no conviene significarse ya que incluso en esa época de estar bajo sospecha a estar bajo tierra puede mediar un simple gesto mal interpretado.

Enrique Montero quien antes de la contienda fuera maestro es ahora un superviviente represaliado por su pertenencia al bando republicano.

El estigma dificulta encontrar empleo y recurre a su habilidad en el dibujo para intentar ganar algo de dinero que le permita recuperar su autoestima, una ínfima parte de lo mucho que perdió en la guerra.

Lo intenta con chistes de una viñeta pero parece encontrar su oportunidad creando un personaje, Pedro Guzmán, sosias de Roberto Alcázar emulando el estilo de dibujo al empleado por Vañó, con el que, consciente o inconscientemente, simboliza la tiranía y la indefensión que sufre el país.

Comprueben la economía de medios y la
rotundidad del mensaje gráfico
El artefacto perverso es el arma creada por el profesor Shao-Sing con la que el malvado Belial persigue conquistar el mundo a base de borrar la memoria de las gentes y conseguir obediencia ciega. Una analogía con la situación de la época que no precisa mayor aclaración.

Pero el presente es caprichoso y recurre a hechos y personas del pasado para enriquecerse y confrontar idealismos con racionalismos y en uno de estos vaivenes Enrique contacta con viejos conocidos desafectos al régimen y acepta involucrarse ligeramente, a su ingenuo parecer, en un asunto clandestino que puede terminar muy mal. Su idealismo inflamado a ser fiel a la causa frente al racionalismo que le aconseja dibujar en casa junto a su mujer.

Felipe Hernández Cava firma un guión de apariencia simple pero que cuenta con cuatro niveles de narración que suponen otras tantas historias y aprovecha el simbolismo de cada una de ellas estableciendo paralelismos entre lo que es real y lo que es ficción para denunciar el despotismo del régimen.

El primer nivel se corresponde al tiempo presente y muestra la vida de miseria que arrastra el matrimonio y como el reencuentro con amigos que aún hoy luchan desde la clandestinidad puede alterar su rutina.

Viñeta del tebeo protagonizado por Pedro Guzmán
emulando a Roberto Alcázar de Vañó
El segundo es el contenido del tebeo Pedro Guzmán, el intrépido aventurero español, que dibuja Enrique para ganarse la vida y que supone una critica velada a las actitudes megalomaníacas de los dictadores a la par que retrata el sufrido oscurantismo vivido por los dibujantes tanto por la opresión editorial como por la de la censura.

El tercero evoca la terrible época pasada en un campo de concentración francés, cuando la retirada de las tropas republicanas, narrada por Bozal, uno de los compañeros de Enrique y que le sirve para explicar su situación actual.

Y el cuarto, como un aparte del anterior al corresponder al mismo lugar, el relato confuso de Jordi, otro preso, que le cuenta a Bozal el engaño en la devolución de obras del Museo del Prado.

Chiste en una viñeta en un estilo completamente distinto
al resto de la obra
Federico del Barrio aporta el dibujo y hace malabarismos para explicar los distintos niveles de metalectura por lo que llega a emplear hasta 5 estilos distintos de dibujo aunque los uniforma al encerrarlos en solo seis viñetas por página, con anchos intersticios, para transmitir la opresiva atmósfera de alto contenido dramático que requiere el guión demostrando ya por aquel entonces un alto nivel de maestría tanto en el uso del grosor del trazo como de la difícil técnica del claro oscuro.

Al guión principal lo trata con trazo grueso y nítido y predomina el negro contrariamente al contenido del tebeo de Pedro Guzmán que lo dibuja con línea fina y predomina el blanco, mientras que los recuerdos del campo de concentración son solo pinceladas inconexas ya que representan recuerdos medio olvidados, la narración de Jordi acuarelas llenas de matices de gris y por último el particular tratamiento de la viñeta chiste.

De esos cómics que no fallan ni para leer ni para regalar.


jueves, 30 de junio de 2016

Queremos que vuelvan de Miguel Ángel Santamarina

Queremos que vuelvan
es un grito desgarrado que rapidamente
Twitter convierte en trending topic
En esa España sumida en la crisis, que se despierta cada mañana con los periódicos revelando casos de corrupción de políticos, casos de malversación de banqueros, casos de prevaricación de jueces, casos de trata de personas por bandas organizadas del este de Europa, casos de policías al servicio del poder en lugar de estar al servicio de la justicia y del ciudadano, en esa España suceden también delitos de menor calado que rápidamente forman parte del olvido colectivo sustituidos por los más recientes.

Como el caso de Mario y Bruno, dos jóvenes que han desaparecido la noche del 15 de agosto de 2012 en Alcorcón. Fueron a una fiesta para celebrar el inminente cumpleaños de Mario y no regresaron. La policía, protocolo obliga, lo ve como algo normal en esa edad y esa celebración y para cuando se toman en serio la denuncia ha transcurrido tiempo suficiente para que las posibles pistas se hayan enfriado.

Hoy después de dos meses se sigue sin tener noticia ni línea de investigación alguna. Los padres desesperados se ofrecen como carnaza en programas televisivos de máxima audiencia, telebasura pura y dura, a fin de mantener la esperanza.

Queremos que vuelvan es su grito desgarrado que rápidamente Twitter convierte en trending topic.

Las redes sociales se inflaman por muy poco y pronto Mario y Bruno están en boca de todos pero esa misma prontitud se vuelve en contra al surgir nuevos intereses que eclipsan cualquier evento.

Sólo Javier Redondo, un periodista en paro, que ya cubriera la noticia en su momento sigue investigando y podría haber encontrado un hilo de donde tirar. El tiempo no juega a favor de encontrarlos con vida pero mientras no se hallen sus cuerpos hay esperanza y este esforzado redactor puede ser su única esperanza.

La novela es un thriller noir de componente político donde la culpa de que la gente sea como es y se comporte como lo hace no se achaca a los males de la sociedad ni a causas exógenas, sino que la culpa es de las personas por ser como son y ellas han convertido la sociedad en lo que es.

Se habla, se sabe que existen, de las cloacas del poder. Son aceptadas casi como un mal menor y necesario. Hay acciones que llevar a cabo y no deben, no pueden, ser aireadas. Lo que no se dice, lo que no se sabe, es que hay más vida en ellas que en la superficie y que la impunidad que otorga el secretismo favorece no solo que se incremente el número de usuarios sino que además los actos que se protegen ya no se refieren solo a asuntos de gobierno sino a asuntos personales de los poderosos con la aquiescencia policial y que estos actos sean cada vez más y más execrables.

Miguel Ángel Santamarina
La posición de poder en este país parece conllevar la patente de impunidad. Incluso los presentadores famosos de los programas de televisión donde se airean las miserias de los demás se creen por encima de la ética y de la moral y utiliza el paradigma la audiencia tiene derecho a saber como excusa para emplear sin ningún tipo de escrúpulo cualquier método y argucia con que manipular sentimientos y opinión pública en beneficio propio como si fueran los nuevos brujos de la tribu.

Miguel Ángel Santamarina ha escrito una novela que bajo su aparente e inocua máscara de ficción, esconde una denuncia que evidencia la indefensión de la persona aislada cuando enfrente tiene corporativismos capaces de blindarse hasta la impunidad y disponen de capacidad de actuación ilimitada aunque transiten ora  a un lado ora al otro de la legalidad. Una denuncia que se sustenta en veraces investigaciones y su lectura estremece porqué se sabe que lo que se cuenta no es que pueda ser cierto sino que con otros nombres y otras circunstancias, lo es.

La banda sonora de la novela la forman:

Adagio para cuerdas de Samuel Barber
You can’t win de Al Jones
This is a call de Foo Fighters
Everlong de Foo Fighters

lunes, 27 de junio de 2016

Blindspot temporada 1

Un equipo de élite del FBI
desentrañando el significado
de unos peligrosos tatuajes
Blindspot, punto ciego, es una serie televisiva de corte dramatico y policial de acción refrendada por abundantes efectos especiales.

En Times Square, en pleno corazón de New York y en hora punta, la policía sospecha de una bolsa de viaje de considerable tamaño que, estando en el suelo, parece no tener propietario. ¿Un atentado terrorista?

El servicio de desactivación de explosivos comprueba para su sorpresa que no hay ninguna bomba excepto claro está que a una mujer joven desnuda se la pueda considerar como tal.

Y es que eso es lo que hay en su interior: una joven desnuda con el cuerpo completamente recubierto de tatuajes que se entrecruzan y conforman distintas figuras, algunas evidentes y otras complejas surcadas por series numéricas que parecen indicar mensajes ocultos y de difícil descifrado.

Un equipo de élite del FBI comandado por el agente especial Kurt Weller (Sullivan Stapleton), bajo las ordenes de la directora adjunta Bethany Mayfair (Marianne Jean-Baptiste) y con la ayuda delos agentes Edgar Reade, (Rob Brown), Tasha Zapata (Audrey Esparza) y Patterson Leung (Ashley Johnson) acogen a la desconocida bautizada como Jane (Jaimie Alexander) para intentar averiguar su origen, ya que padece amnesia, y el significado de sus tatuajes que parecen relacionados con casos delictivos y de corrupción.

Thriller político de acción trepidante que involucra tramas conspirativas de alto calado que afectan a personas relevantes en puestos de importancia tanto en el sector privado como en el público.

Un cuerpo completamente cubierto
de misteriosos tatuajes
Así la primera temporada de esta serie televisiva, drama de carácter policial encadena casos criminales al ritmo de descifrar tatuajes al tiempo que se van desvelando detalles de la personalidad de Jane ya que está padece amnesia y ni recuerda nada de su pasado ni de porqué es un tatuaje andante.

Se diría que los tatuajes son una agenda de acontecimientos, una hoja de ruta que hay que seguir, un aparente orden establecido para poder impedir delitos.

La serie creada por Martin Gero presenta un buen punto de partida pero no mantiene el tono durante todos los episodios cayendo en altibajos debido a  interpretaciones de poco calado y a guiones que abusan de los efectos especiales. Aún y así entretiene.

Esperando la segunda temporada. Wait and see.

viernes, 24 de junio de 2016

El suave roce de tu pelo de Fernando de Cea

Novela policíaca breve que se lee
de un tirón.
Un asesinato absolutamente inusual en la persona de un anciano impedido, da pie a una trama policiaca de esas que firmaría una Agatha Christie actual: piso cerrado, bloque con cuatro plantas y solo una vivienda por rellano, pocos sospechosos, coartadas irrefutables y escondidos pero poderosos motivos para liquidar al viejo.

El cadáver es hallado en su cama, en un piso de un edificio de 4 plantas, contando los bajos donde está la portería regentada por un matrimonio mayor. El primero donde vive el anciano asesinado con su nieto que lo cuida y que lo descubre muerto por la mañana, el segundo donde vive una joven separada con su hija pequeña y el tercero, propiedad también del anciano, alquilado por tres jóvenes universitarios.

Las pesquisas, centradas en esa proximidad, se encaminan en busca de motivo y ocasión y el instinto policial, aunque a veces actúe por reacción condicionada a otros instintos, más primarios e inexplicables y los pequeños detalles ayudaran a aclarar el asesinato.

Fernando de Cea Velasco es habilidoso con la puesta en escena y nos presenta el caso a partir de una premisa original: la lectura que hace la mujer del inspector de policía Jesús Rosique de las notas que está escribiendo su marido para una conferencia que tiene que dar ante los alumnos de último año de la Academia de Policía.

El momento presente enlaza pues con un largo flash-back para regresar de nuevo al momento actual y cerrar hábilmente el círculo. La investigación tuvo lugar en Sevilla, en el barrio del Porvenir, en la lejana primavera de 1986 aunque los recuerdos, por lo trascendente que resultaría la investigación, se muestren tan nítidos como si hubiera sucedido ayer.

El autor ha escenificado un entorno adecuado para dar rienda suelta a la personalidad de cada protagonista; casi como si fuera una obra de teatro: hay pocos exteriores, muchos interiores y mucho diálogo, este si tanto interior como exterior.

El suave roce de tu pelo es una novela breve que se lee del tirón y que conforma un personaje, el del inspector de policía Jesús Rosique que a poco que haga memoria y se ponga a narrar otros casos en los que haya intervenido dará para una serie de novelas muy interesante.

Fernando de Cea Velasco es autor también de la potente y coral novela negra sevillana Puentes y sombras (pinchen en el título para leer su reseña).


lunes, 20 de junio de 2016

Jazzuela: Jazz y Rayuela. Julio Cortázar y Pilar Peyrats

Jazzuela neologismo que fusiona
Jazz y Rayuela
Jazzuela es un conseguido logro de Pilar Peyrats de aunar el inabarcable universo donde, como dos ríos que mezclan sus aguas, coexisten el simbolismo existencialista, melancólico e introvertido, notas sincopadas y a menudo improvisadas de los textos de Julio Cortázar y las composiciones musicales de libre factura de grandes clásicos del jazz encontradas en Rayuela.

Jazzuela es el neologismo que genera Pilar Peyrats a partir de la fusión de Jazz y Rayuela.

En Rayuela se habla de jazz, se escucha jazz, se respira jazz. En Jazzuela, cd de audio con texto, se escucha jazz y se siente jazz.

Hay otras referencias al jazz en otras narraciones y novelas de Julio Cortázar pero Rayuela es jazz; por su estructura, por su contenido y sobre todo por su swing.

Rayuela merece y necesita mucho espacio solo para comentarla imagínense para analizarla. Da para una tesis. Así que ahí queda la referencia solo para relacionarla con el jazz y a este con la novela policíaca en el universo de Cortázar.

De hecho no solo Rayuela sino toda la literatura de Cortázar es jazz. Julio Cortázar procura escribir lo que se le ocurre en función de lo que le sugiere donde está, improvisa, inventa, se adecua a su estado de ánimo del momento y busca e investiga sin saber qué ni porqué, solo por el placer de entusiasmarse y por sentir la fascinación que produce el descubrir.

Notas musicales, notas de texto: todas suenan; lo importante es que haya armonía y todo tenga sentido, aunque sea difícil de apreciar y no esté al alcance más que de unos pocos cronopios. En el jazz el tiempo lo es todo.

Y los músicos de jazz y Julio Cortázar tienen en común que tratan el tiempo de forma no lineal en sus composiciones artísticas, ya sea música o literatura.

Un cronopio es un reloj de sol en el que suenan notas musicales en lugar de señalar horas.

Julio Cortázar
Julio Cortázar admira a Edgar Allan Poe y hay referencia a la novela policial en su obra. Tal vez porqué en su juventud, de los 18 a los 28, leyó todo lo esencial del género llegando a tal punto de erudición que se atrevió con un artículo que tituló Bibliografía Crítica del Género Policial para una revista cuyo primer número nunca llegó a publicarse. Quien sabe si eso hubiera marcado otra evolución en su literatura.

Pero superada esa etapa abandona la lectura de género aunque mantiene la admiración por Poe y su economía de medios. Esa redondez del cuento policial donde hay que rellenar con substancia y primando la brevedad el espacio entre el inicio y el desenlace.

Hay dos narraciones de Cortázar calificables de policíacas: ‘Continuidad de los parques’ del libro Final del juego (1956) y ‘La noche del Mantequilla’ del libro Alguien que anda por ahí (1977)

En ‘La noche del Mantequilla’ la estructura, más de novela negra, responde a cierto clasicismo tópico, aunque en Cortázar esto es paradoja, al emplear temáticas propia del submundo corrupto que une política y boxeo.

Pero es en ’Continuidad de los parques’ donde se muestra toda su capacidad creativa y su transgresión del convencionalismo al romper la barrera entre realidad y ficción.

'Continuidad en los parques' es una brevísima narración que contiene las reglas y la lógica del cuento policíaco pero que presenta un final donde fusiona ficción y realidad en un mismo plano temporal lo que supone una ruptura del razonamiento racional: el personaje de una novela abandona su realidad de ficción para acceder a una metarealidad.

Escalera de Escher
La narración presenta tres realidades que discurren paralelas: la del lector externo del cuento, la del protagonista lector interno de la novela y la de los protagonistas de la novela leída, y que son solo una realidad común, como la cinta de Möbius.

Julio Cortázar consigue el mismo efecto que Escher al entrelazar los planos espaciales en la escalera de Penrose permitiendo estar subiendo y bajando sin cambiar aparentemente de plano.



jueves, 16 de junio de 2016

Operació Judes de Jordi Solé

Este post se publica en bilingüe y al final de la versión en catalán se encuentra la versión en castellano.


En la guerra hi viu la por.
Operació Judes de Jordi Solé

Amb en Pol Vidal no hi ha avorriment possible. Al 1889 varem galopar amb ell i amb Buffalo Bill pels carrers de Barcelona embranzits pel vent de la justícia i el desig de l’amor; al 1915 varem confondre’ns amb les ombres de carrerons tot jugar-nos la vida en naus Industrials sentint la remor nocturna del port torbar-se per trets engegats per espies d’interessos enfrontats a la recerca d’un arma definitiva; y ara, al 1938, amb més anys al damunt dels que voldríem, ens retrobem en plena Guerra Civil i ens cau a les mans un afer calent capaç d’escaldar com aigua bullent.

La vida familiar d’en Pol Vidal s’ha vist sotragejada per les bombes que l’aviació italiana, aliada dels nacionals, no para de descarregar damunt la capital catalana. Està i es sent sol i només la beguda l’ajuda a passar les hores; gairebé no queda res d’aquell periodista agosarat capaç de ficar-se a la gola del llop sense pensar-hi.

Per sort on va haver-hi foc sol quedar brasa i quan rep, simultàniament, un encàrrec d’un altíssim representant del Govern català i la visita d’un antic i volgut amic el pessigolleig de tornar a l’activitat l’impulsa com un ninot amb molla i ja res el pot aturar.

Hi ha hagut l’encobriment d’un assassinat i en Pol Vidal s’ha entossudit en esbrinar-ho tot de cap a peus.

La situació a Barcelona no es millor ni aliena als fronts propers on es lluiten batalles ferotges i on la mort es companyia no desitjada. A ciutat el SIM persegueix quintacolumnistes i qualsevol activitat sospitosa es investigada amb escreix i la culpabilitat té números d’acabar en una cuneta o en una platja.

Leica IIIb amb objectiu de 35mm
La vida i la mort, la pau i la guerra, vistos per l’objectiu d’una càmera Leica que es l’arma que fa servir Robert Capa per explicar al mon aquest conflicte entre la República legalment constituïda i l’exèrcit colpista i que el desequilibri de forces en el territori i dels països aliats decanta cap a un final on no pinta gens be pels primers.

En Jordi Solé, l’autor, un cop més, agafa la Historia i l’explica com si fos un compte i la farceix de fets de ficció que enriqueixen el conjunt aconseguint explicar unes histories a ritme de thriller molt interessants plenes d’intriga y sensibilitat humana.

Tant el context històric on desenvolupa els seus arguments, els escenaris que fa servir, els protagonistes secundaris i fins i tot els objectes descrits els pren de la mateixa realitat i son el resultat d’una laboriosa tasca de documentació que fa que les seves trames siguin absolutament creïbles.

El ritme narratiu es del tot fluid i aconsegueix anar augmentant el suspens en una lectura totalment entregada i altament gratificant.

Les ressenyes en castellà de les dues novel·les anteriors amb en Pol Vidal com protagonista principal accessibles punxant damunt del títol:

1. Barcelona Far-west (en castellano El revólver de Buffalo Bill)


Versión en castellano



En la guerra habita el miedo.
Operació Judes de Jordi Solé

Acompañando a Pol Vidal es imposible aburrirse. En 1889 recorrimos con Buffalo Bill y al galope las calles de Barcelona impulsados por el viento de la justicia i el deseo del amor; en 1915 nos confundíamos con las sombras de callejuelas jugándonos la vida en naves industriales mientras la quietud nocturna del puerto se veía turbada por los disparos de espías con intereses enfrentados por la búsqueda de un arma definitiva; y ahora, en 1938, con más edad de lo que nos gustaría, nos reencontramos en plena Guerra Civil en un momento en que cae en nuestras manos un asunto tan caliente tan peligroso como bañarse en agua hirviendo.

La vida familiar de Pol Vidal se ha visto sacudida por las bombas que la aviación italiana, aliada de los nacionales, no para de lanzar encima de la capital catalana. Pol se encuentra y se siente solo y cuenta con la bebida como única compañía para pasar las horas; prácticamente no queda nada de aquel periodista entusiasta capaz de meterse en la boca del lobo sin titubear.

Por suerte el carbón que ha sido brasa tiene fácil volver a arder y cuando recibe, simultáneamente, una petición de un altísimo representante del Gobierno catalán y la visita de un antiguo y querido amigo siente de nuevo la necesidad de volver a la actividad y revive como muñeco impulsado por un resorte.

Se ha encubierto un asesinato y Pol Vidal va a involucrarse hasta descubrir que motivo hay detrás de tanto misterio.

La situación en Barcelona no es mejor a la de los cercanos frentes donde se libran feroces batallas y donde la muerte es compañera no deseada. En la ciudad, el SIM persigue quintacolumnistas y cualquier actividad sospechosa es investigada con tesón y los culpables tienen números de acabar en una cuneta o en una playa.

Leica IIIb con objetivo angular de 35 mm
La vida y la muerte, la paz y la guerra, vistas a través del objetivo de una cámara Leica que es el arma que emplea Robert Capa para explicar al mundo el conflicto entre la República legalmente constituida y el ejercito golpista y que el desequilibrio de fuerzas en el territorio de los países aliados anticipa un final que no pinta nada bien para los primeros.

Jordi Solé, el autor, una vez más, coge un retazo de nuestra Historia y lo explica como si fuera un cuento, con elementos de ficción que enriquecen el conjunto consiguiendo explicar unas historias a ritmo de thriller muy interesantes llenas de intriga y de sensibilidad humana.

Tanto el contexto histórico donde desarrolla sus argumentos, los escenarios que emplea, los personajes secundarios e inclusos los objetos que describe son tomados de la propia realidad y son el resultado de una laboriosa búsqueda de documentación que posibilita que sus tramas sean absolutamente creíbles.

Su escritura es de ritmo fluido y consigue ir aumentando el suspense en una lectura totalmente entregada y altamente gratificante.

Disponibles las reseñas en castellano de las dos novelas anteriores con Pol Vidal como protagonista principal, pinchando encima del título:

1. Barcelona Far-west (en castellano titulado El revólver de Buffalo Bill)

lunes, 13 de junio de 2016

Imborrable 4

Imborrable temporada 4
Contra todo pronóstico de incluso los más optimistas o los seguidores forofos, que los hay, la serie Imborrable (Unforgetable) culmina su cuarta temporada siendo un misterio que se mantenga a flote en ese océano revuelto de las parrillas televisivas donde las malas críticas y el bajo share de audiencia son como tiburones que devoran sin piedad quienes, caídos en desgracia, chapotean en aguas profundas sin esperanza de arribar a ninguna parte.

Si la tercera temporada ya sobraba, es incomprensible que haya una cuarta; lo es también que de nuevo renueven a casi todos los secundarios, como si fueran el problema, pero sigan manteniendo el talón de Aquiles que suponen tramas mal estructuradas y sin intriga, diálogos vacíos y pretendidos toques sexy del personaje de Carrie Wells, coquetea hasta con las farolas, que lastran la serie como un bloque de cemento en los pies de un nadador.

Su vestuario es repetitivo y hay hasta cierta desgana en sus poses, casi siempre con las manos en los bolsillos, como si nada fuera con ella.

Poppy Montgomery interpreta
a Carrie Wells
Carrie Wells sigue enclaustrada en ese papel con más semejanza a una jovencita de instituto con hormonas revolucionadas que a una profesional del cuerpo de policía. Al Burns, su jefe, se comporta más como un padre que como el eterno enamorado resignado que en el fondo es y la química entre ambos, forzada con calzador, ni es creíble ni despierta pasiones. La serie no acaba de ser sólida por ningún lado. Y por si fuera poco se nos ha ido la forense que era lo mejor del elenco.

Una serie donde hay ahora más presencia de armas y disparos y sangre; han pretendido darle un toque más hard y solo consiguen ridiculizarla aún más. Las poses con pistola en ristre son de foto para ilustrar carpetas o paredes de habitaciones.

Es una lástima ver el hundimiento de un buen punto de partida, tener una detective hiperamnésica traumatizada por el asesinato de su hermana fue bueno en su inicio pero la trama principal se cerró demasiado pronto y mal y desde entonces no ha sabido encontrar una línea evolutiva digna de interés y han apostado fuerte por los protagonistas. Y estos sin un buen guión no pueden hacer nada; y si lo tuvieran, habría que verlo.

Sería de agradecer darle final y digna sepultura y evitarle mayor sufrimiento. Pero el modo como acaba no deja lugar a dudas: intentarán que haya quinta (ni en el final de temporada han podido ser novedosos y han acabado recurriendo a un final tan socorrido y tópico que sería motivo de suspenso en un examen de aspirantes a guionistas).

No pierdan el tiempo viéndola ni aunque fuera para comprobar la veracidad de mis apreciaciones, que ciertas son, y dedíquenlo a visionar otras series que buenas hay.

En este mismo blog, en la sección de series de TV tienen donde para elegir.

jueves, 9 de junio de 2016

Ángulo muerto de Aro Sáinz de la Maza

Novela negra agita conciencias y
tensionadora de principios.
Si El asesino de La Pedrera, la anterior y primera entrega de la serie protagonizada por Milo Malart, tenía estructura y contenido de thriller en El Ángulo Muerto encontramos, en cambio, la esencia de la novela negra contemporánea.

Lo cual viene a decir que su autor, Aro Sáinz de la Maza, sabe escoger el mejor vestuario para nadar en cualquier agua y que es bueno para ello.

Lo verdaderamente importante es que se consigan transmitir sensaciones, que se agiten conciencias, que se sacudan ideas para que caigan las preconcebidas y que se tensionen principios para ver si son sólidos e incuestionables.

Y El Ángulo Muerto es una novela negra de esas. Un largo travelling sobre la desesperación que pone foco en lo que la crisis económica ha desenfocado: personas aisladas porque su cordón umbilical con el entorno se ha cortado y que flotan ingrávidas con las miradas perdidas, familias desestructuradas porque la presión acaba haciendo explotar los contenedores de sentimientos, miedo generalizado a pisar la calle porque para muchos es como entrar en el túnel del terror, y foco también en los que, sin fuerzas ni esperanza, cierran el ciclo de la vida bajo las ruedas del metro y también, claro está, foco en una policía que tampoco se escapa de sufrir el impacto de los recortes.

En la novela, Milo Malart tiene a su cargo investigar el asesinato de una joven universitaria y para hacerlo tendrá que sortear diferentes estados de ánimo que muestran aquellos con los que se topa y que van desde la autocompasión hasta la autocomplacencia. Y tendrá también que gestionar los suyos propios que varían según se relacione con Rebeca, su pareja policial, con su hermano y su cuñada, con su amiga juez o con Tío.

Aunque Milo en esto sea un poco frontón y devuelva la pelota según se la hayan lanzado: blanda por blanda, fuerte por fuerte. No le preocupa como caiga a los demás mientras su integridad esté a salvo y es sincero hasta herir, de aquí que aborde la investigación según su escala de valores aunque esto lo ponga al borde de la indisciplina con sus superiores. Para según que resulta manco de su mano izquierda.

Es una novela oscura y sobria que retrata, cargada de rabia y frustración, los efectos de esa crisis alargada artificialmente para crear un orden nuevo donde los agradecidos temerosos y serviles sean legión y se entierren conceptos como derechos laborales e igualdad de clases. Una crisis capaz de hacer que alguien se lance a comer para no ser comido movido únicamente por la desesperación y el instinto de supervivencia.

Es una novela muy bien llevada y con un título muy bien traído, El Ángulo muerto, esa porción de espacio que por no verla parece que no existe, y que a lo largo del desarrollo de la trama encaja en muchos aspectos. Miguel Ríos lo explicaba muy bien en una de sus interpretaciones más intimistas.


Hay quien elige colocarse en el ángulo muerto para actuar al abrigo de miradas ajenas y hay quien sin estar allí parece que esté ya que resulta invisible a la sociedad: ojos que no ven miseria que no existe. Pero también encontramos ángulos muertos en las relaciones humanas y en el modo de justificar decisiones, todos tenemos nuestro ángulo muerto.

Reseña de la primera novela de la serie El asesino de La Pedrera

domingo, 5 de junio de 2016

Codeflesh de Joe Casey y Charlie Adlard

Un código de barras como máscara.
Codeflesh es un cómic noir de apariencia simple pero con un trasfondo complejo en su planteamiento del uso de la violencia como droga euforizante.

Cameron Daltrey es un agente de fianzas de la condicional que contrata a un cazarecompensas cuando alguno de sus clientes no cumple con las obligaciones de presentarse ante el juez y en consecuencia está en riesgo recuperar el dinero invertido. Hay que localizar al presunto delincuente y reconducirlo al camino legal y soliendo emplear la fuerza bruta como método de convicción más eficaz que la palabra.

El cazarecompensas, que cubre su cabeza con una cutre máscara casera con un código de barras impreso por cara no es otro que el propio Cameron que adopta ese disfraz para no ser reconocido ya que no tiene potestad para ejercer esa tarea desde que un juez se la retirara.

Cuenta con un socio, Staz, simple figurante en el trabajo y en el cómic, para guardar las apariencias y está enamorado de Maddie, una striper, que aún lo está más de él lo que no impide que se pueda hartar de su falta de atención y de sinceridad y dejarlo plantado.

A lo largo de nueve capítulos, en realidad nueve historias autoconclusivas, se va desvelando el carácter del protagonista y el porque de su necesidad vital para involucrarse de lleno en esas peleas: está enganchado al subidón que le proporciona la liberación de adrenalina.

Los argumentos de Joe Casey son bastante simples, que no planos, y la trama sigue un esquema y se resuelve con rapidez: se conoce de un presunto que estando en libertad bajo fianza no se ha presentado ante el juez, Cameron se encasqueta la máscara, lo localiza, la consecuente pelea se lleva las ¾ partes del total de páginas, y una vez capturado hay escaso tiempo para reflexionar sobre las cosas importantes de la vida. Entre ellas que está distanciándose de su novia y si sigue así la perderá.

A pesar de este esquema reiterativo y fácil el cómic consigue atrapar la atención ya sea por el elenco de extravagantes personajes que parecen habitantes de un catálogo de lo sobrenatural por su variedad de súper poderes o bien por la de palos que recibe Cameron que parece poco más que sea él quien tenga súper poderes para poder encajar tales palizas y seguir tan fresco.

Este cómic fue un embrión nacido en el 2000 que no llegó a desarrollarse en su plenitud y de ahí que sepamos poco de las motivaciones de los personajes y de sus inquietudes (incluso del título, de la máscara…) aunque el guionista Joe Casey consiga en muy poco espacio compensar habilidosamente pinceladas psicológicas en una trama con mucho ritmo e intensidad y diálogos ásperos como barba de dos días.

Codeflesh capítulo 1
Charlie Adlard dibuja, despachando el argumento con solvencia, sin ceñirse a estructura alguna de viñetas, adaptándolas según necesidad, y con un dibujo de líneas duras y un empleo del color basado en tintas planas de colores sucios con lo que consigue transmitir esa sensación de abandono y marginación que predomina a lo largo de la serie y hace palpable esos excesos de testosterona del protagonista que incapaz de encauzar su vida sentimental se desfoga con ráfagas de violencia.

Un cómic en la mejor tradición del género negro clásico americano dando juego a un elenco que generalmente está de relleno y ocupa papeles secundarios como agentes de la condicional, cazarecompensas, strippers… y que revisa el concepto de súper poderes sin mallas de colores ni glamour mediático.

Probablemente no figurará en ninguna lista de indispensables pero eso no significa que no sea una obra elogiable y merecedora de atención.